No es que Peter nunca haya creído en la magia. Cuando no tenía más de 4 o 5 años y su familia era aún su hogar, Peter estaba convencido de que Nathan era mágico. Maravilloso.
Cuando la nana (y no su madre) le explicaba cuentos antes de irse a dormir Peter convertía a Nathan en el protagonista de esas historias. No era él, no era su padre. Nathan.
Sin saberlo, Nathan fue Robin Hood (y es curioso, porqué con el tiempo Peter sería lo más parecido a un Robin Hood o algo parecido que los Petrelli tendrían), fue el leñador que salva a Caperucita, pirata, príncipe (y cuando recordaba eso en su adolescencia, Peter se sonrojaba sin saber la razón).
Nunca se lo contó a nadie, ni siquiera a Nathan (y a él menos que a nadie).
Cuando finalmente descubrieron sus poderes (y Peter no entiende porqué Nathan no quiere llamarlo superpoderes o superhéroes cuando son obvias las similitudes con X-men) Peter sonrió en su interior pensando que siempre había tenido razón sobre Nathan.
Le sorprendió (y no gratamente, precisamente) cuando Nathan se negó a aceptar sus poderes. E intentó hacerle cambiar de opinión, hacerle entrar en razón (al fin y al cabo, eso es lo que hacen los hermanos¿no?).
Cuando él iba a explotar y a convertir todo lo que conocían (It's up to you, New York, New York) en algo parecido al apocalipsis (¿Por qué no hay profecías que hablen sobre él, se pregunta) y supo cuál era la única solución para salvar el mundo, quiso morir.
Quiso morir y no haber tenido nunca poderes. Lo deseó tan fervientemente que creyó que se cumpliría. Se equivocó.
Nathan se elevó en el aire y él explotó.
Explotó llevándose lo único que de verdad tenía en su vida. Su hermano.
Peter no lo sabe (quizás porqué ahora ni siquiera sabe muy bien como se llama y porqué pueden salir bolas de energía de sus manos sin que sepa muy bien (en absoluto, de hecho) la razón), pero hubo una vez en la que todo lo que le importaba era Nathan, y en la que todo lo que le importaba a Nathan era Peter.
Tenían 10 y 6 años respectivamente, jugaban a vaqueros por las tardes y a piratas antes de irse a dormir; a otra cosa si el cuento del día anterior había sido interesante.
Peter no se acuerda (y quizás no quiera recordarlo), pero luego las cosas cambiaron y Nathan se fue alejando de él. Lenta pero inexorablemente. Lejos de él y más cerca de su padre; donde Peter no podía (ni quería) llegar. Más cerca del político que llegaría a ser.
Ahora que Peter no recuerda nada y ha visto sus poderes y está con Caitlin (y debería preguntarle si es con K o con C) cree en la magia.
Otra vez.
Aunque no sepa que una vez, cuando Nathan no bebía y él creía saber quien era; cuando Nathan no llevaba corbata ni él traje de enfermero, cuando Nathan no seguía los pasos de su padre y Peter huía de ellos, Peter no sólo creía en la magia, creía que la magia era Nathan.
