Disclaimer: Todos los personajes de Crepúsculo y su saga pertenecen a Stephenie Meyer. Las situaciones y personajes que no reconozcan son míos.
El tiempo es el mejor autor:
Siempre encuentra el final perfecto (Charles Chaplin)
.
Prefacio
.
.
Entonces todo estuvo muy claro para ambos. Justo cuando el peligro nos acechaba, comprendí que así se habían tenido que dar las cosas para que al fin estuviéramos juntos. Los dos habíamos pasado por lo peor que nuestras almas habían podido soportar: él afrontando los largos años del más perverso y doloroso vacío luego de que la perdiera, y yo vagando por meses como un árbol sin agua, sin nada realmente importante a lo que aferrarme en esta fría existencia. Hasta que ambos nos habíamos sanado.
Edward me miró y vi la determinación de que nada de eso sucediera por segunda vez. No dejaría que nuevamente le arrebataran lo más preciado que tenía en la vida después de que Bella le fuera negada de manera tan cruel y brutal. Me cuidaría con celo y no dudaría en morir si era necesario, justo como cuando ella vivía. Y yo no estaba dispuesta, no en realidad. Él era lo único importante que me quedaba en este mundo, y si llegaba a desaparecer todo se habría acabado para siempre.
Había vagado como un recuerdo de ser humano después de su muerte, y no quería imaginar lo que supondría para mi alma que ahora le sucediera algo así a Edward. No si había tenido la oportunidad, si ambos la habíamos tenido, de contemplar una segunda lluvia.
— Y aquí estamos de nuevo, Edward… a un paso de matarte por proteger a quién amas – El vampiro fijó sus ojos borgoña en mí y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza – Sin embargo, no sé si es mejor que Bella, aunque sin duda es más talentosa de lo que ella habría llegado a ser.
— No te atrevas a tocarla – Advirtió con serenidad el ángel, y el vampiro dejó escapar una sonrisa burlona.
— ¿Qué se siente ser la segunda en el corazón de Edward, querida? Nunca dejarás de ser más que el mero suplente de lo que fue Bella.
No me importaba, ahí estaba la respuesta que jamás le daría. Porque así se habían dado las cosas. Porque de no haber muerto Isabella años atrás, Matt tampoco tendría que haberlo hecho, y yo me encontraría con él. Y Edward con ella, y nuestros caminos jamás se habrían cruzado. Pero las cosas no habían salido así y ambos habíamos encontrado lo que necesitábamos en el alma perdida del otro. Quizás yo era la segunda, y él el segundo, pero nada de eso importaba. Él era mi vida, la brújula que me había motivado durante los últimos meses. Aquellas personas que antes habían sido todo para mí debían quedar en el pasado por mucho que costara. Y dolía, dolía como el corte que hace una hoja de papel recordarlos, insistente, con un escozor eterno y duradero, pero no tenía la sensación de que mi amor por Edward fuera menor por ello.
No, no éramos dos almas que se habían conformado encontrando una igual de atormentada que la propia. El tiempo de ambos con nuestros primeros amores no había sido al azar. Era la preparación para cuando nos encontráramos finalmente. Había querido a Matt, lo había amado tanto como se podía amar en la tierra, pero no podía dejar embaucarme por ese amor doloroso si tenía a Edward.
— Un lástima – Canturreó el vampiro, dirigiéndose a él – Tu don siempre ha sido fascinante, aunque ahora ni siquiera te sirva.
Edward apretó con suavidad mi mano y me escondió tras su cuerpo. Había anhelado tantas veces la muerte en el último tiempo que ahora me parecía una mala broma que alguien había arrojado en mi rostro. Morir… ¿quién querría morir cuando la eternidad junto al amor de tu existencia era una posibilidad? No me importaba hacerlo por él, pero sabía que nadie ni nada, ninguno de los Cullen, sería capaz de disuadir por segunda vez a Edward de la muerte requerida si me perdía. Conocía en carne propia cómo era perder lo más querido, y también el extremo de los sentimientos de él.
Cerré los ojos y me dejé llevar por el suave tacto de su piel.
Ok. Sé que parece una historia totalmente fuera de foco y que me he cargado a Bella, pero no es ninguna locura y todo tiene una razón de ser. Por favor, dénle una oportunidad y háganme saber qué les parece. GD.
