«No se olvide de mí, doctor Creed. Yo vivía, luego morí y ahora vuelvo a vivir. He hecho el viaje de ida y vuelta y estoy aquí para decirle que del otro lado se vuelve sin ganas de ronronear y con la afición de la caza, para decirle que el hombre cultiva lo que puede, y lo cuida. No lo olvide, doctor Creed, ahora yo formo parte de lo que usted ha cultivado. Usted tiene esposa, una hija, un hijo... Y ahora me tiene a mí. Recuerde nuestro secreto y cuide bien su huerto."
-Cementerio de mascotas- Stephen King-
Harry, como muchas otras noches no podía dormir; así que trataba ahora distraerse con el libro mas aburrido que pudo encontrar sobre una de las mesas de la sala común. 'las revoluciones de los duendes debido a la acuñación de monedas para magos'. Efectivamente, el libro era muy aburrido, pero aún así Harry estaba demasiado despierto y demasiado cansado como para poder dormir; si, así era el maldito insomnio.
Al tratar de darle la vuelta a una de las páginas, se dio un toque, y no pudo seguir dando vuelta a las páginas. Las páginas del libro estaban pegadas, no con pegamento de algún tipo, sino por estática. 'que extraño', pensó el niño que vivió. Jamás había visto algo parecido. Intentó de nuevo darle la vuelta a la página, y con no sin algo de esfuerzo lo logró. Disponíase a leer de nuevo, cuando escuchó algo en la ventana. No parecía ser una lechuza, pues no picoteaba el vidrio, sonaba como si lo rascaran. Se acercó a la ventana unos dos pasos, pero aún no veía nada. La noche era tremendamente obscura, Sin luna ni estrellas; la ventana bien podría pasar por una mancha obscura, capaz de devorarse cualquier vestigio de luz.
Terminó de acercarse a la ventana pero seguía sin ver nada. Quizá hubiese sido su imaginación lo que escuchó.
Disponiéndose a seguir con su aburrida lectura, regresó a su asiento, pero al estar a punto de tomar el libro, éste se movió hacia el otro lado de la mesa. Varias posibilidades se le ocurrieron en ese momento, una broma de los gemelos, magia involuntaria o Peeves jugándole una broma. Se disponía a alcanzar el libro una vez más, cuando un escalofrío recorrió toda su columna. Se dio la vuelta instintivamente con varita en mano, para saber si alguien estaba detrás de él, pero no vio a nadie. Sintió como comenzaba a bajar la temperatura, como el fuego de la chimenea disminuyó hasta dejar una pequeñísima flama que mas que alumbrar, hacía más tenebrosas las sombras en la fría sala.
"¿quién está ahí?" preguntó con todo el valor que pudo.
La sensación era parecida a cuando atravesaba a algún fantasma, solo que esta vez era mas tétrica, mas desconocida mas fría y mucho mas escalofriante.
"¿quién es?" preguntó de nuevo, su valor decayendo poco a poco.
No veía a nadie, pero estaba seguro de que alguien estaba ahí; podía sentir una extraña presencia y sus instintos rara vez le habían fallado.
"¡accio capa de invisibilidad!" gritó sin recibir ninguna respuesta. Quien quiera que fuese, o fuese lo que fuese, no estaba bajo una capa de invisibilidad.
Se sintió totalmente desprotegido. Se sentía observado y no podía identificar de donde lo observaban, tenía mucho frío y se daba cuenta de que bajar descalzo no había sido una buena idea, todos sus músculos estaban tensos y sudando frío, sentía escalofríos concentrados en la base de su cuello y comenzaba a temblar.
Intentó pensar racionalmente, pero demasiadas ideas venían a su mente.
Sabía que no podía ser Voldemort, tenía ya casi un año de haber muerto y sentiría algo en su cicatriz si fuese él. No podía ser una broma de los gemelos, ya que George ya no hacía bromas. Los fantasmas del castillo jamás se habían comportado de ésta forma. No era el tipo de bromas que Peebes hacía. No creía que algún alumno quisiera jugarle alguna broma, ni siquiera algún Sly; además no podían haber entrado a la torre sin que él se diese cuenta, estaba justamente enfrente de la entrada de la dama gorda. Entonces, ¿Qué era? ¿Nada? Eso quería creer, pero sinceramente…Lo dudaba.
La sensación le era desconocida. Era miedo; si, pero no uno como el que llegó a tener al enfrentarse a Voldemort; Cuando se enfrentó a él, sabían cuales eran las posibilidades si perdía. Ahora, ahora era miedo a lo desconocido.
Los dedos con los que agarraba la varita comenzaban a agarrotársele por la tensión en los músculos y por el frío, sabía que no podría responder rápidamente si lo atacaban, pero no estaba seguro si lo fuesen a atacar. Se sentía observado, amenazado y muy inseguro, pero sobre todo desprotegido. Sentía que no podía hacer nada en contra de eso, fuese lo que fuese.
¿Tendría que comenzar a lanzar hechizos al azar, Esperando a que alguno le diese a… eso?
¿Tendría que gritar pidiendo ayuda a quien fuese que lo escuchase? Incluso de gritar se sentía incapaz, sentía que la voz no le saldría lo suficientemente fuerte, o que simplemente su grito se ahogaría en la nada.
Intentó serenarse, dio una, dos, tres respiraciones profundas, pero parecía que con cada una de ellas entraba menos aire en los pulmones.
"¡revelio!" Pronunció para saber si había alguien en la fría sala; pero no pasó nada. No había nadie. ¿Algo, quizá?
Estaba indefenso, como nunca lo había estado. Sentía que hiciese lo que hiciese sería inútil. Y ni siquiera sabía que era a lo que le estaba temiendo.
Se dio la vuelta, temeroso de que eso le viniese por detrás, poco le sirvió tal acción, pues al momento sintió una presencia por la espalda; una vez más se dio la vuelta y una vez mas fue inútil. Eso, fuese lo que fuese, estaba en todas partes, estaba atrás, estaba delante, estaba lejos estaba encima, estaba cerca. Con temor y y moviendo la varita hacia todas partes, se fue corriendo hacia una pared, donde se recargó. Tenía la idea de recargarse, dejarse caer, esconder la cabeza y rezar para que la inconciencia lo liberase.
Se recargó finalmente en la pared, estaba a punto de dejarse caer, cuando sintió algo que le recorría siseante la espalda hasta posarse en su cuello, rodeándoselo, impidiéndole moverse, o respirar. Escuchó una voz que lo llamaba, era una voz fría, pequeña, casi inarticulada.
"Harry" Con cada letra sentía congelarse.
"Harry" No moriría, solo quedaría ahí para siempre sin nada que poder hacer.
"Harry" una última respiración, un último temblor. Se sintió sacudir…
Inhaló todo lo que sus pulmones le permitieron. Era como haber estado sumergido en agua helada durante horas. La vista nublada se le fue aclarando por lo que parecieron ser horas, pero estaba seguro, no fueron más que unos segundos.
"Harry" la voz ésta vez era clara, la reconocía, un poco mas baja de lo normal, pero lo sabía, era de su amiga Hermione. Al encararla vio que tenía puesto un largo camisón blanco; la imagen se le hizo subrreal.
"Harry, ¿estás bien? Estabas temblando. ¿Era una pesadilla?" le preguntó ella consternada.
"s-si." Sentía una molestia en la nuca. Se sacudió para quitársela y se dio cuenta de que era la mano de su amiga.
"estás muy fría."
"pues es que se ha apagado el fuego." Respondió ella, señalando la chimenea.
Giró la vista hacía la chimenea y se dio cuenta de que en efecto así era. Seguramente llevaba horas apagada.
"será mejor que te vallas a dormir, aún quedan unas pocas horas antes de levantarnos."
Harry aún recuperándose de tan extraña experiencia, asintió con la cabeza, incapaz de articular palabra alguna.
Subía las escaleras lo mas pronto que sus agarrotados músculos le permitían cuando una duda le asaltó la mente, ¿qué hacía su amiga levantada a esa hora? Decidió que era mejor dejarlo para después, o para jamás, había sido una situación lo suficientemente aterradora como para querer recordarla de cualquier forma.
Seguramente si Harry hubiese volteado a ver el reflejo en la ventana, de quien dejaba abajo. Se hubiese desmayado. No era el reflejo de su amiga, sino de un esqueleto con un largo y antiguo vestido blanco.
Justo antes de dormir, quizá producto de el sopor del sueño, quizá producto de el viento, producto de los ronquidos de sus compañeros o quizá producto de su recién experiencia; pudo escuchar una leve voz que susurraba: "de la muerte nadie se escapa, ni siquiera tu. Feliz día de muertos, Harry Potter"
igual para todos ustedes, Feliz día de muertos.
