Aclaración: El universo de Dragon Ball no me pertenece, escribo historias sin fines de lucro y con conceptos meramente de entretenimiento.

Tengo miedo de verte

Necesidad de verte

Esperanza de verte

Desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte

Preocupación de hallarte

Certidumbre de hallarte

Pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte

Alegría de oírte

Buena suerte de oírte

Y temores de oírte.

O sea

Resumiendo

Estoy jodido

Y radiante

Quizás más lo primero

Que lo segundo

Y también

Viceversa.

Mario Benedetti–

Capítulo I: ¿Dónde estás?

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Un joven empresario sentía caer el sol en su ventana, al girar en su silla se topa con una hermosa vista del crepúsculo, una vista que últimamente acompaña sus soliloquios, el trabajo está terminado por el día de hoy, aun así se resiste a marcharse, desea ver todo el espectáculo antes de partir a su hogar. Dejando de lado los papeles y documentos que ya revisó, el joven de pálida cabellera lila se acerca al ventanal. Un largo suspiro se escapa de sus labios.

— ¿Dónde estás? ¿Qué estarás haciendo? ¿Cuándo regresarás...? Pan...

Su secretaria golpea la puerta para luego entrar e informarle que ya es hora de irse y que ella se ira en ese momento. Desde hace cinco años él dejó de ser el primero en irse, su secretaria ya se acostumbró a ese cambió tan drástico en su joven jefe.

El sol muere junto con sus esperanzas de encontrar a la chica culpable de sus desvelos, la que se robo sus sueños y sus noches de paz, porque siendo intocable decidió tocarla y al hacerlo no se dio cuenta de lo frágil que era.

Ve su reloj y le anuncia al igual que la oscuridad de afuera que ya es tarde y debe cenar con su familia, a veces él siente su presencia, pero así como la siente desaparece y cree haberse vuelto loco, delirios del abandono al cual fue sometido por la chica de cabellera azabache.

— ¡Achus!

— ¿Pan está bien? ¿No está resfriada?

El pequeño robot se acerca a la joven para chequearla, ello lo aparta con una mirada fulminante.

—Estoy bien Guiru —La chica pilotaba una enorme nave espacial, una que en el pasado había abordado. — ¿Ya está dormido?

—Se durmió hace unas horas—dijo el robot— Exactamente dos horas, veinticinco minutos, treinta y seis segundos.

—Creo que yo también iré a dormir, en unas horas aterrizaremos en el planeta Fost, dicen que tiene una gravedad muy pesada, será un lugar perfecto para entrenar.

—Yo vigilare el puente, Pan debe dormir.

La chica sonrió al robot.

—Buenas noches Guiru, dentro de poco hablaremos a la tierra.

—Buenas noches Pan.

La joven se retiró a la cabina destinada al descanso, al subir por la compuerta vio un pequeño bulto moverse. Se acerca sigilosamente, caminando en puntillas para que sus pisadas no se oyeran.

— ¿Mamá?

Se siente atrapada, unos curiosos ojos azules brillan en la oscuridad, con un suspiro se acerca hasta el niño.

—Siento despertarte Bumirsk.

—Mamá eras tú… —El pequeño de sólo cuatro años se sentó en la cama y se abrazó a su mamá, su cola quedó al descubierto.

— ¿Tuviste una pesadilla? —Él negó con su cabeza —Un sueño...

Asintió enérgicamente —Soñé con Papá.

— ¿Con tu padre? —Pan alzó una ceja, eso tenía un único autor. —Guiru te mostró información de tu padre...

—Sí, lo hizo mientras jugábamos videojuegos... —retorció sus manitos nervioso —Es un secreto... Mamá regañará a Guiru por eso y ya no podré saber nada de mi papá, quiero ser tan fuerte como él, como el abuelo Gohan, el abuelo Vegeta o mi abuelito Goku.

—Bumirsk... tú eres mucho más fuerte que ellos en este momento, a tu edad ninguno de ellos tiene tus logros.

El niño restregó sus ojitos en gesto de buen sueño, Pan comprendió que a medida que su hijo creciera no podía apartarlo de la verdad, y esa verdad tenía nombre: Trunks.

Besó su lacio cabello azabache y se acomodó junto a él en un lado de la cama, lo abrazo fuerte a su pecho mientras una lágrima silenciosa caía traicionera por su mejía.

Los recuerdos que precedieron a ese viaje se hicieron presentes. Aunque ella no quería recordar era imposible apartarlo de su mente.

—Trunks...—susurro antes de quedarse dormida junto a su hijo.

Pan... ¿Qué sucede contigo?

Preguntó Gohan preocupado por su hija.

Es lo que yo quiero papá, deseo entrenar en el espacio, ya me gradúe que era lo que tú y mamá querían.

Es cierto... pero esto es muy repentino Pan.

Es lo que yo quiero…—La chica luchaba porque sus lágrimas no la traicionaran.

No puedo dejarte ir, aún eres una niña.

No soy una niña, tengo dieciséis y soy una saiyajin. No estoy indefensa.

Ella debía marcharse, ella quería estar lejos de todo lo que le recordara a él.

Parece que huyes de algo... —dijo Gohan quién no sospechaba nada. Pan recurrió al único argumento que sabía no sería refutado.

Una vez le dije a mi abuelito que entrenaría para ser tan fuerte como él y proteger la tierra, aún trato de cumplir esa promesa.

Gohan vio determinación y tristeza en los ojos de su hija. Aunque no le agradaba la idea, de manera muy difícil aceptó, pediría prestada a Bulma la nave espacial. Pan sólo tenía un mes para aprender todo los básico, algo que no se le haría difícil ya que era muy inteligente. Todo eso se realizaría en secreto, sólo Bulma y sus padres debían saber de su partida, al igual que su tío Goten.

— ¡Ya llegué! —Trunks entraba a la cocina de su casa, ve a su madre preparar un poco de té.

—Trunks, hijo llegas un poco tarde —Bulma se puso de pie para servirle la cena a su hijo. –Cenamos hace una hora…

—Cosas de último minuto... ya sabes —dijo restándole importancia.

—Pan se comunicó hoy con nosotros, pidió que avisara a su familia que se comunicará con ellos mañana por la tarde.

Trunks arrugo el entrecejo, mañana por la tarde tenía una reunión que ya había pospuesto demasiado y era imposible faltar. Pan debía tener a alguien que le dijera cuando él estaba muy ocupado como para no atender a sus llamadas.

—Esa cara... tienes una reunión importante... —dijo Bulma al ver a su hijo molesto. Por alguna razón extraña, Trunks siempre tenía algo que hacer cuando la chica llamaba, luego de años de pensar que era coincidencia, Bulma sospechaba que era planeado detalladamente.

—Ya la pospuse mucho y di mi palabra de que se haría mañana.

—Bueno, daremos tus saludos a Pan.

Bulma salió de la cocina, debía llamar a Milk para la noticia. Algo había ocurrido entre Trunks y Pan, algo por lo que no espero a despedirse de él.

—Esto se sale de mi control... —murmuro el joven.

— ¿Ahora hablas sólo?

Trunks casi se atraganta con su cena.

— ¡Bura! ¡No aparezcas de repente!

La joven de cabellera turquesa se enfada un poco con el chico de cabellos ceniza.

—Llevó siglos aquí y tu hasta ahora me notas hermanito.

— ¿En serio? —sus pensamientos lo consumieron tanto que el Ki de su hermana paso desapercibido.

—Por supuesto que sí, ahora debo organizar mi conjunto para cuando Pan se comunique mañana —Bura se acercó al refrigerador y sacó un jugo de lata — Compré cosas que sé le gustaran.

— ¿Para qué le compraste cosas?

Un atisbo de duda pasó por sus ojos azules, luego se repuso — ¿Acaso no es obvio? Le haré un desfile con todo lo que he comprado...

La chica salió corriendo a su habitación, Trunks se quedó pensando, esas eran cosas muy naturales en su hermana, no le sorprendió nada nuevo. Tal vez el informante de Pan era Goten, su amigo quién casi no veía aunque trabajaban en la misma empresa. Eran raras las tardes en que se veía con él y las cosas no eran buenas a menos que fuese negocios. Goten apenas le hablaba. Eso ocurría porque su amigo sabía toda la verdad acerca de él y Pan.

Deseaba reestablecer su amistad con el Sôn, pero los recuerdos de lo que le hizo a Pan se lo impedían. Desde que ocurrió ese suceso no sabía nada de ella, y cuando supo algo lo único que hizo fue ver al cielo donde la nave espacial ya cruzaba la estratosfera.

Goten se daba un relajante baño de burbujas en la comodidad de su casa, aunque podía comprarse un departamento en la ciudad no lo hacía porque su madre estaría sola. Habiendo tanta paz el joven cierra los ojos para relajarse en la tibia agua de jabón.

—Tío Goten... estas no son horas para un baño...

El Sôn abrió sus ojos todo lo que pudo al ver a la chica de pie junto a la tina.

— ¡Pan! No hagas eso... estoy desnudo...

La chica rodó los ojos y le pasó una toalla, al instante desapareció. A duras penas salió del baño y se vistió. Vio a su sobrina esperarlo sentada en su cama. El pudor no era algo característico en ellos, Pan paso por peores al ver a su abuelo de niño desnudo.

—Sabes, esa no es una buena forma de usar la tele-transportación.

Pan sonrió —No tengo culpa de que mi tío se bañé tan tarde.

—Ya vamos, muero de ganas por ver a ese pequeño.

Sôn Goten era el único en todo el planeta que conocía toda la verdad, la huida de Pan y la existencia de Bumirsk. Acompañó a Pan durante su primer año de viaje, lo hacía para cuidar de ella en su embarazo. A su regreso lo primero que hizo al ver de nuevo a su mejor amigo fue darle la paliza de su vida. Trunks acepto toda la culpa, no se defendió. Sin embargo el pelinegro no le dio ninguna información de la chica.

El hecho de que Pan no regresó al cabo de un año y sólo aterrizó en el templo de Kamisama para dejar a su tío y luego marcharse dejó a todos aún más intrigados, en especial su amiga Bura, ella conocía la verdad a medias. No sabía la existencia de Bumirsk. Viviendo en la misma casa que el padre la verdad se le podía zafar.

El resto permanecía ajeno al dolor de Pan. Para ellos la caprichosa Pan quería ser muy fuerte y por ello entrenaba siempre. Videl la dejó partir porque Goten la acompañó. Eso era algo que la chica de veintiún años debía a su querido tío de treinta y cuatro años.

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TA —DA

Hola a todos, espero les guste esta pequeña Historia que traje para entretenernos un momento. Cuídense y siembren un árbol.

Se despide,

Selene Taisho H.