Bueno, pues este fic es un reto que hice con una amiga llamada Saori ¬w¬ Asi que no me juzgeis!! no suelo hacer este tipo de fics u_u
En un principio, no parece nada malo...pero luego vereis ^^
Espero que os guste y que dejeis un review con vuestra opinión o que les parece este primer capitulo!!
Un saludo y...a leer!
Capitulo 1: ¿Primeros celos?
PoV: Kagamine Len
Me encontraba sentado en el sofá, pasando un canal tras otro…con cara de aburrimiento. ¿Quién no iba a aburrirse viendo todas esas cosas? Era todo un rollo…bostecé sin poder evitarlo. Como siguiera todo así iba a dormirme y tan solo eran las 6 de la tarde. ¿Cómo estaría pasándoselo mi querida hermanita? Esperaba que bien puesto que me dijo que disfrutaría por mi. Maldito resfriado… ¬¬
- ¡Aaahh, me aburro, me aburro! .__. - me tiré en el sofá soltando un gran suspiro y me quedé mirando el techo con las manos en la nuca. – Que tarde mas larga… - murmuré.
No sé que pasó después ya que mis ojos poco a poco empezaron a pesar como si fueran piedras y me vencieron. Sí. Mis ojos me ganaron ¬¬.
Un ruido fue lo que me despertó y al abrir mis ojos azules pude ver como mi gemela estaba tapándome con la manta. Conforme me vio despertarme sonrió y rió con un poco de vergüenza, seguramente porque pensaría que me habría despertado…aunque no iba mal encaminada, pero poco me importaba.
- Siento haberte despertado, Len… - se disculpó.
- No te preocupes, llevo durmiendo… - miré la hora y vi que eran las 11.
- Las 11, que tarde o.o. Espera… ¿Las 11? Miré de arriba abajo a Rin y luego le miré de forma acusadora y con una mano en el mentón…
- ¿Acabas de llegar, Rin? – pregunté de forma inocente, soy tan bueno a veces… :3
- Ehm…pues si ^^U es que nos entretuvimos un poco, ya sabes como es eso de ir a dar una vuelta, ir al cine…luego ir a cenar…
- Si, claro que lo sé… ^^ - dije con una sonrisa feliz, aunque segundos después la fulminé. - ¿Con quien fuiste a cenar? ¬¬ ¿Qué horas son estas? ¿Y si te hubiera pasado algo, eh?
- ¡Pero bueno, papá, déjese de preocupar! ¬¬ Estoy en casita a salvo, no hay de que preocuparse ¿no? Y ya te dije con quien iba. Estábamos Kaito. – ese nombre me hizo sentir un pequeño escalofrío por la espalda. – Akaito, Meiko y Miku. – contaba con los dedos.
- Akaito me da mas miedo… - murmuré por lo bajo con cara de –w-
- ¿Decías algo?
- ¡No nada, nada! ^^ ¿Y como lo pasasteis? – pregunté cediéndole el paso al sofá y ella sentándose a mi lado.
Me tocó la frente. Típico en ella, para comprobar si la fiebre había bajado, y parecía que sí puesto que su mirada y aquella sonrisa tan dulce lo decía todo. Le devolví la sonrisa y me recosté un poco abrazándola. Llevaba todo el día sin verla y la había echado de menos… u///u
- ¿Has cenado ya?
- No, estaba esperándote pero me quede dormido… ^^U
- Ya lo he visto ¬¬ ¿qué harías sin mi, hermanito?
- ¬///¬ ¡Cállate! – refunfuñé ruborizado y ladeando la cabeza para no mirarla.
- ¿Te hago la cena, hermanito~? – preguntó de esa forma que me hacía sentir el niño pequeño de la casa…cosa que odiaba y ella lo sabía por lo que la miré bastante mal.
- ¡No me llames hermanito! ¡Somos gemelos! ¡Tenemos la misma edad!
- ¿Y eso que más da? ^^ Soy un minuto y 23 segundos más mayor que tu. – me sacó la lengua y yo me irrité tirándome de los pelos.
- ¡Maldito minuto con 23 segundooooos! – exclamé mientras ella se reía de mi.
De repente, noté como unos labios muy cálidos tocaban mi mejilla y eso me hizo ruborizarme un poco. ¿Por qué últimamente cuando mi hermana se acercaba tanto a mí mi corazón latía más rápido que de normal? Era una sensación un tanto extraña…pero era tan agradable y me gustaba tanto que deseaba que me diera más besos de esos y se acercara más a mí de lo normal…sería la fraternidad, seguro que sería eso.
"Ah…me gusta que me bese u//u seré tonto"
- No te preocupes, siempre serás mi queridito hermano pequeño…pequeñín – dijo revolviéndome mi cabeza.
Mis ojos de estar *O* pasaron a estar ¬¬ y le sacó la lengua apartándome y cruzándome de brazos. Podía ser tan mala a veces… TwT y eso que no se daba cuenta de que fastidiaba los momentos en los que yo pensaba cosas, cosas raras, pero cosas bonitas al fin y al cabo ¿o no?
- Creo que estar enfermo me hace tener demasiados cambios de humores ¬¬
- Eso lo tienes todos los días, estés o no enfermo, her-ma-ni-to. – dijo moviendo los dedos de un lado a otro, como dándole o gran énfasis. ¿No se cansaba de eso o qué?
- ¡VETE A HACER LA CENA! – exclamé al ver que no dejaría ese tema.
- ¡Pero que machista eres, Len! – dijo colocando una carita llorona que hizo que me derritió por completo.
- ¿Machista? ¬¬ ¿y como se le llama a…? - de repente me acerqué para jugar y la tiré al sofá quedándome encima de ella y haciéndole cosquillas en el vientre. – las hermanas mayores que tientan a sus hermanos gemelos? – dije gemelos a última hora por no decir pequeños aunque…había dicho mayores por lo que tontamente, me había vuelto yo solo a llamar "hermano pequeño".
- ¡No! ¡Para, Len! – se revolvía entre risas pero no iba a soltarla ¡vaya que no! Esa era mi venganza, mi gran y dulce venganza…
- ¡No parare! – reí con ella sin dejarle en paz.
Estuvimos un rato jugando sin tener en cuenta nada más. Me gustaba jugar de esa manera con ella, a fin de cuentas, era mi hermana y ya no se podía jugar con coches o muñecas…aunque eso de las muñecas…mejor no recordarlo.
Poco a poco y sin darnos cuenta, ambos caímos en brazos de Morfeo y quedamos seguramente tumbados abrazados y en el sofá.
Al día siguiente, empezó a sonar el teléfono y me despertó a regañadientes, mientras Rin seguía acomodándose en el sofá y aprovechándose de mi calor corporal. Que chica…siempre estaba fría. Estiré mi brazo y alcancé aquella maldita maquina que los humanos llamamos "teléfono" y sirve para incordiar cuando estamos con quien queremos tan agustito…
¿Moshi moshi? Casa de los Kagamine.
- ¡Hola, Len! – dijo entusiasta una voz que reconocería entre multitudes…sin duda alguna, era… - ¡Soy Kaito! ¿Está tu hermana por ahí? Quisiera hablar con ella.
- Sí…está… - la miré de reojo. – Bueno, está en la ducha. – era mentira, pero no iba a despertarla para que hablara con el ligón del grupo…seguro que iba detrás de ella y eso…no lo iba a permitir.
- Vaya…¿le puedes decir que me llame cuando salga?
- ¿Por qué? ¿Ha pasado algo? – pregunté disimuladamente, a fin y al cabo, Kaito era mi amigo…y me lo solía contar todo…todo y todo.
- Pues…es que… - parecía que no se atrevía a decírmelo, pero hice un ruidito con la voz de querer saberlo y oí un suspiro en el otro lado. - ¡Es que voy a pedirle una cita!
- ¿Q-Q-Q-QUE!? – no pude evitar gritar aquello y Rin abrió un ojo rascándose el otro de forma tan cuca.
- ¿Qué pasa, Len? – preguntó medio dormida.
- ¿Esa es Rin? ¿No estaba en la ducha?
- Es que… estaba metiéndose en ella… ¡un momento! – tapé el teléfono y le fulminé con la mirada. – Cita y Kaito en la misma frase..
- ¿Eh? – preguntó confusa ladeando la cabeza. - ¿De que hablas?
- Cógelo, anda. – le tendí aquella cosa y me fui a la cocina, apretando los dientes.
¿Por qué estaba tan enfadado? ¿O era molestia? ¿Pero por qué? Bueno, ¿Qué importa? No tenía que importarme eso…aunque bueno, es mi hermana y saber con quien sale o deja de salir si me importa…¿pero justo Kaito? No es trigo limpio…¡no me gusta para ella! Espera, ¿estoy tan enfadado porque uno de mis amigos va a salir con mi hermana? Estoy loco…
Me rasqué la cabeza un poco confuso por todos aquellos pensamientos. Últimamente lo único que hacía era darle demasiado al coco con esas cosas, con ese tema en concreto. Miré de reojo hacía donde se encontraba Rin y la vi sonriendo tan feliz y con las mejillas sonrojadas que suspiré y me apoyé al lado de la puerta para oír un poco…aunque sabía que estaba mal.
- ¡Vale! Pues entonces quedamos a esa hora, Kaito. – decía contenta, a saber a donde la iba a llevar…
Poco después de eso, la vi como desaparecía por su habitación cerrando su puerta…y ¿canturreaba una canción? ¡Encima era una canción de Kaito! Una vena apareció en mi cabeza sin poder evitarlo y cogí un plátano y lo pelé enfadado, comiéndomelo de igual forma. ¿Por qué cantaba y encima una de Kaito? ¿No había más canciones?
Salí de la cocina para ir a mi habitación cuando de repente, vi a Rin cruzar de su habitación al cuarto de baño con una sola toalla rodeando todo su cuerpo…mis mejillas se sonrojaron y de pronto noté como todo mi cuerpo ardía. ¿Sería la fiebre? Sí, tenía que ser eso…la fiebre viene y va, es como la montaña rusa…a veces sube…y a veces baja ¿no? Pero no, estaba todo rojo…y la miré sin darme cuenta de arriba abajo…estaba tan guapa…tan sexy…tan…ella *¬*
- ¿Len? ¿Estás bien?
- Eh…pues… - dije nervioso. – C-Cr-Creo que tengo fiebre…¿puedes mirármelo?
Que bueno soy…con eso seguro que pica y puede acercarse a mí. Y efectivamente, se acercó con cara de preocupación. Su mano tocó mi frente y pudo darse cuenta que estaba bastante caliente…la deslizó por la mejilla como si de una caricia se tratara y yo más nervioso me puse. ¿Por qué me ponía así? Agaché un tanto la mirada…¿mal o bien por mi? Mis ojos vieron el escote de su pecho con la toalla y eso me hizo ponerme más rojo si es que podía y mirarla algo avergonzado.
- Estás caliente pero… - ladeó la cabeza un poco confusa.
- ¡N-No pasa nada! Me meto en la cama y se me pasara ^^U ¡Tu dúchate tranquila! – eché a correr y me encerré en mi habitación, apoyándome en la puerta.
- ¿Len? – oí extrañada.
Me detuve en mi propia habitación y me llevé una mano al pecho respirando como si la vida me fuera en ello. ¿¡Que acababa de suceder!? Acabo de perder los papeles… ¿por mi propia hermana? ¡Pero no podía ser con Miku, con Luka! ¡No! ¡Tenia que ser con mi propia hermana!
- Aunque… - alcé mi cabeza mirando al techo y recordando aquella gran visión que había tenido por un momento. – No sabía que le habían crecido tanto…de pequeña era una tabla de planchar y ahora… - negué rápidamente con la cabeza. - ¡Pero que dices, Len! No seas pervertido . no lo eres, no lo eres…
Pero era cierto, aunque no lo quisiera admitir. No que era pervertido. Sino, que Rin se había ido haciendo mujer ante mis propios ojos y estaba haciéndose demasiado linda…¡y yo soy hombre! Aunque sea su hermano, sigo siendo un chico…supongo que son cosas que pasan muy a menudo.
Me acerqué al escritorio, y allí, se encontraba un marco con una foto de cuando ambos éramos pequeños. Sonreí y la tomé sentándome en la cama miando aquel objeto con melancolía. Traía tantos recuerdos aquello…
- Que suerte tenía por aquel entonces… - murmuré viendo aquella foto.
La foto se trataba de cuando Rin y yo teníamos 6 años, ella me pasaba los brazos por detrás de la cabeza mientras se apoyaba en mi pecho y yo mantenía mis manos en su cintura. Estábamos subidos a un aplanadora, donde hicimos más de una travesura y que por ello nos reñían mucho aunque hacíamos oído sordos y nos poníamos a burlarnos de los perros que pasaban por allí ya que todos eran muy raros.
- Una nube apareció de repente por mi cabeza, haciéndome imaginarme algo…
- Si eso pasará ahora… - dije por lo bajo con una sonrisa feliz.
En aquella nube, se podía observar el mismo sofá en el que esa noche estábamos ambos, ella posada entre mis piernas, apoyada en mi pecho y vientre y yo rodeándola tumbado debajo de ella…me ruboricé al pensar eso y negué muchas veces con la cabeza. ¡¿Qué diantres estaba pensando?! ¡Rin era mi hermana! Y los hermanos no hacían eso…
Coloqué la foto donde la había cogido y suspiré bastante cuando me di cuenta de todo aquello. Últimamente me pasaba así todo el día, soñando cosas extrañas con mi hermana gemela y la verdad es que no lo entendía ¿Por qué me pasaba? No tenía ni idea…y ahora mismo no quería pensar en ello la verdad.
Empecé a arreglar un poco toda mi habitación oyendo como el agua de la ducha caía en la otra habitación. Rin ya estaba duchándose…
"Quien fuera agua…" pero al oír ese pensamiento en mi cabeza no pude evitar saltar ante mi mismo.
- ¿¡EH!? ¡P-Pero que digo!
Había pasado un rato y el agua había parado de sonar así que decidí salir ya de mi habitación y al hacerlo me encontré a Rin saliendo también de la suya…con el cabello todo empapado y ella secándose con la toalla mientras caminaba.
- R-Rin…
- ¿Qué pasa, Onii-chan?
- N-Nada… - negué con la cabeza y me dirigí al sofá.
- ¿Sabes, sabes? ¡He quedado con Kaito! – se le veía tan feliz que me lo habría dicho dando saltitos de felicidad, como si lo viera…y eso a mi me molestaba, sin saber el porqué.
- ¿Con Kaito?
- ¡Si! ¿No es fantástico! _ ¡Vamos a salir hoy todo el día! – entonces pareció acordarse de mi, o vaya…soy importante después de ese ser amante de los helados. – Len…¿No te importa? No quiero que estés solo todo el día…
- No te preocupes por mi, Rin. – dije con una sonrisa. ¿Cómo podía mentirle tan fácilmente? – Tenía pensado llamar a Miku para…bueno, ya sabes. – me ruboricé un poco para disimular mejor y pareció que eso coló, y se lo tragó.
- ¿En serio? ¡Eso suena bien! ¡Mucha suerte, hermanito!
- Igual para ti.
¿Cómo podía haber dicho yo semejante cosa? ¡Yo no le deseaba suerte ninguna! Me arrepentía de esas palabras más de lo que pensaba y torcí el gesto de mi boca cuando ella no se dio cuenta.
Rin volvió a meterse en el baño sin cerrar la puerta, por lo que me entró curiosidad de TODO lo de la cita y ¿por qué no preguntarle? A fin de cuentas…estábamos los dos hoy con citas y no tenía porque molestarle ¿o si?
- ¿Y donde vas?
- No lo sé, me ha dicho que es sorpresa _ - oí una risa y rodé los ojos.
- ¿A que hora has quedado?
- Pues me ha dicho que en un rato venía a recogerme… ¿Por qué no llamas tú a Miku? ¡Seguro que con lo torpe que eres se te olvida de llamar a tu cita!
- Es que contigo delante…me da vergüenza. – murmuré un poco, aunque yo sabía porque lo hacía.
- Que rarito eres. – rió y salió preciosa…pero iba así para él, cosa que me enrabietó.
- ¡No soy rarito!
- ¡Si lo eres~! ¡Además! ¿Por qué no coges el teléfono y te vas a la habitación? Allí tienes más intimidad.
- ¿Y tú como sabes eso? ¬¬ ¿Acaso ya lo has hecho? – en ese momento, pensé muy mal. ¿Hacer qué? - ¡Llamar, digo!
Me miró con cara muy rara, como si hubiera dicho algo malo, pero malo era lo que tenía en la mente.
- No he dicho nada.
- Necesitas un médico, hermanito… - rodó los ojos y se echó a reír.
Refunfuñé por lo bajo y suspiré rascándome la cabeza resignado. No me gustaba que me dijera eso, era como si estuviera loco ¡y no lo estaba!
- Pero tu sigues sin responderme a la pregunta, her-ma-ni-ta
- ¿Ah? ¿Y por qué debería de responderte, e-na-ni-to~?
- ¡NO ME LLAMES ENANO! – exclamó.
- Vaaaale, enanín~
- ¡Tampoco así!
- ¿Enano?
- ¡Viene a ser lo mismo!
- ¿Pitufo?
- ¡NO SOY AZUL!
- ¿Gusizul?
- ¡Yo no brillo!
- Bueno, bueno, pues pulgarcito y listo. ¡Voy a terminar de arreglarme~!
No pude decir nada puesto que se metió en la habitación y yo me quedé con la palabra en la boca. ¡Habrase visto! ¿Cómo era capaz de decirme tantas cosas en tan solo 20 segundos? Sabía dejarme mal y sobretodo…sabía lo que no me gustaba por lo que me chinchaba más. Era una hermana mayor mala…
En una hora, Rin salió con un vestido que yo le había regalado…y le fulminé con la mirada por un momento. ¿Iba a ir así con ese heladero? Suspiré y me distraje con la tele, aunque fuese mentira, todo era por disimular…y justo sonó el timbre. Rin iba a ir a por él pero yo fui más rápido y lo alcancé.
- ¿Siii~?
- ¡Len, soy Kaito!
- Oh…que sorpresa. – dije sarcásticamente y con una sonrisa muy falsa.
- ¿Es Kaito? – susurró mi querida hermanita.
- ¿Con quien quieres hablar?
- ¿Puedes decirle a tu hermana que baje? La espero.
- Oh, si, claro…MI hermana. – hice que tosía como si hubiera empeorado. - Rin, te espera abajo. – dije secamente colgando aquel aparato.
- ¡Vale! ¡Entonces me marcho! Y no te olvides de llamarla ¬¬
- Que si, si, adiós y pásalo bien.
Rin correteó hacía mi, besándome la mejilla y marchándose a toda prisa por la puerta. La observé marchar y cerré bien la puerta…me asomé un poco por la ventana y cuando los vi lejos…cerré la cortina y golpeé el armario de una patada.
- ¡¿POR QUÉ, POR QUÉ, POR QUÉÉÉÉ!? – grité estresado.
Resoplé y me puse a hacer algunas cosas por la casa, tomando algo de comida y tomando el teléfono entre mis manos. Mis dedos inconscientemente, teclearon los números de una chica, la peliverde del grupo, Miku. Enseguida, el teléfono al otro lado se descolgó.
- ¿Si? Miku Hatsune al habla~
- Ohaio, Miku-chan. – dije con una pequeña sonrisa. - ¿Cómo estás?
- ¡Len-kun! Pues…ahora mismo estoy aburrida. – suspiró. - ¿Y tú?
- Quería preguntarte si querías venirte a mi casa, conmigo…así hablamos un poco.
- Demo… - parecía que esperaba algo.
- Kaito está con Rin, por si esperabas su llamada. – dije por lo bajo.
- En un ratito estoy allí, Len-kun.
- ¡Ok!
Colgué el teléfono y simplemente me mantuve esperando a que Miku llamara. La verdad es que era la única que podía entenderme, debido a que ella sentía algo más que amistad por Kaito y según me decía ella, los celos que tenía por mi hermana, por llamarlos así, no eran muy normales.
No tardó demasiado en aparecer, por lo que rápidamente, Miku entró en casa mirándome de forma acusadora.
- ¿Cómo lo has permitido, tonto-kun?
- No es mi culpa T_T pensé que aun estando enfermo me haría caso, pero ya ves que esos dos… ¬¬ - dije cerrando la puerta y ofreciéndole sitio en le sofá.
- ¿Y como te encuentras?
- Mejor, mejor. – asentí con la cabeza.
- Ya decía yo que anoche veía nervioso a Kaito…cuchicheo algo con Meiko y ni siquiera conseguimos enterarnos nadie de eso, seguramente lo planeó con ella.
- Meiko siempre en el medio T_T la odio. – suspiré.
- ¿Tienes algo pensado? Seguro que con esa cabecita que Dios te ha dado ya has planeado algo ¿me equivoco? – dijo con cierta cara de maldad.
- Pues… - alcé el dedo como negándolo pero reí por lo bajo. – Algo así, sí.
- Cuenta, cuenta. – dijo rápidamente.
Lo pensado era lo siguiente. Hacer que ambos discutieran y no fuera una discusión pequeña, no…de eso nada. Una discusión de las buenas…podría Miku besar a Kaito delante de sus ojos y llevarse tal decepción que no quisieran verse en mucho, mucho tiempo.
Ambos sonreímos de forma malvada, no podíamos evitarlo. Y parecía que a Miku esa idea le gustaba. A fin de cuentas, iba a besarle…¿Qué mejor premio podía obtener que ese? Parece que ella tiene más suerte que yo, piense lo que piense…
- Bueno, si ese es el plan tu prepárate para consolar a tu hermanita en tus brazos de hermano pequeño, casanova~ - dijo riendo.
- ¡Y dale con hermano pequeño! ¡Que somos gemelos!
- Pero ella es… - alzó el dedo índice.
- ¡1 minuto y 23 segundos! ¡Lo sé, lo sé!
- Aunque claro, apuesto a que te gustaría ser tu quien besara a Rin~
Eso me hizo ruborizarme un momento y mirarla de forma acusadora. En mi mente apareció Rin y yo dándole un beso y no en la mejilla como hacía ella…
- ¿Ves? Te has puesto más rojo que un tomate~ ¡es cierto, es cierto!
- ¡Urusai, urusai, urusai! (Cállate)
- Oh, vamos~ ¿Cómo van esos celos~?
- Pero quieres parar T_T
- Deja de mentirte a ti mismo, Rin te gusta y no poco precisamente y mucho menos como hermana ¿verdad?
- ¡Cállate! No me gusta ¬¬ Solo me preocupo por su bien.
- ¿En serio? – de repente, sonrió de una forma…que miedo daba. - ¡Tengo fotos recién salidas de la cámara! – sacó de repente, dos fotos dadas la vuelta, de Dios sabía donde.
- Me da igual. – se cruzó de brazos.
- Rin salida de la ducha. – Ups…eso iba directo a matar. – Rin en bañador, Rin dormida, Rin… - como siguiera me iba a desangrar por la nariz… - ¡Anda, y una cambiándose! – eso me hizo ponerme rojo y que la sangre terminara por brotar de mi nariz.
- ¡DAME, DAME! – dije rápidamente saltando a por ellas.
Miku me paró por la frente y las fotos estaban en el otro brazo. Reía de forma maliciosa, podía ser mala a veces, demasiado mala…
- ¿Lo ves?~
- ¡Miku-nee! T-T – dije con ojos de corderito degollado.
- Vaya, veo que no eres tan niño bueno como piensan todos.
- ¡No lo soy! ¡Dámelas!
- Ten. – me las tendió y como un pasaje a las puertas del cielo me lancé hacía ellas cociéndolas para verlas.
- ¿Cuál fue mi error? Mi cara se puso de repente verde, al ver que no eran de Rin…
- ¿Qué…es…esto?
- ¡Pues es nuestro queridísimo Gackupo~! – dijo bailoteando por el salón.
- ¡DIJISTE QUE ERAN DE RIN!
- Y las tengo, pero no te las daré hasta que los separemos, así tu tienes doble premio ¿nee? – me guiñó el ojo y yo la fulminé con la mirada.
- Ahora debería de conseguir separarlos si al menos quería tener fotos de Rin escondidas por mi habitación…suspiré.
- ¿Qué he hecho yo para merecerme esto? – murmuré por lo bajo.
- Ten. – me tendió algo y yo la miré con desconfianza. – Vamos, vamos…cógela..
- No soy un perro ¬¬
- Pues cógela ¬¬
La cogí y al ver aquel pelo rubio mis ojos brillaron por un momento. Esa foto si era de Rin, salía tan sonriente como siempre y miré a Miku sin entender.
- A ver si así te levantas un poco de ese fondo oscuro y negro en el que estás…¡así no la conseguirás!
- ¿Pero que diablos dices? ¬¬
- Pues lo que oyes, idiota. Está claro que estás coladito por ella.
- ¡Es mi hermana!
- Sí, a eso se le llama incesto. – dijo divertida riendo. – Eres un incestuoso, Len~
- ¡Urusai! (Cállate) – exclamó sonrojado.
Estuvimos toda la tarde hablando, divirtiéndonos y en ciertas partes hasta me había olvidado de que Rin, estaba fuera en una cita con Kaito. Miku siempre había sido una buena amiga, siempre que había necesitado algo, estaba ahí…le agradecía demasiado y creo que yo también hice algo por ella, porque era igual en ese aspecto.
La tarde iba pasando tan rápido que cuando quisimos darnos cuenta, ya era hora casi de cenar.
- Yo he de regresar ya, Mikuo me andará esperando. – dijo Miku con un suspiro. – Seguro que ni ha hecho la cena, con lo perezoso que es.
- ¡Entonces mañana nos vemos! – reí divertido.
- ¡Claro!
Nos levantamos de donde nos encontrábamos, dirigiéndonos a la puerta. Abrí y Miku pasó por ella deteniéndose para mirarme con una sonrisa, a lo que yo le correspondí enseguida.
- Suerte luego, chico-shota. – me guiñó un ojo y le miré mal bastante sonrojado. – Nos vemos mañana ¿ok? Recuerda lo que hablamos.
- Sí, no te preocupes. Tú ten suerte.
- Lo mismo tú. – dijo sonriente.
- ¡Hasta luego! – se despidió con la mano y la vi marchar calle arriba.
Suspiré y me acerqué a la cama dejándome vencer en ella. Estaba bastante cansado, esa tarde había sido demasiado hiperactiva, y es que Miku lo era…cerré un momento los ojos tan sólo para descansar y esperar a mi querida hermana cuando parece ser…que caí en un sueño profundo, dado que no escuché ya nada más.
