Disclaimer: Personajes de J.K Rowling. No gano nada con esto más que divertirme y divertirlos!

Aclaración: Este fanfic participa en los "Desafíos" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black". Me he apuntado en la lista número 2 y debo escribir sobre los Pecados Capitales. Esta es la primer viñeta de una serie de 7.

¡Que lo disfruten!


GULA

La madrugada se había instalado en Hogwarts desde hacía al menos una hora y gracias al invierno el frío calaba hasta los huesos, además de que en las mazmorras la temperatura era aún menor.

La habitación de los chicos del cuarto año estaba oscuro y en silencio, salvo por los ocasionales ronquidos de Gregory Goyle, la mayoría de sus habitantes se encontraban sumidos en un profundo sueño. Pero uno de ellos estaba dando tantas vueltas en su cama como el gran London Eye a causa de una ridícula dieta a la que sus compañeras de casa y curso los habían sometido a él y Gregory.

Vincent suspiró por enésima vez esa noche mientras maldecía a Daphne y a Pansy por la estúpida idea sobre que estaban pasados de peso. Él nunca entendería el pensamiento femenino acerca de preferir un hombre delgado en lugar de uno que sea capaz de ocultarlas perfectamente tras su espalda, pero tampoco quería ponerse a discutir acerca de quién tenía o no la razón.

Así que a fin de mantener la paz y seguir disfrutando un año tan fabuloso ellos habían aceptado tener un desayuno balanceado a base de cereales, frutas y proteínas; un almuerzo liviano que generalmente consistía en ensaladas con pollo o pescado, y una cena casi inexistente con sopa de verduras, verduras asadas o los vegetales en cualquiera de sus presentaciones. Como consecuencia Vincent tenía toda una manada de animales hambrientos en su estómago que rugían por alimento.

Maldiciendo una vez más a sus compañeras volvió a girar para el otro costado y consiguió unos preciados treinta segundos de silencio que fueron interrumpidos por Draco Malfoy, quien se encontraba en el décimo sueño de la noche y pegó un brinco violento en la cama al tiempo que murmuraba:

-¿Con que te gusta golpearme, Granger? Ahora recibirás tu castigo… súbete la falda que te daré unas nalgadas…- Lo demás se perdió en inteligibles palabras.

¿Qué demonios…? Draco soñando con la sangre sucia… si ya sabía Vincent que desde el baile de navidad tanta fijación con esa mujer no era normal. Pero seguido a Draco, su estómago volvió a gruñir con tanta fuerza que fue perfectamente sonoro y el Slytherin optó por ponerse en una nueva posición, esta vez con la espalda sobre el colchón.

Otros preciados segundos de silencio que, nuevamente, fueron interrumpidos; ahora el causante era Blaise Zabini y el hecho de que se tirara un pedo. ¡Joder, que compañeros más guarros que tenía! Compuso una mueca de asco mientras suspiraba y cerraba los ojos intentando dormir. Sin embargo los abrió enseguida, puesto que un nuevo rugido de su órgano vital se escuchó otra vez en el cuarto.

-Maldición.- Exclama Crabbe, totalmente hambriento y cansado de dar tantas vueltas en la cama, y con un manotazo se aparta las frazadas de encima para levantarse.

A paso rápido trato de vestirse sin chocar contra nada porque aunque él no pudiera dormir, le lloverían maldiciones si despertaba a alguno de los chicos, y además se estaba congelando el culo gracias al invierno. Cuando completó la tarea sin errores se felicitó mentalmente y caminó rumbo a la sala común con la esperanza de tomar una botella de alguna bebida con contenido de alcohol y perderse en ella. Pero no llegó a hacerlo porque su tripa volvió a sonar y cansado de sufrir una tonta dieta por culpa de las mujeres que reflejaban sus propias inseguridades en ellos tomó la decisión de ir a las cocinas.

Bajó la escalera del cuarto y atravesó la sala común imaginándose la cantidad de pasteles de manzana y brownies de chocolate que tendrían los elfos domésticos en la cocina y la boca se le hizo agua. Y es que una de las principales características de Vincent era su amor por la comida.

También podía decirse que tenía mucha consideración por el trabajo que pasaban esos seres en preparar todos los manjares de las respectivas horas de comida, y lo mejor era entonces aprovecharlos, ¿verdad?

Así que siguiendo su camino hacia su objetivo atravesó las escaleras del vestíbulo y luego continuó por un corredor largo y estrecho hasta ver el cuadro del frutero, y tras hacerle cosquillas a la pera vio la perilla de la puerta aparecer y entonces la giró, que tampoco quería ser castigado por el amargado del celador y esa extraña gata que más bien parecía persona.

Todos los elfos se congelaron en sus lugares cuando lo vieron entrar y Vincent estuvo tentado de preguntarles cómo habían hecho sus amigas para conseguir que ellos solo sirvieran las comidas permitidas en su plato y el de Goyle, aunque sin embargo se sintió un tanto intimidado al ver tantas miradas grandes enfocadas en su persona y carraspeó levemente tratando de actuar con normalidad.

Con toda la normalidad posible teniendo en cuenta que eran las cuatro de la madrugada y en vez de estar durmiendo para el largo y pesado día de clases que le esperaba, estaba metido en la cocina, la cual estaba oculta para cualquiera que no fuera un Hufflepuff, y solo vestía un pijama azul con una serpiente bordada en el lado izquierdo, justo del lado del corazón.

-¿Sería posible conseguir algunos pastelitos y un poco de zumo?- Pregunta temiendo la reacción de los elfos, después de todo nunca podía estar segura de la forma en la que Pansy y Daphne los habían manipulado y bien sabía el propio Salazar que ese par era un poco maquiavélico y peligroso.

Sin embargo, antes de que pudiera pestañear todos los elfos se pusieron manos a la obra, buscando diversos platos y llenándolos de deliciosa comida: torta de melaza, pastel de chocolate, tostadas, huevos revueltos, carne asada, zumo de calabaza y uva y varias cosas más.

Al finalizar Vincent tenía una bandeja repleta de manjares que no demoró en comenzar a comer, aún sin haber llegado a la sala común. Pero en cuanto atravesó la pared buscó un sofá frente a la chimenea y se acomodó con la gran bandeja en sus piernas mientras uno a uno cada trozo de comida era engullido con ganas, algunas cosas no llegaban a ser ingeridas por completo, sino que eran olvidadas cuando algo más apetitoso se le cruzaba enfrente, mientras que con las dos manos se metía un alimento detrás de otro.

A la mañana siguiente un grito femenino fue lo que consiguió despertarlo, aunque no supo en qué momento se durmió exactamente.

-¿¡Qué demonios hiciste, Vincent Crabbe!?- La voz de Pansy lo hizo saltar del sillón, aterrado. Sus músculos protestaron por el brusco movimiento y la mala posición.

Todos bajaron corriendo al escucharla, pero se quedaron de piedra al observar que su compañero estaba rodeado con una bandeja, varias jarras de zumo y botellas de licor y un montón de restos de comida sobre el piso.

-Al menos no fui el que soñó con Hermione Granger.- Fue lo único que se le ocurrió decir para defenderse.

Pansy abrió desmesuradamente los ojos, incrédula, mientras que Theodore, Blaise, Gregory y Daphne se reían de forma estruendosa y Draco adquiría un sospechoso tono colorado.