REGRESIÓN

"Parece que ese francés quiere en serio algo contigo", le decía Kurt a Rogue. "No es necesario que te preocupes por mí, recuerda que después de todo no somos hermanos de sangre", le dijo ésta molesta. "Es insólito como todos creen que de un día para otro pueden meterse en mi vida y ser parte de ella... además, mi piel no me lo permite" "Son todos unos idiotas. Apuesto que ese Gambito debe de pensar que me muero por él".

También es insólito que Rogue piense así, pues si supiera unas cuantas cosas del pasado, no creería insólito el comportamiento de Gambito. Después de todo, lo conocía más de lo que ella pensaba, o de lo que recordaba.

Capítulo 1: El comienzo de la regresión de Rogue

Esa misma noche Rogue tuvo sueños bastantes raros, veía una espada todo el tiempo, y esa espada le atemorizaba... pensaba que un trozo de su alma se iba cada vez que aparecía. También vio mujeres con kimonos, ¿a quién diablos absorbió que tuviera toda esa vida?. Parecía, o más bien era el antiguo Japón, como si se hubiese apoderado los recuerdos de alguien que vivió demasiado tiempo, pero eso no era posible... entonces, ¿a quién?. ¿Quién diablos la estaba haciendo sufrir así?. Al final de una especie de callejón, como una especie de respuesta a sus preguntas, distinguió un rostro... "¿qué...? ¡Gambito!. Hasta en sueños el maldito se metía a molestarla. Ya no podía más con ese sueño así que se despertó. Lo mejor era ir por un vaso de leche para dormir mejor.

"Debo dejar de pensar en ese sueño", se decía a sí misma mientras lavaba el vaso que acababa de ensuciar. "¿Qué soñabas?", preguntó Jean apareciendo. "No te interesa", le respondió a la señorita perfección. "Sabes que si tienes algún problema el profesor Xavier puede ayudarte a descubrirlo...". "No lo necesito", interrumpió Rogue. "Buenas noches, entonces". "Serán buenas para ti", pensó, con ese sueño raro le sería imposible tener una buena noche.

Al día siguiente Kurt se teletransportó muy alegre a la habitación de Rogue.

- ¡Rogue, despierta!.-

- ¡Qué no ves que no pude dormir en toda la noche, déjame descansar!- reclama Rogue.

- Tienes visita, Rogue, debes levantarte- insistió el chico azul.

- ¿Visita?- contestó semidormida refregándose los ojos.

- Y no le importará verte en pijama.- diciendo esto teletransporta a nuestra protagionista al primer piso del instituto, en donde ella puede observar a Gambito.

- "Primero en mi sueño y luego aquí, no puede ser verdad. Ésta, me la pagas Kurt"- se dijo para sí.

- Bonjour, mon amour.- El chico en verdad gozaba la visión que tenía en frente. No es que su pijama fuese sexy o algo así, era sólo que esta era la primera vez que él tenía la oportunidad de verla sin ese maquillaje gótico. Iba a inclinarse para besarle la mano a su ángel.

- No seas estúpido. Estoy sin guantes, absorbería tu energía- redijo sin más.

- No me importaría quedar sin energía con tal de poder disfrutar el contacto de tu hermosa piel, mon amour.- dijo sonriendo.

- Ve al grano, Gambito.-

- Deseaba verte, ma chèrie. Y déjame decirte que te ves más bella que nunca.- dijo con ese acento francés que lo caracterizaba.

- No digas tonterías, dormí horrible...-

- ¿Tuviste pesadillas?-interrumpió Gambito.

- Sí, soñé contigo.- Dijo de cierta forma irónica la verdad.

- Yo también soñé contigo, ma chèrie.- "ya hasta sueña conmigo, realmente se conquistar a una mujer" se dijo a sí mismo el francés.- Cierto- retomó la palabra- también quería decirte pues que hoy es mi día libre y podríamos salir a pasear juntos, mon amour.

- ¡Me importa un comino que hoy sea tu día libre!- exclamó enfadadísima. "¡Qué se creía, que yo lo iba a estar esperando para que compartamos su día libre!", pensó ella.- ¡Mira tú, cuando no es tu día libre resulta que tenemos que pelear y hasta puedes acabar matando a mis amigos! ¡No pienso salir contigo ni en mil años!- y ahora sí que estaba irritada.

- Mais, Chèrie!- decía sorpredido el francés.- Sólo quiero conocerte un poco más, y que tú puedas conocerme más a mí también.- decía ya un poco resignado (o por lo menos eso esperaba Rogue) para conquistarla en esta oportunidad.

- Pues no quiero, now you can go!- y le cerré la puerta del instituto.

"Ojalá se hay ido bien lejos, de repente por su culpa todos creen que pueden venir a aconsejarme sobre mi vida. Aunque, a decir verdad, la primera vez que lo vi, lo encontré guapo, lamentablemente creo que se dio cuenta y se le metió en la cabeza, realmente es un presuntuoso testarudo.

"Puedes venir un momento, Rogue", interrumpió el profesor sus pensamientos, "Deseo que hablemos en mi oficina". Fue así como ambos subieron la escalera en completo silencio hasta llegar allá.

- ¿Qué desea profesor?- pregunto inquisitiva y un poco molesta de que de repente todos la "visitaran" de un momento a otro.

- Jean me contó que has tenido pesadillas- dijo el profesor. - ¿Es eso cierto?

- Sí, pero le pedí que no le dijera.-

- Está preocupada por ti. Tú te cierras mucho, así que uno no sabe si preocuparse o no, Jean sólo trata de hacer lo mejor.- defendió Xavier a su antigua alumna.

- Ella leyó mi mente, profesor.- espetó Rogue.

- Se está esforzando por no hacerlo. Ya la próxima vez no lo hará.- aseguró él.- Pero, fuera de eso, ¿es primera vez que tienes ese sueño?

- No ya lleva unos cuantos días, profesor.-

- Ya veo, ¿y crees que sea de alguien que absorbiste?.-

- No sé quién podría haber vivido en el antiguo Japón, profesor- dijo ella resignada.

- Entiendo...- se quedó pensativo.

- ¿Puedo irme ahora?- Rogue comenzó a levantarse del sofá.

- Espera.- interrumpió Charles.- Podría ser que se tratase de una... aunque es poco probable, de una vida pasada tuya.

- La vida es demasiado cruel para vivirla dos veces, ¿no cree?-

- A lo mejor te quiere dar otra oportunidad. Lo que debemos hacer es una regresión. Llevarte de vuelta a esa vida que olvidaste a través de la mente, para que recuerdes que es lo que te sigue atormentando, siempre que sea el caso, claro.- aseveró el profesor.

- Si sólo sí me dejará tranquila... Sólo dígame que tengo que hacer.-

- Sólo recuéstate en el sofá, la mente podrá hacer el resto.- Le dijo al mismo tiempo que se disponía a hacerla entrar en un sueño profundo.