Disclaimer: Dragon Ball Z no me pertenece. Todos los derechos están reservados por Akira Toriyama.
Juegos del Destino
Segunda Parte
Capitulo 1: La Carta.
Había pasado un año desde la vez en que Vegeta y Bulma habían confesado sus sentimientos. El tiempo les había pintado bastante bien a la pareja que ya cosechaban una relación bastante sólida; Bulma a pesar de su mal carácter era cariñosa con Vegeta y este por su parte ya había dejado buena parte de su orgullo a un lado.
La mayoría de lo días después de la escuela la pareja iba a casa de él o de ella para hacer la tarea juntos o ver películas.
Ninguno de los dos admitía abiertamente ante otras personas que estaban muy enamorados, pero era obvio para todos que así era.
En cuanto a la escuela el tiempo había pasado volando y ya quedaba un mes para su graduación, un mes para que cada uno escogiera el camino que quería seguir. Milk seguiría trabajando en el restaurante de su padre como la Cheff oficial y Goku sería el contador de dicha empresa*; Bulma se convertiría en la dueña legítima de Capsule Corp, sin embargo Vegeta aún no había decidido con certeza lo que haría aunque era natural que pensara en hacerse cargo d elos negocios de sus padres pero la verdad era que él no tenia prisa por tomar una decisión.
Sin más, el día tan esperado por los cuatro amigos y demás estudiantes de la Universidad Estrella Roja, llegó:
Las clases habían terminado al fin en un día lluvioso y gris, Bulma tomó la mano de Vegeta y caminaron cubiertos por un paragüas hasta el estacionamiento. Milk y Goku ya se habían marchado, pero Bulma y su amiga habían quedado de verse mas tarde para comprar sus vestidos de graduación.
Al llegar al estacionamiento los dos ubieron al auto y Vegeta condujo hasta su casa.
— ¡Qué día tan triste! Sino no deja de llover no podré ir con Milk a comprar nuestros vestidos —dijo Bulma observando el cielo por las ventanas del carro.
— Ya deja de quejarte por cosas sin sentido —replicó Vegeta concentrado al volante.
Bulma observó la expresión seria de su novio por un momento; le gustaba mucho hacer eso porque Vegeta le atraía muchísimo.
Llegaron a la casa de Vegeta y entraron corriendo debido a la lluvia, adentro Flint el mayordomo los recibió y les llevo toallas para que se secaran al estudio, prendieron la chimenea y se sentaron a platicar.
Mas tarde Flint entro con varios sobres en una bandeja.
— Joven han llegado estas cartas para usted.
— Gracias, déjalas en la mesa por favor.
El mayordomo obedeció y después salió de la habitación.
— Bulma iré a cambiarme, no tardo.
Bulma asintió y siguió calentando sus manos en la elegante chimenea del estudio. De pronto le echó una mirada recelosa a las cartas que estaban en la mesa y son poder resistirse se acercó para examinarlas. Entre los sobres distinguió una carta con el nombre de Vegeta escrito con una perfecta y bonita caligrafía, era de la mamá de él joven
Vegeta salio del estudio dejando un rastro de agua. Bulma se acomodo en el sillón, miro hacia la mesita de centro que tenia enfrente, era un buen paquete de cartas y las contemplo, de pronto distinguió entre el montón la perfecta letra, una carta de la Mamá de Vegeta había llegado.
— Que extraño, Vegeta siempre me comenta cuando se manda cartas con su mamá y esta vez no mencionó nada… quizás se le olvidó —pensó Bulma acomodando las cartas como las había encontrado.
La chica intentó centrar su atención en otra cosa, pero la carta de la madre de Vegeta le intrigaba, así que volvió a mirar el sobre y descubrió que no iba sellado, iba a ser fácil abrirlo y echarle un vistazo rápido.
— Seguro que a Vegeta no le importaría, siempre me platica de las cartas que se mandan el y su mamá…
La peli azul tomó aquel sobre y lo abrió, saco la carta, la desdoblo con sumo cuidado y comenzó a leer.
El corazón de la chica se aceleraba conforme leía la carta y sus ojos se llenaron de lágrimas. De pronto escuchó unos lejanos pasos que se acercaban asi que se apresuró a doblar la carta y meterla nuevamente en su sobre mismo que dejó sobre la mesa como si nunca hubiera sido abierto; la chica secó sus lágrimas y disimuló leyendo algunos tomos del estante.
Vegeta regresó al estudio ya seco y cambiado, se sentó en el sillón y prendió la televisión. Bulma se colocó junto a él y el chico pasó un brazo alrededor de los hombros de su novia.
Bulma se alegró de no tener que hablar ya que se le había formado un nudo en la garganta a consecuencia de lo que había leído. Interiormente se animaba a tranquilizarse para evitar llorar ya que no podía decirle a Vegeta que había leído la carta que le había mandado su mamá.
— Mujer ¿Te sientes bien? Estas rara —comentó Vegetahaciendo zapping a la televisión.
— S-Si estoy bien, no te preocupes —contestó Bulma con una sonrisa.
Él joven no insistió más aunque conocía lo suficiente a Bulma como para saber que algo pasaba por la mente de su novia, sin embargo la observó detenidamente mientras ella veía la televisión. Al sentirse observada Bulma volteó a verlo.
— ¿Q-Que pasa porque me…?
Sin saber muy bien porqué Vegeta se acercó a Bulma y la besó. Él no era muy dado a hacer ese tipo de cosas ni en privado y mucho menos público pero en ese momento algo en su interior lo había movido.
Pronto llegó la hora en que Bulma se iría para encontrarse con Milk así que Vegeta la acompañó a la puerta de su casa.
— Te veré mañana —dijo Vegeta.
— Si —asintió Bulma y dio la vuelta para dirigirse a su coche.
— He… Mujer espera —pidió Vegeta ante la expresión confundida de su novia.
Vegeta se acercó a ella y posó sus labios en los de una sorprendida Bulma.
Cuando se separaron las mejillas de ambos ardían y sus corazones daban pequeños vuelcos una y otra vez.
— V-Vegeta… tú casi nunca me…
— ¿Qué no puedo hacerlo? —bramó Vegeta totalmente rojo a lo que Bulma sonrió— Ya vete, se te hará tarde y no quieres que la mandona de Milk se enoje.
Bulma subió a su automóvil y condujo al centro comercial donde había acordado de verse con su mejor amiga. A pesar de lo bien que la había pasado con su novio su cabeza estaba hecha un lío.
Cuando llegó a su destino Milk ya la esperaba en la puerta, ambas se saludaron y entraron a la tienda; estaban examinando varias prendas cuando por fin Milk se atrevió a preguntar.
— Bulma, ¿Qué te sucede? Desde que llegamos te noto un poco diferente ¿Pasó algo? ¿Te peleaste con Vegeta?
— No Milk todo esta bien con Vegeta —dijo Bulma al mismo tiempo en que negaba con la cabeza y componía una sonrisa triste— Lo que pasa es que…
Milk esperó a que su amiga pudiera hablar, sin embargo cuando vió como los ojos comenzaron a llenársele de lágrimas supo que algo no estaba bien.
— Le llegó una carta de su madre y-y yo la leí, sé que no d-deb-i hacerlo pero… —balbuceaba Bulma entre sollozos —V-Vegeta va a irse…
— ¿Pero porqué?
Milk llevó fuera d ela tienda a Bulma y la sentó en una de las bancas del centro comercial, así la chica de cabello azul y lacio comenzó el relato.
Las manos que hasta hacía unos momentos habían desdoblado curiosas la carta d ela mamá de Vegeta le temblaban en esos momentos. Una extraña sensación le oprimió el pecho a Bulma y sus ojos comenzaron a humedecerse con rapidez ante las palabras que estaba leyendo:
"Hijo mío espero que las cosas vayan bien por allá, te pido una disculpa porque ni tu padre ni yo podremos estar presentes en un día tan importante como lo es graduarte de la universidad. La situación es delicada, tu padre se había estado sintiendo muy mal en días pasados, al principio creímos que era por estrés y agotamiento pero su condición ha ido empeorando, por ahora está en cama y el doctor le ha ordenado reposo a menos que quiera internarse en un hospital cosa que tu y yo sabemos nunca haría, a todo esto los socios y accionistas mayoritarios han decidido que tu padre sea relevado de su puesto de director general dado su estado de salud, y bueno, nos han dado dos opciones: en primer lugar han solicitado que tu tomes el lugar como hijo legítimo y heredero de la empresa, de negarte la dirección será otorgada por medio de votación a alguien del consejo. Tu padre y yo no deseamos presionarte con alguna desición, queremos que tu tomes tu propio camino y quiero que sepas que lo que decidas te apoyaremos.
Espero pronto tu respuesta, te quiero hijo y espero que tu graduación sea maravillosa."
Milk abrazó a su inconsolable amiga por largo rato, ofreciéndole de esa forma su apoyo. Aquello era una situación muy difícil, tanto para Vegeta como para Bulma.
— Tal vez debía ser así Milk…—comenzó Bulma secándose las lágrimas aunque era inútil pues volvían a salir—, Vegeta siempre me hablaba sobre trabajar en la empresa de sus padres, el siempre ha estado dispuesto a ello inclusive alguna vez me dijo que no le importaba no tener un cargo importante pero que trabajaría en ello para ganarse la presidencia. Ese ha sido su sueño y ahora que su padre está en una situación tan delicada... ahora todo eso podrá ser posible y yo quiero que cumpla su sueño.
— ¿Han hablado sobre esto?
Bulma negó con la cabeza.
— Bien, creo que primero deben hablar sobre la carta de su madre, si él no saca el tema deberás decirle la verdad aunque se moleste ¿de acuerdo? Quizás puedan llegar juntos a una solución y si eso no es posible —le dijo Milk ofreciéndole un pañuelo a Bulma—, entonces los días que les queden juntos tiene que ser los mejores.
Bulma asintió y se limpió las lágrimas con el pañuelo que Milk le había dado. Su amiga tenía razón, era evidente sentirse triste pero lo primero que debía de hacer era hablar con Vegeta. Cuando Bulma se sintió un poco más tranquila las amigas volvieron ala tienda y reanudaron la búsqueda de sus vestidos.
…
Vegeta doblo nuevamente la carta de su madre y se llevo las manos a la frente. Su sueño desde hacía tiempo era trabajar en la empresa de sus padres, sin embargo en esos momentos tenia a Bulma y quisiera o no, el asunto sería difícil: En primer lugar debía partir lejos, y podía forzar a Bulma seguir con él a pesar de la distancia y tampoco podía llevarla consigo, porque el futuro de Capsule Corp estaba en manos de su novia.
No podía negarse tampoco a tomar el puesto de su padre mismo que se encontraba delicado de salud, pero tampoco quería estar lejos de Bulma, porque aunque le costara admitirlo la amaba y mucho.
Vegeta sabía que lo único que quedaba era hablar con Bulma y ponerla al tanto de la situación para así poder tomar una decisión definitiva. El orgulloso joven confiaba en que los días que les quedaban juntos, fueran los mejores que hubieran vivido.
