Disclaimer: La historia y todos los personajes originales pertenecen a Kevin Grevioux, Len Wiseman y Danny McBride.
AN: He aquí un nuevo fanfic que empecé a escribir hace un año y que empezó como una idea de retomar Evolución desde un punto de vista diferente y dividirlo en tres capítulos pero prontamente mi idea se convirtió en algo muuuuucho mas largo.
Los caminos de la Vida sigue a Michael y Selene inmediatamente tras la primera película y está dividida en tres actos. La primera estará enfocada en ellos dos huyendo y conociéndose. La segunda estará enfocada en la interacción con otros vampiros y lycans y el desarrollo personal y de esas relaciones, nuevas alianzas se harán y más enemigos surgirán. En la última parte será donde las batallas menores y la final serán libradas, traiciones y cambios se darán para lograr conseguir un objetivo en común.
Esta historia está totalmente finalizada y cuenta con veintisiete partes que a su vez cuentan con varios capítulos, es una historia larga pero que ya por estar terminada trataré de actualizar semanalmente.
Una vida diferente por ahora y por unos meses estará detenida pero prometo darle su final.
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Capítulo 1.
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Dos días después de la muerte de Viktor.
"Señor, está despertando." Fue lo que dijo la voz apurada al otro lado del intercomunicador.
Apurándose se levantó de su escritorio y cogió uno de los teléfonos para discar un número pensando rápido, "Samuel, aplíquenle la encima lo más pronto posible. No la dejen siquiera levantar o acabará con todos ustedes." Ordenó y pudo escuchar el temor en su propia voz y también el temor de aquellos que se encontraban al otro lado de la línea con Samuel, "Estaré allí en un par de minutos." Poco más de un minuto le tomaría para hacerse a un arma y bajar hasta el sótano de aquella casa de seguridad a ayudar en la retención…..si es que ya no era demasiado tarde.
"Pero señor–"
"Evacua a la mayoría del personal. Que solo se quede mi gente de confianza." Le ordenó colgándole y no esperando a ver qué era lo que Samuel quería decir. Sabía que ella tendría preguntas en cuanto a donde estaba y lo que había sucedido en los últimos días, pero estas preguntas vendrían después de que se le pasara la sed de sangre, después de que se alimentara de varios de sus hombres y eso no lo podía permitir. Era descendiente directa de la línea Corvinus aunque hasta el presente ni ella misma ni Marcus lo sabían, lo que la convertía en la vampira más fuerte en el mundo. Se colocó su gabardina y no había ni colocado un pie fuera de su oficina para cuando escuchó dos disparos provenientes de una escopeta y el walkie talkie que tenía en la mano se activó con gritos desesperados.
"¡Mierda, se va a soltar!"
"¡Dispárenle!"
"¡Dispárenle!"
"¡Dispárenle!"
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Capítulo 2
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Aunque no puedo predecir el futuro las consecuencias de esta noche retumbaran en los pasillos de ambos bandos durante muchos años. Dos vampiros Mayores asesinados….uno de ellos por mi propia mano. Pronto Marcus tomará el trono. Y una ola de rabia y castigo caerá con la noche….. Las diferencias se pondrán de lado, se formarán alianzas. Y pronto será a mí a quien persigan.
La noche de la muerte de Viktor
Se apuró a dejar las alcantarillas antes de que los traficantes de muerte dieran con el cuerpo de Viktor y se enteraran de lo sucedido, antes de que impidieran la salida de cada inmortal del lugar y llamaran a Ordoghaz por refuerzos. En el momento no sabrían quien lo asesinó pero sólo era cuestión de tiempo, tiempo de extraer sus memorias si su cuerpo sin vida aún se encontraba fresco, o si tal vez daban con los lycans que habían observado su asesinato. Había tiempo para encontrar al culpable pero ella, la culpable no tenía tiempo. Si no quería morir debía de alejarse lo más rápido posible del lugar…Debían de alejarse, se corrigió al escuchar tras de sí los pasos pesados de Michael siguiéndola. Michael, la persona que ayudó a desvelar la verdad de todo su mundo y la farsa que fue su vida en los últimos siglos, miró sobre su hombro y lo vio mirando a su alrededor en cada esquina antes de dar su próximo paso, mucho más impactado de lo que ella estaba.
Hasta hacía dos noches el humano, después el lycan y ahora la bestia.
La bestia y el único aliado que le quedaba, después de matar a Viktor y traicionar a su clan no tenía a nadie más. Selene se agachó para poder pasar una parte de los túneles que mermaba en altura, buscando una salida diferente a la entrada que ella y sus compañeros…ex–compañeros –se corrigió– habían utilizado. "Deberías de ir con los lycans, ya un par te aceptaron como el alfa." Por supuesto se refería a los dos lycans que habían observado todo, estos habían retrocedido en cuanto Michael les había rugido por lo bajo, amenazado. Si esos lycans lo respetaban otros también lo harían. No había punto de hacerlo acompañarla en una huida sin futuro. No lo vio pero algo le dijo que sacudió la cabeza, un segundo después escuchó un no rotundo. "Estarás más seguro con ellos, tendrás un grupo." Apenas ahora venía a ver eso, después de recoger del piso el pendiente de Lucian él la había seguido sin palabra alguna y ella lo había dejado, ahora con la cabeza un tanto más fría veía que no podía ser tan egoísta, no podía arriesgar la seguridad de Michael sólo por no creer poder enfrentarse a esto sola.
Michael sabía muy bien que Selene estaría completamente sola si él se marchaba con los lycans y sabía o al menos creía saber cómo sería su vida de aquí en adelante eligiera el bando que eligiese. "Iré contigo…si no piensas que seré una carga para ti, claro está." Y miró delante suyo a verla continuar un camino que no sabían a donde llevaba, respuesta no obtuvo y supo que desde que no insistió fue porque aceptó su compañía. ¿Por qué la prefería a ella que a los lycans? Ambos le habían mostrado la misma cantidad de brutalidad, ella prácticamente colgado a una pared y secuestrado a punta de pistola, lo había sumergido en el Danubio, había sido brusca, odiosa e impasible. Los lycans habían abierto fuego en la estación del metro, lo habían mordido, perseguido, también secuestrado a punta de golpes, amarrado a una camilla vertical, golpeado de nuevo, le habían extraído sangre, uno había estado a punto de canibalizarlo. Ambos, Selene y Lucian le habían demostrado que odio no era lo único que sentían, ambos habían perdido gente importante y por esa razón habían tomado las armas en esta guerra interminable. Se sentía identificado con el dolor de ambos, pero más con Selene, aunque debería ser al contrario. Se preguntó si sus lágrimas sin derramar y el dolor en su voz mientras le contaba su historia había provocado eso o si estaba influenciado por su aspecto físico también. En la voz de Lucian tan solo había habido dolor y rabia contenida. Lucian había estado buscando su sangre por mucho tiempo, sólo Dios sabía lo que le sucedía a los humanos que capturaban y no eran descendientes de Corvinus. Selene había venido a rescatarlo sabiendo que si Viktor se daba cuenta la consideraría una traidora y la mataría. Ya no era siquiera un instrumento para Lucian después de que consiguió su sangre, ya tan solo era otro lycan más al que había introducido en la guerra sin considerar primero la vida que estaría dañando. Selene se había preocupado cuando aquel vampiro le disparó y no tuvo renuencias en morderlo, convertirlo en un híbrido ante las palabras de Lucian. Aún con la preocupación y el sentirse ido al estar muriendo recordaba el roce de su mano proporcionándole una caricia en el cuello antes de morderlo. Luego él se había embarcado en una pelea por su vida con Viktor, pero cuando Selene fue a interferir y este la golpeó…todo se hizo claro…eran él y Selene contra todos. Lucian estaba muerto. Y así no lo estuviera ya había hecho una alianza silenciosa con la vampira Selene.
Se encontraron en un desvío, el túnel se separaba en dos y tras hacer contacto visual con ella mientras ambos se preguntaban cual seguir pudo ver que estaba tan perdida como él. Se alejó un par de metros hacia la izquierda para ver a donde lo llevaba ese túnel, de repente el aire se volvía más fresco y les mostraba la salida pero tras girar una esquina vio que este se dividía en tres, mas oscuridad, mayor olor a podrido y a abandono. Ese no era el camino.
"¿No?" Selene preguntó en cuanto lo vio aproximándose a ella de nuevo y él le sacudió la cabeza, su cabello mojado moviéndose contra su cara recordándole a un perro secándose el agua de más. Pronto estaban siguiendo el próximo túnel, oscuridad casi absoluta, olor a humedad que le llegaba a los pulmones. A ella haciéndosele fácil el camino, tan solo sosteniendo fuertemente la espada de Viktor que había recuperado tras darse cuenta que había perdido sus armas y estaba en desventaja ante cualquier ataque, para Michael el camino lleno de baches y estrecho parecía ser difícil, los tropezones que escuchaba tras de sí se lo dejaba saber. Aún no sabía manejar sus sentidos desarrollados. Entre más caminaban por el túnel más agudos se volvían los sonidos de los disparos y los rugidos, y de repente este se empezó a ensanchar. Las dos razas aún no sabiendo que la guerra tomaba tal vez el primer giro de muchos de los que vendrían. Maldita espada, Selene pensó mientras la empuñaba más fuerte, prefería el confort de una pistola o un rifle pero los que había encontrado antes de decidirse por la espada habían tenido la munición casi terminada, los tres traficantes habían acabado casi todos los cartuchos completos en Michael y este aún había seguido en pie, ¿en que se había convertido? se estaba preguntando cuando por fin dejaron el túnel, de nuevo luz y miró hacia arriba, bombillas. O estaban caminando en círculos como idiotas o estaban en otra parte del lugar. Se fue a girar a preguntarle si recordaba haber estado en ese lugar pero en cuanto lo iba a hacer la sombra de una figura descendió, actuando por puro instinto y por lo que había aprendido en sus años como guerrera Selene inmediatamente dio un salto hacia atrás mientras al mismo tiempo daba una estocada al aire, en cuanto sus pies tocaron el piso suavemente otro par de piernas lo hicieron, solo que estas estaban separadas del resto del cuerpo del lycan en un corte transversal que iba desde su cadera izquierda hasta su hombro derecho, la otra parte de su cuerpo también cayendo al piso menos de un segundo después. Rugidos retumbando en las paredes de concreto. Michael mientras tanto aún se encontraba aturdido por la rapidez del momento, su horror por el desmembramiento brutal rápidamente había dado paso a compasión al ver el obvio dolor del lycan que volvía a su forma humana. Su cerebro no había acabado de procesar lo sucedido cuando escuchó golpes contra las paredes y al girarse hacia estos se dio cuenta que eran golpes pero de pasos de lycans que se aproximaban a ellos desafiando las leyes de la gravedad, el eco retumbando y de repente otro par de sombras cayeron desde donde había aparecido el primer lycan. Lo próximo que escuchó fue un rugido que le tomó un par de segundos notar que no provenía de los lycans sino de él mismo mientras su cuerpo cambiaba por instinto. Los lycans para ahora enfrente de él y de Selene se detuvieron, asombrados por lo que seguramente veían. Volvió a escuchar otro rugido esta vez no suyo, y buscó al lycan quien le estaba rugiendo enojadamente pero a Selene. Michael no supo qué hacer, miró a su lado a Selene y la encontró transformada y con la mirada fija en el lycan que la amenazaba, y empuñando fuertemente la espada, creyó poder ver que no estaba acostumbrada a ser emboscada y no tener salida ni a tener que esperar para matar cuando tenía a su presa enfrente suyo. La sangre brillando en la espada y cayendo al piso no hizo nada mas de recordarle lo que había visto hacía unos segundos atrás, ella atravesando al lycan tan fácilmente como si este no tuviera hueso alguno. Hasta el momento Selene se había enfrentado a disparos con los lycans en el metro, había matado a un grupo que entró a la casa de seguridad a secuestrarlo, después había llenado de plata al lycan que había estado a punto de canibalizarlo y se había enfrentado a su padre adoptivo, todo en frente de él, pero sólo ahora al ver el acto tan brutal que había cometido y que ni siquiera parpadeaba al ver al lycan aun temblando del dolor Michael se dio cuenta rotundamente cuan brutal ella era. La había subestimado.
El lycan en el piso continuó rugiendo en dolor lo que hizo llamar la atención de sus compañeros, unos cuantos de estos girándose hacia Selene e inmediatamente rugiéndole, esta no dejándose intimidar, Michael era fuerte, había podido mantener una pelea con Viktor, entre los dos podrían con los seis lycans, o eso quería pensar, caviló Selene. Pero eso no fue lo que sucedió, en cuanto los lycans le rugieron y ella levantó la espada vio a Michael rugiéndoles a su vez y colocándose entre ella y los lycans, protegiéndola. A Michael le vino como instinto hacer eso, creyendo en las palabras de Selene de que los lycans lo verían como el alfa, pero no fue así, tras unos segundos de rondarse los unos a los otros y estudiarse uno de los lycans se abalanzó hacia ellos. Notó que fue mucho más fácil que con Viktor, como si la bestia no fuera más que un muñeco de trapo lo cogió del cuello a medio camino y lo lanzó diez metros a distancia de ellos. Escuchó un siseo familiar y se giró en posición de ataque creyendo lo peor pero vio que el siseo provenía de Selene y no de Viktor como su mente le había hecho creer, esta sacaba la espada del estomago de un lycan y se giraba ágilmente hacia los otros en pie. Lastimosamente vio que no fue tan rápida, un lycan le fue a pegar pero esta lo cogió del brazo y pudo ver que su fuerza no se podía comparar con la del lycan, no era tan fuerte como él, inmediatamente se aproximó viendo que mientras Selene con su mano izquierda trataba de sostener al lycan y mantenerlo a distancia con la derecha se preparaba a empalarlo con la espada, y eso fue lo que sucedió. Inmediatamente otro de los lycans fue a ayudar a su compañero pero Michael lo detuvo aún antes de que se moviera mientras le rugía fuertemente, los tres lycans restantes parecieron caer en cuenta que nada podrían hacer porque inmediatamente se pararon derechos y le bajaron la cabeza en forma de respeto. Le podría importar menos. Michael cuidadosamente se acercó a Selene quien estaba en pie pero sangrando, su traje de látex mostraba que unas garras le habían atravesado lateral y descendentemente desde el hombro izquierdo a su muslo derecho –igualmente a como ella había atravesado al primer lycan–, Lo único intacto era el corsé. Le iba a preguntar si estaba bien pero solo un rugido le salió de los labios, como híbrido no podía hablar, lo acababa de descubrir. De la rabia que le dio verla lastimada se giró hacia los tres lycans aún en pie y solo dos dieron un paso hacia atrás asustados, el que había tratado de atacar a Selene le rugió, y miró hacia el lycan que Michael había tirado varios metros atrás hacia unos instantes, tal vez sabia tan bien como él que no lo había matado y por eso creyó que no le tendría respeto como alfa, que era un cobarde. Las manos de Michael temblaron de la rabia y estaba en medio movimiento de ir y apretarle la tráquea al lycan que lo desafiaba cuando vio una espada blandiéndose en el aire y luego una cabeza cayendo al piso. "Vámonos," Escuchó la voz fría de Selene a su lado pero un paso más atrás que él, interrumpiendo el propósito que había estado a punto de ejecutar. Había acabado con el lycan en cuanto él había dudado, no supo si estarle agradecido o no. "Vámonos." La escuchó repitiendo esta vez como orden unos segundos después.
Michael se giró hacia ella y la vio cojeando hacia el lugar donde se habían estado dirigiendo antes de todo esto. Tres lycans muertos y desmembrados fueron las acciones de Selene. Las suyas fueron dos cagándose del susto y uno inconsciente, ella amenazando a estos dos con la espada mientras pasaba a su lado. 'Espera.' Trató de llamarla pero lo único que le salió fue un rugido inentendible, pero cumplió con su cometido, ella se detuvo aunque ni siquiera sabiendo que el llamado iba para ella, seguramente se había detenido creyendo que habían más problemas. Michael les volvió a rugir a los dos lycans asustados y estos cambiaron a su forma humana, él prontamente acercándoseles y también cambiando a medio transformar, "Sáquennos de aquí." Les ordenó en una voz demasiado grave que en ese momento no notó. Sabía que le harían caso, para estos dos era el alfa. Escuchó a Selene que se iba a quejar por eso pero la volteó a mirar y extrañamente esta se calló. Michael pensó en asegurándose de que cuando fueran a emprender el camino quedar por detrás de los lycans y por delante de ella, sabiendo muy bien que no le agradaría la compañía extra momentánea, pero no tenían de otra. No le dijo nada mientras los lycans los pasaban y después se detenían en su espera, Michael estudió superficialmente la herida de Selene notando que el mayor daño era en la pierna, al mirar el charco de sangre a sus pies pudo notar que la artería no había sido lesionada, "Vamos." le dijo en cuanto estuvo a su lado y ofreciéndose como su apoyo, apoyo que le sorprendió ella tomara, mientras continuaba mirándolo atentamente a la cara.
En menos de cinco minutos se encontraban alcanzando las afueras de las alcantarillas, "No pueden venir con nosotros." Selene le dijo a Michael no importándole que los lycans la escuchasen, para ahora la herida doliéndole menos y pudiendo dejar de utilizarlo como su muleta o bastón. "O al menos no vendrán conmigo." Esa última parte la añadió para dejarle saber que si había recapacitado y decidía quedarse con los lycans ella no encontraba ningún problema con eso. Los lycans se detuvieron varios metros más adelante y cuando los alcanzaron Selene notó que habían salido a escasas tres cuadras de donde ella y sus traficantes habían llegado para introducirse a los túneles. No se quedó a escuchar lo que Michael les decía, tan solo salió bajo la luz de la luna y a la calle, tomando camino y aún cojeando hacia un vehículo que vio parqueado a lo diagonal. Era un carro elegante perteneciente a los lycans, su aroma apestoso se lo dejaba saber. En el asiento trasero había un rifle el cual gustosamente cogió y lo colocó sobre sus piernas encontrando su peso reconfortante mientras se preparaba a encender el carro para largarse del lugar lo más pronto posible, la espada fue a parar al lugar que el rifle había estado ocupando previamente. Ya habían perdido demasiado tiempo en los túneles, ni siquiera sabía si su gente ya estaba al tanto de que era una traidora, en eso se encontraba pensando cuando escuchó el carro encendiéndose y enredó los alambres uno alrededor del otro, la corriente que pasaba por sus dedos no siendo más que una cosquilla leve. En cuanto se volvió a sentar derechamente vio por el espejo retrovisor que Michael se acercaba trotando y unos segundos después abría la puerta y se ubicaba a su lado. Selene no vio la necesidad de preguntarle que le había dicho a los lycans.
"¿A dónde vamos?" le preguntó, por el momento agradecido de poder alejarse de ese lugar…..aunque sabiendo que los días siguientes serían tan oscuros como los últimos días que había vivido, sino más.
Selene lo volteó a mirar, ahora era su aliado, su único aliado, no debía de esconderle nada, "A una de las casas de seguridad del coven…a abastecernos."
"¿Y después?" preguntó agarrando el tablero en frente de él sintiendo como el carro se aceleraba de un segundo al siguiente quemando llantas, había olvidado que no era la mejor conductora, el fantasma de un dolor agudo en su cabeza se lo recordó.
"No sé." Le admitió.
Michael le asintió aún más perdido, su guía tampoco sabía qué hacer. Desvió la mirada mientras buscaba el cinturón de seguridad e inmediatamente se asombró al accidentalmente ver su reflejo en el espejo lateral, ahora comprendía porque Selene lo había estado estudiando tanto, ojos grandes y completamente negros, dentadura completamente desfigurada, estaba atrapado entre el híbrido y el humano y ni siquiera se había dado cuenta...Pavor se esparció por él rápidamente.
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Capítulo 3
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Se encontraba ayudando a Selene a sacar las bolsas de sangre y todo lo que pudieran en armas de esa casa de seguridad, con nerviosismo haciéndolo y utilizando su reciente adquirida velocidad para acabar con prontitud. Cuando ella pareció creer tener suficiente le hizo una seña para que dejara las cosas así y él se alejó del escaparate del que estaba cerca para seguirla, "Necesitamos arreglarnos para pasar desapercibidos. Viéndonos así no lo haremos." Le dijo guiándolo hasta el tercer piso y señalándole una puerta, una habitación de diez por diez metros, en el piso mosaicos blancos y en las paredes el mismo tipo de mosaicos cubriendo el lugar enteramente, la blancura del lugar ahora corrompida por sutiles tonos de gris y baches. Un set de casilleros se encontraba al lado izquierdo de la puerta, dos bancas en medio del lugar y nada más a excepción de los sifones y llaves de agua a cada dos metros y contra las paredes. La escuchó prosiguiendo por el pasillo a otra habitación y decidió asomarse al primer casillero que vio, toallas, inmediatamente sacó una y se apresuró a hacer lo que ella le había dado a entender. Un hombre que lucía mal y olía a mierda junto a una mujer que tenía su mismo aspecto y que pasaría como chica emo con el traje que llevaba puesto no los iba a hacer pasar desapercibidos, y esa era una de las razones que le agradaba estar con ella y no por su cuenta, tenía en cuenta cosas que él por estar nervioso ni siquiera pensaría. Se acabó de despojar de sus sucias y rotas ropas y se aproximó a una de las duchas, sin puertas ni nada, privacidad era lo que los vampiros no tenían. Abrió la llave y no pudo evitar inhalar y alejarse en cuanto el primer chorro de agua helada le dio en el pecho, recordando que no había tiempo para ese tipo de cosas poco a poco se metió debajo del chorro, aclimatándose. Los que frecuentaban este lugar eran soldados, era tan solo un lugar de paso donde se alistarían para una próxima batalla, no habían porque haber comodidades, lo gritaba cada esquina del lugar.
Selene salió hacia el lugar en donde se guardaba la ropa y sacó una maleta de los casilleros, luego se dirigió al armario que contenía los uniformes de traficante de muerte y no se detuvo hasta que llenó dicha maleta. Luego llenó de ropa civil otra que tenía al lado, el tipo de atuendos que los ayudaría a pasar desapercibidos. Luego llenó otra con ropa deportiva para el entrenamiento si es que llegaban tan lejos como para poder tener uno. Sacó las tres maletas hasta la puerta y volvió por dos mudas de ropa común dejándolas extendidas una en cada mesa, luego se dirigió de nuevo a los baños.
Michael estaba aún debajo del chorro cuando escuchó los pasos dirigiéndose hacia la habitación, sorprendiéndolo, y no pudo evitar mirar hacia atrás viéndola entrar sin siquiera fijarse en él, tan pérdida en sus oscuros pensamientos estaba que ni siquiera pareció caer en cuenta en las circunstancias en que se encontraban. En cuanto la vio llevando su mano hacia atrás para bajarse el cierre del corsé se dio la vuelta, mirando de nuevo hacia la pared no queriendo ser tildado de mirón. Tras unos segundos escuchó cierres bajándose y prendas de vestir tocando el piso.
Selene no había caído en cuenta en lo que estaba haciendo hasta que fue muy tarde, hasta que de reojo lo vio tensándose, aún así no se iba a echar para atrás, con cada minuto siendo de vida o muerte los decoros eran el último problema en su mente. Se dio un baño rápido, quitándose las costras de sangre seca del pelo y la inmundicia de las cantarillas de la piel. El agua al principio arremolinándose alrededor del sifón en colores oscuros y rojos. Tras unos minutos cerró el chorro y se envolvió en una toalla. "Hay ropa seca en la habitación continua." Le dijo antes de marcharse.
Michael le asintió sin girarse, su tono de voz desde que dejaron las alcantarillas plano, frío, no demostrando en ningún momento exaltación alguna por estas circunstancias o las ocurridas en las últimas horas. Su vida había cambiado aún más. Esperó un momento para cerrar la ducha y colocarse la toalla alrededor de la cintura para marcharse a vestir, encontrándosela segundos después colocándose sus botas, seguro ella encontrándolas útiles por si les tocaba que salir corriendo. En cuanto lo vio ella lo miró fijamente y se colocó en pie, luego le señaló una muda de ropa doblada que había sobre una banca. "Este lugar es de todo, ¿no?" fue lo único que se le ocurrió decirle mientras iba por la ropa.
"Sí." Selene le respondió, "Si no son tu talla en ese closet encontrarás algo más adecuado…..pero no mayor variedad me temo." Toda la ropa que encontraría en ese lugar sería ropa dedicada a una sola cosa, cazar. Lo vio asintiéndole. "Esperaré abajo, apúrate."
En cuanto ella se marchó miró bien a su alrededor, closets contra las paredes, varios de estos abiertos, ropas comunes y para traficantes de muerte. Cogió lo que ella había sacado para él y no supo a lo que ella se refería con variedad. Era ropa de lo más normal, unos jeans, una camisa clara de rayas verticales, una chaqueta gruesa que lo calentaría. Se colocó todo encima notando que le había dado con la talla y también preguntándose porque en vez de parecer que estuviera listo para irse de cacería inmortal o en una huida parecía que estuviera listo para una cita formal con Nicholas, su jefe en el hospital. ¿Qué había tenido ella puesto? Ni siquiera lo recordaba, ni siquiera se había fijado en más que los zapatos. Bajó las gradas rápidamente y sin sentido no sabiendo a donde iba pero en cuanto la encontró se dio cuenta que su sentido del olfato lo había estado guiando. "¿Qué haces?" le preguntó en cuanto la vio sobre sus manos y rodillas en el piso, "¿Estás bien?" le preguntó aproximándosele y tocándole la espalda y un brazo, ella inmediatamente esquivando el contacto.
"Estoy bien." Le dijo moviéndose, Michael inmediatamente la dejó ir y pudo escuchar la sorpresa en su voz. "Ayúdame a sacar esto de aquí." De una bóveda que había en el piso sacó cuatro maletas metálicas, una por una, luego lo pensó mejor y sacó otras seis. "Creo que fue una buena idea robar ese otro carro." Le dijo mientras se colocaba en pie y se repartían la carga.
La vio cerrando la compuerta de la bóveda de una patada e inmediatamente un lector digital quedando en blanco. "¿Que hay en las maletas?" le preguntó aunque suponía que era lo que estaba cargando.
"Dinero. Necesitaremos dinero." Le contestó simplemente.
Michael ni siquiera quería saber cuánto estaban cargando, ¿para qué tanto? …..aunque asumía que era una buena idea…..Pensándolo mejor, ¿los vampiros no los podrían rastrear al usar ese dinero? En cuanto salieron a la calle vio los dos carros parqueados, uno detrás del otro y llenos de todo lo que habían sacado de este lugar. Las armas en el que Selene estaría manejando y era evidente el peso por que la carrocería del carro se veía más pegada al piso, "¿Podrá siquiera arrancar?"
"No importa, no estamos yendo lejos." En cuanto lo vio frunciendo el ceño se apresuró, "Sígueme."
Michael la vio caminando y lo dudó por un segundo, inmediatamente la alcanzó y llamó su atención sin irla a tocar, "Selene….me gustaría llamar a mi familia." Se atrevió a decirle ahora que tenían la oportunidad para hacerlo. "Ellos probablemente estarán preocupados y también los tengo que poner al tanto del peligro en el que están."
Mierda, "Entra al carro." Le ordenó mientras ella se metía al suyo y no le daba espera para hacerlo seguirla. Varias cuadras después miró por el espejo retrovisor, encontrándolo concentrado manejando. Su familia estaba en peligro pero él no les podía decir la verdad. Varios kilómetros después un semáforo cambió a rojo incluso metros antes de que lo alcanzara pero ella continuó y un segundo después escuchó un pito, Michael, quien se había detenido. Esta nueva alianza de seguro iba a dar resultados. Selene no se detuvo pero si mermó la velocidad, por el espejo retrovisor lo vio colocando de nuevo el carro en marcha y cruzando la calle lentamente para luego acelerar en cuanto vio que no venía nadie. ¿Qué trafico iba a haber a las tres de la mañana en un día de semana?
Michael la siguió por más de una hora, no gustándole nada que se hubiera negado a su petición. Al mismo tiempo que manejaba se ideaba como llamarlos, en algún momento tendrían que parar en una gasolinera…¿Un momento, que iban a hacer una vez que amaneciera? ¿Rentar una habitación y dejar todo esto en un parqueadero? Tras unos momentos la vio deteniéndose en un almacén abierto las veinticuatro horas.
"Quédate ahí." Le advirtió en cuanto lo vio que también se iba a bajar del carro. Michael le frunció el ceño y con una seña militar le dio a entender que se quedará ahí afuera vigilando.
Michael exhaló viéndola entrar al lugar con varios billetes arrugados en su mano, ¿eso era lo que haría toda la eternidad? ¿Seguir sus órdenes? Minutos después la vio salir con una bolsa en la mano y se colocaron en camino de nuevo. Dos horas después como se lo había imaginado pararon en una gasolinera. Selene pidiéndole al ayudante por diez galones de gasolina. El hombre mirándola como si estuviera loca. Michael se iba a disculpar para ir al baño –¿Iban los inmortales siquiera al baño? …Si se podían ahogar, ¿por qué no?– cuando sintió que Selene lo detuvo de la manga de la chaqueta, inmediatamente se soltó bruscamente y girándose a darle la cara, ella devolviéndole una mirada que decía que sabía lo que iba a hacer. "Si fuera tu familia también les avisarías."
Eso era completamente verdad. "Compré un teléfono desechable cuando me detuve en ese almacén." Él le subió las cejas sorprendido e inmediatamente le miró las manos. "Vamos a ir a un deposito de almacenes donde tengo un lugar. Llamarás desde ahí, será más seguro."
Michael se quedó mirándola fijamente, ¿era eso verdad? la vio inmediatamente después marchándose hacia los carros nuevamente, ¿le había mentido Selene hasta el momento? A eso de las cuatro y media de la mañana y mientras se preguntaba si la balacera en las alcantarillas ya se habría acabado vio a Selene tomando un giro en la zona industrial, minutos después ella hablaba con un portero y le pasaba un carnet, este dejándola pasar inmediatamente. Cuando ella abrió el depósito vio tres carros adentro, dos de estos carros llamativos y caros, uno deportivo y el otro una Escalade negra, al final de la fila una van. Sus apuestas iban a la Escalade negra pero vio a Selene pasándola de lado y siguiendo derecho…hasta la van que parecía más adecuada para un negocio de constructores que para ellos.
Cuando Selene lo vio mirando de la Escalade a la van se explicó, "La Escalade seguramente llamará más atención en el camino que esto." Le dijo dándole una patada a la llanta delantera de la van.
Michael miró a su alrededor, habían unas cajas viejas alrededor y no quiso preguntar que contenían, de resto no había nada mas en el lugar, "¿Le pertenece este lugar al coven también?" lo dudaba por lo poco que había para ayudar a un ejército.
"No. Esto es mío." Se sacó el celular del bolsillo y Michael al verlo inmediatamente se apresuró a cogerlo de sus manos, más que a cogerlo a arrebatárselo, "No les digas nada de esto."
Michael le asintió y se apuró a marcar, él ya tenía una idea de que decir. Inmediatamente se marchó hacia una de las esquinas alejadas para obtener mayor privacidad. '¿Aló?' escuchó a su tía contestar, "Tía….." le dijo, pensando en las siete horas de diferencia.
Aún así no quisiera escuchar esa conversación escuchó a Michael hablando no con su madre como lo había creído sino con su tía. En vez de colocar atención trató de aprovechar el tiempo subiendo todo al nuevo carro, este modificado por dentro para que las cosas no se vinieran al piso cuando se tuvieran que tomar giros. Escuchó a Michael discutir, era obvio que su tía ya sabía que algo iba mal porque lo escuchó hablar de la embajada, él tratando de tranquilizarla pero oyendo también el apuro en su voz, diciéndole la verdad en cuanto al tiroteo del metro y hablándole de una mujer que lo estaba ayudando. Le gritó dos 'no sé' desesperados que sabía venían de la familiar preguntándole porque lo estaban persiguiendo, porque le estaba pidiendo a ella que también se escondiera con sus hijos, 'no sé, tal vez la mafia Húngara.' Lo escuchó decir y Selene exhaló, para los humanos siempre era la mafia. Después lo escuchó contándole que la policía había acudido a él pero que no había sido la policía y lo habían secuestrado y por eso no iba a confiar en ellos de nuevo. Luego la mujer pareció acusarlo de algo porque él le gritó que no había hecho nada malo, que lo conocía. Y después le rogó nuevamente que dejara la ciudad, que a él probablemente lo iban a ir a buscar hasta la casa o los iban a ir a buscar a ellos para ver que les sacaban de su locación. En el momento que escuchó a Michael con voz afectada decirle a la mujer que no llorara Selene decidió no prestar más atención a la conversación y volver a repasar el plan en su cabeza, pero su intento no funcionó de mucho.
Para ese momento Michael se encontraba acuclillado en el piso, desesperado por tener que estar arrastrando a su familia a esto también. "Si no se marchan es probable que los maten."
"Pero Michael–"
"Esa gente no es de jugar, sé porque te lo digo. Dejen la casa, la ciudad, sus amistades."
Michael no les podía estar pidiendo eso, sabía muy bien que algo grave estaba sucediendo pues él no era el tipo de andar metido en líos, "Está bien." Le dijo, pensando en ir a visitar a una de sus amigas una temporada, confiando en él y para quitarse la desconfianza de todo esto que le acababa de decir. Por supuesto, lo haría después de que hablara con el embajador que la había llamado hacía unas horas a comunicarle la desaparición de su sobrino y su supuesta implicación con negocios ilícitos los cuales ella no creía ni por un segundo, Michael era una persona honrada. "¿Cuándo volverás a llamar?" le preguntó, él colocándole al tanto que huiría.
Probablemente nunca, lo mejor era dejarlos de lado, aunque no sabía si podría. "No sé. Lo siento."
En cuanto habló pudo reconocer que él estaba dando por perdido todo, "No te vayas a dejar agarrar, mi muchacho." Le pidió, y lo escuchó exhalando, como si estuviera a punto de llorar.
"Lo prometo." Le contestó sintiendo un nudo en la garganta. "Por favor hazme caso en todo lo que te dije."
"No te preocupes, lo haré."
Hubo silencio por unos momentos largos hasta que Michael entendió que era imperativo colgar, que ese era el momento de dejar su vida humana atrás. "Cuídense, ¿sí?"
"Sí." Le dijo cortándosele la voz nuevamente, algo le decía que esta era la última vez que hablaría con él.
"Lo siento. Mi intención nunca fue que esto sucediera."
Podía escuchar la culpa en su voz, Michael siempre había sido un buen muchacho pero desde que se marchó para Hungría se distanció de ellos e inclusive de sus amigos. Era evidente que eso era lo que buscaba después de la muerte de Samantha, estar solo, pero obviamente todo esto que estaba sucediendo él no lo había elegido, "No te des por vencido. Y Cuídate tú también, te quiero."
"Yo también te quiero." Un nudo mayor se le formó en la garganta, su tía no colgó y tuvo la necesidad de actuar como el niño perdido como se estaba sintiendo, contarle que nada de esto había sido su culpa, que tan solo había sucedido, que no quería estar metido en esto, que tenía miedo, pero no lo hizo, en vez de eso respiró profundo y trató de sonar lo menos afectado posible, "Hasta luego."
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Se quedó mirando el teléfono después de que Michael colgó, ¿Qué había sido todo esto? ¿En que andaba metido? En ese momento iba a llamar a la oficina del embajador cuando escuchó que abrieron la puerta, inmediatamente se asomó para ver a su hijo e hija en compañía de varios hombres, una camioneta negra en la puerta. "¿Qué está sucediendo?"
"¿Qué mierda hizo Michael?" Justin le preguntó a su madre caminando hasta donde ella.
La mujer le frunció el ceño y volvió a mirar a los hombres. Uno de ellos sacó una placa, "Señora, necesitamos que nos acompañen." Samuel le dijo siguiendo órdenes.
Recordó las palabras de Michael, 'no eran policías reales.' Inmediatamente se giró hacia su hijo, "¿Cómo sabes que esto tiene que ver con Michael?" le preguntó apurada.
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Selene lo escuchó caminando hacia ella tras un par de minutos. No preguntó nada y él no hizo ningún comentario, silenciosamente la ayudó a meter todo lo que faltaba en el carro. Pasados cinco minutos acabaron, "¿Cómo estás?" decidió preguntarle, su preocupación extrañamente genuina. Ella era una persona que no solía pensar mucho en la vida de los demás. Que de hecho ignoraba a la mayoría de personas, con Michael no podía.
Michael se encogió de hombros, "¿Cómo voy a estar? Peor que un zapato." Le respondió y la vio mirando al piso incomoda por la forma ruda en que le había respondido cuando ella se había esforzado para acercarse a él. Michael le estiró el teléfono mientras le sacudía la cabeza apenado, no había sido su forma de contestare así, pero era la emoción del momento, ella había hecho una pregunta estúpida y él no había medido su respuesta en su azar. "Lo siento, yo–" La vio sacándole la tarjeta sim y después aplastando con su pie el dispositivo como si no fuera más que una hoja de papel. "¿Ahora qué?" decidió preguntar al su disculpa haber sido dejado atrás.
"Ahora huimos." Le contestó sacando un mapa y abriéndolo sobre el cofre del carro, tras quince minutos le había mostrado las rutas las legales e ilegales que seguirían, le había aclarado sus dudas de cómo dejarían el país sin documentación y le había dado uno que otro tip de supervivencia. Michael sería el encargado de manejar todo el día y ella se quedaría en la parte de atrás, el carro tenía virios polarizados y de la casa de seguridad había traído un par de bolsas de dormir especiales, eso mas una puerta corrediza interna que dividía al carro en dos dejando la parte de atrás en penumbras le aseguraría su vida hasta el anochecer, si es que no eran atacados por lycans. El viaje hacia donde iban duraría más de cuatro días. Selene decidió manejar tirando la sim a un rio en cuanto lo pasaron, deshaciéndose de esta. En cuanto el cielo empezó a aclarar detuvo el carro a un lado del camino y le dio las últimas instrucciones, luego se encerró en la parte de atrás, donde no había ninguna ventana y donde reinaba la oscuridad. Como la que se les vendría en los próximos meses, tal vez años.
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Capítulo 4
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Michael se encontraba en el sótano, hacía dos días que habían llegado a este lugar. Un lugar alejado de la civilización, ni siquiera se podía decir que estaban en el campo, estaban en el monte. Habían saqueado una de las casas de vigilancia y después se habían enrumbado a esta cabaña. Selene le había explicado que la había adquirido décadas atrás y nunca la había llegado a utilizar, quería un refugio, un lugar al cual llegar en esas raras y contadas ocasiones cuando necesitaba de un respiro. Nadie sabía que existía y se quedarían allí por un par de días. En cuanto habían llegado habían acomodado todo lo que traían y Selene rápidamente le había mostrado las instalaciones, haciendo énfasis en el sótano y en la que sería su habitación diciéndole que esa puerta no se debía de abrir en las horas del día, prontamente se había encerrado y no había vuelto a salir. Entendía, entendía que quisiera estar sola y pensar en todo lo que había sucedido, él también había deseado lo mismo pero ahora él, quien se había prácticamente distanciado de todos en cuanto llegó a Hungría necesitaba compañía, sino sentía que se volvería loco.
No tenía más que hacer que pensar, pensar en un futuro que probablemente no existiría, atormentarse con su cambio, su nueva vida, con ella que no daba muestras de querer afrontar lo que se les venía, pensar en su pasado. Alienarse más. Por primera vez decidió dejar la cabaña, respirar el aire fresco a ver si eso le despejaba un poco la mente de los pensamientos que estaba teniendo.
Extrañamente nada más fue salir para sentir energías viniendo a él, el sol le dio de frente en la cara y la calidez que no había sentido en días lo bañó. Tomó aire y se preguntó si sería prudente aventurarse un par de kilómetros. Cuando venían en camino no había visto ni una sola muestra de vida humana en horas, no creyó que debiera preocuparse por eso, vio una loma que parecía estar cerca y tomó esa dirección. Pronto no pudiendo evitar ir rápido y más rápido queriendo probar su nueva fisiología, asombroso encontró que su pulso apenas y aumentaba y que entre más le daba rienda a los deseos que tenía de quemar toda esa energía de mas que tenía mejor se sentía. Era fantástico. Cuando había estado con Selene en ese carro y se había sorprendido encontrarse con ojos negros y dentadura desfigurada por un segundo se le cruzó por la mente que así se quedaría y lo vocalizó, ella, en su usual tono distante y frío le había dicho que él era el primero de este mundo y que no podía asegurar lo que no sabía…pero que él había estado en forma humana después que asesinara a Viktor y que tal vez era cuestión de que no lo supiera manejar y de nervios que no pudiera volver a su forma humana. Selene había estado en lo correcto. En la cima de la loma pudo ver que lo único que había a su alrededor era naturaleza y mas naturaleza, ni una sola casa era visible. El ser humano por naturaleza es curioso y no pudiendo dejar esta curiosidad a un lado se quitó la camiseta que traía y llamó el cambio, por primera vez desde hacía cinco días.
Selene había escuchado las puertas de su cabaña abrirse y cerrarse, diciéndole así que Michael no había podido con el encierro. Sólo esperaba que fuera prudente, no podía hacer nada para detenerlo, estaba de día. Y al segundo siguiente se sacó a Michael de la cabeza al por millonésima vez pensar en lo que había sucedido. La traición de Viktor, la mentira de su vida como inmortal, todo lo que había aguantado buscando una venganza mal puesta, la misma traición que ella le había hecho a los suyos, lo que iba a suceder de aquí en adelante. Como la cazarían, por donde empezarían, que asumirían sus ex compañeros, que contarían los lycans al ser torturados, que habría sido del bastardo de Kraven…..mínimo y le había echado otra sarta de mentiras a Marcus quien para ahora probablemente ya habría empezado su casería. Su estomago rugió y recordó que no se había alimentado bien en días…De repente tuvo un sentimiento de pesadez en su estomago, ¿Michael, se habría alimentado él? ¿Sería ya muy tarde? Pensó de una levantándose, no haberle dicho nada al escucharlo salir tal vez fue un error.
No sabía ella pero él descanso no había obtenido con cada segundo pensando que al siguiente la puerta de la cabaña sería explotada por un ejército de inmortales. Una hora después Michael entró en el sótano tal y como lo había hecho por los dos últimos días. Esperando encontrarse a Selene, esperando que lo escuchara y saliera aunque fuera a intercambiar un par de palabras. En esas dos ocasiones nada de eso había sucedido. Esta vez la encontró a un lado de la mesa, una Selene que parecía estar ansiosa, "¿Qué sucede?" le preguntó intimidado y caminando hasta donde ella, de inmediato su mente creyendo que un ataque sería inminente.
"¿Te has alimentado?" Vio su semblante cambiar y al él ni siquiera poder darle una respuesta y en vez darle una mirada de culpabilidad lo supo. Al verle la ropa, más que todo los zapatos y jeans untados de barro y con pedazos de pasto y hojas secas adheridas supo lo que había estado haciendo, no alimentándose y gastando energías, "No eres tan fuerte como supones." Ella en verdad no le había prestado mucha atención en los días de viaje demasiado ensimismada en sus problemas, ni siquiera recordaba haberle hablado de su nutrición, ¿en qué planeta había estado? Si Michael no se había alimentado en todos estos días antes de más ella estaba viva.
"¿Qué?" le preguntó desconcertado, había asumido que ella le dejaría darse cuenta de esa parte de su inmortalidad por su cuenta. Su estomago llevaba días retorciéndose, doliéndole al aguantar hambre. Su sistema no se había descompensado por la forma diferente que había estado utilizando para alimentarse.
"Michael eres único, nunca antes existió un híbrido. No importa cuán ambivalente te sientas lo cierto es que tus poderes pueden ser ilimitados…..pero dependes de la sangre." Agarró de la mesa la bolsa que había sacado para él, "Necesitas alimentarte." Inmediatamente Michael entró en modo de negación, movió la cabeza de lado a lado mientras momentáneamente una sonrisa incrédula y de insatisfacción le cruzó el rostro. "Sin la sangre te debilitarás enseguida, en vez de estar corriendo por el campo piensa en eso." Y le extendió la mano con la bolsa de sangre. El parecía tan responsable que ella había dado por hecho que todos estos días se había estado alimentando, antes de más no había perdido el control aún.
Michael miró escéptico a Selene y por no dejarla con la mano estirada cogió el empaque no pudiendo creer que lo hacía o lo que oía, "Por Dios…" pero por otro lado ella también le había dicho que no sabía nada de su fisiología, era el primer híbrido y tal vez las reglas de los inmortales no se aplicaban a él, "¿Y si no lo hago?" le preguntó, no desafiándola a ella sino a sus creencias, "¿Y si no soy capaz?"
Cuando mordió a Michael lo hizo por impulso y nunca pensando en que sería ella la que le tocaría que explicarle como giraba y funcionaba este mundo inmortal, "La comida normal puede ser letal. Si no te anticipas a tus ansias atacarás humanos…" incluso a ella, de hecho primero la atacaría a ella y después saldría a buscar más. Lo pensó por un segundo viendo la reacción de Michael, como si no le creyera lo que le decía, "Y créeme no querrás eso en tu conciencia." Por primera vez un sentimiento de culpa la embargó, ahora él tendría que renunciar a todo por su culpa…bueno, no enteramente su culpa pero también la de Lucian. Tal vez con el tiempo empezaría a culparla por no haberlo dejado morir, ese solo pensamiento la llenó de sentimientos encontrados. "No hay vuelta atrás, Michael..." él la miró a los ojos fijamente y tuvo que bajarle la mirada por un momento, nadie se merecía este giro tan repentino en su vida mucho menos si dicho giro había venido más por obligación que por voluntad propia, como era el caso, "Lo lamento."
Escucharla hablar de atacar humanos y cargos de conciencia le dejó saber que hablaba de primera mano –por si la mirada lastimosa no se lo había dicho–, quería saber que había sucedido pero también sabía que ese no era el momento. Y por sus dos últimas frases le agradecía, le agradecía que le estuviera aguantando esto y tratando de entenderlo, no siendo la mujer arisca y fría de días anteriores. "Mira," le dijo tras el silencio y dando un paso hacia ella, sorprendentemente la vio moviéndose hacia atrás un par de centímetros, rehuyéndolo, entendiendo el mensaje no se acercó más, "entiendo lo que hiciste…..y te lo agradezco." Había querido decirle esto antes pero ella se había encerrado para no volver a salir, "Me salvaste la vida. No estaba listo para morir." Extraño –y ya lo había pensado varias veces–, hacía cuatro años deseó morir cuando Samantha perdió la vida y ahora, ahora le agradecía a prácticamente una desconocida que lo salvara. Selene le bajó la mirada por varios segundos lo que le indicó que no estaba acostumbrada a este tipo de conversación, Michael exhaló al verla sonriendo, también sintiéndose desubicado, al parecer ella no sabía muy bien cómo tratar a una persona si le daba pena que le agradecieran, eso sí, para golpearlo y gritarle si lo hacía como si fuera algo normal y corriente, "No sé… Todo ha cambiado." No sabía porque sentía una conexión con esta mujer, pero ahora mientras la veía cabizbaja mientras sus palabras de agradecimiento la impactaban tuvo ganas de acercársele, dejarle ver que el mundo frío y aislado en el que había vivido no tenían porque implementarlo entre ellos, pero no lo hizo, la barrera invisible que ella colocaba le funcionaba demasiado bien pues temía incluso cruzarla para decirle que de ahora en adelante dejaran esa frialdad y se trataran con compañerismo. Así que de vuelta a la cuestión de la sangre, "Tal vez dentro de poco pueda asimilarlo," una cosa era pensarlo y otra cuando ya le tocaba ponerle manos a la acción, todo el camino hasta este lugar había estado pensando en el momento en que a ella le diera por bajarse del carro para obligarlo a alimentarse, gracias a Dios él había sido lo último en su mente así hubiera estado las veinticuatro horas del día prácticamente sentado a su lado, "pero por ahora ha sido todo un proceso…" buscó excusas y al ella devolverle una mirada de compresión no pudo evitar sentir culpa por estarle mintiendo tan de frente a su salvadora, se le aproximó nuevamente, "No te preocupes…" le dijo y de nuevo recibió la mirada de vulnerabilidad que había visto durante la mayor parte de esa conversación, ¿tanto le afectaba estar en la presencia de un ser nuevo a este mundo? ¿Era él la primera persona que ella transformaba y por eso parecía sentirse culpable? "En serio." Y para darle mayor credibilidad al asunto miró la bolsa de sangre y la apretó, viendo como esta se movía dentro del empaque, pequeñas burbujas surgiendo. Incontables veces para ahora había sostenido bolsas de sangre, solo esta vez se sentía intimidado con una, se encontró pensando eso para cuando por el rabillo del ojo registró movimiento y al levantar la mirada la vio alejándose sin más palabras, de nuevo hacia su habitación, Michael alcanzó a ver una especie de mesa/tocador antes de que ella cerrara la puerta de nuevo. Aún tenía un traje de traficante, ¿no se lo había quitado en todos estos días?
Selene no pasó por las mismas emociones que Michael estaba sintiendo, la adaptación física fue lo que encontró difícil, las emociones las hizo a un lado, su causa era válida…había creído en ese tiempo. Si cada vez que iba a estar alrededor de Michael se iba a sentir de la forma en que lo había hecho hacía un momento entonces no creía que haberlo traído con ella fuera tan buena idea. Le dio el tiempo que necesitaba al volverse a encerrar en la habitación y una vez más pensar en lo que estaba sucediendo. A las ocho de la noche exhaló sentándose en la cama y se empezó a quitar el traje de traficante que se había puesto temprano para comenzar el entrenamiento de Michael. Continuaba sin humor para esto aunque sabía que era imperativo que él aprendiera del arte de la guerra. Sintió su garganta cerrándose y a diferencia de lo que habría hecho un mes antes o dos –ignorar sus emociones–, decidió concederse una noche final para auto infligirse, pensar en las mentiras que le había dado Viktor y que ella ingenuamente había creído.
La noche siguiente se levantó con el mismo sentimiento de pesadumbre pero al menos con un plan y nueva voluntad, por ahora lo primero que había que hacer era lo que les daría ventaja en este mundo. Se cambió de ropa y decidió por algo más adecuado que un pantalón y una blusa de algodón, se vistió con látex nuevo y marchó afuera para encontrarlo acostado en el mueble del sótano, estaba despierto y en cuanto la vio se sentó. Ella le había dicho que la puerta del sótano no se podía abrir de día, él obviamente había ignorado su pedido, ¿pero de que se preocupaba? No era como si ella dejara la habitación en las horas del día.
"¿A dónde vamos?" le preguntó al verla con una nueva actitud más activa y aparentemente lista para salir…con lo que asumía eran sus ropas normales.
"Vamos a entrenarte." Le dijo pasándolo de lado y yendo hasta el refrigerador a sacar una bolsa de sangre. "Puede que tengas una fuerza mayor que la mayoría de los inmortales pero eso no te sirve de mucho si no sabes pelear."
Sus palabras lo sorprendieron, aparentemente volvía a ser la de antes, y sus palabras tenían veracidad, antes de Viktor nunca se había inmiscuido en una pelea en su vida…aún así, "No lo hice tan mal contra Viktor." Le dijo, mirando la bolsa de sangre en sus manos y expectante a lo que sucedería.
Selene destapó la bolsa y tomó un sorbo, "Puede que no pero hay que tener en cuenta que Viktor venía de un adormecimiento de un siglo, la total recuperación de sus fuerzas le tomaría un par de días más…así que si los eventos de hace cinco noches tuvieran lugar hoy ambos resultaríamos muertos." Michael se quedó mirándola como midiendo sus palabras, lo que Selene no sabía era que él se estaba debatiendo entre el asco y la tentación, "Ve y ponte algo cómodo, no creo que jeans sea lo mejor para usar."
Hizo lo mejor por conciliarle lo que la sangre le estaba provocando, el olor metálico incluso ha metros de distancia lo tentaba, "¿Y dónde vamos a entrenar? No es como–"
"Afuera, el terreno en desnivel es mucho más difícil que si lo hiciéramos sobre un dojo. Es mejor que te acostumbres a ambientes no controlados de una sola vez."
Michael le fue a preguntar qué sucedería si llamaban la atención de algún vecino indiscreto pero decidió dejar la conversación ahí, ella sabía lo que hacía así que él tan solo huyó del sótano marchándose a hacer lo que ella le pidió, se cambió y en unos minutos se encontró con ella fuera de la casa, para su sorpresa el entrenamiento comenzó con una palabra que uno no le oye decir a ninguna mujer en sus cabales.
"Atácame." Sabía que contra él no había mucho que pudiera hacer pero quería estudiar su técnica de pelea con mayor detenimiento de lo que lo hizo en las alcantarillas contra Viktor.
"¿Qué?" preguntó sorprendido, ella le frunció el ceño como si no supiera cual era el problema con su pedido.
"Atácame." Le repitió, notando que incluso este panorama tampoco era alentador.
Dio un paso hacia ella, "Selene…"
Selene pudo escuchar su voz sorprendida y ella para estas alturas no conocía mucho sobre la actitud humana pero supo que Michael en ese momento querría discutir los métodos del entrenamiento, ella no lo iba a permitir y a su vez le asintió caminando hacia él, "Está bien, hagámoslo de esta manera–"
No supo lo que iba a suceder hasta que fue demasiado tarde. Por sus palabras y la forma de acercársele había bajado la guardia, cosa que ella aprovechó para darle un puño en la cara, puño que le hizo perder el equilibrio y caer al piso, sangre alrededor suyo, y dolor, mucho dolor. Al mirarla sorprendido y tocarse se dio cuenta que no solo estaba sangrando en el interior de su boca sino por el exterior de su cara también, la fuerza siendo tal como para romper piel y su mandíbula. Del dolor furia lo inundó y trató de de levantarse para reclamarle pero lo único que pudo hacer fue agacharse a escupir sangre, y ni a escupir porque sus músculos faciales no le funcionaban, tan solo atinó a medio abrir la boca y dejar que toda la mezcla de saliva y sangre lo dejara.
Selene lo miró a medio sentar en el piso, "Toda la piedad y consideración que te pueda tener se acaba en el momento que empecemos a entrenar." Le informó, los entrenamientos marcharían a su paso no al de él, después de todo ella era la experimentada de entre los dos. Recibió una mirada de enojo pero aparte de eso ni siquiera se esforzó para colocarse en pie, "Y deberías de hacer lo mismo conmigo. Ahora atácame."
Michael tan solo bajó la mirada al escucharla y se iba a tocar una muela que sentía se le había introducido en la parte interior de la boca para cuando sintió una patada en el pecho que lo levantó del piso y lo envió varios metros hacia atrás, el aire inmediatamente dejándolo, haciéndolo ahogar. Escuchó un rugido, un rugido proveniente de sí mismo y que al mismo tiempo le hizo doler el pecho, y al escucharse pudo ver una mirada vencedora en la cara de Selene, estaba tratando de sacar a la bestia en él para que la atacara. Maldita lunática, ¿acaso no era eso peligroso?
"Te defenderás por las buenas o por las malas." Esta vez le dijo manteniendo la distancia, "¿O acaso vas a entregar tu vida en la primera oportunidad que un inmortal te ataque?" Exhaló al verlo ignorándola. "Si vas a hacer así de inútil en una pelea entonces no tengo uso para ti."
Michael vio la bota que se detuvo justo en frente de él, gotas de sangre adornándola. Miró hacia arriba en ese momento y vio que un puño venía a estrellarse contra su cara, con velocidad que de nuevo no reconoció un segundo después se encontró tomándole el puño a Selene, pudo ver la sorpresa en su cara en cuanto la aventó hacia atrás, haciéndola alejar. En cuanto recobró su balance pudo verla mirándolo con una mirada defensiva.
"¡Tienes que poner de tu parte!" le gritó, empezando a perder la paciencia la verlo que ni se dignaba a levantarse del piso. "¿Acaso pensaste que al venir a escondernos como viles ladrones nada mas haríamos eso?" lo vio escupiendo, la sanación continuando rápidamente.
En ese momento Michael no sabía que las seis horas que duraría ese entrenamiento y todos los que vendrían era lo que crearía un lazo mayor entre los dos. Habría dolor, incomodidad, odio, rabia, violencia, dolor, y aunque la mayoría fueran en forma física también reflejarían las emociones que ambos secretamente se escondían.
"O te levantas ya o te juro que en estos entrenamientos no serás nada más que mi entrenamiento. Nada más que una puta bolsa de huesos." Se agachó a sacar el cuchillo de su bota. Michael inmediatamente se alejó arrastrándose hasta que puso suficientemente espacio entre ellos para poder colocarse en pie sin temer ser apuñalado sorpresivamente por ella.
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Capítulo 5
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Michael estaba parado enfrente de ella en toda su gloria híbrida. Más de una semana había transcurrido tras el asesinato de Viktor pero era la primera vez desde que empezaron a huir que lo veía transformado y eso porque él le había dicho que en forma híbrida se sentía con más poder y energía que en forma humana. Ella misma había tomado el coraje de pedirle que cambiara. Coraje porque pensaba que era demasiado pedirle eso tan solo para saciar una curiosidad.
"¿Por qué?" Michael le había hecho esa pregunta en cuanto ella se lo había propuesto, creía que Selene tan solo toleraría su cambio cuando fuera necesario, o sea, en batalla.
"¿Cuál es el problema en no querer transformarte? Ya sabemos que regresarás a tu forma humana." él pareció no estar convencido. "Además, debemos saber la proporción del aumento de tu fuerza para así calcular el porcentaje del cambio y saber los pros que se tienen en contra de tus enemigos."
"¿Qué?" preguntó no estando seguro de haber escuchado que sacarían estadísticas.
Selene le rodó los ojos y se fue al otro lado de la habitación a recoger sus armas, "Sólo hoy cuando estemos en el entrenamiento transfórmate."
Varias horas después y ya en la noche se encontraban en un claro cerca de la cabaña que utilizaban como campo de entrenamiento. Michael aun parecía renuente mientras se sacaba la camiseta, "Todo estará bien." Le dijo, abiertamente fijándose en su torso desnudo por uno o dos segundos y después desviando su mirada para prontamente volver a estudiarlo mientras todos los músculos de su cuerpo cambiaban rápidamente. Piel tornándose azul al mismo tiempo que su cavidad toráxica dolorosamente se expandía aunque no tan impresionantemente como la lycan, el cambio no consistió en más de tres o cuatro segundos, lo vio con respiración acelerada y sus músculos tensos, "¿Duele?" le preguntó, en ese momento pensando en los pros de los vampiros, no se sentía dolor en cuanto al cambio. Él la miró y le sacudió la cabeza, su cabello moviéndose contra su rostro. Rostro. Al su rostro no desfigurarse como el de un lycan podía ver sus rasgos debajo de la piel azul, era absurdo que incluso en esta forma bestial encontrara sus rasgos atractivos. Lo conocía desde hacía poco tiempo y podía decir con total objetividad que nunca ningún ser había cautivado su atención como lo hacía él….Sólo con una mirada en aquel metro la había sacado de su mundo.
Michael la vio acercándose lentamente a él mientras se fijaba en su torso y brazos y luego lo miraba a los ojos, la misma expresión de incredulidad que le había dado en la cloaca cuando lo había visto por primera vez transformado. Ella lo rodeó mirándolo por detrás y él trató de seguirla con su rostro, pronto estuvo de nuevo en frente, cerca, y en ese momento quiso preguntarle que le pasaba por la cabeza, pero obvio, no podía hablar. Le gustaría saber que pensaba de su cambio, si la repulsaba o si tan solo lo toleraba. En ese momento escuchó el pulso de ella acelerándose un poco mientras la veía dubitativa y luego lentamente llevando una mano hasta su antebrazo, tocándolo, inmediatamente sintió como si una pequeña descarga eléctrica lo recorriera, ella sin darse cuenta fruncía el ceño y no levantó la mirada hasta sus ojos sino que continuó estudiando la textura de su piel, la contextura de sus músculos con constantes abrir y cerrar de manos y en ese momento, con la cercanía recordó lo sucedido entre ellos.
Había pensado que su piel se sentiría más cauchuda por el brillo en esta pero no que se sentiría fría, "Tu piel es fría," le dijo, sabiendo que él mismo no habría podido notar eso, "Más fría que la mía," lo cual encontraba extraño, si su temperatura bajaba debía de quedarse al mismo nivel que la de los vampiros, se preguntó entonces que cambiaba con él pero ni le preguntó, dudaba que él supiera mucho más que ella en cuanto a eso.
En ese mismo momento quería tocarle el brazo contrario de la misma forma que ella lo estaba tocando, proporcionar un acercamiento pero no lo hizo, Selene se había mantenido al margen de él, sabía que no sería bienvenido, no sabía que pasaba por la mente de ella, si no se acercaba porque ya había perdido su interés o si tan solo la situación no le llamaba la atención. Ella no pareció darse cuenta en el aumento de su ritmo cardiaco y si lo hizo lo ignoró. Vio su carótida palpitando con su pulso y la boca a su pesar se le hizo agua, sintió sus colmillos palpitando, seguro algo que venía de los vampiros, más que pensar beber de ella se concentró en enterrar su cara en su cuello, sentir las palpitaciones contra su frente, contra sus labios, la boca se le hizo agua y en ese mismo momento su voz lo sacó de sus pensamientos mientras la escuchaba decir que empezaran a practicar. Practicar….la primera práctica había sido toda una experiencia por sí sola con ella demostrándole cuan estricta era en cuanto al asunto, no por primera vez haciéndola maldecirla y hasta peor…el primer día fue un infierno al desafiar lo que sabía y no sabía sobre el abuso a mujeres, por primera vez sintiendo ganas de golpear a una gracias a provocaciones. No por primera vez se le vendría a la mente que si Selene fuera un hombre le daría con todo gracias a su trato…pero luego el entrenamiento había acabado y ella se le había acercado, le había curado sus heridas y le había servido un vaso de sangre. Eso no se había repetido, pero asumía era su forma de decirle que se acostumbrara y que solo porque lo tratara como su bolsa de boxeo en el entrenamiento no quería decir que lo seguiría haciendo fuera de este. La siguiente noche había descubierto que si él colocaba de su parte en el entrenamiento este no sería ni el diez por ciento de violento que el de la primera noche, así que obviamente empezó a cooperar así cooperar significara tener que golpearla….aunque no utilizando toda su fuerza pero si la suficiente para que ella no se quejara de que estaba siendo demasiado débil y compasivo.
A diferencia de las prácticas anteriores en esta la pudo vencer más fácilmente que lo usual. Bueno, no tan fácilmente, pero si mucho más fácil de lo que lo hacía en su forma humana. En forma híbrida era mucho más ágil, mucho más rápido, sabía que no le leía la mente pero apenas era verla moverse para saber qué movimiento utilizaría, que fuerza, que dirección, evitando sus movimientos incluso antes de que empezara a hacerlos. Aún así Selene le llevaba siglos de experiencia y cuando era ella quien huía o iba a recibir un golpe siempre encontraba una forma ingeniosa de detenerlo. Tres horas después se sentía sin alientos pero no quiso decírselo, pensaba que si se lo decía empezaría a sospechar del secreto que le ocultaba. Tras el entrenamiento la vio recogiendo un papel del pasto y en este anotando datos, tras volver a su forma humana se le acercó y tras unos segundos ella le pasó la hoja con un montón de datos y valores porcentuales que él no tenía ni idea que significaban.
"¿Qué tan diferente es mi anatomía a la de los lycans?" Michael tenía una teoría en cuanto a su cambio pero era muy poco lo que podía corroborar de esta sin equipos médicos, así que su teoría se tenía que quedar en conjeturas.
"No sé, yo no les prestaba demasiada atención, tan solo los mataba." Le dijo ausentemente mientras empezaba a hacer cuentas sobre la cantidad de sangre que tenía que beber a diario para sustentar su cuerpo.
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Capítulo 6
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Salió del baño directamente hacia el refrigerador que había en el sótano a tomar su bolsa de sangre nocturna y con esta fue en búsqueda de Michael. Era extraña la necesidad que tenía de saber donde se encontraba cuando no lo sentía cerca. Se encontró en el primer piso de la cabaña y se fue a dirigir a su habitación pero prefirió no hacerlo, así como a ella no le gustaría que él interrumpiera en su espacio personal a él tampoco debería de gustarle. No podía exactamente señalar un lugar y decir él está en la cocina pero sus sentidos lo sentían cerca y eso le calmaba los nervios y eso era lo que importaba. Se tomó la sangre mientras se paseaba por la rudimentaria casa y después se iba a dirigir a la cocina a botar la bolsa cuando lo vio de reojo sentado en las escaleras exteriores. Lo próximo que supo era que se iba a reunir con él, había veces en que solo pensaba en poner distancia entre ellos u evadirlo, como el día anterior cuando todo le había molestado incluso su presencia, o como cuando hacía esas cosas que la enervaban, pero sabía que no se podía dar el gusto y tratarlo con descontento como lo haría si fuera cualquier otra persona y no su aliado. Más extraña que la necesidad de saber donde se encontraba, encontraba la sensación que le dio cuando había visto las fotos de su prometida o cuando él le había hablado de la mujer. Esas emociones deberían de estar por debajo de ella, con culpabilidad recordaba el alivio que había sentido cuando Michael le había contado que la mujer, Samantha, estaba muerta, su lado más racional podía atribuirle ese sentimiento bajo a que no la tendría que hacer pasar por el abandono y la desaparición pero incluso ella que no era una experta en sentimientos románticos sabía que no era eso, sus sentimientos provenían de algo más egoísta, su interés personal en él, interés que no debía haber. Y pensaba en eso ahora porque estaba sintiendo las emociones bajas que no debía de tener, lo había encontrado con la foto de Samantha y en cuanto la había sentido la había guardado en su billetera, ahora tenía dos sentimientos encontrados. "Me hubiera gustado tener una foto de mi familia, un recuerdo de ellos, algo más que mis memorias borrosas." Y el sentimiento encontrado se debía a que en esos días había estado pensando en esto, y que sentía que en los primeros momentos de su huída no hubieran podido ir al apartamento de Michael para recoger tan preciados objetos. Sabía que para ella hubiera sido un martirio tener que dejar Ordoghaz sabiendo que en su habitación estaba la única foto de su familia. Estaba celosa pero a la vez quería que él se aferrara a alguna parte de su vida humana. Definitivamente que tuviera una copia de bolsillo de la foto de Samantha le quitaba un peso de encima, un sentimiento de culpa.
Michael levantó la mirada para verla parada detrás de él y mirando al cielo. "Lo siento." Le dijo no sabiendo que más decirle, una foto era lo único que ahora tenía de Samantha. Michael se hizo a un lado invitándola a sentarse pero aún así sabía que ella no lo haría, "Sabes, tenemos la eternidad para aprender a dibujar." Le hizo un comentario amistoso pero que seguro ella tomaría como una niñería. Eso era algo que había aprendido en esas dos semanas, él trataría de darle una oportunidad para acercarse o un punto de referencia pero ella no lo tomaría, y no lo hizo pero vio sus ojos brillando y los músculos de su garganta trabajando fuertemente para poder dejarle pasar saliva.
En sus siglos tan solo había conocido a otras dos personas que no ignoraban el asunto de su familia y por eso, por no estar acostumbrada se sintió vulnerable como cada vez que hablaba de ellos. Que Michael no ignorara sus sentimientos como algo que pasó hace seiscientos años y que ya era hora de superar hizo que la garganta se le llenara de emoción. "Somos inmortales pero no eternos, no olvides eso." Y con esa lección lo iba a dejar sólo de nuevo.
Esta vez Michael no la iba a dejar que se volviera a encerrar en su soledad y en sus pensamientos oscuros, "No te vayas," no se lo pidió, tan solo lo dijo sabiendo que ella siendo su usual ella haría como si no lo hubiera escuchado pero al menos tenía que intentarlo. "No soy la persona más amistosa del mundo o habladora, y de hecho me siento más cómodo cuando estoy solo…pero la soledad de estas dos últimas semanas ya me tiene harto y ansioso….Y sé que… bueno, con todo respeto, que tal vez tu no podrás brindar…" no sabía cómo decirle que sabía que ella no podía brindarle la compañía que él buscaba sin que lo malinterpretara, "Tan sólo quiero conversar con alguien…creo que este mundo lleno de silencios y melancolía absoluta ya me está empezando a afectar..." sólo ahora venía a ver cuán importante hasta una sonrisa de cortesía por parte de un desconocido era, las cosas que uno daba por contadas, las cosas que había dado por contadas cuando médico.
Selene estaba de espaldas a él, así como él lo estaba a ella, "Tienes razón, yo no seré la mejor compañía." Quería quedarse ahí pero la verdad no sabía de qué podría hablar con Michael, él provenía de un mundo tan diferente al de ella. Por otro lado le asombró cuanto en verdad quería quedarse.
Michael escuchó el sutil cambio en su voz, algo que le dijo que no todo estaba perdido, "La verdad ni siquiera nos conocemos, no podemos saltar a esas conclusiones."
"Lo único que tenemos en común, de lo único que podríamos hablar sería de nuestras mutuas perdidas. Y ambos sabemos que ninguno de los dos está listo o desea hablar más de lo que ya se ha dicho."
Pues sí, eso estaba más que claro. Era obvio que ella no podría hablar de su familia sin entrar en llanto y que él…por alguna razón nunca le había gustado hablar de Samantha a quien le preguntara, se giró un tanto hacia ella, "Hablemos del clima, entonces. Un tema banal, y por lo que la gente que no tiene nada en común empieza a hablar."
Selene a su vez se dio la media vuelta levantándole una ceja, pronto se vendría el invierno, "El clima está bien."
"¿Eres siempre tan de pocas palabras?"
"Sí."
Al menos había tratado, no supo si de nuevo la corta respuesta fue hecha a propósito, lo más seguro era que no. Si esto era todo lo que iba a poder sacarle cada vez que conversaran le iba a resultar ser una persona demasiado aburrida. "¿Son todos los vampiros así?"
Cuando Michael por primera vez mostró interés en el mundo inmortal Selene decidió ceder al menos por un momento, después de todo no lastimaba, "No," le respondió y dio los dos pasos y la bajada de escalón que los separaban, sentándose al lado de él aunque lo mas separadamente posible que las escaleras de dos metros de ancho le permitían, "supongo que es como todo, los hay callados y hasta habladores."
No quería hablar de vampiros ni de lycans, ni de guerras, ella ya le había contado todo lo que debía de saber, o lo que ella creía debía de saber, "¿Entonces, voy a ser yo el que va a estar haciendo preguntas toda la noche?"
Selene escuchó el tono de burla en su voz, "¿Toda la noche?"
"Si." Michael le respondió notando la sorpresa en su voz y como sus cejas subieron inesperadamente. Un segundo después él le sacudió la cabeza, por supuesto que no pensaba que sería toda la noche, si le concedía diez minutos estaría de suerte. "Vamos, Selene, es mejor que nos vayamos adaptando al otro porque cómo va la cosa tu y yo estaremos pasando los próximos meses o incluso años juntos, y lo último en que me quiero convertir es en el tipo aburrido con quien ni quieras hablar." Hasta él mismo se sorprendió al escucharse decir eso, no sería algo que el Michael de los últimos años hubiera dicho.
Habían formas de expresarse, y esta era muy similar a las que le habían llegado a dar recién llegada a Ordoghaz cuando le preguntaban porque no se integraba ni siquiera con sus compañeros aspirantes a traficantes, eso no cambió con los siglos y las preguntas continuaban ahí, si mal no recordaba Erika había sido la última que le había hecho esa pregunta. La joven debía de estar bastante feliz de por fin tenerla fuera del camino. Michael había hecho la pregunta pero a diferencia de las otras personas había ido directamente al punto. "Me gusta lo aburrido." Le admitió, toda su vida como inmortal había sido una monotonía, los mismos patrones, el mismo comportamiento, entrenamiento, salir a cazar, los mismos compañeros, incluso la misma relación por siglos. Y tan solo iban dos semanas desde que su mundo se puso patas arriba y ya había tomado otra sucesión de eventos monótonos, y tenía que admitirse que le agradaba más eso que estar huyendo de ciudad en ciudad.
"¿Quién lo hubiera pensado? Otra semejanza entre nosotros." Ella probablemente debía de saber que él era el tipo más aburrido entre los humanos, si había estudiado un poquito su apartamento lo había descubierto, y él había estado a gusto con cómo había estado viviendo su vida así esta no fuera una forma de vivir realmente. "Entonces," decidió dar paso a una conversación desde ese punto, preguntando lo que nunca se le pregunta a una mujer, sólo que ella no era cualquier mujer, "¿Cuántos años tienes?"
"Ahí no va a haber semejanza." Le contestó, por un momento preguntándose si dejar las cosas así pero no quería que pensara que no le quería responder. "Seiscientos años." Inmediatamente pudo verlo sorprendido por eso, lo que a ella le causó gracia.
Michael le sonrió sorprendido, "Ahora entiendo porque a veces me tratas como un niño." ¡No podía creerlo! "Todos estos días me lo había estado preguntando y creí que tendrías doscientos años o algo así, ¡¿pero seiscientos?"
"¿Por qué doscientos?" le preguntó por interés, o entrando en su juego, no sabía cuál.
Michael la miró y se encogió de hombros, "No sé. Sólo hice cuentas a cuando fue la última vez que Viktor estuvo despierto, pensé que había sido práctica e inmediatamente tras despertarse que te convirtió." Selene le asintió y pudo ver que Viktor y esa situación no era algo de lo que ella quería pensar. "Yo te hice una pregunta, ahora hazme tu una." Sintió que tenía que empujarla de nuevo a la conversación, conociéndola se habría quedado callada hasta que le diera por decirle que era hora del entrenamiento, o simplemente se marchara.
Selene estuvo pensativa, ya todo lo que quisiera saber de él lo sabía, ya sabía sobre lo que le había dicho a su familia de toda esta situación, sabía que era un hombre bueno, no había más por saber, "No sé que preguntar."
Podía haberle dicho que no le interesaba saber nada de él pero había elegido bien sus palabras, lo podía ver, y una vez más ella mostraba cuan alejada había estado todo este tiempo para ni siquiera saber cómo llevar una conversación que no involucrara, armas, guerra y violencia. "Pregúntame mi edad," le dijo.
"Tienes veintiocho."
Ella había hecho bien su tarea, iba a decirle eso cuando lo interrumpió.
"En mi mundo no eres siquiera un niño." Decidió añadirle en un comentario antagonista, así se había llamado segundos atrás.
Michael le sonrió recordando el antagonismo que los dos se habían traído en los dos primeros días de su relación, era bueno ver como este había residido para desaparecer y solo ahora venía a aparecer de nuevo pero como broma, la miró y de nuevo se sintió atraído. "Asaltacunas." Le dijo no pudiendo evitarlo y sonriéndole. Ella no pareció captar el significado de la palabra, lo que no lo sorprendió, probablemente era un término moderno y si no era así no podía verlo siendo usado por vampiros, en vez de tal vez hacerla echarse para atrás con el significado decidió no explicarle a menos que le preguntara. Continuó mirándola, para sus seiscientos años se había conservado demasiado bien fue el ridículo pensamiento que tuvo. Apenas hacía dos semanas que se conocían, todavía no sería prudente decirle que le gustaba, mucho menos salirle con esas en la situación que se encontraban…probablemente lo último que una mujer fuerte e independiente como Selene necesitaría sería a un idiota enamorado de ella. ¿Enamorado? Esa última palabra lo hizo sorprenderse que estuviera pensando de esa forma en cuanto a ella, era hermosa eso no se lo podía negar nadie, ¿pero amor? Selene lo fijó con esos ojos que según la luz eran cafés o verdes con el centro avellana, o simplemente azul eléctrico y se quedó mirándolo como preguntándole que hacía mirándola fijamente. "Ahora soy el bebé más poderoso del mundo." Le dijo para que no sospechara lo que en verdad había estado pensando. Había un mito sobre los vampiros que recordaba, estos eran atractivos hermosos y destilaban sensualidad para así atraer a su presa, Selene tenía que ser toda una vampirísima.
Y uno muy peligroso. Con su último comentario olvidó el anterior que le había dado y el cual no había captado completamente. El poder que él tenía muchos lo envidiarían, mierda, incluso ella lo hacía, esa quinta noche en el entrenamiento al ver como la venció tan fácilmente fue hasta decepcionante. Algo le vino a la mente, "De hecho sí hay algo que te quiero preguntar."
"Dispara." Le dijo y vio que le pareció interesante su aceptación, o mejor dicho la palabra que uso, "Es una forma de expresarse."
Eso era obvio, "Cuando llamaste a tu familia te comunicaste con tu tía y no con ninguno de tus padres…..¿porque?"
"Cuando era niño mis padres tuvieron un accidente, ellos fallecieron y mi tía se hizo cargo mío. Ella y sus hijos son mi única familia."
Selene respiró profundamente, particularmente Michael no parecía demasiado afectado por la muerte de sus padres así que asumía que cuando el accidente sucedió él era muy pequeño. "¿Por qué Hungría? Estoy segura que hay países mejores o más necesitados."
…Y ella no había sabido que preguntar, pero le gustó que demostrara interés por su vida, "Mis antepasados dejaron Hungría durante la segunda guerra mundial y se establecieron en América. Cuando tenía doce años regresé por un verano con mi abuelo. Y ya después de lo de Samantha…..no sé, no lo pensé mucho. Supongo que me pareció una buena idea regresar."
Ella le había preguntado antes sobre si tenía más familiares de la línea Corvinus pero él le había admitido que era el último así que asumía que su abuelo también estaba muerto. ¿Sería el señor de edad que había en sus fotografías en su apartamento? "Debiste de haberte quedado en América. Te habrías ahorrado todo esto."
Michael exhaló, era una suerte que él no pensara que quedándose le hubiera podido ahorrar todo esto. "Pienso que nuestro destino está escrito y no hay nada que se pueda hacer para cambiarlo. En mi forma de pensar así me hubiera quedado en América un grupo de inmortales habría dado conmigo." Le sonrió burlándose, "Si fuera un galán te estaría diciendo que estábamos destinados a conocernos."
¿Así que él tenía que haber perdido a su familia y a Samantha para conocerla? Esa no era una forma alentadora de pensar.
Michael en la mirada de Selene reconoció el pensamiento que Selene había acabado de tener así que su sonrisa se le terminó, si Selene no hubiera perdido a su familia nunca lo hubiera conocido. Decidió cambiar el tema, "¿Cuantos años tenías cuando entraste a este mundo?" Preguntó sabiendo que esta pregunta era un tanto más personal.
"Veintiuno."
Michael le alzó la ceja un tanto sorprendido, según lo que había entendido los inmortales se quedaban en la edad que tenían al ser convertidos. Para tener seiscientos años se veía bien pero la verdad físicamente no aparentaba veintiún años, tal vez de veintiocho a treinta y tres. Suponía que esos años de más que físicamente aparentaba tener provenían de los sufrimientos, el cansancio, la experiencia, la tristeza.
Selene lo vio pensativo y decidió interceder, "Te estás adaptando bien…." Tenía que decirle lo que había pensado, "tan bien que es sospechoso."
¿Lo sabía? Michael se preguntó pero luego se sacó eso de la cabeza, si supiera lo que estaba haciendo a sus espaldas no la tendría tan calmada en frente de él, "¿Por qué dices eso?" le preguntó haciéndose el pendejo.
"A la mayoría de la gente le cuesta adaptarse. La mayoría pasa por un dilema moral."
Dilemas morales por ahora no tenía, no había matado a nadie, Selene se había encargado de la que hubiese sido su primera víctima, o primeras, los lycans que los habían atacado en las cloacas. "¿Y a ti, te sucedió eso?"
"La adaptación sí, el dilema moral no." Tener esta conversación estaba hasta siendo sencillo, en un principio creyó que se le dificultaría abrirse con él. Tal vez era por lo que no juzgaba o se creía superior lo que la ayudaba a confiar, los vampiros eran diferentes. También era el tono bajo de su voz, casi susurrante, había descubierto que él a menos que estuvieran peleando no hablaba muy alto. Había algo en su tono que secretamente le llamaba la atención. 'Quiero ir contigo.' Ahora estaba segura que si él no le hubiera susurrado esas palabras, si no hubieran estado tan cerca, ella no habría caído en besarlo. Se preguntó si sabía las emociones que le producía cuando hablaba con ese tono y si por eso prácticamente siempre le hablaba de esa forma. O si solo era un reflejo de una personalidad callada y reservada.
"Tu atacaste a alguien, ¿cierto?" al preguntarle ella inmediatamente lo volteó a mirar, como no queriendo que se metiera en sus asuntos, "Está bien si no quieres hablar de eso…es sólo que cuando me dijiste que cargaría con eso en mi consciencia y que sería algo que no me gustaría…sentí que ya habías pasado por allí."
Selene miró a Michael y exhaló, no vio porque no compartir su experiencia, después de todo podría ayudar en algo, "Cuando Viktor me convirtió no fuimos directamente a Ordoghaz, por semanas continuamos siguiendo a los lycans. Yo mentía diciendo que me alimentaba pero la verdad es que no lo hacía…me daba asco pero pensé sabérmelas todas y desobedecí... Terminé lastimando a un humano. Alguien que nada tenía que ver en esta guerra. Lo maté…lo drené…ni siquiera recuerdo haberlo hecho, perdí el control, flashes rápidos, gritos, sangre por todos lados, tos ahogada y después recuerdo haber 'despertado' de nuevo, asustada por lo que acababa de hacer, el humano aun con vida y mirándome con horror, yo arrepentida y llorando, rezando por que sobreviviera al virus vampírico," los traficantes de muerte alrededor juzgándola por lo sucedido, Viktor hipócritamente dándole una lección en ese momento de porque se tenía que alimentar con la sangre de ganado que el coven le brindaría. "El humano murió menos de una hora después."
Michael se quedó mirándola por varios segundos, ella probablemente había dejado sin padre a alguna familia, por un momento se había convertido en el monstruo que se dedicaría a cazar. A él no le pasaría lo mismo. Ella antes le había explicado cómo se perdía el control, un lapso de tiempo donde se dejaba la conciencia, donde alguien se apoderaba de uno y actuaba sin consentimiento, prácticamente. "Si Viktor andaba con Kraven y los mismos traficantes que lastimaron a tu familia entonces te pudo haber mentido, se pudo haber hecho el de la vista gorda dejando que no te alimentaras y después te dejó actuar sabiendo lo que sucedería. O tal vez no hiciste nada y fueron ellos los que–"
Selene le sacudió la cabeza, "Sucedió. Uno nunca olvida el sabor de la sangre de verdad." O los gritos y la lucha desesperada de alguien por liberarse de su atacante. El humano no había tenido ninguna posibilidad.
Michael supo que este tema pedía más atención pero no se la quiso prestar tan solo para no incomodarla, "¿La sangre clonada no sabe a lo mismo que la normal?"
"No. Es diferente. Nadie puede decir que es lo que le falta pero le falta algo."
"¿Y la sangre de inmortales…?" Por supuesto nada de la realidad le decía que un vampiro se alimentara de un vampiro, o un lycan de otro lycan su pregunta tan solo venía de lo que se había propagado en los medios de entretenimiento. "O entre razas, ¿sabe distinto?"
No supo porque su pregunta la incomodó un tanto, "Todo es diferente." Hasta la de él le había sabido diferente –tal vez por el nitrato de la plata– a lo que le sabría la sangre de un vampiro. Y no por primera vez el pensamiento que había bebido de un lycan le llegó a la cabeza, y sí, le daba asco pero al recordar que era de Michael era como pensar que eran dos personas separadas, como si él no fuera un lycan.
Michael le asintió, "...Hay algo que no me cuadra…" le dijo llamando su atención, entrando en terreno más personal, "¿Por qué te dio lastima de mí? Seguramente has matado cientos de lycans," ella bajó la mirada al piso, "¿por qué no hiciste lo mismo conmigo?" Qué lo había diferenciado, un segundo le estaba diciendo que solo lo dejaba vivir porque quería averiguar que quería Lucian, fríamente le decía que le sacaban las balas de los cuerpos a su raza para volvérselas a meter y al siguiente le confiaba su pasado mortal y hasta lo besaba. "¿Qué pasó?" Selene miró pensativa al piso por varios segundos y cuando creyó que no le iba a contestar fue a cambiar el tema pero ella habló.
"La verdad no sé." Había estado pensando en eso prácticamente desde que Erika le contó que Michael era un lycan, "Te vi salvando a esa muchacha en el metro y recuerdo haber pensado que muy poca gente de mi raza hubiera puesto su vida en peligro por otra persona. Tenías valor. Luego salvaste mi vida aún cuando te había secuestrado a punta de pistola y casi hecho ahogar en el Danubio… No sé, lo más probable es que…me diste una impresión de cómo eras antes de convertirte en lycan y eso fue lo que me detuvo." También recordaba haber pensado que no era justo para alguien como él entrar a este mundo. "Antes de ti nunca pensé en un lycan como una persona sino como una bestia."
Cielos, era lo único que Michael podía pensar al escucharla hablar así, ¿cuán trastornada debía de estar una persona para decir algo así? "¿Estás bien…?" al ver que la pregunta le extrañó añadió, "lidiando con lo que sucedió con Viktor y todas las implicaciones de sus mentiras…" Michael sabía que esto era demasiado personal pero quería preguntarle, dejarle ver que sí le importaba como persona y no sólo estaba con ella porque no tenía de otra, al recibir una mirada en blanco supo lo que pasaba, estaba tratando de esconder sus emociones, "No me quiero entrometer donde no me han llamado, Selene. Sólo quería dejarte saber que sé lo que es presentar una faz al mundo y por dentro vivir un tumulto interior."
Selene lo volteó a mirar, él era la única persona que había conocido en estos seiscientos años a quien le creía capaz de preocuparse por un desconocido, en su mundo todos fingían, hasta ella lo hacía. Lo vio girándose y su primer instinto fue rehuirlo pero no lo hizo, vio la mano de él moviéndose a tocarla pero algo lo detuvo, seguramente la mirada que le había dado. "Ya no sé cómo tratar con gente, eso es todo." Le dijo como disculpa y Michael le asintió, "Y no quiero hablar de Viktor." Michael le volvió a asentir y no preguntó nada más. Después de varios minutos de cada uno estar concentrado en sus propios pensamientos Selene habló, "Ves, no soy tan buena compañía." Le dijo haciendo el movimiento para levantarse.
Hacía unos minutos le había querido dar apoyo moral al acariciarle el brazo pero por la mirada fría que ella tenía había recordado que no le había dado muestras de siquiera una amistad, así que su caricia había quedado más como un roce accidental. Y ahora mientras estaba a punto de levantarse la quería detener pero no lo hizo para no ir a recibir una mirada asesina por tocarla sin su permiso, "Encuentro las compañías silenciosas reconfortante."
Selene lo miró y asintió, "Yo también." Entendió lo que sus palabras no dijeron, qe solo porque había silencio no quería decir que era uno incomodo.
"¿Dejaste a alguien atrás cuando empezamos a huir?" Michael sabía que esa pregunta parecería venir de la nada y que seguramente no sería bien recibida pero quería saberlo. Pasar con ella las veinticuatro horas del día los siete días de la semana haría que cosas surgieran y no quería pasar ese asunto –que podía llegar a ser primordial– por alto.
"No." Le respondió sin mirarlo aunque un rostro sí se le vino a la mente…eso llevaba décadas…..no, siglos, de terminado, se recordó… y tampoco era como si sintiera emoción mayor por aquella relación pero si admiraba y respetaba a su ex–compañero y lo que habían tenido, por eso un par de veces se encontró preguntándose qué pensaría Robert de toda esta situación, de su traición. La pregunta de Michael podía ser una simple pregunta o podía ser una de interés y quiso saber lo mismo de él, que hubiera perdido a su prometida no quería decir que en ese tiempo no se hubiera relacionado con otras personas, "¿Tú?"
"No." Estaban solos, cómodamente solos, en el fin del mundo, podían estar viviendo los últimos días de su vida, y lo atraía, era hermosa, la mujer más hermosa que había conocido, sería una suerte si lo dejaba acercársele de nuevo. No quería pero ya los primeros síntomas de deseo por ella estaban empezando a aparecer, con todo ese rozamiento físico en los entrenamientos era imposible que no pensara en ella de esa forma. La única forma en que alguien podía no pensar en ella de esa forma era porque era gay. Tildando de inoportunos esos pensamientos y sacándoselos de la cabeza empezó a cavilar en la guerra y cuando dejarían la cómoda cabaña, ella le había dicho que se quedarían un par de días y ya llevaban dos semanas y contando.
Que Selene se quedara por más de media hora con él, tan solo callada y pérdida en pensamientos fue un cambio para ambos aunque no lo pareciese. "Entonces," dijo media hora después y sintió que ella lo volteó a mirar pero él se quedó mirando al firmamento, "Selene, la diosa Luna..."
Selene estudió el perfil de Michael sin caer en cuenta que lo hacía mientras pensaba que no creía que él sabría el significado de su nombre, que los griegos habían llamado a la diosa luna Selene, "Irónico, ¿no?" le preguntó no por primera vez fijándose en sus rasgos toscos pero atractivos. Su atractivo para nada convencional.
Michael la volteó a mirar, "Mucho."
Mucho más cuando en su mundo los nombres de los traficantes de muerte solían tener significados. Michael era nombre religioso, lo que hablaba de su virtud. San Miguel.
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Capítulo 7
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Se levantó y salió de su habitación para encontrarse de nuevo con Michael en el sillón, no veía cual era su obsesión de pasar ahí la mayoría de las horas del día, él tenía su habitación arriba pero parecía ser que la utilizaba en lo más mínimo. No entendía cual era su afán de venir a hacer de vigilante a la puerta de su habitación, nadie los iba a atacar…por ahora. Poco más de dos semanas habían pasado desde la noche en que asesinó a Viktor y hasta ahora todo se encontraba en total calma, no habían dado con ellos ni los vampiros ni los lycans, le daban ganas hasta de salir a ver cuál era la demora pero era mejor ser prudente. Dado que estaban en un lugar tan apartado que ni siquiera los sistemas de comunicaciones llegaban era difícil estar al día así fuera con las noticias más sospechosas. Al menos el encontrar a Michael en el mueble le dio satisfacción ver una bolsa de sangre a su lado, vacía. Le agradaba ver que estaba cooperando, estaba cooperando con todo, con el entrenamiento, con la alimentación, le pasó un dedo a la mesa y hasta pena le dio ver que estaba limpia, hacía lo que ella no. Se sirvió una bolsa de sangre, recogió la de él y en esas estaba cuando sin querer lo despertó. Pareció haberlo asustado porque de un brinco se había sentado y después mirado a su alrededor ubicándose. "Ve a vestirte, vamos a salir." Fueron las palabras con que lo recibió.
Eso inmediatamente lo despertó, "¿Es prudente?" preguntó nervioso, no gustándole la idea, creyó que por el momento lo que iban a hacer era esconderse.
"Nada es prudente en este mundo." Le contestó, "Necesitamos algunos aparatos electrónicos, no me gusta estar tan aislada del mundo. La incertidumbre de no saber lo que sucede me va a matar antes de que un traficante venga tocando a la puerta." Michael le asintió, para ahora acostumbrado a sus palabras veraces y oscas. A decir verdad, todo este tiempo lo había estado tratando con más gentileza de la que nunca creyó le daría. La había juzgado por una primera falsa impresión. Selene empezó a caminar hacia su cuarto, al no escucharlo mover se detuvo y giró hacia él, "Si no quieres venir está bien. Sólo creí que te gustaría dejar este lugar por un par de horas."
"No, está bien…lo que sucede es que no creo que aún sea prudente–"
"¿Vienes o no?" lo interrumpió no necesitando sus explicaciones, ella iba a ir con o sin compañía.
Cuatro horas después se encontraban caminando por las calles de un pueblo, no el pueblo más cercano a donde estaban viviendo y no era más que eso, un pueblo, ni siquiera era una ciudad. "¿Segura que aquí encontraremos lo que necesitas?" preguntó, no quería preguntarle del dinero pues hasta ahora ni se lo había visto ni ella había dicho que iban a comprar. Selene no le respondió, "¿Qué necesitamos de todas formas?"
"Un computador más que todo…acceso a internet, dos celulares, varias cámaras de vigilancia…"
"¿Internet en la casa?" preguntó desconcertado, por esos lugares no había ni una torre, la energía que ellos utilizaban de hecho provenía de una planta a base de gasolina, por supuesto no necesitaban de mucha energía. Un refrigerador y dos bombillos en el sótano que se prendían cuando iban a sacar armas para que ella se las enseñara a usar después del entrenamiento cuerpo a cuerpo. Y hablando de cuerpo de reojo volvió a mirar a Selene vestida en ropas humanas normales, nada de látex, nada de cuero, nada de botas, solo unos jeans, una camiseta….y unos tenis, le había parecido sureal cuando la vio vestida así y parada al lado del carro esperándolo, parecía una mujer normal y no había podido evitar la sonrisa que se le vino a los labios, ella sabiendo lo que pensaba le había girado los ojos y gritado que se apurara. Ni siquiera se vestía así en la cabaña, ahí siempre andaba con un pantalón de látex y un chaleco, la había visto con sudaderas y dejó de usarlas cuando él en un entrenamiento tiró de esta para hacerle perder el equilibrio y ganar esa partida. El próximo día Selene le había dicho que por eso no le gustaban las ropas holgadas, porque el enemigo las podía usar para su beneficio. Él le había dicho que no era el enemigo. Ella respondido que sí lo era mientras estuvieran entrenando. Él le había preguntado si siempre era tan competitiva. Selene con una mirada de picardía le había dicho que a nadie le gustaba perder y se había lanzado a atacarlo.
"¿Será tan difícil conseguir algo que nos haga llegar la señal inalámbrica? No sé, como algo similar a un teléfono satelital…"
Era la primera vez que ella le hacía ese tipo de preguntas, "No sé, soy doctor no un experto en tecnologías."
Después de diez minutos caminando por el lugar encontraron lo que parecía ser un pequeño centro comercial pero que Michael inmediatamente supo por la fachada no podía ser más que un negocio de contrabando, por supuesto, en las últimas semanas le habían golpeado contra paredes, secuestrado, mordido, disparado, había robado, casi matado, ya que mas daba hacerle un gol a la oligarquía de aquel país del occidente europeo. Por supuesto a la venta estaba todo lo imaginable a lo no imaginable, desde juguetes para niños hasta sexuales para adultos. Después de un giro para allá y otro para acá se encontraron de frente con un almacén que parecía adecuado. Michael tuvo que evitar comentario alguno cuando uno de los tres ayudantes vio que se dirigían al lugar e inmediatamente posó los ojos en Selene y pareció alegrársele el día, se aproximó a ellos trotando, era un hombre atractivo y joven. El hombre sin consideración alguna de que él pudiera ser el novio o marido de Selene se le presentó de frente y de una mano en la espalda la hizo entrar al local. Esa mano en opinión de Michael estaba muy baja y Selene pareció pensar lo mismo porque la vio quitándosela y de una recitándole lo que necesitaban. Michael se apresuró a seguirlos, el vendedor claro está como buen vendedor haciendo sugerencias, opinando por que el sistema no cubriría sus necesidades básicas, mostrándoles mejores equipos y cada vez llamándola cosas impensables como mi amor, mi vida, corazón y hasta nena, Michael la podía ver encogiéndose ante cada pronombre y tan solo hacía cuentas de cuanto le tomaría sacar la pistola y amenazar al vendedor idiota. Y como el vendedor ya se estaba metiendo hasta con sus nervios decidió dejarlos, Selene no necesitaba un híbrido para defenderse, miró detrás de sí y una vez más vio al galán del local chequeándole el trasero.
Michael se dedicó a pasear por los tres pasillos como si estuviera interesado en lo que veía pero en verdad estaba metido en sus pensamientos, estaba molesto porque a Selene le coqueteaban. Apenas si la conocía, ¿cómo se iba a poner celoso? ¿De qué se iba a poner celoso? El mayor acercamiento físico que habían tenido había sido el beso que le dio para esposarlo a la silla, y el otro antes de una muerte casi segura, ambos farsas, y aunque en esas dos semanas habían estado conversando y conociéndose ella no le había dado la mínima muestra de que estuviera interesada en algo más con él. Ambos estaban al tanto de la atracción entre ellos pero si ella no daba muestras de querer nada más no veía que podía hacer él. Además una relación entre ellos…y si las cosas salían mal… ¿qué sucedería? Los buscó con la mirada y vio que la paciencia se le agotaba a ella, esa mirada ya la conocía de sus entrenamientos y cuando se negaba a hacer lo que le pedía, que iba desde golpearla lo más fuerte que podía hasta negarse 'cobarde y vilmente' a saltar de un barranco de cuarenta metros de altura. Esa última parte si fue emocionante, una vez que dejó los nervios de lado claro está, y que ella lo empujara tras él descuidarse por su comentario e irlo a refutar.
"Es muy bonita." Escuchó una voz a su lado que de repente le dijo, por supuesto había escuchado a la joven humana acercándose desde hacía rato pero creyó que venía a buscar algo, no conversación con él. "Tú no estás tan mal tampoco."
Los vampiros detrás de él, los lycans detrás de él, y ahora añadirle a la policía por la muchacha ser menor de edad, qué bien. A su vez de reojo Michael vio a Selene sin disimulo girándose hacia ellos y mirándolos por un par de segundos para de repente volver a darles la espalda. A la muchacha no quiso contestarle nada y tan solo le sonrió cortésmente y ella lo notó porque se dio la vuelta para dejarlo solo de nuevo, "Oye," dijo recordando algo y siguiéndola un par de pasos, "¿por aquí donde puedo encontrar una droguería?" en el afán de su escape no había habido mucho tiempo para obtener productos de primera necesidad…para Selene esos eran la sangre y la munición, y los que sí habían llevado con ellos ya estaban escaseando, por ejemplo, ella nunca pensó en sus necesidades como hombre y por una semana estuvo afeitándose a la Clint Eastwood con uno de sus cuchillos…..Y al principio habían sido más los cortes que la afeitada, solo agradecía a la rápida curación inmortal si no tendría su cara llena de cicatrices. La semana pasada y la que llevaba de esta se había dado por vencido y no había vuelto a hacer el ritual. Mientras la muchacha le daba las indicaciones se debatía en si ir sólo y comprar todo lo que podían necesitar o mejor esperarla, no quería avergonzarse en ir a comprar algo que ella de repente no utilizaba, como toallas higiénicas o tampones. Habían tocado varios puntos de la fisiología inmortal pero no uno de las más importantes, la reproducción. Tal vez sin quererlo había asumido que nadie en ese mundo querría tener hijos por lo difícil de la situación, o lo que decían las películas, que los vampiros no podían engendrar normalmente y lo hacían al convertir gente. La muchacha se encontraba preguntándole si se ubicaba donde le decía cuando en esas escuchó la voz de Selene detrás suyo.
"Ese hombre es insoportable." Le dijo viendo que continuaba en compañía de la muchacha, eso fue rápido, pensó. Michael inmediatamente le hizo cara de que no debía de decir esas cosas pero no le hizo caso, "Quiero matarlo," la mujer humana probablemente creería que hablaba por hablar o probablemente ni sabía inglés.
"No te preocupes, es inofensivo." La muchacha le contestó a Selene sonriéndole cordialmente.
Selene no le devolvió la sonrisa, "Yo no."
Michael miró a la muchacha y esta tal vez intimidada o sintiéndose como un cero a la izquierda los dejó, "¿Ya está todo?"
Selene le asintió, "¿Hay algo que necesites?" preguntó, "Tienen una afeitadora eléctrica que podría servirte." Esa era la forma en que le daba a conocer su desaprobación de lo que hacía con sus cuchillos, estos estaban destinados para defenderse y causar dolor, no para cortar vello facial.
Michael vio su oportunidad, "De hecho iba a ir a una droguería a comprar algunas cosas, ¿hay algo que necesites?"
Selene simplemente le sacudió la cabeza, "Lo de siempre." Fue su simple respuesta.
Lo de siempre. Obviamente Selene pasó por alto a lo que en verdad se refería, "¿Vienes conmigo o –?"
"Sí, voy a pagar y–"
Michael respiró descansando y tras la mirada que Selene le dio decidió explicarse, "Creí que íbamos a robar o algo." Selene le levantó las cejas aparentemente sorprendida y Michael se sintió indignado, "Ay, vamos, que de este mundo se puede esperar todo." Le contestó defensivamente.
A Selene le molestó el comentario de Michael pero no se lo dejó saber, tal vez porque en su misma cabeza sonaba arrogante, había pensado que ella tenía dinero como para rebajarse a robar. La única causa por la que un vampiro robaba era por necesidad, como el carro que ellos habían tomado en un principio…y la sangre, y las armas, y la munición, y la ropa…
Michael vio que Selene ni preguntó cuánto era sino que fue pasando una tarjeta de crédito, varias bolsas después y un recibo más largo que una hoja tamaño oficio salieron del almacén. El vendedor diciéndole a Selene que cuando necesitara algo volviera. "Si pasar desapercibidos no fuera una opción yo hubiera–"
"Y yo que creí que estabas a gusto con él," le dijo fingiendo una sonrisa, en verdad no quería escuchar lo que le hubiera hecho al pobre tipo que tan solo se había dejado llevar por las hormonas, "por eso los dejé solos." Ese comentario le trajo a la mente a Selene la atracción que sentía por Michael y la que creía él sentía por ella o que había surgido al conocerse, tal vez había estado equivocada y había sido tan solo el apuro del momento. Selene no le contestó nada y esta vez él sí le sonrió sinceramente, "Tipos como él creo que hacen apreciar que tengas como compañía a alguien como yo."
Al escucharlo apreciándose a si mismo lo miró levantándole una ceja, "Yo no estaría tan segura de esas palabras." Le contestó mas por contestarle que estar hablando seriamente, Michael tenía sus defectos pero podía convivir con ellos, si hubiera estado atrapada con alguien como el tipo ese, o con Kraven, hubiera o matado o cometido suicidio. De reojo lo miró rápidamente, y recordó los acosos constantes de Kraven, si, mejor candidato que él para convivir en una casa completamente solos no podría encontrar, fue el pensamiento que tuvo y que rápidamente se recriminó por tener. No debería de tener esa clase de pensamientos, estaban en una guerra y no debía dejar que una mera atracción absurda incursionara e interrumpiera lo verdaderamente importante. Escuchó la voz de Michael queriendo llamarle la atención y volteó a mirarlo.
En cuanto hizo contacto visual con ella decidió hablar antes de acobardarse, darle un piropo a alguien como Selene era algo intimidante, "Por mi parte mejor compañía que tu no podría pedir." Vio que la sorprendió con el comentario y ella le mantuvo la mirada por tres largas palpitaciones aceleradas de su corazón y luego miró delante de sí como si nada.
Y después del momento incomodo hubo silencio, deberían de estar preocupados por lo que se les venía encima pero estaban en una tienda comprando cosas y teniendo esta clases de momentos absurdos. Absurdos pero no podía negar que le reconfortaba escuchar esas palabras, que no era una total extraña y que no estaba cansado de estar con ella. Selene se aclaró la garganta, "Podrías ser menos ruidoso, ¿sabes? A veces no sé si recuerdas que duermo durante el día." Inmediatamente lo vio sonriendo, apenado, y tuvo que agachar la cabeza para ocultarle que ese gesto que él le daba la complacía, diablos, hasta una media sonrisa de esas de las que no se sentía cómoda dar quería pasar por sus labios para responder la de él.
Por supuesto que él trataba de no hacerle ruido pero asumía que teniendo los sentidos tan desarrollados como los de él incluso encender un televisor en el piso de arriba ella podría notarlo, "Ya no podía aguantar ese olor." Por supuesto se refería a la piscina que había a unos metros de la casa, piscina que seguramente nunca había sido utilizada para lo que fue construida, hasta el día anterior había estado llena de sancudos, agua lluvia estancada de hacia años se atrevía a decir, bichos raros, hojas y barro, todo eso haciendo una nauseabunda mezcla que por sus sentidos desarrollados le llegaban hasta el alma cuando hacía calor en la tarde. "Y dado que en las noches no tengo tiempo, no quedó de otra." Ella ocupaba todo su tiempo desde que anochecía hasta que empezaba a amanecer, si no hubiera sido un interno habituado a cambiar de horarios el cambio que ella produjo en él hubiera pegado más duro. Entrenamiento físico, entrenamiento de armas, entrenamiento como estratega, largas charlas sobre cómo estaba conformado su mundo, y si estaba de suerte, una pequeña introspectiva a como era ella y una que otra anécdota de sus seiscientos años.
"La dejaste en buen estado."
Cuando estaba en el colegio Michael había formado parte del equipo de natación aún así decidió no contarle eso, ¿a ella que le interesaría? "Cuando llegamos a la cabaña no estaba en mal estado como para haber estado abandonada por décadas…" por fin vio enfrente de sí la droguería.
"Tengo a alguien que se pasa dos veces al año a hacerse cargo de los daños y ese tipo de cosas..."
"¡Ha! Esa piscina no ha sido limpiada en años."
En ese momento algo le vino a la mente a Selene, "Ahora te puedo a enseñar a saltar progresivamente…." La piscina le habían dicho era en desnivel o algo así, de esta forma sería más fácil empezar por lo sencillo que tenerlo de una pidiendo que dé un salto de cinco metros hacia arriba. Lo vio girándole los ojos.
Sí, la piscina estaba vacía ahora y aunque había estado tentado en llenarla no lo había hecho, sería extraño saber que eran fugitivos a los cuales todo el mundo inmortal quería mientras tomaba el sol y se daba unas clavaditas y unas cuantas brazadas…sin olvidar la mirada de irritabilidad que Selene le daría por eso, "Debí de haberla llenado tan pronto como la limpié." Le dijo fingiendo reproche consigo mismo. "¿Sabes que esa ropa en verdad acentúan un cambio en ti? Hasta pareces una mujer normal…una muy hermosa, claro está." Hacía rato que había querido decirle que se veía bien y se había arrepentido de no habérselo dicho al ver al galán de la tienda electrónica coqueteándole, probablemente este ya le había dado palabras similares y las suyas ya no resultarían más que una molestia.
Selene se había encontrado a punto de sonreírle por el comentario de no haber llenado la piscina pero en cuanto escuchó lo siguiente la sonrisa maldadosa se le cayó, molestándole que las palabras de Michael le causaran satisfacción y le recordaran que cuando se había estado vistiendo lo había tenido en mente a él junto a no colocarse lo peor que tenía por usar.
Michael olvidó la conversación en cuanto pasaron por un restaurante y el aroma le llegó como una ráfaga agudizando sus sentidos y trayendo recuerdos, hacía casi tres semanas que no se alimentaba y no quería más que ir hasta allá y pedir algo pero estaba seguro que Selene lo detendría. "Dijiste que la comida humana podría matarme… No quiero que creas que me quejo demasiado pero en ese aspecto creo que uno renuncia a mucho siendo inmortal…la sangre nunca será suficiente. O dime, ¿esto no te huele delicioso?"
Al escuchar sus palabras Selene empezó a dudar de él, le dio una larga mirada buscando síntomas de que no se hubiera alimentado en todo este tiempo pero el factor más importante que le decía que sí lo había hecho era ella, ya estaría muerta si se hubiera negado a alimentarse, aún así encontraba sus palabras extrañas, la sangre tenía algo para los inmortales que los llamaba, el momento que una gota del liquido tocaba su lengua todo cambiaba, nada más importaba, con la sangre era suficiente. "Sé puede ingerir comida normal sólo que en cantidades reducidas, demasiado reducidas si uno no quiere terminar envenenado o teniendo una reacción….buscar sangre de donde sea sería esa reacción. Los lycans tienen una habilidad diferente y esa es la ingestión de carne cruda."
A Michael la idea no le gustó, "Quiero…quiero tratar de ver hasta dónde puedo llegar, tal vez yo–"
Él lo extrañaba era obvio, a todos les ocurría al principio y sí tenía razón; olía bien, más que bien…a veces surgían las tentaciones de indulgir. "Mira," le dijo deteniéndose, "vuelve y compra algo….pero no lo comas acá, lo harás en la cabaña así si ocurre algo será más fácil controlar los daños." Prefería que el viera la dura realidad como era y en un ambiente controlado a que un día se le escapara y causara una catástrofe. Michael le asintió animado y le fue a dar dinero pero este se negó y marchó hacia el lugar, seguramente tenía algo de dinero, Selene decidió ir a comprar lo que les faltaba. Se estaban demorando demasiado con esta salida y estando en público y eso no le agradaba.
Diez minutos después se encontró con él y vio que tenía no solo una bolsa de más sino varias, quiso preguntarle que tanto había comprado pero prefirió apurarse, las cosas no estaban saliendo tan bien. No le dijo lo qué había descubierto para no hacerlo parecer sospechoso, tan solo apuró el paso hasta donde habían dejado el carro afuera del pueblo que era tan solo a un kilometro y medio de distancia, no quería que de repente los reconocieran, en este pueblo serían tan solo unos turistas que pasaban de visita, su acento americano y británico lo daban a entender.
En cuanto colocaron las bolsas dentro del carro Selene se dirigió a Michael y le entregó un periódico desactualizado que había visto en un kiosko de revistas. "Te están buscando en los medios." Le dijo mostrándole la foto poco halagadora que él había tenido en su expediente de trabajo.
Michael al verse a sí mismo le quitó el periódico de las manos y empezó a leer el húngaro, "Aquí dice que tuve algo que ver con el tiroteo en el metro….¡Eso es mentira!" exclamó mientras continuaba leyendo, hablaba de su desaparición y de posibles nexos con pandillas y la mafia húngara, "¡Basura!" se dijo, preocupándose primero por su reputación de médico…Y luego por su familia, ¿les habría llegado esa información? ¿A final de cuentas habrían huido? Michael era el último y único descendiente de los Corvinus que quedaba, por eso esperaba que eso fuera un factor para que sus enemigos no la tomaran con su familia…aunque debía de esperarse todo de este mundo.
"Los vampiros tienen conexiones, estoy segura que tan solo utilizaron una de esas conexiones con la policía y sacaron esa historia…." Lo bueno para ellos era que ahora para nada Michael se parecía al hombre desarreglado de la foto, ahora se le veía la energía por encima, su cabello a diferencia de la foto no era tan oscuro y sin una barba tan descuidada parecía una persona completamente diferente. "Vámonos."
Michael le asintió y pronto estaban en camino, mirando por la ventanilla empezó a pensar en lo que harían ahora. Seguramente Selene querría dejar el lugar donde vivían pues lo había puesto en peligro y él no quería dejarlo….era cómodo, era normal. Una vida huyendo de pueblo en pueblo, de motel a motel no era lo que deseaba, si se quedaban en un lugar estarían más seguros que si se ponían en movimiento. "No me reconocieron…" le dijo como tratando de impedir su inminente marcha de los bosques.
"No." Estaban en un país de Europa Occidental, un país pobre, la recompensa que ofrecían por Michael era lo suficientemente grande como para llamarle la atención a cualquiera de las personas en el lugar, sin embargo nadie pareció notarlo. "Incluso yo a primera vista dudaría que fueras la misma persona del periódico."
Sí, el cambio era mucho, esa foto se la habían tomado un par de meses después de la muerte de Samantha, acababa de llegar a Budapest y lo habían llamado del hospital para que se presentara inmediatamente, no teniendo tiempo para arreglarse había partido de la misma forma como llegó. Si hubiera estado en América y hubiera ido con esa pinta a trabajar nada más y nada menos a un hospital lo hubieran echado inmediatamente. Europa era Europa. "De repente no hay necesidad para que nos marchemos. Estamos alejados del pueblo y si de aquí a mañana me reconocen no seríamos más que dos personas que estuvieron de paso."
Selene inmediatamente se dio cuenta que a Michael lo que le preocupaba era ponerse en movimiento de nuevo, dejar la conveniente cabaña, "No nos iremos…" Sólo la próxima vez que necesitaran salir lo haría ella sola. Era un camino largo, cuatro horas por carreteras destapadas. Viktor, en la forma de Marcus se les estaba acercando. El vinculo que tenía con Viktor continuaba presente aún después de saber su traición, a veces tenía dudas pasajeras de que si lo que hizo fue bueno…..Era algo mental, algo instintivo. Esos sentimientos de duda iban contra todo lo que tenía en el corazón, su familia y lealtad hacia ellos, lealtad que era mucho más grande que para con Viktor pero que a veces su cabeza le negaba.
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Capítulo 8
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Cuatro meses y medio después del asesinato de Viktor.
"Es una maldita asesina, ¿quién putas creen que soy como para creer que me voy a interesar en ella?"
El vampiro tan sólo lo estudió. Era posible que por sus sentimientos humanos se sintiera repulsado por la forma de ser de un traficante de muerte, por la personalidad fría e intolerante de Selene pero también tenía que admitir que ella era hermosa, que le llamaría la atención. Claro, algo como la ética moral de repente en este caso le ganaba más que al deseo pero tenía órdenes de sacar toda la información posible de la naturaleza de la relación de Selene y el híbrido. "Eres un hombre joven que tiene necesidades. Y Selene, Selene, es capaz de voltearle el mundo a cualquiera sin palabra alguna, sin siquiera quererlo." dijo tratando de afanarlo para que hablara de mas, "Más de tres meses junto a ella, prácticamente sin separarse….Conozco muy bien a Selene y por experiencia sé a la clase de cosas a lo que eso conllevaría." Decidió darle esta última frase para estudiar reacciones, y sí, él conocía a Selene muy bien y por experiencia propia sabía de lo que hablaba.
El tono del vampiro no le pasó desapercibido pero decidió hacer a un lado su comentario. "No. Están equivocados." Michael llevaba las de perder en cuanto a un ataque, en este lugar se castigaba con la muerte cualquier enfrentamiento, y aunque quería matar a esta gente y huir no podía hacerlo. Primero necesitaba información para después tratar de huir y unirse a Selene nuevamente. "Selene puede estar más que buena pero eso no le sirve de nada si tiene el alma podrida."
Un traficante de muerte sabía cuando le estaban mintiendo y había algo que le hacía desconfiar del híbrido. Se veía calmado pero de vez en cuando podía ver nervios en sus ojos. Selene lo había estado entrenando para situaciones como esta podía verlo, pena que no tuvo mayor tiempo para hacerlo mejor. "Te acostaste con ella, ¿verdad?" preguntó en parte dudándolo. Fane conocía muy bien a Selene tanto como para no creer que se dejaría poner un dedo encima de un cochino lycan, pero había asesinado a Viktor y aunque no creía en los rumores de que lo hizo por la abominación en frente de él era sospechoso y debía de haber una razón válida, así solo fuera válida para ella.
No había razones para que el híbrido no quisiera decir donde se encontraba Selene, no hacía cuatro meses que se conocían y se había negado a contar de su paradero y por ende librarse de la retribución de los vampiros. Lealtad era lealtad, tres meses y medio no era tiempo suficiente para crear una alianza fuerte, esto estaba rayando en algo más, inútiles sentimientos humanos por parte de él. "Te dejó poseerla…." de repente dudando al ver que no le respondió, ¿Se había Selene atrevido a dejarlo tocarla?
Michael exhaló notando la duda del vampiro, "¿Tanto la conocen?" preguntó desacreditándolos, haciéndolos dudar de lo que incluso ellos mismos colocaban en la mesa para la discusión. "¿Ha vivido con ustedes mucho más tiempo que el que ha pasado conmigo y ni siquiera saben cómo es, como actúa, como piensa?" Tenían todo el derecho de dudar, después de todo había matado al ser al que todo traficante le había jurado lealtad, ¿pero esto? Sí, todo el mundo parecía tener la errada concepción de que ellos eran amantes y que por eso Selene había asesinado a Viktor, eso era ridículo. Por supuesto, podía ver eso viniendo de los lycans que no la conocían, ¿pero de sus propios compañeros? Y Selene –por más bizarro que pareciera–, ella aun tenía esperanzas de explicar su caso y ser perdonada por su raza así solo fuera para que después la desterraran. Después de pasar horas en interrogación con los vampiros y de escuchar rumores aquí y allá ellos la necesitaban más de lo que les gustara admitirlo, la tendrían que perdonar por su error cometido. Así que él decidió ayudarla pero si tan solo dejaba ver que la admiraba o que le gustaba eso sería tomado en su contra, por eso la estaba desacreditando con palabras crueles. "Sí, se lo pedí…..Me hubiera encantado acostarme con ella pero la perra no quiso…¡Me rechazó, a mí!" El galán egocéntrico resentido, se decidió por asumir el papel, papel que los traficantes probablemente no encontrarían extraño, lo clasificarían como su nuevo Kraven.
A Selene definitivamente no la aceptarían si sospechaban que se había acostado con él.
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