*todos los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. La idea es de mi mejor amiga. Yo solo me encargo de plazmarla en texto, con su permiso, claro*
Prohibido enamorarse.
Edward e isabella solían ser una pareja excepcional. La gente del instituto no podía entender cómo él, siendo uno de los pertenecientes a la mesa de los populares, fornido, de tez blanca y ojos de un color verde excepcional, , había podido fijarse en ella, quien era poco sociable, de cabello castaño y ojos cafés, una "Pequeña nerd", como la llamaban en la escuela. Pero ellos se amaban y eran muy felices, tal como en las películas de Disney.
Ese sábado por la tarde, Isabella se arreglaba impacientemente en su habitación, estaba muy emocionada. Sería uno de los mejores días de su vida, ya que, luego de haber terminado el instituto, al fin se había llegado el día en el que Edward iría a pedir su mano.
"¡Por fin seremos felices juntos!" pensó.
A pesar de ser tan felices juntos, ella no entenía como Edward había podido fijarse en alguien como ella… en la nerd, en la extraña, en la fea de la clase. Para ella, dward era su sol y su mundo entero. Con él había entendido lo que era el amor… con él había entendido todo.
—¡Bella, querida! ¡Baja ahora, Edward ya está aquí!- Gritó su madre.
Bajó a zancadas la escalera, con cuidado de no caerse…
Y ahí estaba él, tan guapo como siempre. Iba vestido de una manera formal, pero ni toda la formalidad del mundo evitó que la tomara en brazos… "íbamos a ser muy felices juntos", ella creía que eran el uno para el otro.
Sin embargo, para Edward, la realidad era distinta. Isabella tenía un corazón muy frágil. La quería, pero no de esa manera. Por ello, prefería pedir su mano y seguir narrándole un cuento de hadas en su cabeza.
Después de la visita a Isabella, Edward fue a su apartamento. Tenía qué terminar varios proyectos de informática para entregar, mas luego de unas cuántas horas, se encontraba agotadísimo de ver tanto código y con un hambre infinita. Se disponía a comer cuando, alguien tocó la puerta de su apartamento. Corrió a abrir y ahí, frente a él, se encontraba Tanya. Era una chica alta, rubia y de ojos verdes y fríos. Ella era la chica más popular de la escuela y también, la mejor amiga de isabella. Ella llevaba una botella de vino en sus manos, Edward la invitó a pasar y cerró la puerta tras entrar ambos en el cálido lugar.
—Hola, hermosa- Le saludó él con una sonrisa encantadora, de esas que derretían a todas las chicas de la escuela.
—Hola, guapo- le respondió ella devolviéndole la sonrisa, sonrisa que a Edward fascinaba –En serio, ¿No tienes nada para cenar?- Preguntó, paseándose por su cocina.
—No- Respondió tajante.
—Pero… ¿porqué?-
—¿Tú crees que con todos los proyectos que debo terminar tengo tiempo de hacer comida?- preguntó retóricamente. Estaba enfadado.
—No, pero se supone que tienes a tu novia, cariño-
—Qué bah… ella vive en un cuento de Disney y yo… vivo entre códigos. No sé ni porqué ando con ella si no tenemos nada en común- Dijo riendo.
—Puedes estar con ella pero divertirte conmigo…- Dijo Tanya con voz sensual.
—No me provoques, Tanya-
—¿Entonces, qué dices?- provocó Tanya, sonriéndole y acercándose lentamente hacia él.
—No me puedo negar a eso, princesa-
Y así las cosas. Destaparon la botella de vino y se emborracharon, dando paso a una noche de alcohol y sexo desenfrenado. Sin embargo, al día siguiente ocurrió algo inesperado. No supieron ni cómo ni cuándo, pero de pronto, Isabella estaba parada frente a ellos con lágrimas en sus ojos y con la dignidad por el piso. Para ella fue lo peor que pudo haber visto. ¿Cómo se atrevía a hacer eso después de decirle que la amaba, y todavía, después de pedir su mano?
—Amor, lo siento…- Edward estaba atónito, sin saber qué hacer.
—¿Amor, lo siento? ¿Eso es todo lo que sabes decirme? ¿Y todavía, quieres que te perdone después de lo que acabo de ver?- Preguntaba ella, sollozando de coraje.
—Mi vida, es que…-
—Es que nada, Edward- Interrumpió Tanya –Ya no le mientas más. ¿Porqué no le cuentas todo lo que hicimos ayer?
—¡No quiero saber nada! Simplemente, los dos me traicionaron y se acabó… se acabó la amistad y se acabó la relación-
Isabella se fue destrozada, cerrando la puerta de golpe.
*continuará*
Estaba teniendo una agradable charla por watsapp con una muy querida amiga, hablando de cosas triviales y de pronto, la plática nos llevó a muchas cosas. Fue ahí donde nos preguntamos ¿Te imaginas a unos ex novios que por circunstancias del destino, tengan qué vivir juntos?
Yo le dije: "¡Mierda, porqué no se nos ocurrió antes!" e ahí salió esto, que solo acemos por probar y por adaptar algo.
¡Nos leemos pronto! ^_^
