"Condena Eterna"

Disclaimer: …. T_T No es mío Inuyasha!!!!

Summary: Vendida por su madre alcohólica sin una razón para vivir más que salvar la vida de su hermano menor, se dispone a vivir el maltrato de una vida sin sueño y de esclavitud de un Demonio, Condenada a una Eternidad de Tortura, sin amor… Advertencia: M por Oscuridad, abuso y lemons… si no se sienten cómodos con esos temas por favor no lean.

Capitulo 1

Kagome se encontraba limpiando una mesa de la cafetería de la universidad, mientras observaba a las estudiantes, las observo reír y jugar, sus únicas preocupaciones eran sus materias, terminar la carrera y coquetear con los muchachos apuestos. Algo que ella no podía ni siquiera soñar, pues tenía pocos minutos para correr a su próximo trabajo.

Se apresuró a su casa, después de una larga jornada de trabajo, escondiendo su último pago pues sabía que pronto sería asaltada por su madre alcohólica. Pero ella debía ser responsable de su hermano menor, al que debía guardar dinero para comer y sus estudios.

Desde la temprana edad de 15 años fue lo mismo, tras la muerte de su padre su vida se convirtió en un infierno, dejó de ser una niña para llevar la vida de su hermano y su madre en sus hombros.

-Hermana- la saludo con una sonrisa en su rostro Souta, su hermano menor.

-¿Cómo estuvo tu día Souta?- preguntó mientras se disponía a limpiar las botellas y colillas de cigarro que se encontraban por toda la casa

- Bien, mamá apenas llegó, te esperaba enojada- dijo Souta mientras terminaba su tarea

Ella sonrió la hacía tan feliz que su hermano hiciera tarea y no tuviera preocupaciones como las de ella, el tenia que tener la vida que a ella le fue arrebatada, ella le otorgaría la oportunidad que a ambos les fue arrebatada, no importaba el precio a pagar.


-Terminen de Matarla!- ordenó el Demonio

-Como ordenes- asintió el joven -otra más- pensó

-Espero que tengas reemplazo Miroku- dijo el demonio observando sus garras llenas de sangre de la joven aun moribunda que yacía bajo sus pies

- Tengo a alguien ideal, que espero dure viva por su propio bien, al menos más tiempo que ella- respondió Miroku alzando la pistola entre sus manos, disparando a la joven ensangrentada. Después de tanto tiempo haciendo ese trabajo llegó al punto de sentirse menos humano, casi a punto de sentirse tan demonio como su jefe. Ahora era para él rutina llevar jóvenes para ser asesinadas, sabía que entregarlas era su sentencia de muerte. Lamentablemente en este juego, siempre perdían, todas terminaban traicionando y cayendo en las tentaciones.


-Kagome!!!- gritó su madre lo cual inmediatamente despertó a la joven que se apresuró al escuchar el grito

Estaba su madre en la sala esperándola junto con un hombre muy apuesto, con otros dos que parecían sus guaruras.

-Es ella- dijo su madre señalándola mientras desvió su mirada al piso

-¿Yo qué?- preguntó preocupada al ver el rostro de su madre y a esos hombres aproximarse a ella

-Kagome es necesario- suplicó su madre en lágrimas

-¿Qué es necesario? ¿Qué estás haciendo?- preguntó Kagome preocupada mientras comenzó a forcejear pues esos hombres la tomaron de los brazos

-Irás con nosotros, tú eres el saldo de la deuda de tu madre- dijo con voz dulce el joven apuesto

Kagome sintió su pulso aumentar, jadeando no podía contener las ganas de llorar, como si estos últimos años no hubieran sido suficiente infierno para ella, ahora su madre la vendía para saldar cuentas, sintió el suelo tambalearse, su piernas no respondían, pero los hombres que la sostenían le impidieron caer.

-Por favor Kagome- suplicó su madre envuelta en llanto –Hazlo por Souta, lo matarán- dijo sin poder contener el llanto

Al escuchar eso Kagome recuperó su fuerza, ella jamás permitiría eso, no había forma en que ella permitiera que nada le pasara a Souta, el era su razón de existir y mantenerse luchando, rápidamente se puso de pie, levantó orgullosa su mirada hacia el joven que esperaba por ella - Iré con ustedes, no pondré resistencia alguna, por favor dile a estos hombres que me suelten-

Con esto dicho el encontró la sinceridad en sus ojos e hizo una seña para que fuese soltada.

Con esto dicho Kagome caminó con ellos, con la frente en alto, solo se detuvo un segundo -Espero que no le digas nada a Souta, dile que lo estoy cuidando, y gracias por hacer mi vida aun más miserable- dijo sin siquiera mirar a su madre.


-Kagome mi nombre es Miroku- dijo el joven mientras el Lincoln negro al que habían subido era manejado por los guaruras que ahora se presentaba

Kagome ausente no escucho palabra alguna, se sintió derrumbándose, le pareció irreal ir en un carro con gente extraña, ni siquiera sabía a dónde se dirigía, pero que sería peor, peor que perder a su padre de chica, peor que tener el desprecio de su madre, ser tratada como mercancía por la mujer que la había dado a luz. Se sintió que valía tan poco como una deuda de una mujer alcohólica, tan poca cosa que sus propios sueños y sus ilusiones no significaban nada para nadie, tan poca cosa que ni ella misma añoraba nada ni esperaba nada de la vida.

-¿Me escuchaste?- preguntó Miroku buscando su mirada, a lo que ella simplemente asintió – Mi nombre es Miroku y soy miembro de una importante organización, como te darás cuenta tu madre se involucró con la gente equivocada, te aseguramos que tu hermano estará en perfectas condiciones y mientras tu vivas nada le faltará, pero repito y te recalco ´mientras vivas, tengo mis esperanzas en que te mantengas viva, honestamente me estoy cansando- dijo sincerándose con Kagome, pues nunca había presenciado esa reacción de entrega y sacrificio en una joven, siempre el chantaje fue el dinero y el poder que la organización representaba, probablemente un motivo tan puro como el amor por su hermano podría ser lo más humano que había visto en mucho tiempo y eso le daba esperanzas.

Ella simplemente asintió, a pesar de que no tenía ningún deseo por vivir, afortunadamente tenía por quien si hacerlo.

-No te voy a disfrazar esto, seré honesto contigo, no eres ahora más que una esclava-

Kagome inmediatamente alzó su mirada -¿esclava?- preguntó incrédula –aún existe esto en el siglo XXI- pensó para sí misma

-Así es, en nuestra organización así es- hizo una pausa preparándose a explicar – el mundo es aun más complejo, tu nuevo dueño no es humano y es real, el es un demonio, no en sentido figurado Kagome, el ES UN DEMONIO- hizo énfasis en ello

Kagome rió, pues entonces este joven no conocía el historial de su familia, pues su abuelo bien la había instruido en ese mundo de magia, que parecía irreal -Lo sé, ¿Qué tipo de esclava se supone que soy?- preguntó

-El tipo de esclava que hace cualquier cosa que se te sea ordenada, para la satisfacción de tu amo, y por favor, escucha y atiende mi advertencia, si no haces lo que tu amo te ordena y lo desobedeces de cualquier forma, sufrirás las consecuencias de la forma más dolorosa que puedas imaginar, hasta que se te libere con la muerte más dolorosa que cualquier humano pueda vivir- dijo esperando la reacción de Kagome

-La muerte y el dolor no importan, lo único que importa para mi es Souta, y si yo soy quien puede evitarle cualquier tipo de sufrimiento, haré lo que sea necesario, sufriré lo que tenga que sufrir- respondió solo con determinación en su mirada.

A lo que Miroku no pudo más que sonreír.

Llegaron pronto a una casa entre lo que parecía un bosque, el carro se detuvo y rápidamente los auxiliaron para salir del auto, la mansión parecía más bien un castillo gigantesco, con toques de un lujo que nadie jamás pensaría posible. Una hermosa joven en un vestido del tipo kimono esperaba a Miroku

-Amo- dijo la joven radiante, acercándose a Miroku para auxiliarle a quitarle su saco sin no antes besarlo apasionadamente

Kagome al ver eso, entendió cuando Miroku le explicó que debía atender cualquier exigencia de su amo. Más no pudo evitar sonrojarse y mirar hacia otro lado. Fue entonces cuando se percató de la presencia de un joven a lo lejos sobre el barandal de las escaleras, el joven la observaba, sus sentidos le advertían que desviara su mirada, pero algo en el largo cabello de color gris y esa mirada profunda le impedía apartar su mirada

-Ve con ella, por favor- dijo Miroku

Kagome escuchó un tono nervioso en la voz del tranquilo Miroku y percibió algo de miedo, siguiendo la mirada se dio cuenta de que Miroku observaba al mismo joven que ella había estado observando –Por favor, llévatela Sango- dijo en tono mandón tomando a Kagome de los brazos moviéndola apresuradamente del lugar, haciendo parecer que no quería que el joven viera a Kagome.

Miroku se apresuró a subir las escaleras aproximándose a donde el misterioso joven se encontraba, cuidando que pronto Sango y Kagome desaparecieran de la escena


-No me gusta- dijo fríamente Inuyasha

- Yo las escojo, confía en mi amigo- contestó Miroku mientras se servía un vaso de whisky

-Comienzo a creer que disfrutas matando jóvenes- dijo arrebatándole el trago a Miroku y tomando el liquido de un solo golpe

-Comienzo a sentir que poco a poco me convierto en Demonio de tantas situaciones inhumanas que he vivido Inuyasha, creo que he perdido mi humanidad desde hace tiempo- dijo sirviéndose ahora otro vaso -Sango es mi lado humano, no sé que sería sin ella- terminó tomando asiento

-Es una Esclava Miroku, me da asco que hables así- dijo el demonio irritado, ese trago no saciaba su sed, su sed era de sangre, no de alcohol. Sintió su sangre hervir al recordar la mirada de esa joven

-Tu enojo es que se parezca tanto a ky…-

Rápidamente fue interrumpido cuando Inuyasha aventó el vaso contra la pared, los ojos de Inuyasha comenzaban a llenarse de sangre, así como sus garras crecían y unas líneas comenzaban a dibujarse en su rostro

Miroku no se asustó ante la reacción pues ya la esperaba, el debía ayudarlo, si eso significaba el sacrificio de unas cuantas mujeres, que así sea pero eso debía terminar en algún punto

-Te aseguro que durará más que cualquier otra joven que me hayas traído antes, esta sufrirá aun más que cualquier otra, morirá lentamente- dijo el demonio calmando sus ansias mientras recobraba su aspecto regular

-Que tenga un rostro similar no significa que sea igual Inuyasha-

-¡Keh! Como si me importa- finalizó el joven saliendo del estudio rápidamente, asotando la puerta con todas sus fuerzas

-Ella puede ser la indicada, algo me lo dice- se dijo a si mismo Miroku observando el rosario que llevaba oculto


-Kagome créeme que Miroku y yo te ayudaremos- dijo Sango mientras se dirigía hacia el nuevo cuarto que habían ya preparado, para alistar a la nueva esclava de Inuyasha, o victima pensaba para si misma

-¿Cuánto tienes aquí?- se atrevió a preguntar al ver la amabilidad de la muchacha

-Debes saber que tengo aquí más de 4 años, conocer y haber venido a ser la esclava de Miroku ha sido mi mayor bendición, desearía que Inuyasha pudiera significar lo mismo para ti- respondió

-No puedo morir Sango, ese es un lujo que no puedo darme- respondió inmediatamente entrando a lo que parecía su nuevo cuarto

-No por ser esclava vivirás en la miseria, tú no serás cualquier esclava, tu amo es Inuyasha, aquel que tiene el mayor estatus en esta región, por no decir que a nivel mundial, pero también serás castigada con mucho rigor, cualquier equivocación, la más mínima Kagome puede significar un día en el hospital- dijo tristemente a la joven

Kagome simplemente sonrió –Gracias- respondió simplemente –Entonces hay trabajo que hacer, pues como te dije, yo no PUEDO morir- finalizó

-Kagome, permíteme ofrecerte mi amistad, ahora sé porque contigo Miroku siente esperanzas y honestamente yo también tengo mucha fe en ti- se atrevió a abrazar a la joven que honestamente respondió su abrazo, nunca se había sentido así hacia ninguna de las otras chicas que Miroku había traído.

Kagome fue sometida toda la noche a un ritual de aseo personal, desde sus pies hasta su cabello. Sango continuó explicándole al pie de la letra todas sus obligaciones así como la forma de ser de su amo.

Se encontraba ahora recostada sobre su gran bañera con un tratamiento de hierbas mientras tomaba un delicioso te del cual no podía identificar el sabor

-Kagome debes saber que…- no pudo evitar sonrojarse al comenzar la conversación de ese importante tema

-Me vas a decir que soy una esclava que debe satisfacer sexualmente a mi amo- dijo Kagome sonriendo mientras continuaba tomando su te

Sango, aun sonrojada asintió –No entiendo porque tu sonrisa Kagome- dijo preocupándose más y más

-Estoy lista, estoy preparada, haré lo que sea, todo por Souta-

-¿Quién es él?- preguntó furioso Inuyasha al escuchar un nombre masculino de los labios de su nueva esclava

Sango saltó al escucharlo, pues ninguna pudo percibirlo, se puso de pie rápidamente con su mirada hacia el piso –Vete- ordenó fríamente, a lo que ella inmediatamente reaccionó

Quien no supo qué hacer ni cómo reaccionar fue Kagome, su primer reacción fue contraer su cuerpo para ocultarse de él, esta vez pudo verlo rápidamente ahora de cerca, aun se sintió atraída a él a pesar de todas las advertencias y el miedo que le causaba su voz. Respiró profundamente para controlar su miedo y nervios, recordando todos los consejos y advertencias de Sango – debo mantenerme con vida- se recordó a si misma

Inuyasha se acercó rápidamente a ella, y la tomó por el cuello rasgando un poco su piel con sus garras, a lo que ella se estremeció –Habla- ordenó mirándola fijamente relajando su mano alrededor de su cuello, sin soltarla –Quién es él he preguntado-

-Es mi hermano, Amo- respondió inmediatamente, sin olvidar los consejos de Sango 'Es tu Amo Kagome, siempre, nunca dejes de dirigirte así a él, pues el espera que lo olvides'

-Es la última vez que mencionarás su nombre, es la UL-TI-MA vez que mencionaras algún nombre diferente al mío, ¿entendido?- preguntó apretando nuevamente su cuello

-Sí Amo, como usted ordene- Contestó ella instintivamente, sin olvidar su lugar y propósito. Dirigió su mirada hacia él a lo que él le sonrió maliciosamente

Comenzó a mover su cabeza en negativa –No, no te creo- y pronto la tomó del cuello zambulléndola con fuerza en la tina completamente

Kagome se paralizó e instintivamente comenzó a luchar desesperada, intentando remover su manos de su cuello –no puedo morir, no quiero morir- se repetía una y otra vez en su cabeza cuando de pronto recordó a Sango 'Créeme cuando te digo que no te matará Kagome, no sin antes torturarte, sé que es lo más difícil que harás en toda tu vida y sé que mientras te torture será prácticamente imposible, pero por favor, no te resistas, confía por favor en que no te matará' Con esto Kagome imaginando a su hermano, se relajó y dejo de luchar contra él, soltó su cuello y dejo que la ahogara con libertad, sin luchar.

Funcionó, en unos segundos la retiró nuevamente del agua y la puso de pie nuevamente –Te entrenaron bien, me da gusto- con esto dicho la soltó del cuello y comenzó a observarla

Nunca antes Kagome se había sentido más humillada, él podría hacer lo que a él le viniera en gana y no había nada que ella pudiera hacer al respecto –tengo que mantenerme con vida- continuaba repitiendo en su cabeza

-¿Cómo se llama tu hermano?- preguntó el dulcemente

-Sou…- Ni siquiera le permitió terminar la frase cuando sintió un ardor en su mejilla, él la había golpeado

-Vez, no has aprendido- dijo el cínicamente, nuevamente preguntó -¿CO-MO SE LLA-MA TU HER-MA-NO?- esta vez se dirigió a ella como si estuviera hablando con un retrasado mental

Kagome ni siquiera sabía que responder, el golpe que la había dejado aturdida, entumió por completo un lado de su rostro, podía saborear su propia sangre, automáticamente las lágrimas corrieron por sus mejillas, simplemente cerró sus ojos y movió en forma negativa su cabeza

De pronto la tomó de su rostro, apretando sus mejillas nuevamente causando dolor –Mírame- ordenó – ¡NO! exacto. NADIE, no tienes a nadie yo soy tu todo, tu hombre, tu familia, tu Dios, tu Amante, tu DUEÑO, ¿lo entiendes?- más que pregunta hizo una declaración, la orden era entenderlo

La soltó de forma en que ella pudiera responder

-Si Amo- dijo Kagome con voz quebrada

Pero no recibió respuesta alguna el simplemente se fue, dejándola humillada y dolida como nunca en su vida, se dejó caer en el agua aún cálida llevando sus manos a su rostro comenzó a llorar, unos instantes con su ahora dueño y ya había recibido suficiente abuso físico y emocional, por todo el tiempo que le restaba con esa vida, ahora entendió las advertencias que había tomado tan a la ligera.


-Miroku!!!- gritó Inuyasha mientras salia del cuarto de Kagome, en un instante llegó acompañado de Sango -La quiero lista, ¡YA! y si no quieren que la deje PEOR, quiero cero lágrimas, odio eso- y sin más se alejó sin darle oportunidad a Miroku de cuestionarlo

-Miroku, ¿Qué está pasando?- preguntó preocupada por la nueva orden

-Me acaba de amenazar el trato que ella recibirá, ¿Cual fue el problema?-

-La escuchó nombrar a su hermano- dijo sintiéndose culpable

Miroku le sonrió acercándose a ella -No lo se Sango, puede que ese tipo de reacción posesiva sea debido a su parecido con ya sabemos quien, o puede que sea una reacción por ella- dijo enlazando sus brazos detrás la cintura de su compañera

-Espero que tus esperanzas no sean apagadas esta vez Miroku, quiero que esto termine para ti- Con esto dicho beso apasionadamente a su amado

Fin Capítulo I


Bueno como ven regresé, he andado inspirada, puede decirse que algo me inspiró este tipo de dark Fic… algo interior será?? Espero no se sientan ofendidos y pues esperen más maltratos e intriga, pobre Kagome lo que le espera… Espero no sea algo ofensivo para ustedes este Fic, pero igual si no es de su agrado…. Les advierto que será un tono Oscuro en cuanto maltrato físico, lemon y de mas…. Situaciones agenas a lo rosa… pero al final de cuentas hay amor de por medio, amor, al final de cuentas eso es lo que nos mueve a todos.

Saludos, Espero reviews positivos…. Eso espero….

XOXO