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LA FOTO
Los personajes de Soul Eater no me pertenecen, son creación única del maestro Atsushi Okubo.
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—¡MAAAAAAAAKAAAAAA…! —el cántico había dado comienzo junto con la exagerada muestra de fuerza que jamás pensó que ella podría poseer, arrancando literalmente el librero de pulcra y pulida caoba recién comprado lleno de peligrosos ejemplares de enciclopedias sobre «El arte de ver almas» con más de 1000 hojas cada una.
Dicen que los gatos son vengativos cuando haces algo que a ellos no les agrada en lo más mínimo; lo que resulta en devolverte el no-favor ignorándote o destrozando lo que para ti es importante.
Aunque; lo cierto es que lo que más les enoja, lo que más odio les causa cegándolos de ira convirtiéndolas en bestias despechadas e infernales… es el hecho de… olvidar comprar la oferta de Salmón especial del Death Mall.
Lo anterior se quintuplica si el gato en cuestión es… una gata, loca exuberante y pervertida y, además, bruja.
Soul juraría jamás volver a olvidar algo tan importante para su mascota no-grata. Claro, eso es si sobrevive al inminente peligro que su vida corre en manos de nada más ni nada menos que su técnico.
Salir vivo de Blair no era tan difícil, Evans ya conocía gran parte de sus mañas por lo que de alguna forma saldría victorioso –con menos litros de sangre tal vez pero vivo–.
Sin embargo, sobrevivir a la furia desmedida de Maka, era otra cosa.
Estúpida Blair que la usó para llevar a cabo su retorcida venganza.
—¡M-MA-MA-MA KA POR FAVOR HABLEMOS CON CALMA! —suplicaba el chico recluido en una esquina de la casa, tomando como única arma una lámpara rota que apretaba con fuerza en su pecho. Más que defensa, la usaba para darse cuenta de que no era una pesadilla porque juraba ver que Maka era rodeada por un aura maligna. Incluso veía las chispas de fuego saltando con gráciles movimientos hacia el resto de la sala.
—¡…CHOOOOOOOOP!
¡K.O!
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Pero… ¿Cómo la situación había terminado así?
¿Por qué Soul acabaría un par de semanas en la enfermería de Shibusen con Stein intentando experimentar con él mientras estaba inconsciente?
¿Qué es lo que ocasionaría el mal humor de Maka y las risas de Blair cada que visiten al albino?
¿Y por qué ninguno de los chicos volvería a ver a su amiga de la misma forma sufriendo serias amenazas de un derrame nasal?
Pues bien, todo había comenzado la mañana anterior, antes de ir clases…
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Era otro día normal en Death City; normal en la vida de las acostumbradas anormalidades que se suscitaban en el camino de cada una de las personas que tenían alguna relación con la afamada escuela de Técnicos y Armas de Shinigami.
El equipo Albarn, no era la excepción. Todos los días llevaban a cabo un cierto ritual con tal rigurosidad de cumplimiento que si algo fallaba, bien podría descubrirse una bomba nuclear en la escuela, escondida en lo más recóndito de tal forma que cuando se dieran cuenta de su existencia, ya todo habría volado en pedazos, grandes y simétricos por cierto. Tanto así era, de verdad.
El rito comenzaba a muy temprana hora, con una somnolienta Maka despertando de sus escasas 3 horas de sueño por haberse quedado despierta hasta tarde, estudiando para un examen sorpresa que su flequillo de la frente le avisaba por las noches. Era como un séptimo sentido –el sexto era saber el justo momento y ángulo perfecto para lanzar un Maka-chop fulminante–, y obviamente no podía dejar que un 10 ideal se le fuera de las manos por necesidades banales como el sueño cuando no había misiones.
Por eso, aún con los párpados oscuros y un cabello peor que el de Medusa –la de la mitología griega, porque el de la bruja sí que era envidiable, había que reconocerlo– se fue a darse una merecida ducha de agua fría para después ponerse sus dos diferentes vestimentas, llámesele blusa de mangas largas blanca y chaleco amarillo ya que la gabardina se la pondría más tarde.
Bajó con el tiempo exacto para preparar el desayuno correspondiente a un excelente día. Ésa labor no le llevó demasiado tiempo, dejando en la mesa una variedad de platillos ricos en vitaminas, minerales, calcio y potasio. Y claro, atún aparte para la tercera inquilina.
Contenta a más no poder, Maka subió al cuarto de su compañero para avisarle de lo que le esperaba abajo y, como usualmente sucedía; la tercera parte del ritual se presentaba ante sus orbes jade al contemplar los movimientos raros de las manos y pataletas que hacía Soul para intentar quitarse los exagerados, asfixiantes y envidiables pechos de la bruja-gata sobre su sangrante nariz. Para colmo Blair, no conforme se restregaba con movimientos arrolladoramente insinuantes dignos de una película para mayores de edad.
Y eso daba paso a lo último del rito: Soul siendo pateado audazmente junto con Blair –al fin Maka logró perfeccionar el movimiento– por la ventana de su cuarto, cayendo entre los tulipanes que por su seguridad, plantó con ímpetu para que las contusiones no fueran tan severas cada que los visitara por gracia de su técnico.
La mayoría de las veces, él era el único que podía apreciarlas de primera mano ya que Blair, o llamaba a su escoba para evitar el impacto, o usaba sus movimientos felinos para intentar caer en buena forma o bien, se limitaba a esperar a que el albino tocara el suelo entre pétalos y ella terminar sobre él convertida en humana. Sólo para reírse de su desgracia. Ésta mañana, pasó lo último.
—Blair… ¿Algún día te largarás del departamento? —gimió lastimeramente el chico con la cara hundida entre los tulipanes.
—¿Pero qué cosas dices Soul? ¡Soy muy feliz con ustedes! ¡Nyan! —respondió con júbilo la felina, dando leves lamidas a su mano para después acomodar su cabello en un gesto despreocupado, sin reparar en el daño que el chico guadaña recibía por estar soportando su peso.
—Joder…
Blair se transformó en gato y saltó de la espalda del chico para caer a su lado. Soul se levantó con pesar sobándose las costillas, seguro de tener alguna rota. Echó un vistazo a su ventana nuevamente rota; maldiciendo el hecho de tener que pagar más dinero por algo que ni siquiera era su culpa. Llevó su hombro derecho a la nariz para limpiarse los restos de sangre con la manga de su pijama.
Blair, por su parte, comenzó a enrollarse juguetona entre las piernas del chico como si realmente fuera un tierno gatito en busca de comprensión. Incluso ronroneaba, cariñosa. Lo que para el albino significaba que algo se traía entre manos. Nada bueno, está de más decir.
—Soul~ —La gata ronroneó su nombre haciendo que él suspirase, expectante de lo que seguiría—, quiero pedirte un pequeñísimo favor.
El albino con la gata entre los pies avanzó hacia el departamento con la única esperanza de no ser recibido con el desayuno lanzado en la cara. Ojalá no fuera mucho pedir. Blair le siguió sin despegarse, agachando las orejas un tanto molesta por la poca atención que el chico le tenía. Vamos, ella que sólo intentaba que sus días comenzaran súper bien. Para que él la tomara en cuenta, Blair optó por metersele entre las piernas como si de verdad fuera una mascota.
—Ya, tú ganas ¿Qué carajos quieres? ¡Y no me vayas a salir con tomar un baño juntos o acompañarte al Cabaret!—exclamó el albino molesto por la excesiva atención de la chica-gata y por sobre todo, para evitar que Maka terminara enviándole al hospital por pervertido zoofilico.
—¡Salmón!
—… ¿Qué?
Soul se detuvo a observarla desde lo alto de su propia estatura, extrañado por la repentina petición; aunque eso duró poco ya que ella regresó a su forma humana para agasajarlo en un opresivo abrazo frente a la puerta del departamento.
—¡Si! ¡Mira! —Blair sacó un papel de entre sus pechos para enseñárselo al ruborizado Evans. Era un anuncio publicitario del Death Mall anunciando la apertura de una nueva pescadería. Entre las promociones estaba la venta de Salmón de Japón por primera ocasión en la temporada, importado de la mejor calidad y a un bajo precio. Y no volverían a rematarlo hasta dentro de un par de meses. Algo muy tentador para ella y que lamentablemente por su trabajo en el Cabaret, le sería imposible conseguir—, ¿Y bien Soul-kun? ¡¿Lo harías por mí?!
—Aaaaarrgghhh Blaaiiiir ¡M-me estoy a-ahogando! —Él pretendía quitársela de encima empujándola pero lo único que obtenía en cambio era que ella pusiera más fuerza en su agarre y sus gritos fueran acallados por el aplastante dolor que le provocaba el abrazo.
—¡Por favor, por favor! ¡Tú no sabes cuánto me gusta! —expresó contenta moviéndolo como si fuera un muñeco, enterrando su cara entre sus senos— ¡Y más cuando tú lo haces! ¡Es taaan delicioso Soul-kun!
—¡No Blair! ¡Así no! ¡Suéltame ya!
La puerta se abrió de improviso dejando congelados tanto a arma como gata. Maka volvía a la carga con furia renovada y una vena hinchada en la frente del coraje a punto de estallar, llevaba consigo su inolvidable libro. Harta de escuchar a través de la puerta los sonidos indecentes que esos dos provocaban –cosa curiosa, siendo que ésos sonidos eran los de auxilio de su compañero–, lanzó con fuerza el proyectil inteligente directo a la frente del pobre muchacho.
—¡Maaaakaaa choooop! —gritó cuando el ejemplar ya había impactado el cráneo de su arma en un sonoro «chick», extraña onomatopeya que salía con su movimiento.
Soul cayó al suelo semi inconsciente y confuso junto con el pesado libro. Blair no tardó en transformarse para huir no sin antes posarse en su rostro para susurrarle que no olvidara su encargo, guiñándole un ojo. Él, evaluando los daños y las pérdidas de neuronas ocasionadas en su cerebro, asintió, sin fuerzas para negarse.
—Si serás pervertido —gruñó Maka cruzando los brazos y observando al «soldado» caído en plena batalla. Finalmente, lo tomó del cuello de la camisa para arrastrarlo dentro sin importarle que la cabeza de Soul chocara con el marco de la puerta provocándole más contusión de la usual.
Para ella ya su día estaba arruinado, el desayuno estaba frío y su arma tirado en el piso sin miras a querer levantarse por un buen rato.
Con el orgullo que conservaba, Maka se dispuso a terminar en silencio su desayuno para luego dirigirse a Shibusen a prisa. Ése examen, según su intuición de flequillo, ya estaba siendo fotocopiado por Stein y la esperaba con ansias.
Seguro.
Soul en cambio, reuniendo los fragmentos de la poca inteligencia que aún conservaba, maldecía con ahínco a la gata productora de la mayoría de sus males desde que la conocieron. Fue hasta cuando ya casi quería ir a quemar su bola de estambre junto con sus provocativa lencería, que una idea maquiavélica de venganza surcó su mente.
—Claro… claro Blair. Ya sé cómo vas a pagarme —susurró sentándose en el suelo donde Maka lo había dejado, sobándose la cabeza mientras reía en un tono macabro que hacía relucir su filosa dentadura.
Maka sólo lo miraba con una ceja levantada preguntándose si ésta vez se había pasado. Aún no lo había convertido en Death Scythe a pesar de haber acabado con Ashura. Sería muy malo tener en su expediente el haber dejado a su compañero más idiota de lo que ya era.
—Qué se le va a hacer —resopló cansada, retomando su desayuno y dejando a Soul con sus propios problemas psicológicos.
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Y tal y como su cabello cenizo había presagiado, Stein aplicó una prueba "Sorpresa" dejando traumatizados a media clase. Si había dos cosas que odiaran de Stein era su manía de disecar todo lo que se moviese y aplicar test de 100 preguntas sólo para ver con satisfacción como sus alumnos llevaban a cabo las mayores tretas de la historia para copiar a los tres más inteligentes del salón.
No hace falta decir quiénes eran esos tres.
La prueba duró todo el día y cuando al fin fueron liberados de ellas, solamente dos personas tenían una gran y destellante sonrisa que ni las idioteces de Black Star podían borrar. Entre ésas dos, figuraba le técnico de guadaña –el otro era Ox, Kid apenas había logrado la proeza de rayar simétricamente las primeras 50 respuestas correctas–.
Era tanta su algarabía por mantener el récord de salir invicta por 16ª ocasión que no rechistó cuando las Thompson se la llevaron directo a un merecido desquite junto con Tsubaki y Chrona al Centro Comercial, aprovechando que Kid no salía de su horror por no terminar el resto del test y les dejó sin mucha consciencia, el uso de su tarjeta de crédito.
Por otro lado, Soul prefirió ir a vaguear por ahí junto a Black Star al nuevo imperio digno de seres tan imponentes y cool como ellos: el arcade, con su infinidad de juegos y retos reclamando sus presencias. Ahí se la pasaron el resto del día hasta que llegó la hora de regresar victoriosos a sus respectivos hogares con mucho dinero de menos obviamente.
Durante ése tiempo, Soul no hizo caso de los registros de su memoria de la mañana dónde el encargo de la gata violeta yacía. Lo hizo a conciencia , Blair había expresado su total anhelo por el platillo y no le sería nada más grato al albino que ver su cara de frustración, tristeza y dolor de verse privada de aquello.
Después de todo, ella lo eligió a él para cumplir su deseo en vez de Maka como solía hacerlo comúnmente. Lo atenía al hecho de que su técnico estaría muy cabreada por los sucesos posteriores.
Se daría el gusto de sonreírle con inocencia fingida para informarle. Porque ¿Qué más podría hacerle a él?
¿Un hechizo?
¿No darle unos sensuales buenos días por el resto de su vida?
¡Bah! Podría lidiar con eso.
Aunque claro, nunca se le pasó por la cabeza la magnitud del enojo que Blair podría albergar y la treta vil y sucia que usaría para desquitarse.
Por eso, por la noche…
—¡Oh! ¡Blair! ¡Cuánto lo lamento! Pero se me ha ido la tarde escuchando las grandiosísimas historias que el señor Star tiene para contar Y… ya sabes cómo se pone —decía el albino con fingida aflicción sin dejar de comer la pizza que tenían de cena ante la mirada estupefacta de Blair que recién llegaba del cabaret ansiosa por su manjar—, pero bueno, no te preocupes que ¡Hoy tendrás ración doble de sardina para compensar! —con la cuchara apuntó el asiento vacío de la mesa en dónde estaba un plato con el alimento que mencionó antes— Ya será para la próxima pequeña.
Después de dar su discurso tan poco crédulo con ojitos tristes y aguantando a duras penas el impulso de eharse a reir como posezo, a la mujer-gato se le subieron los colores al rostro.
—Soul—gruñó, remarcando las última letras antes de abalanzarse sobre el albino con las garras en alto. Haciendo uso de su magia lo transformó en un curioso ratón blanco que salió apenas vio a la gata furiosa dispuesta a convertirlo en su nueva cena— ¡Plañirás por esto Soul!
El chico apenas y lograba zafarse de sus garras entre chillidos que suplicaban por ayuda –o eso le pareció a Maka, al fin que no sabía hablar lenguaje ratón–. Estuvieron correteándose por todos lados ante la sorprendida mirada de la técnico que no entendía nada de lo que estaba pasando. Lo único de lo que estaba segura era que si no hacia algo pronto, su pobre departamento terminaría hecho un desastre
¡Y con lo mucho que costaba limpiarlo!
Ah, y a Blair tendría que llevarla a hacer un lavado de estómago para sacar a Soul.
—¡Ya paren! —Decidido, Maka tuvo que noquearlos con un libro para evitar que destruyeran el resto del lugar y evitar un posible trauma para los tres. El hechizo se deshizo al momento y no tuvo más opción que arrastrarlos nuevamente a cada quién a su cuarto. En el caso de Blair le puso algunas cadenas y trampas para osos por si se le ocurría asesinar a su arma mientras seguía inconsci… dormía.
Cuando Soul se recuperó, apesar del dolor de sus extremidades por la corretiza, no podía quitarse la amplia sonrisa de la cara. Tomó una ducha y se fue a dormir pensando en lo bien que le había ido. Ya agradecería a Maka por haberle salvado de una muerte segura. Blair al fin había tenido su merecido y esperaba que con eso lo dejara en paz… al menos por un buen rato.
Pobre alma ilusa.
No sabía que el horror estaba empezando a tejerse en el velo de la noche mientras su técnico se daba un merecido baño para irse a dormir a un reparador y fresco sueño.
El enemigo estaba llevando a cabo su movimiento maestro; después de haber sorteado las crueles trampas que había en la entrada de su cuarto. De seguro él las había colocado para terminar de rematar su orgullo. Pero ella se aseguraría de vengarse como lo merecía. Lo que estaba a punto de hacer, le aseguraría una digna victoria de la cual se regodearía hasta el último aliento.
¿El arma mortal para tal acto?
El sutil «click» de una cámara.
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Continuará...
Notas Finales:
¡Gracias por dedicarseun tiempo a leer! He aquí un nuevo intento burdo de comedia con algo que se me ocurrió viendo cierta foto en el Facebook (curiosamente era del pairing KiMa). No es una historia extensa, tal vez de dos a tres capítulos en total y de hecho ya estoy trabajando en la mitad del que sigue. Al principio iba a ser un One-shot pero me pareció que si lo dividía en partes reultaría un tanto más entretenido. Espero que funcione ^^
Sino es que éste viernes subo la continuación, probablemente sea el lunes siguiente.
Así que ¿Comentarios? ¿Han logrado imaginar qué tipo de foto será el causante del sufrimiento de Soul?
P.D La clave está en la portada del Fic Je.
¡Nos vemos!
