Hey que tal, bueno este es un mini fic que espero les guste. No se olviden de comentar por favor me gusta saber sus opiniones, díganme si les gusta, no les gusta o que piensan sobre la historia. Muchos abrazos.

Una cajita musical tocaba una suave melodía. Junto a la cajita una gran placa de mármol que recién había sido puesta rezaba: "Vivirás por siempre en nuestros corazones y pensamientos, así que sonríe en el cielo que aquí todos te recordaremos. Narcissa Black de Malfoy 1955 - 2057"

Días antes.

En una de las habitaciones de la mansión, Narcissa yacía sobre una enorme cama rodeada de su familia, los veía a todos con una sonrisa, sin embargo los demás no habían sonreído durante casi toda la semana.

Su hijo Draco que permanecía cabizbajo desde hace varias horas, no se despegaba de su lado al igual que su esposa Astoria que sentada junto a él le acariciaba la mano. Del otro lado de la habitación en uno de los sillones estaban su nieto Scorpius y su esposa Rose además de un pequeño pelirrojo que no paraba de caminar de un lado a otro.

—¡Basta ya Phil! —Scorpius se puso de pie para agarrar y poner en orden a su pequeño niño de tan solo tres años. —No debemos molestar a la abuela Cissy.

—Scorpius déjalo, no sabes lo feliz que me hace verlo jugar. —dijo la mujer con una sonrisa tratando de ocultar lo cansada que estaba.

—Pero el medimago dijo que necesitabas tranquilidad abuela.

—No necesito tranquilidad, lo que necesito es tenerlos aquí conmigo felices, así que por favor quiten esas caras o tendrán que retirarse.

Draco saco una sonrisa tristona, quería complacer a su madre aunque en verdad no podía dejar de sentirse mal por las ultimas noticias que había dado el medimago de la familia.

—Abue Cissy, abue Cissy. —El pequeño que se había escapado del agarre de su padre corrió a la cama de su bisabuela y con inútiles intentos trato de subirse junto a ella.

—Draco ayúdalo por favor.

—Claro madre.

Una vez el niño estuvo junto ella comenzó a admirarlo, tenía un bonito cabello rojo fuego como el de su madre, era rizado como el de los Greengrass y sus ojos eran enormes y azules como el de la mayoría de los Weasley.

—Mi pequeño, no cabe duda que tú de los Malfoy solo tienes el apellido pero eres el niño más bonito que nunca antes haya visto. — Scorpius y Draco rieron.

—¿De que se ríen? —pregunto divertida dirigiendo miradas hacía su hijo y nieto.—Parece que tu padre y abuelo no me creen que tú eres más guapo que ellos a tu edad. —Phil también comenzó a reír como si de verdad entendiera lo gracioso de la conversación.

—¿En verdad crees eso madre? —Draco parecía no creer lo que escuchaba y una sonrisa de oreja a oreja había aparecido en su rostro después de un largo tiempo.

—Tú eras muy lindo de niño Draco, pero Philippe claramente te supero. —Draco aun sin quitar su sonrisa levanto una de sus cejas. —Mira su cabello y esos enormes ojos azules, como me gustaría poder llegarlo a ver de mayor, pero no creo que sea posible.

Mientras Narcissa veía a su pequeño bisnieto imágenes de un joven pelirrojo que conoció en su juventud comenzaron a llegar a su mente.

—Claramente él es guapo porque saco más de Rosie que de mí. —Scorpius miro feliz a su esposa quien al escucharlo lo tomo de la mano.

—Nunca nos dijo porque le gustó tanto el nombre de Philippe. —Astoria se dirigió a su suegra quien seguía jugando con el pequeño.

—Es cierto jamás nos contaste madre y créeme que me sorprendió, creí que propondrías un nombre más al estilo Black como Cygnus, Orión o Hydrus.

—Recuerdo cuando el pequeño nació y lo visite por primera vez, al verlo me vino a la mente de inmediato. —dijo mientras acariciaba la mejilla del niño

—¿Pues de quien te acordaste o que abuela?

—No sé si en verdad quieren escuchar esa historia.

—Claro que queremos.—dijo Astoria.

—Cuéntala madre.

—Bien pero les advierto que no es una historia feliz, ¿aun quieren escucharla?

Todos se vieron entre ellos, pero aun así asintieron con la cabeza.

—Entonces necesito un favor, Draco querido abre el último cajón de aquel mueble.

El rubio se paró e hizo lo que le pidieron.

—Dentro encontraras un pequeño cofre de madera, tráelo por favor. —El de nuevo obedeció.

Una vez Narcissa lo tuvo en sus manos comenzó a contemplarlo como si este fuera un gran tesoro, tenía una sonrisa enorme y soñadora pero al mismo tiempo sus ojos comenzaban a humedecerse. El pequeño cofre era viejo, de madera oscura y tenía grabados unos detalles algo toscos. Astoria y Draco que miraban a la mujer pensaban que esa cosa era fea y no encajaba para nada con el refinado gusto de Narcissa. Scorpius y Rose que jamás habían visto aquel cofre se preguntaba cuál era la relación de eso con el nombre que llevaba su hijo.

El pequeño Phil que seguía en la cama tomo el cofre y lo abrió, de este una melodía comenzó a salir. La anciana acerco al niño y la cajita a su lado y olvidándose de los demás comenzó a husmear entre las cosas que había dentro, saco primero una foto vieja y algo descolorida que se movía, en ella aparecía un hombre de cabello rojo y ojos azules, llevaba un sweater azul petróleo y sonreía. Narcissa suspiro de tan solo ver la foto y todos los presentes clavaron sus miradas en ella, como queriendo adivinar que pasaba por su mente en ese momento.

—Sabes Scorpius de mi sacaste algo. —observo a Rose mientras hablaba. — de joven también fue mi debilidad una cabellera roja y profundos ojos azules. —le tendió la foto que segundos antes había estado mirando. —bueno más que debilidad, fue mi motivación.

La pareja observo la foto, Rose que entrecerró los ojos trataba de recordar donde había visto ese rostro antes.

—¿Quién es el abuela?

—Él era Philippe Weasley.

Todos abrieron los ojos y pusieron verdaderas caras de asombro, al escucharla, incluso Draco se puso de pie y se acercó a los chicos para poder ver la fotografía.