–¡LO PROMETISTE! –Gritó demasiado fuerte provocando que las cosas que permanecían en lugares distinto empezaran a caer al igual que provoco un temblor.
–¡No sé quién eres pero yo no prometí nada! –Contestó el tomando a la chica que se encontraba a su lado.
–T…u lo prometiste–Susurró agachando su cabeza, el chico simplemente se quedó observándola, pero ¿Quién era ella? ¿Cómo sabia su nombre? Y lo más importante ¿Qué supuesta mente le prometió?
–TÚ LO HICISTE–Gritó levantando la cabeza y al mismo tiempo sus ojos antes marrones sin vida cambiaron aun negro profundo, levanto su mano y a su vez la chica que se encontraba al lado del chico salió volando estampándose con la pared quedando inconsciente instantáneamente.
–YO NO LO HICE–
–FUISTE TÚ–Mencionó con una voz de ultratumba causando en él un escalofrió–Y eso te costara–Lanzó a su vez ambas cadenas contra el chico estampándose ambas en el pecho y cabeza provocando grandes heridas en el pecho de él, ella simplemente sonrió perversamente–Lo ves no debiste–
–Mmm –Dijo el chico tocando su barbilla y mirando fijamente la casa–Me parece interesante ¿puedo entrar? –Preguntó
–Claro joven pase–Acepto el hombre a su derecha guiándolo a su destino.
Recorrieron un largo jardín hasta la entrada principal y después pasaron por un lugar donde había arbustos a su derecha.
–Driiiiin–Sonó algo en el bolsillo del señor a lo cual él lo tomo y miro al chico.
–Disculpe un momento–Mencionó, él chico asintió y el hombre se retiró.
El ambarino miraba atento todo a su alrededor recorriendo con la vista cada objeto a su alcance, diviso una mesa a juego con sillas de jardín, más y más plantas y todo tipo de adornos decorativos de jardín, cuando una voz lo saco de su recorrido.
–Sabe debería tener cuidado y no hacerla enojar–Murmuró un hombre de avanzada edad cortando algunos arbustos, el cual a su parecer era el jardinero.
– ¿A qué se refiere? –Cuestionó el ambarino.
–Se lo pido, trate de alejarse de ella, es muy posesiva–Dijo el hombre caminando lentamente hasta perderse entre algunos arbustos dejando a un peli-plata muy confundido.
– ¿A qué se refería? Y porque me dijo aquello ¿Quién era ella? Bah mejor a si lo dejo muchas preguntas- Pensó él autoconvenciendoce de que era lo mejor, siguió mirando hasta que llego el hombre que anteriormente lo acompañaba en su recorrido y lo siguió guindo.
–Joven Taisho está todo listo– Dijo un hombre alto vestido de negro al menor de los Taisho.
–Gracias John puedes retirarte–Le dijo y en seguida se retiró mientras él miraba aquella gran casa que recientemente había adquirido, era una gran casa un poco antigua pero muy sofisticada y de 3 pisos, él ambarino miro fijo sus cosas que ya comenzaban a acomodar mientras pensaba algunas cosas para después salir.
(*)
TUM… TUM…TUM
Desperté debido a los sonidos que se escuchaban sin cesar por toda la casa, esto ha pasado desde que me mude cada noche a la misma hora exactamente se oyen estos ruidos y es desesperante. Enciendo la luz y me dirijo a ver de donde provienen esos extraños ruidos. En realidad es difícil saber de dónde exactamente provienen pues la casa es enorme y prácticamente se escuchan en toda la casa.
Doy una última mirada a la cocina y me doy cuenta que ahí tampoco es, suspiro cansado y al instante el sonido se detiene, levanto la cabeza confundido –que extraño porque tan repentinamente no es oyen- pienso intrigado, aprovecho que estoy en la cocina y tomo un vaso de agua bebo e instantáneamente escucho pasos por el pasillo y el sonido de cadenas siendo arrastradas, dejo el vaso en su lugar y me encamino hacia donde proviene el sonido, cruzo el pasillo por donde anteriormente se escuchaban esos ruido y no veo nada más que una pequeña peineta para cabello la tomo y miro confundido –¿Qué hace esto aquí?-Le miro detenidamente, le restó importancia y pienso que todo aquello es producto de mi tonta mente dejo la peineta en la mesa y me dirijo a mi habitación.
Camine a paso cansado a la habitación y al llegar a la cama me tumbe sobre ella para quedar dormido presa del cansancio.
Siendo observado por alguien desde la oscuridad, poco a poco ella se fue acercando con una mirada tierna y expresión enamorada–Yo cuidare de ti lo prometo, solo promete no traicionarme–Susurró, acaricio su larga melena platina y dio media vuelta siendo arrastrada por cadenas hacia algún lugar–Lo prometo–Susurró nuevamente antes de desaparecer por completo entre la oscuridad abrumante.
El ambarino despertó perezosamente debido a un escandaloso aparato a su derecha, lo tomó maldiciendo en voz baja.
– ¿Si? –Contestó enfadado por la interrupción de su sueño.
–Hola Inuyasha–él al oír la vos de alguien que conocía muy bien hizo una mueca de enojo y se tumbó de nuevo en su cama.
– ¿Qué quieres Miroku? –Preguntó fastidiado recargando nuevamente su cabeza en la almohada.
–Pues veras me entere de que te mudaste a una nueva casa y pues qué te parece hacer una fiesta el próximo sábado, llevare chicas, muchas chicas–Incluso sin verlo sabía que tendría una cara completamente pervertida.
–No se puede ella vendrá así que no–
–Pero es que Inuyasha piensa en…. –
–No Miroku–Interrumpió y colgó, que fastidio pensó, se levantó y se dirigió a su baño se daría una ducha y después comería.
Una pequeña silueta que se encontraba escondida en el armario y anteriormente había escuchado la conversación hizo un gesto desagradable– ¿Ella? –Preguntó a la nada mientras desaparecía.
Acomodo unos papeles que se encontraban regados en su escritorio miró la hora y se dio cuenta de que ya casi se acercaba la hora de su llegada, que rápido de paso el tiempo ya llevaba 2 semanas en esa casa y para ser sincero sentía que algo o mejor dicho alguien lo miraba y lo seguía, lo sentía desde aquella noche que encontró la peineta que por cierto se la daría a ella a Kikyo pues le pareció muy buen detalle, esperara le gustara, ella solo usaba cosas caras brillantes y que lucieran mucho.
El sonido del timbre lo saco de sus pensamientos y en seguida se dispuso a abrirla, al abrirla se encontró con ella como de costumbre arreglada hasta los dientes bañada de perfume y mirada gélida ella paso hacia dentro y tomo asiento, conversaron mientras comían para después dirigirse a la sala de estar donde sin siquiera sospechar que provocaría aquella acción Kikyo beso a Inuyasha.
Repentinamente sintieron algo extraño, el cielo antes azul, el cual se miraba claramente por los grandes ventanales, se tornó oscuro de un momento a otro, el aire se hizo pesado impidiendo respirar normalmente y todos los focos explotaron quedando en penumbras todo el lugar.
Ambos quedaron atónitos ante esto y más que nada sorprendido pues cuando de entre un rincón, con la única vela encendida en toda la casa, salía una figura de una mujer que miraba con un rostro inexpresivo, mirada gélida y ácida mirando fijamente a ambos, ella era de piel más clara que la nieve siendo manchada en cada centímetro de piel expuesto cubierta de moretones heridas y cortadas graves, cabello largo ondulado solamente en sus puntas pero aun así enmarañado tapando un poco su cara, en sima de ella un vestido blanco de seda para dormir roto por la mayoría de partes y manchado de sangre, llevaba en ambas manos cadenas que arrastraban con ella también llevaba una en el cuello pero esta no tan larga como las otras.
– ¿Por qué lo… hiciste? –Preguntó de repente la chica parada enfrente de ambos en tono bajo y triste.
Ambos miraron a ella sin entender y con ¿miedo? , la mujer simplemente apunto con su dedo a Inuyasha y después levanto poco a poco su cabeza hasta tomarse con los ojos dorados de él– ¿Por qué? –Siguió preguntando y ahora con un tono de vos más atemorizante.
– ¿Hacer qué? –Al fin pudo pronunciar esto después de salir de su asombro al verla.
– ¿Por qué, si lo prometiste? –Bajó nuevamente su cabeza y se acercó.
–Prometerte ¿Qué? –Preguntó él sin entender y cada vez más confundido miro Kikyo a su lado y vio que estaba aterrorizada así que se acercó a ella y se puso en frente.
La chica que anteriormente levantó la cabeza observando como la protegía, sonrió amargamente y sus ojos mostraron un fuerte deseo, pero no uno bueno.
–Lo prometiste, ¿Por qué siempre ella?, ¿Por qué no yo? –Cuestionó más para ella que para él mirando fijamente, el simplemente retrocedió y apretó a Kikyo mas contra sí, mirando fijamente la de las cadenas hizo una mueca, sí, siempre lo mismo– ¡¿POR QUÉ?! –Gritó provocando que todo a su alrededor callera.
Sus ojos cambiaron, antes marrones sin vida ahora completamente negros, y con ambas manos aventó sus cadenas contra la chica haciendo que estas se estamparan por todo el cuerpo de ella.
A él no le dio tiempo de intervenir ni salvarla pues todo paso demasiado rápido simplemente la vio tendida allí, tampoco se dio tiempo de ir a ayudarla porque ella lo sujeto con las cadenas sin que él pudiera hacer nada– ¿por qué siempre la prefieres a ella? –Preguntó nuevamente mientras de sus ojos emanaban pequeñas gotas negras cubriendo sus mejillas hasta caer a su barbilla.
– ¿Tú quién eres y por qué le has hecho daño?–Gritó él, ella dejo de sollozar al darse cuenta que la defendía a ella y apretó más las cadenas que lo mantenían sujeto.
– ¿Por qué siempre ella? –Murmuró tocando su mejilla delicadamente y siendo seguido de un gran charco de sangre emanando de su estómago.
–Ah… –Alcanzó a decir esto último antes de caer muerto.
–Siempre lo mismo, ¿Por qué no me aman?, ¿Por qué? –Tocó aquel cuerpo inherente del chico que unos segundos antes se encontraban entre sus cadenas, raro, en él había algo diferente y eso le gustaba, lo tomo entre sus brazos y lo acomodo en su regazo, beso su frente– ¿Por qué no pueden amarme?¿Por qué no me amas? –Tocó sus finos cabellos y después bajo hasta su pecho en él puso una pequeña marca y después se levantó.
–Al menos así ella–Miró hacia un lado y la vio ahí también, muerta–No lo tocara–
–Vamos pequeña, anda Kagome vamos–Un pequeño y agudo sonido escuchó proveniente de sus muñecas y ella sonrió amargamente, miró las cadenas y se dio cuenta que apretaron un poco más.
–Malditas–Fue lo último que pronuncio antes de desaparecer siendo arrastrada por aquellas cadenas en lo más oscuro de aquella casa, aquellas cadenas que la mantendrían para siempre ,así posesiva a cualquiera que tocara su corazón–Que en la mayoría de las veces, sin que ellos se dieran cuenta–y a ella en la infinita oscuridad, lamentándose cada momento.
(*) A esto me refiero como que lo cuenta inuyasha digo para no confundir:3
Bueno lo reedite y ya.
espero les guste.
Fin.
