Primer long fic, por el momento este proyecto va a medias asi que agradeceria paciencia... si tes gustan las historias alternas, aquellas que se pueden crear entre los espacios en blanco de momentos no explicados, esta historia es para ti.

Summary: con la libreta puedes hacer muchas cosas, alguien me lo ha demostrado, pero... ¿como hacer algo? estando en mi situación.

Disclaimer: la death note de pertence al Dios Kira y el Kira le pertenece a Tsugumi Ohba y Takeshi Obata.

~No prometo nada, pero tratare de actualizar semanalmente~


Kira vs. Kira

1

entre la pluma y la pantalla.

La alarma sonaba punzante y la despertaba de un amargo sueño. Le dolía la cabeza y el cuerpo le pesaba, piernas y brazos no le respondían, al fin y al cabo no le importaba, aunque la mente le aseguraba que no era normal, sin embargo, para ella era lo más repetitivo en su vida.

Apagó la alarma doliéndole el brazo al hacerlo y se frotó los ojos recibiendo la cálida luz del día. Miró hacia arriba, respiró profundamente y decidió levantarse después de pensarlo un poco. Quizás estas no eran las mejores condiciones: la cabeza le dolía tanto que se mantenía agachada y con la mirada perdida, pero un pensamiento que atravesó su cerebro como flecha la maravilló, pero tuvo que rechazar la idea.

Iba tarde, y un primer día tarde no era lo que ella esperaba, esperaba lucirse y hacer saber que era inteligente, que era buena. Pero a mitad del camino algo la detuvo… había olvidado su celular, la única cosa que la mantenía conectada con el resto del mundo; claro el celular y…

Volvió a cruzar la puerta del departamento y tomó su celular de la mesa. Reaccionó exaltada cuando alzó la mirada, veía su reflejo que le mostraba que había olvidado cambiarse, parecía que primer día era sinónimo de desastre.

Tomó lo primero que encontró entre sus cajones, chequeó el no haber olvidado la razón por la que se había devuelto y abandonó el departamento sin siquiera cerrar la puerta.

Su pequeño auto compacto, el cual no lograba cambiar ni siquiera por una motocicleta se quejaba al andar. Los quejidos ruidosos del auto se mezclaban con sus pensamientos confusos creando un licuado de palabras e imágenes distorsionadas.

Pensaba mientras repetía en su mente "llegar es lo importante" y se detenía en un semáforo, "Kira… mi nombre es Kira" era su nombre real, no un apodo, ni un falso nombre inventado, simple y sencillamente ella era Kira, así la conocía el resto del mundo, pero alguien había estado utilizando su nombre para algo que consideraba incorrecto.

Le echaba la culpa a sus padres, tan solo psicológicamente en sus sueños y pesadillas, porque ellos no estaban ya para poderles reprochar frente a frente. Pero aún se imaginaba gritándole a su madre mientras azotaba la puerta y se echaba a llorar indignada, era algo que le agradaba, el imaginar cómo hubiera sido pelear una vez más con su madre.

A pesar de que no estaban con ella no se preocupaba demasiado en eso, o al menos vivía tranquila porque su asesino había sido castigado "justamente" "¿Por quién? Por Kira, el dios Kira… el otro Kira" se había decidido a atraparlo y era por eso que esperaba llegar temprano su primer día…

Llevaba tres semanas trabajando en esto, pero esta era la primera vez que lo hacía oficialmente. Sin embargo, era tarde y el otro Kira se encontraba rodeándola.

La cabeza le daba vueltas. Kira era humano, era consciente de ello por su propia cuenta y porque alguien a quien tenía mucho respeto y confianza les había advertido a todos ellos sobre Kira. De alguna forma lo admiraba, había castigado justamente al maldito asesino que la había dejado huérfana, sin embargo sabia, muy en sus adentros y sin admitirlo que no lo hacía por ella, sino por "él".

El tráfico era insoportable, entre el ruido, el otro Kira y la presión del primer día. Parecía que nunca llegaría. Pero finalmente el tráfico cedió abriéndole paso para llegar siete minutos tarde; esperaba que él no lo notara, pero ¿Cómo no lo habría de notar si la tenía a prueba?

Ser la secretaría oficial del jefe de la policía era un trabajo importante. Requería de muchas cosas, ella las tenía todas, excepto claro por PUNTUALIDAD.

- Llegas tarde- fue la primera cosa que escuchó al entrar. Volteó hacia el lugar de donde provenía la voz y vio una laptop encendida con la pantalla en blanco y una letra gótica en negro.

No tenía el tiempo suficiente para definir cuál era, de saber que sería importante lo habría hecho, pero estaba segura que se trataba de una estúpida broma pesada.

Volteó de nuevo y no vio a nadie.

- Te dije que llegaste tarde, exijo una respuesta- le interrumpió la voz con cierta felicidad en el tono distorsionado en que se emitía.

Se dio media vuelta para "encarar" a la laptop, o a saber dios quien la observaba a través de la cámara web. Un aterrador y escalofriante sentimiento se apoderó de ella y de algún viejo recuerdo igual de deformado que sus sueños recordó la voz de cierta persona a través del modulador de voz.

Ahogó un grito que profirió al ver el monitor en blanco y la misma letra gótica en él. Era como tratar de huir de un fantasma, no importaba a dónde te movieras, siempre estaría detrás de ti, de hecho se encontraba huyendo de un fantasma, el fantasma de su interrumpida infancia, el fantasma de su desdicha… el de aquella persona que debía superar pero no se atrevió ni siquiera a alcanzar.

- Kimi, no puedes huir de mí, Kimi.

Y por un momento se dio cuenta que la voz tenía la razón (como siempre). No podía seguir ocultándose en las sombras siendo solo la observadora… siendo sólo la fotógrafa detrás del lente que inmortaliza la imagen.

Detuvo su respiración y alzó la mirada tranquila, sabiendo y conociendo a su adversario.

- "Te atraparé"- se prometió a si misma – Tienes razón… - su voz se dispersó en la habitación desolada.


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