Protégeme
Entreabrió los labios con las manos hundidas en los bolsillos de su chaqueta, viendo el vapor del frío huir de su boca. Había lanzado un suspiro con la mirada en un punto muerto, para nada presente en la realidad, perdida en su cabeza, pero a la vez aguardando a alguien.
Pequeños copos de nieves empezaron a caer hace un rato, quedándole restos de escarchas en su cabello ondulado rojo y amarillo. Quitó una mano del bolsillo para subir la bufanda que rodeaba su cuello para cubrir su boca y bajó la mirada hacia sus botas hundidas en el montón de nieve que ocultaba el asfalto.
-¿Sunset?- preguntó alguien y ella despertó de sus pensamientos para levantar sus ojos cyan sobre unos verdes que mostraban consternación -. ¿Pero qué haces mal cubierta en este frío?
Una sonrisa divertida adornó los labios de Sunset al escuchar el regaño tan protector de la rubia que a diferencia de ella, estaba bien protegida del clima, con calentador, un grueso abrigo verde, guantes, bufanda y gorro. La verdad el montón de ropa que llevaba encima le hacía aparentar un cuerpo más grueso de lo que en realidad era. Pero eso no le importaba para nada alguien como Applejack. Sunset apenas tenía una bufanda y su leal chaqueta negra, su blusa cyan, jeans y botas de tacón.
-No creí que hiciera tanto frío- se defendió viendo a Applejack acercarse con cierto esfuerzo al caminar en la montaña de nieve que cubría la calle frente a la escuela.
-¿Dos años lejos te hizo olvidar las estaciones del clima de aquí?- preguntó sin esperar respuesta, llevando sus manos al borde de su abrigo y quitárselo, sólo por mostrar que llevaba otro por debajo. En serio sí que sabía cubrirse para este tipo de clima.
-Gracias- exclamó tomando el abrigo y se lo colocaba.
-¿Por qué quisiste que nos encontráramos aquí?- preguntó viéndola mientras se movía a colocar el abrigo -. La escuela está cerrada por el mal tiempo.
-No me resistí a darle un vistazo- se explicó sacando la cabeza del agujero del abrigo, con el cabello dentro de éste. Applejack suspiró, relajando el rostro para dejar de sermonearla.
-Nostalgia de épocas juveniles- exclamó acercándose más y levantó los brazos hacia ella para tomar de sus cabellos y halarlos fuera del abrigo. Sunset sonrió con un leve ceño.
-Hablas como si haya pasado treinta años- se burló -. Apenas tenemos diecinueve. Cumples veinte mañana que es motivo de mi visita de vuelta a la ciudad. Ha pasado sólo dos años de la graduación.
Applejack enserió un poco el rostro, levantando sus ojos sobre su rostro y posó un momento sus manos a los lados inferiores de su cara, haciendo que Sunset prestara más atención a lo que expresaba sus gestos, en especial sus ojos que parecían haberse cubiertos de melancolía, sin dejar de mirarla.
-Para mí ha pasado una eternidad desde entonces- expresó la vaquera desviando la mirada con sus manos ahora sobre los hombros de Sunset, dándole un par de toques y retirarlas de allí.
-Applejack…- la llamó y ella la miró con la cabeza un poco ladeada -. Lamento mucho que las demás no puedan venir.
La vaquera torció los ojos y con un movimiento de cabeza la invitó a seguirla.
-Nos vamos a congelar si seguimos aquí mirándonos la cara- explicó caminando a orillas de la calle hacia la parada de autobús que las llevaría a la granja.
Sunset la miró con tristeza y mucha impotencia dentro de sí. Su amistad se caracterizaba de que cada una de las seis eran diferentes. Pero esas mismas diferencias las distanció.
Desde la graduación, todas tomaron rumbos distintos.
Rarity viajó a Paris a estudiar moda.
Pinkie Pie viaja por todo el mundo contratada como organizadora de fiestas por los mismos presidentes, convirtiendo los días festivos más inmemorables en años.
No hay que preguntarse cómo logró eso. Es Pinkie Pie.
Rainbow Dash se quedó en la ciudad, pero representa al equipo de fútbol femenino y viaja mucho por eliminatorias. Así que su vida está de hotel a hotel.
Fluttershy se unió al Cuerpo de Paz.
Y ella, Sunset, por su inteligencia, le habían llovido becas por doquier, aceptando una en química en Alemania.
Applejack fue la única que se quedó en su ciudad natal, para ocuparse de la granja. Su vida no había cambiado gran cosa. Ella no podría estudiar la universidad hasta que su hermano la termine primero por cuestiones de dinero y aunque era buena alumna, no consiguió una beca para la universidad.
Ahora, la vaquera cumplía años y ninguna pudo venir a celebrarlo con ella. Por cuestiones del clima, Pinkie Pie se había quedado estancada en el aeropuerto y a último minuto avisó que no podría llegar para el día de su cumpleaños. Las demás o tenían exámenes u otros compromisos que le impedían llegar ese día también.
Así que por un lado, Sunset no se inmutó cuando al llegar al aeropuerto, fue recibida por Applejack, que aunque le sonriera y abrazara en bienvenida, podía recibir un agrio sentimiento de tristeza en ella.
Sin embargo, ella tenía una misión.
Las cinco amigas iban hacer una intervención a Applejack por cómo iba su vida desde la graduación. Pero al ser Sunset la única de las cinco que podría regresar a su ciudad natal, a ella le correspondía sola hacerlo.
Sunset dejó sus ojos de nuevo en un punto muerto ante recuerdos y soltó un nuevo suspiro, dejando escapar el vapor del frío de sus labios. Applejack se limitó en mover sus ojos hacia ella, viendo aquel vapor hacerse nada en el aire mientras se detenían a la parada de autobús a esperar.
La nieve empezó a caer más rápido y el viento soplaba hasta mover sus cabellos a un lado. Sunset castañeó los dientes y quiso poner sus manos en los bolsillos…pero el abrigo que le prestó Applejack no tenía bolsillo. Sunset se puso ceñuda y sacudió las manos. Sabía que tenía un año y medio viviendo en un país con peor frío…pero era fría lenta, y no se acostumbraba para nada al clima. Lo que hacía por su sed en conocimiento.
-Ven- escuchó decir y antes de que pudiera prevenirlo, sintió la textura suave de los guantes de lana violetas que usaba Applejack envolver sus manos.
Sunset levantó la mirada hacia ella y la vaquera se sonrió conmovida. Siempre le había gustado atender a los demás, como una madre para todos, con ese sentido de protección. El rostro melancólico que expresó Applejack hace un rato se reemplazó con una mirada cálida y tierna. Sunset dejó escapar una sonrisa aliviada de verla así y se dejó calentar las manos por ella, sintiendo las manos de la vaquera cubrir las suyas y presionarlas para dar calor.
-Están tiesas- comentó la rubia, sintiendo los helados dedos de Sunset traspasar un poco los guantes y entonces levantó sus manos hacia su boca, soplando su aliento caliente para que entrara mejor en calor.
Sunset sintió la garganta cerrarse lentamente, concentrando la mirada en el rostro de la vaquera cerca de sus manos, hasta sentir un frío en su cuerpo, no precisamente del clima, sino a reacción de sentir los labios de Applejack sobre sus manos y la calidez del aire salir de su boca, como la de sus labios. No pensó que fueran tan cálidos.
El corazón le latió un poco más de prisa con aquella agradable sensación del gesto por parte de ella hasta que el sonido de un motor acercarse cortó el momento. Applejack soltó sus manos de golpe para estirar un brazo para que el autobús se detuviera porque solía pasarse de largo pese el letrero de parada.
Sunset mantuvo sus manos en la posición en las que habían estado, aun sintiendo sensorial el calor de sus labios sobre estas, quedándoselas mirando para casi inconsciente, llevarse donde había posado sus labios, sobre los suyos.
-¡Despierta, Shimmer!- le gritó la vaquera a media escalera del transporte público. -. O te vas a congelar hasta quedar como un pavo que se guarda hasta la navidad. ¡Muévete!
Sunset respingó ante el llamado y se movió para entrar al autobús, que lo sintió más o igual de frío que afuera. Iba a meter la mano en su bolsillo del jean pero Applejack le retuvo el movimiento.
-Ya pagué el pasaje de las dos- avisó y con la mano que le retuvo de sacar el dinero, la haló dentro del transporte para encontrar asiento.
Ambas se sentaron juntas y Sunset apretó los dientes abrazándose a sí misma para darse calor. Applejack le levantó una ceja.
-Sunset…esto es ridículo. Vives hace un casi año y medio en un país donde predomina el frío.
-Bueno…hace un año y medio que me acostumbré a la música que hace mis dientes al castañear- quiso comentar en broma con una sonrisa, aun temblándole el cuerpo, pero Applejack mantuvo el rostro serio con un ceño fruncido y mirada dura.
-Es desesperante- se quejó mirando hacia la ventana.
Y Sunset le desvió la mirada hacia el pasillo del autobús un poco decaída. Le dolía su actitud arisca aunque trataba de ser comprensiva ante el año solitario que tuvo y el hecho que pase sin sus mejores amigas su cumpleaños.
-Ahm…lo siento si te molesto, no es mi intención- murmuró Sunset bajando las cejas sin atreverse a mirarla de nuevo.
-No quise decir eso- contradijo enseguida regresándole la mirada -. Me refiero a que me molesta saber que debas forzar a tu cuerpo a una temperatura que no resiste. No te vayas a dañar las vías respiratorias- explicó y Sunset movió un poco su cabeza enfrente pero con la mirada desviándose hacia ella para mirarle un rostro un poco más suavizado con una corta sonrisa que al menos parecía sincera -. Iremos a la granja- avisó y la cubrió en un abrazo apretándola de lado, cruzando un brazo contra su pecho e hizo que su voz se escuchara mucho más cerca - y te forraré por completa. Te pondrás frente a la chimenea y te daré una caliente sidra de manzana para endulzar un poco esa carita que tu gruñona amiga hizo que decaiga, ¿sí?
La propuesta mejoró el humor de Sunset y elevó la sonrisa mostrando los dientes con algo de ilusión brillando en sus ojos, lo que contagió a Applejack, que de la corta sonrisa que dio, se expandió levantando sus pecas, disfrutando sus ojos de mirar el ánimo mejorado de Sunset, aun encerrándola en la intimidad de su abrazo. Siempre le pareció tan bonita cuando sonreía por los ojos, como si su color cyan se suavizaran tiernamente y quisiera verlos de cerca, más cerca, hasta perderse en ellos, echarse un chapuzón en esos estanques tan tranquilos, pero lo más tonto, es que en ese momento se había perdido en ellos y acercado lo suficiente como para ver y sentir en su rostro el vapor del frío escapar en un exhalación de sorpresa de la boca de Sunset, completamente con los ojos bien abiertos y sonrojada al tenerla tan cerca de su rostro y atrapada entre sus brazos. Applejack se quedó tiesa, sin saber qué excusa decir y se limitó en soltarla y regresarse a su asiento, dejando a Sunset sin poder tragar saliva.
-Perdón- escapó la palabra de Applejack con seriedad desviando la mirada a la calle.
-Está…bien…- respondió, incorporándose también en su asiento con la mirada enfrente, para dejar pasar esto…como las veces anteriores.
*Flashback*
-"Cuando están en Solución conducen la electricidad. Ellos si reaccionan con la fenoftalina adaptándose con un color rojo. Las sustancias que son neutras se le llaman así porque no son ni de una ni de otra y pueden tener un sabor dulce o salado. ¿Entendido?- concluyó el maestro de química y miró rostros optimistas, mareadas, angustiadas y resignadas a un cero en sus alumnos. Suspiró rendido mientras salía del salón-. Lo suponía…bueno, este trabajo lo harán en parejas.
Parejas…
Parejas.
PAREjas.
PAREJAS.
Sunset respingó torciendo el gesto para sentir el calor de todas las miradas de sus compañeros en ella.
-¡yo quiero a Sunset Shimmer!
-¡no, yo lo haré, es mi turno!
-¡Ella será mi pareja!
-¡La tuya fue hace dos semanas!
-¡No puedo hacerlo sin ella!- decía otro.
-¡Porque no haces nada y ella hace todo!
Todos empezaron a discutir entre sí alrededor de Sunset para pelearse de ser su pareja. La verdad, ella era un as en esta ciencia y tenerla para los trabajos era una nota alta asegurada. Ella no quería herir a nadie diciéndole "no" por lo que la ponían en una posición incómoda esta situación.
-¡Paren su toro todo el mundo!- exclamó alguien haciéndose paso entre el mar de gente y Sunset sonrió en alivio para ver a Applejack, la única de sus amigas con quien coincidían en la materia a la misma hora.
-¡No te metas, vaquera!- gritó alguien y Applejack detuvo su andar, se dio vuelta y quien sabe de dónde diablos sacó su cuerda que la hizo girar violenta sobre su cabeza.
-Veo que hay unas vacas que quieren ser arreadas- amenazó para lanzar el lazo sobre las cabezas de sus compañeros haciendo a todos acuclillarse al piso -. Ella decidirá con quién quiere trabajar. Así que…- dijo pasando un brazo sobre los hombros de Sunset, quien se sonreía disfrutando su actuación -…Sunset, ¿Quieres alguno de estos de pareja? Porque tú decides.
-Ahm…no…- contestó para mirarla a ella -. Te quiero a ti.
Por alguna razón la respuesta tuvo algún doble sentido sólo captado por ambas. Applejack se la quedó mirando con algo diferente en sus ojos y Sunset agrandó los suyos sintiendo que se ruborizaba mientras el resto resoplaban molestos por tener que perder una nota fácil y segura con Sunset de pareja.
-Okey- aceptó Applejack aun mirándola de aquella…rara pero agradable forma que aunque se sintiera bien, a la vez incomodaba a Sunset, porque se sentía tan…expuesta, tan…de su propiedad…tan suya…
Sus mejillas se encendieron bastante asintiendo una vez pero respingó al sentir la mano de Applejack cubrirle una mejilla, aun mirándola de aquella manera.
-¿Te sientes bien?- le preguntó arrugando un poco la frente concentrando sus ojos verdes sobre su rostro y movió su pulgar dos veces en una corta pero delicada caricia que aguó los ojos de Sunset.
-Hay química- murmuró casi perdiéndose en esa sola caricia y en la forma en que la miraba.
-¿Qué?- dudó frunciendo el ceño y Sunset exhaló por la boca separándose de ella, cayendo consciente en lo que dijo, señalando los frascos sobre su mesa de trabajo.
-Que hay química. Hay que hacer química. Ya sabes…ácido… fenoftalina… ¡Química!
-Yo veo otra química aquí y de la buena- comentó Trixie caminando cerca de ellas hacia el escritorio de su pareja.
-¡Silencio, Lulamoon!- le gritaron ambas inevitablemente sonrojadas pero lo dejaron pasar por alto para concentrarse en el trabajo y hablar cualquier banalidad".
El recorrido hasta la granja fue silencioso a partir de entonces. Applejack miraba las calles por la ventaba y Sunset un punto muerto con los brazos y piernas cruzadas, de alguna forma, tratando de mantener el calor. Pero entonces le vino ese particular aroma de cierta fruta.
Manzanas.
Bajó la mirada hacia el suéter que Applejack le había prestado y estiró un poco el cuello de éste para olfatearlo. Sí, de allí venía su olor.
Era algo raro que la vaquera siempre estaba perfumada con el olor de aquella fruta sin necesariamente usar alguna colonia. Recuerda tan bien cuando Rarity le preguntó el nombre del perfume ya que era "frutalmente exquisita", según ella, y cuando Applejack abrió la boca para contestarle, Pinkie Pie le ganó el turno y dijo algo así como "¡Dah! Es una Apple. Es innato en ella". Sunset parpadeó, recordando la forma en que los ojos verdes habían cambiado cuando la modista se dirigió a ella. Tensó un poco la barbilla.
"-Di algo que no hayas dicho nunca en voz alta- dijo Sunset con mejillas sonrojadas. Había bebido a más no poder por el cumpleaños 16 de la vaquera y Rainbow Dash había traído cervezas.
Por supuesto, todas se negaron a excepción de Pinkie Pie. Pero después bebió la misma Rarity, exigiendo una sofisticada copa de vidrio para eso, después cayó Fluttershy, pero al principio bebió sin saber ya que Rainbow le habían puesto alcohol en su soda, sin embargo, al darse cuenta, admitió que le gustó y eso aprovechó que su loca amiga de cabello de arcoíris le sirviera más. Al último, cayó Sunset y después Applejack.
Por ser las últimas, las que bebieron primero ya estaban desparramadas por ahí durmiendo o "descansando". Sólo se mantenían más activas Sunset y Applejack, sentadas frente a frente en el suelo del granero, que entre su cabeza alcoholizada, decidieron jugar al muy trillado pero bien querido y odiado, juego de la botella. El pico de ésta apuntó a la vaquera y escogió "verdad".
-¡Sunset!- se quejó ella, sonrojándose más pero tirando una risa clásica de borracha ante su reto.
-¡Vamos, vamos! Y debes decir la verdad, bueno, no tienes opción, Señorita Honestidad.
-Ya, ya, bueno, bueno- aceptó para beber directo de la botella, como si así le diera más valentía -. Sí, estaba bien, pero sólo porque eres tú.
Sunset sonrió más y gateó hacia ella, muchísimo más interesada, con los ojos concentrados sobre ella.
-¡Habla!
-Okey- confirmó, por un momento pensándolo y la miró -. Me gusta Rarity.
-¿Qué?- se le salió escupir con sonrisa congelada.
-Me gusta Rarity- repitió expresando mucho cariño por sus ojos y elevó la sonrisa en dirección donde la modista había caído dormida sobre un sillón.
-Oh…- murmuró, sintiendo cómo todo su castillo de naipes se desplomaban, dejándola aplastada bajo ellos. Tenía todos los músculos tensos y la sangre fría, casi con algo atorado en la garganta. Pero peor fue lo que vino después.-. ¿Verdad o desafío?- preguntó después de un rato, ya hastiada de ese juego.
-Mmm. Ya escogí mucha "verdad". Escojo "Desafío".
-Bien- aceptó, apretando los dientes mirándola con los ojos serios -. Bésame.
-¿Qué?- dudó arrugando la frente, con lo poco que le quedaba de lucidez.
-Que me beses a mí…- se explicó -. O a Rarity mientras duerme. Escoge. ¿Qué prefieres?
Applejack mantuvo la mirada en ella, confundida y algo presionada ante la situación en la que estaba. Sunset la contemplaba con aquella seriedad.
-¿Por qué querría besarte?- fue lo que preguntó la vaquera y eso, hizo que el corazón de Sunset se detuviera en seco.
-Tienes razón- farfulló entredientes -. Entonces sólo besa a Rarity.
-Tampoco puedo hacer eso. Está durmiendo, sería aprove…
-Escogiste "desafío", Applejack, ¿O eres una cobarde?- preguntó con pesadez y mostrándose ruda, como si fuera la antigua Sunset.
-¿Disculpa?
-Ya me oíste, cobarde- le encaró con voz dura.
-Sunset, basta.
-No lo haces, eres cobarde y punto. Sólo te haces la valiente cuando Rainbow te desafía, ¿no? Pero para los demás eres una cobarde.
-¡No es cierto!- se quejó ceñuda -. ¡No soy una cobarde!
-Entonces bésala. Anda, besa a tu Rarity, vaquerita.
-¡Bien!- aceptó el desafío, poniéndose de pie y Sunset hizo lo mismo.
Applejack caminó hacia donde estaba durmiendo la modista. Ebria, noqueada del alcohol y todo, había conservado su buena y pulcra apariencia, que Applejack no evitó en contemplar un momento, haciendo que Sunset sintiera que más su corazón se descomponía. La forma en la que la miraba, en cómo se inclinaba a su rostro y apartaba sus ondulados mechones morados, la corta caricia que le hizo al colocar de forma delicada su mano a un lado de su rostro y el cerrar sus ojos, para sólo rozar sus labios en los de ella, como primero probándolos, hasta sostener un poco su labio inferior y pegar delicadamente los suyos sobre los de ella, en un pequeño y suave beso tierno. Applejack estaba completamente roja, apartándose lentamente aún con los ojos cerrados, como si estuviera soñando que en realidad había besado a Rarity. Abrió los ojos, para contemplarla dormida y mover la cabeza a un lado, para ver a la estática Sunset observar toda la escena, con el pecho vacío, porque su corazón se había descolgado y partido en varios pedazos al suelo.
-Te dije que no soy una cobarde- le sonrió Applejack suspicaz".
Unos golpecitos sobre la pierna la despertaron del recuerdo, mirando a Applejack levantada de su asiento.
-Es nuestra parada- le avisó y ella asintió con torpeza, poniéndose de pie.
Para esto, se había llenado el pasillo del bus con pasajeros que les tocó estar de pie. Cuando se abrían paso para bajarse, Sunset sintió claro cómo una mano se había posado en su retaguardia y hasta tuvo el descaro de presionársela. Aspiró de sorpresa e instintivamente se giró, ceñuda, buscando con la mirada al pervertido.
-¿Me buscas, mamacita?- escuchó muy cerca de su oído y se viró a un lado, viendo a un sujeto de sonrisa tonta con mirada depravada sobre ella.
-Sí, idiota- respondió para formar un puño y aterrizarlo sobre la nariz.
-¡Perra!- gritó el otro, cubriéndose la cara y mirarla con odio.
-¡Sunset!- reclamó Applejack, que estaba ya al pie de la puerta pero se regresó al pasillo a buscarla -. ¿Qué rayos haces? ¿Por qué lo golpeas?- preguntaba mientras se hacía paso entre los pasajeros que como siempre, se hacían los que no vieron nada.
-¡Me tocó el trasero!- exclamó con coraje, dándole la cara -. Y acaba de llamarme "perra".
Treinta segundos después…
El hombre era lanzado fuera del autobús, atado con una cuerda alrededor de su cuerpo y una manzana roja en su boca, que le impedía hablar por lo tan metida que estaba y empezaba retorcerse para liberarse, cosa imposible con los poderosos nudos con los que estaba atado.
-A las bestias hay que tratarlos por lo que son: bestias- exclamó Applejack acomodando sus cabellos rubios tras sus orejas y colocarse el sombrero, mientras los pasajeros estaban estupefactos y boquiabiertos, cómo en cuestión de segundos, esa chica había sacado una cuerda y le dio una lección al pervertido que de seguro, nunca olvidará. -. ¿Nos vamos?-le preguntó a Sunset con una suave sonrisa de lado y tranquilamente se bajó del autobús.
-Voy tras de ti- sonrió anchamente, encantada de cómo la había defendido.
Hola gente bonita xD Pues aquí les traigo una historia corta. Tendrá unos cinco capítulo nomás. La verdad, estoy encantada con ella y quería compartirla de una vez con ustedes. La historia surgió como regalo a Jashui Bhaalspawn que es muy fan de este ship xD Así que espero les encante tanto como ella. Dejenme conocer sus expectativas de esta pareja y dónde se dirige la historia, disfrutenla y ya!
So...
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¡Sunny Honey, fuera!
