En una incierta ruta trazada en el valle que se vislumbraba a la distancia, dos jóvenes de aparentemente 16 y 18 años, llevaban entre sí una acalorada discusión, mientras la menor de ellos era arrastrada por el mayor a cuestas y evitando todas las carrozas que andaban por el lugar, solo el cielo sabía lo que iba a pasar.
-No es justo, no me quiero ir- Una enfadada Bélgica hacia esfuerzos sobrehumanos para zafarse del agarre de su hermano y volver donde Antonio, pero éste no se lo permitía y la llevaba a la fuerza hacia su "verdadero" Hogar.
-No seas infantil Bel, ya deja el berrinche.- Contestaba el que se llamaba Netherland.
-¡Espera!- se detenía la joven, mientras su Hermano le tironeaba y ella arrastraba las botas.
-No…- Bélgica se largó a llorar ante su suplica negada y con la esperanza de chantajear a su hermano
- Olvídalo, busca algo mejor, no caeré.- Sentenció.
-Por favor… Net yo no quiero ir –continuaba con su fingido llanto, que esperaba le ayudase.-
-No…- Concluía por enésima vez el Holandés.
5 minutos más tarde
-¡No quiero!, ¡No quiero!- Una muy alterada joven se encontraba abrazaba a un árbol, mientras el chico le jalaba con fuerza por la cintura para que se soltase.
-Vamos…-Gruñía por la poca paciencia que le estaba quedando-
-¡No!, no lo conseguirás…
Luego de 20 minutos de incesante lucha por el agarre, Holanda consiguió salirse con la suya, tras haber jugado contra la debilidad más fuerte de su hermana, "cosquillas". Para que no se repitiera el acto que le retrasaría aún más el viaje, ahora la llevaba al hombro, mientras ella golpeaba su espalda y pataleaba con fuerza, en tanto gritaba que le bajasen.
2 horas luego…
-¿Te cansaste?- Pregunta con sorna y una sonrisa de triunfo el rubio al no sentir los golpes de la muchacha.
-Me di cuenta que no consigo nada- Suspiró derrotada su prisionera, mientras apreciaba una flor que llevaba en mano, ante esto él amplio más su sonrisa.
-De cualquier forma, en un momento de descuido tuyo igual me arrancaré.-
-Eso ya lo veremos- desafiaba Holanda tras haber borrado su sonrisa de triunfo.
-Oye Holanda…
-Dime Hermano…
-No se me pinta la gana
-Deberías respetarme más- Sugería el chico
-Lo hago, pero no te veo como un hermano…
-Mal por ti Bel, porque lo somos
-¿mal? ¿Para quién? Para mí no… es a ti a quien nunca le diré así- sonríe a carcajadas
-Muy bien, entonces ¿Quién es tu hermano?
-España – Contesta la muchaha de inmediato
Holanda suspira, chasquea la lengua y alzando la vista a donde se encuentra ella, pregunta - ¿Y que soy yo?-
-No lo sé…
-Ah, muy bien, ósea que soy un desconocido.
-No, no es eso, tu eres…- Bel se toma unos minutos mientras piensa, pero como nada concreto llega a su mente, se levanta de tan incómoda posición en la que va y mirando fijamente el rostro de su "secuestrador", una idea se empieza a formar, nada claro y tampoco concluyente, porque cuando parecía que estaba por tener finalmente la respuesta, él sostiene su mirada, y para ella resulta imposible seguir observándolo. Baja su rostro de inmediato para ocultar el sonrojo que en sus mejillas se había formado.
-¿Y entonces?
-Entonces ¿qué? –Se hace la desentendida.
-¿Qué soy?- En eso la chica se deja caer como un saco, ya cansada por la fuerza que tenía que hacer para mantener el rostro levantado en tan molesta condición-
-¿Ocurre algo? ¿Vas incomoda?- Preguntó preocupado
-Nada… solo me cansé
-Ya veo… - de un movimiento a otro, cambió la posición de ella, acomodándola entre sus brazos y una vez la sostuvo firme, continuó el camino.
-No me voy a escapar, ¿me bajas? – consultó de manera inofensiva volviendo a centrar toda la atención que tenía, sobre la flor.
-No…
-¿Qué no confías?
-En esta situación, no.
-Que malo eres…-Mostró un puchero
-Si lo soy, soy el malo de tu vida…
-¡Sí!-alegaba ella al mismo tiempo que pensaba totalmente lo opuesto
-Como si me importara…
-Deberías... Somos "hermanos
Sonríe el muchacho y con sarcasmo pregunta -¿Ahora lo soy?-
-No, eres mi secuestrador en estos momentos…
-¿y en otros?
-Quien me roba el sueño…- dijo ella entre susurros que el muchacho no alcanzó a escuchar.
-¿Cómo?- cuestionó intrigado al no haber oído.
-No nada, nada- agitaba a modo de negación, mientras volteaba el rostro, y miraba distraídamente el sendero contiguo, notando en la distancia un pequeño bulto.
-Ya estamos por llegar -Anuncia el holandés.
-¿ah? – reaccionó Bélgica.
-Que ya casi llegamos.-
-Oye Holanda, mira eso- señaló el bulto antes visto
-¿El qué? -Se detuvo y miro en la dirección señalada por la joven.
Un bulto, blanco y diminuto se divisaba a unos 15 metros aproximadamente de donde estaban ambos jóvenes, se miraron intrigados, Holanda cuidadosamente bajo a Bélgica de sus brazos, ella hizo ademán de alejarse, pero él no la tomo en cuenta, caminó hasta donde estaba el pequeño bulto, se hinco frente a él y lo observo detenidamente, mientras Bélgica le imitaba.
-¿Que será?- Preguntó Holanda a una curiosa Bélgica que lo inspeccionaba por todos los lados.
-Ni idea, pero está vivo, mira –señala- se mueve.
-Algún animal… - Sentenció el chico mientras tomaba una rama y empezaba a tocar con ella la tela de lo que envolvía aquella "cosa". Contra todo pronóstico, Bélgica se sorprendió y quitándole la rama al holandés, tomó en brazos el extraño bulto.
-Podrías estar lastimándolo…
-Suelta eso, no sabemos que es. – Contestó molesto
-No hará nada… - Movió un poco las telas que cubrían "eso" e inspeccionando, sonrió.
-Te puede lastimar o algo, déjalo donde estaba.
-No seas paranoico, ¿Qué podría hacerme esta cosita tan linda?
-¿Cosita linda?- Holanda se levanta de inmediato y acercándose a donde está ella, le muestra un bebe dormido -¿De dónde habrá salido?
-No lo sé, pero está aquí solito… Holanda por favor, llevémoslo con nosotros.
-¿Con nosotros? Puede ser de alguien.- Observó detenidamente a los alrededores y comprobando que nadie parecía estar buscando un bebé, le dio otra oportunidad al bulto.
-Vamos Holanda, no podemos dejarlo aquí solo. –Reclamó Bélgica.
El chico lo inspeccionó nuevamente y notando que tenía el mismo tono de cabello de Bélgica, le examina tras las ropas y rápidamente lo vuelve a cubrir: es un varón. En su mente de inmediato empieza a formarse la idea de un nuevo aliado, de una potencia criada por él que podría llegar a ser incluso más grande, pero entonces cae en cuenta sobre la presencia de su hermana y nota a flor de piel, el insisto materno que esta muestra. –Hmmp, espera cuando despierte, será un caos.-Masculla, medita unos segundos y casi de inmediato agrega -Está bien, lo llevaré.-
-¿Lo llevaras? - pregunta incrédula Bélgica
-Si- admite él
-¿Y yo que? ¿No existo?
-¿No querías volver con Antonio?, Vete si quieres, Luxemburgo te ha salvado.
-¿Y me dejaras irme justo ahora cuando encontramos esta dulzura? –Pregunta incrédula -Estas demente Holanda si crees que te dejaré a solas con un pequeño como él.
-No soy Antonio…
-Ya lo sé, créeme, pero no quiero ver un mini Holanda por ahí… aunque…
-¿Qué?
-Necesitaras una chica en casa, los hombres o mejor dicho, seres como tú no podrían cuidar de algo tan lindo como esto… -Le hace mimos en el rostro y empieza a caminar.
-Puedo conseguirme otra chica para Luxemburgo.
-Eso ni lo pienses Holanda -Exclama la chica molesta y se detiene con el pequeño en sus brazos, apuntando al joven- además ¿Quién decidió que se llamara Luxemburgo?
-Yo y si lo puedo pensar, entrégamelo.
-¡Nunca!- la Belga hace otro ademán de irse, pero el rubio la atrapa por el brazo y le dirige hacia su camino.
-Está bien, si quieres quedarte hazlo, si no… puedes irte, pero él se queda conmigo.
-Entonces está claro que me voy contigo, no pienso dejarlo solito frente a alguien como tú- Responde mientras se suelta del agarre.
-¿Alguien como yo? –Alza una ceja y la mira serio
-Rudo, bruto y salvaje
-Así que eso soy yo…
-Claro que sí, ¡además abusivo!, ambos lo vimos y mejor dicho yo lo vi primero, él es mío… no debiste ponerle nombre siquiera– regaña la ojiverde
-Corrección, ya que quisiste venir conmigo, está en nuestras tierras y somos una familia – le mira seriamente- aunque no quieras… es "Nuestro"- Voltea el rostro guardando ambas manos en los bolsillos e indicándole continuaran caminando.
Bélgica ante aquella plática, se había mantenido, cosas rara atenta y seria, pero en cuanto mencionó lo de la familia y él volteó, fue inevitable para sus mejillas recobrar el tono rosáceo que antes habían adoptado.
-Es… Está bien, es como tú digas, se llamara Lux, pero yo lo criaré.
-Eso ni hablar
-Soy la más indicada, soy una mujer
-¡Oh sí! Y serás un excelente "madre"- comenta con aire burlesco Net.
-Claro que si Holanda- alega- ¿o qué? ¿Piensas hacerlo tú?
-Le enseñare todo lo que debe saber sobre tácticas de guerra y economía
-Sí, claro... Educación…
-Por supuesto es lo fundamental- se jacta el rubio
-¿y a comer? ¿Hablar? ¿caminar? ni hablar de otras cosas…
-¿No las aprende solo?
-Puede ser… pero su educación se basara en lo que yo le enseñe
-De acuerdo… - responde agotado -Esa parte es tuya, pero más adelante es totalmente mío.-
-Ahora soy quien debe decir, ¿quieres ser su padre o qué?- consulta irónicamente.
-No, solo deseo integrarlo a los míos, será mi hermano, está claro que un hijo es otra cosa.
-Por supuesto - Acepta Bélgica.
-Eso proviene de la máxima expresión de amor… - agrega Holanda y sonríe, echa una última mirada hacia atrás, una que a criterio de Bélgica es seductora y le hace brincar. Ante tal salto de la muchacha, el pequeño Lux hayado en los límites territoriales de Holanda y Bélgica, se larga a llorar.
