bueno aquí les traigo esta nueva historia. esta basada en experiencias personales, y en lo que veo en los personajes de Bleach. es AU. y dejen sus reviews ya saben, que me inspiran para seguir escribiendo.
GRACIAS PRO EL APOYO, A MIS OTRAS HISTORIAS, Y MAS POR LA ACEPTACIÓN DE UNA EN ESPECIAL QUE HOY ACABA. TAREA: CUIDAR UN HUEVO.
Tite Kubo es dueño de bleach, pero esta historia es de mi total autoría. Quisiera dedicar este primer capitulo a una persona que no va a leerlo pero que igual espero y donde sea que este me recuerde como yo lo hago.
SE PUBLICARA CADA VIERNES! NINGÚN OTRO DÍA, Y NO NECESARIAMENTE CADA SEMANA.
Habiendo dicho todo, disfrútenla!
Recuerdos…
Es tal vez la palabra más dolorosa que existe…
Pequeños lapsus de pensamientos, llenos de imágenes, sonidos, sensaciones…sentimientos
¿Por qué en un mundo en el que ya no hay esperanza, apareces?
¿Por te niegas a abandonar el mundo que una vez abandonaste?
¿Será tal vez tu conciencia? ¿Tu honor? ¿Tu deber?
Ya se… son tus recuerdos…
El recuerdo de que una vez fuimos felices…
Cese.
RECUERDOS
"PROLOGO"
Londres era una ciudad fría, pero hoy extrañamente hacia mucho calor.
Llevaba horas esperando en ese auto, con los binoculares puestos y los audífonos como únicos compañeros. Miro su reloj de mano. Eran las 4 de la madrugada, no había ni un alma deambulando por ahí, es mas ni siquiera había autos. Sin duda el destino quería ver muerto a ese pobre diablo.
El vidrio polarizado de su auto, le permitió ver a su presa, sin ser visto. El hombre de cabellera negra y ojos azules, camino junto a una mujer, una prostituta. Ambos entraron al auto, no sin antes darse un par de besos apasionados y una mirada de complicidad.
Se puso un sombrero para esconder su naranja cabellera, encendió el auto y comenzó a seguir de cercas el auto del otro.
Su detuvieron en un motel, lo conocía, había matado muchas ratas en ese. Parecería que todos frecuentaban los mismos lugares.
Se bajo del auto, y solo se llevo consigo un simple cuchillo, no necesitaba más. Se escabullo normalmente, por el pasillo, pasando de largo en el vestíbulo. No necesito preguntar la habitación, en ese motel solo había una habitación que un hombre como ese quisiera alquilar.
Camino lentamente, sin prisas a la habitación. Toco un par de veces y nadie le abrió. Sabía desde un inicio que no le abrirían así como así. Con cuidado volvió a tocar. –detective Katanaka. –agrego con voz chillona.
Oyó como al otro lado se levantaban de la cama, y caminaban a la puerta. Se afianzo del mango de su cuchillo, y espero a que abrieran.
-¿si? –el hombre le abrió. Sintio asco de el, tenia una cara arrogante y despectiva, mirándolo por encima del hombro, como si fuera la gran mierda.
-señor, soy el detective Katanaka. ¿Podría salir a hablar afuera unos minutos? Algo de rutina.
El hombre asintió, y salió por completo, primer y ultimo error de la noche.
En cuanto el otro cerró la puerta, le degolló la garganta. Ni siquiera pudo reaccionar, cuando se fue a dar cuenta ya estaba tirado en el pasillo desangrándose.
En cuanto salió del edificio. Se saco los guantes negros y los guardo en su chaqueta, limpio su cuchillo y lo guardo entre su camisa. Sin duda un día de trabajo sencillo.
Se miro en el enorme espejo que era el estanque. Su cabello estaba recogido, y tenía una mirada seria. Su nívea piel estaba cubierta por un kimono purpura, de seda, que la hacia ver como una princesa.
-¡he Rukia!
Oyó una voz conocida, y una sonrisa maliciosa se formo en su rostro.
-Rukia. –corrió hacia la pequeña chica, pero una pierna blanquecina le hiso irse de largo, y caer en el estanque. El pobre hombre cayo de frente, y los pequeños peces comenzaron a rodearlo.
Hiso una mueca, y salió con las cejas tatuadas demasiado juntas, quitándose un pez dorado de la camisa, y tratando de secar su largo y rojo cabello. –no es gracioso. –a pesar de su comentario, la morena estallo en risas y carcajadas.
Desde que lo conocía siempre le hacia lo mismo, y el idiota siempre terminaba cayendo. Pero a pesar de todo sabia que lo hacia para hacerla reír un rato, ya que para este tiempo, Renji no era un idiota cualquiera. Paro de reír, y se giro a ver a Renji. Renji podía parecer un matón…y lo era. Sin embargo era una buena persona. –incluso desde que lo haces apropósito sigue siendo divertido, Renji.
-no se de que demonios hablas. –fingió locura y se cruzo de brazos. –yo solo quería avisarte que el Capitán Ukitake, te necesita. –desde hacia tantos años que lo hacia, que ya no le importaba salir muy herido, con tal de ver una sonrisa en Rukia, por que para el, una sonrisa de ella, valía cualquier dolor físico.
Sonrió levemente. Renji siempre seria su mejor amigo.
Desayunaba un nutritivo arroz con curry, desde anoche no había comido nada, y había llegado tan cansado que en cuanto llego se tiro a la cama. A pesar tener una madre alemana, siempre había amado totalmente el sabor de la comida japonesa. No había nada mejor que un buen plato de arroz, y pescado. Se llevo el último bocado a la boca, y mientras recogía la basura oyó un sonido demasiado conocido para su gusto. Hiso una mueca de disgusto y se dirigió a la sala.
Se sentó en el sillón negro y agarro el papel que le ofrecía el fax.
-ha. –suspiro. Como odiaba que los trabajos no tuvieran foto. De veras que odiaba tener que localizar al individuo.
Observo el papel que tenia en manos.
Inoue Orihime.
Karakura.
Karakura…
Eso no era algo que le hubiese encantado leer, por suerte este tipo de cosas eran al solitario. Arranco el nombre del papel y tiro la hoja a la basura, no necesitaba más que el nombre.
Saco su celular y marco un número. Espero al tono, y luego alguien contesto. –Yourichi-san.
-a Ichigo. Justamente de lo que hablábamos.
Prefirió ignorar el comentario. –tengo una tarea en Karakura. –se levanto y se sirvió un poco de agua. –quisiera que…
-¿te diera papel y lápiz? –se le adelanto.
-si.
-ven dentro de dos días.
-gracias Yourichi-san.
-¿Cómo que gracias?
Puso los ojos en blanco y una mueca se dibujo en su rostro. –te lo depositare mañana.
-de nada Ichigo.
Colgó. No necesitaba maleta, solo iría un par de horas a lo que iba y listo.
Mañana iría a primera hora, concluía con el trabajo y podría regresar a descansar el resto de la semana. Ese era un buen plan.
La luna estaba en su última y más oscura fase. La luna nueva, reinaba el cielo sin ser vista, mirando la tierra desde las alturas como una princesa.
-¡ya me voy chicos! –salió del pequeño bar, un brazo quiso detenerla, pero se soltó y con una sonrisa comenzó a caminar por la acera, en busca en un taxi. Sus mejillas estaban rosadas producto del alcohol ingerido. Caminaba torpemente, y sonreía de oreja a oreja. Su cabello rubio estaba algo desaliñado, pero no lo suficiente para hacerla ver mal. Al contrario le daba un aire de sensualidad.
Su sonrisa zorruna se ensancho al ver una figura femenina pasar justo enfrente.
Cruzo una calle, y vio un destello plateado en la oscuridad de un callejón. Sus mejillas volvieron al color natural y su sonrisa desapareció por completo. Se volvió rápidamente, pero ya no había nada. –Gin…
-¡Corre Renji! –sus pulmones rogaban por oxigeno, sin embargo seguía corriendo, sus cortas y blanquecinas piernas se movían con rapidez, pero cada vez se cansaban mas. Un niño de cabello rojo refulgente, corría tras ella. Ambos niños no sobre pasaban los 8 años y ahora corrían desesperados por salvar sus vidas.
Volvió la mirada y vio a su amigo caer estrepitosamente. Quiso volver a el, pero cuando se fue a dar cuenta un hombre la sostenía. -¡suéltame! –pataleo y tiro puños a donde fuere, pero fue inútil, el hombre era mas fuerte. Su mirada se dirigió a Renji. El pelirrojo pataleaba y mordía a los dos hombres que lo sostenían.
-¡suéltenos! –piso a uno de los hombres y le metió un puño en la cara, el otro no tuvo tiempo de reaccionar, así que logro zafarse, pero cuando se dirigía a su amiga morena, un brazo lo detuvo.
-¡RENJI!
Apretó su pantalón con fuerza. A pesar de que el chofer hablaba y decía cosas al aire, ella no lo escuchaba. Miraba por la ventana, recordando…
Aquel día en el que, sin saberlo, había escogido su destino.
Se observo en el reflejo del cristal polarizado. Tenía el cabello suelto, y llevaba puesto un uniforme verde militar, con dos líneas azules en el frente, y varios escudos e insignias bordados.
Todo se quedo en silencio. Y sus ojos azules se posaron en el hombre que sostenía a su amigo.
Era un hombre alto, de cabello negro azabache y ojos grises que la veían directamente a ella, atravesándola con la mirada. Instintivamente sus piernas comenzaron a temblar, y sintio un escalofrió correr por su espalda. El hombre llevaba un traje negro y corbata. Nunca en su corta vida había visto un hombre que reflejara lo que ese.
-¿Cuál es tu nombre?
Cuando escucho su voz, trago duro. Era la voz mas fría y seca que había oído. –Rukia. –volteo a ver a Renji de reojo. El muchacho la miraba con preocupación, y luego miraba al hombre que estaba a su lado.
-señor…
Renji no dejaba de mirar al pelinegro. Podía ver en sus ojos, miedo y mas allá de eso…
Respeto.
-si vas a matarme hazlo ya. –hablo con voz débil. Trago duro, tenia miedo, pero no se lo haría saber. -¡Mátame!
Cerró los ojos con fuerza.
-Kuchiki-dono. –la llamo el chofer.
-¿si? –contesto por galantería.
-llegamos.
Abrió los ojos suavemente. Se encontró con un enorme edificio de 5 pisos. La mas grande institución de Japón…el instituto de investigación gubernamental. Pero para ella, también era el más grande nido de genios que existía solo por debajo de EUA.
Habían tomado la entrada secreta, sin embargo una persona le esperaba.
-¡Kuchiki-san! –dejo atrás el protocolo y se acerco al auto.
Bajo del auto con una sonrisa y saludo amablemente al hombre frente a ella. –Buenos días, Ukitake-san. –el hombre tenia el cabello largo y blanco, y tenia un semblante amable y acogedor. El al igual que ella, llevaban un uniforme verde militar con sellos del gobierno y estrellas. La diferencia era que el de él, tenia 2 líneas rojas al frente de todo el uniforme, en ves de las azules de ella.
-¿Cuánto has crecido? –la saludo con una sonrisa y comenzó a conducirla dentro del enorme edificio.
Mientras caminaban, Ukitake hablaba de cosas sin importancia, como el clima o la cuidad hasta el nuevo avión del gobierno (que ella había armado), pero decidió no decir nada de la ignorancia del Capitán, el hombre era demasiado amable y cálido con ella.
Ambos tomaron un pasillo contiguo a los demás, entraron a una oficina y siguieron adelante. Al final, llegaron a lo que parecía un recibidor, y ahí un joven de cabello blanco y ojos turquesa les recibió.
-Sargento Hitsugaya. –saludo la morena. Le conocía de mucho tiempo, era el sobrino lejano de Ukitake y un genio en la rama de investigación monetaria y de espionaje. Conseguiría cualquier clave y cifra en menos de una hora. Hitsugaya llevaba el mismo uniforme que ella, a diferencia de una línea roja en el pecho.
-Sargento Kuchiki. –la saludo escuetamente. La miro de reojo, la conocía desde niños. Era una especialista en armas y robótica, a pesar de su apariencia infantil, conocía tanto de mecánica que podría armar un robot con los ojos cerrados. Y la hermana del segundo hombre más poderoso de todo Japón.
Ukitake sonrió nerviosamente. Ambos se miraban retadores y muy serios. Siempre desde que eran niños habían competido por quien era el genio mas eficaz, desde la destreza con la mente hasta con las armas, y no era para menos debido a la juventud de ambos. Después de unos 2 minutos decidió intervenir. –bueno… -su voz se torno mas seria. –dentro de media hora se llevara a cabo la reunión. Sin embargo debido a que son ustedes dos, los principales candidatos para llevar a cabo la nueva tarea. Debo darles los detalles.
A ambos les entrego una carpeta blanca. La abrió y la ojeo rápidamente. No había nada ahí de mecánica ni robótica, es mas ni siquiera de circuitos o problemas que tuvieran que ver con su rama en la organización. Hiso una mueca de incomprensión y miro al peliblanco mayor. – ¿Qué tiene que ver esto conmigo Ukitake-san?
-es cierto tío, aquí no hay nada que tenga que ver conmigo o mi especialidad.
-esta…es una operación que llevan a cabo…los Espada.
Un grupo de mujeres bebían té sentadas alrededor de una mesa, charlando entre si. Todas llevaban uniformes militares, y estaban en lo que parecía una oficina.
-¡¿Cómo? –abrió los ojos con sorpresa. Matsumoto Rangiku, teniente de la 10 división. De cabello rubio y delantera prominente.
-al parecer ya hay dos candidatos para la capitanía de tu escuadrón. –se acomodo los lentes que brillaron con misterio. –lo he oído de la boca de mi Capitán. –Ise Nanao. De cabello negro siempre recogido y lentes. Teniente de la 8 división.
-¿no es malo oír las charlas de tu Capitán con otros capitanes? Nanao. –tomo un poco de te. Isane Kotetsu, de cabello gris y una chica muy alta.
-a pues… -trato de hablar.
-¿y quienes? –la interrumpió Rangiku.
-a pues…
-¿Qué no es obvio? Toushiro-chan –exclamo feliz. Hinamori Momo, era la segunda teniente mas joven. De cabello negro y alegría inocente.
-¡Yo creo que es Kya-chan! –se metió una peli rosada. Kusaijishi Yachiru, la teniente de la 11 división y la persona más joven de todo el Gotei 13.
-pues es…
-¡y que hay de mi! –se levanto una rubia. –hermana apóyame. –la tomo de la mano, y la levanto frente a todas. La peli gris se sonrojo y se sentó de nuevo.
-nadie va a apoyarte Kiyone. –le dijo seria e inmutable. Kurotsuchi Nemu, teniente de la 12 división e hija de su capitán.
-¿Cómo puedes decir eso Nemu?
-¡Toushiro-chan!
-¡Kya-chan!
De pronto todas comenzaron a gritar y a pelearse.
El caos se hiso en esa habitación, todas gritando, y una que otra (Rangiku aprovecho para beber sake)
-¡Basta!
Todas se detuvieron y se giraron sorprendidas al ver dos sombras en la puerta.
-Capitana Soi Fong, Capitana Unohana. –todas hicieron una reverencia.
-Kuchiki e Hitsugaya estarán de prueba. –Yachiru y Momo no tuvieron más que sentarse. –y son los únicos candidatos. –miro a Kiyone que se sentó rápidamente. –además…
-¡¿Quién apuesta? –se adelanto a su camarada.
-¡Kya!
Todas saltaron de alegría y siguieron a Unohana, dejándola con la palabra en la boca.
-500 dólares a Toushiro-chan. –puso el dinero en la mesa.
-1000 a Kya-chan. –estampo el dinero y miro retadora a Momo.
-que sean 1500
-2000
-¿a sí? pues…
Una gotita resbalo por su frente. Lo que era ganar mucho y no tener en que gastarlo.
Todas se unieron a las apuestas, pero nadie aposto tanto como Hinamori y Yachiru. Se limitaron a diez dólares cuando mucho.
-¿Inoue Orihime? –observo de nuevo la fotografía. Cabello largo y rojizo, ojos grises, menudas curvas que se cargaba la tipa. Y tenía un lindo rostro, debía ser la "Sex Idol" de su escuela. Pero a pesar de todo se veía buena persona.
-parece una chica normal. –secundo el peliblanco.
El hombre anciano que estaba sentado al frente de la mesa. Les miro con mala cara. –que parezca normal no quiere decir que lo sea. –en su voz, se pudo denotar un ápice de molestia. Vaya juventud, aun recordaba cuando las cosas se hacían a la antigua. –es la hermana menor del fallecido Inoue Sora.
-¿Sora? ¿El jefe ingeniero en robótica? –se levanto impresionada. Ese tío era el mas duro en robótica que había existido, el Einstein de la mecánica inteligente.
-no me interrumpa Kuchiki. –la reprendió. La chica se volvió a sentar en su lugar. –como iba diciendo, esta joven, tiene ahora 17 años, es una chica normal, en todos los aspectos, pero tiene algo que los Espada quieren. –miro a todos con seriedad. –creemos que Inoue Sora dejo en manos de ella, su mayor proyecto de ingeniería.
¿Mayor proyecto de ingeniería? ¿Acaso se refería…?
-el Hogyoku.
-imposible… -observo la fotografía de la mujer. –es imposible que una persona como ella tenga esa información, el Hogyoku es un panel de información muy compleja, circuitos extremadamente complicados. –trato de explicar. Era imposible que una mujer así llevara consigo tremenda tecnología.
-lo mas probable es que lo haya dejado escondido en algún lado. –aun seguía sin entender que tenia que ver el con todo esto. El era un matemático, no un Friki.
-creemos que se lo dejo escondido a su hermana menor.
Se quedo de piedra. Si una tecnología tan avanzada, caía en manos equivocadas, no quería ni imaginar en las consecuencias.
-ahí es donde entran ambos. –les dedico una sonrisa sádica. Se había pasado la mayor parte de la junta en silencio. –usted Kuchiki por sus conocimientos en mecánica y armas, y usted. –miro a Hitsugaya. –por sus conocimientos en infiltración y espionaje, además puede que haya dejado códigos en numeraciones.
Ambos jóvenes observaron al hombre al lado del comandante. Su nombre era Kurotsuchi Mayuri, un genio en genética y biología, el más grande científico en todo el mundo. La genética era su especialidad. El mismo se había hecho modificaciones, tenia la cara azul y los ojos amarillos, además de una coronilla. Era un hombre realmente raro, y que si lo veías por las noches o vomitabas o te daba un paro cardiaco.
-ambos irán a Karakura, y traerán ese Hogyoku. Ustedes al tener la edad y apariencia de un adolecente normal, serán infiltrados. –saco una pequeña jeringa. –se les harán pequeñas modificaciones a ambos para que pasen desapercibidos.
Su rostro perdió color, y comenzó a sudar frio. Kurotsuchi no solo tenía fama de brillante, si no también de sádico. Era un maldito loco dispuesto a hacer lo que fuera necesario para descubrir algo.
-e-espere Capitán Kurotsuchi. –se alejo del hombre. –con unas pelucas y un tinte bastara. –rio nerviosamente. –No debí haberme sentado a su lado –pensó.
-creo que eso seria mejor. –secundo el peliblanco. No estaba dispuesto a ser modificado físicamente.
-pero que va. –hiso puchero. –casi no duele. Además serán los privilegiados en usarla primero.
Ni locos. Ese maldito, quería usarlos de conejillo de indias. –insisto una peluca es suficiente.
-que aburridos. –se guardo la jeringa.
Suspiro. Ser el comandante general a veces podía ser extenuante. Mas si tenias que soportar a los locos que tenias por subordinados.
-¿puedo pasar? –se asomo una cara sonriente.
Las miradas de los cuatro presentes se dirigieron a la puerta. El hombre era Shunsui Kyoraku. Uno de los Capitanes del Gotei 13, al mando de la 8 división.
-Capitán Shunsui. –los cuatros presentes se pusieron de pie.
-Yama-ji. –le saludo con una sonrisa. –estaba dando vueltas, cuando Sasa-ji me dijo que querías verme.
-toma asiento.
El hombre obedeció y con él, los demás se sentaron.
-el Capitán Kyoraku, será el delegado en esta misión. –guardo silencio para asegurarse de que no le interrumpieran. –ustedes saben lo que significaría el fracaso de esta tarea.
Claro que lo sabia lo tenía bien claro. Si fracasaban, podía desatarse una guerra. Y el grupo que consiguiera el Hogyoku seria el vencedor sin dudas.
Se cruzo de brazos. No entendía a que iba el anciano.
-ambos llevan una carrera impecable.
Era cierto, tanto Toushiro como ella, habían entrado a la organización siendo aun muy jóvenes, debido a sus capacidades e inteligencia.
-es por ello, que hemos decidido…
Ambos jóvenes fruncieron el ceño, interesados.
-que uno de ustedes tomara el rango de Capitán.
¿Habría oído bien? ¿Habría sido su imaginación?
Su mirada se dirigió a la Kuchiki, la chica tenía los ojos muy abiertos, y la mandíbula desencajada. No había oído mal…
-ambos son idóneos para el puesto.
Ser capitán era el rango más importante además de Comandante. Pero ¿estaría preparada para tremenda carga?
-¿no es un brinco muy apresurado? –hablo Mayuri. El había conseguido su puesto a los 20 años de servicio, y ahora venían estos niños y les daban un cargo tan importante así por que si. Era cierto que ambos habían estado relacionados desde pequeños con la organización, y también era cierto que los habían entrenado desde niños, especialmente para ese cargo. Sin embargo no quitaba la idea de que fuera demasiado apresurado.
-creo que ambos han demostrado su capacidad, y además han estado aquí prácticamente desde que dejaron de mojar la cama. –les sonrió a ambos jóvenes, que estaban en shock aun.
-Capitán… -Capitana Kuchiki Rukia, sonaba maravilloso. Y solo tenía 17 años.
Hitsugaya no estaba en mejores condiciones. La noticia le había tomado de sorpresa, el era un año mas joven que la morena, sin embargo había entrado al mismo tiempo que ella. Solo llevaban un par de años sirviendo como subordinados. Habían subido de rango rápidamente, pero de igual forma esperaba que le dieran el puesto de teniente, que era el tercer rango más importante. Estaban dando un brinco enorme, al saltarse ese rango.
-en un par de días comenzaran la misión. –le pego al piso con su bastón, y las cuatro personas se levantaron y se retiraron.
Salió de su casa, y se dispuso a tomar un taxi. Había abandonado el auto a las afueras de la ciudad y no tenia mas que tomar uno.
Le indico al taxista que lo llevara al aeropuerto. Karakura no estaba lejos, pero entre menos tiempo mejor. Quería tener la semana desocupada cuanto antes.
Llego al aeropuerto y se dedico a esperar su vuelo. Dejo la única maleta que llevaba en el piso, y se dedico a leer un periódico que había ahí.
En primera plana, se encontraba la noticia de un homicidio. Observo la foto y luego leyó la noticia. Efectivamente era el hombre que había asesinado hacia 2 días. Al parecer después de su muerte, le habían salido sus negocios de lavado de dinero y prostitución, además de la matanza de una tribu en África. Sin mostrar emoción cambio de pagina. Se encontró con una foto enorme. Observó la foto. Era un hombre joven y de cabello negro y largo, tenia el semblante frio, y venia saliendo de una enorme mansión. Abajo en letras grandes decía:
Kuchiki Byakuya, segundo hombre mas rico de Japón, y el 6 lugar en la lista mundial.
-psche. –tenia cara de amargado y estirado. El también era un amargado, pero por lo menos no llevaba esa cara de nada, al menos el ponía cara de estreñido. Se grito mentalmente al reflexionar, prefirió dejar de insultarse mentalmente y fijar sus ojos en la pantalla de vuelos.
Karakura, 3:40.
Observo su reloj de mano, y efectivamente ya era hora.
Pobre Inoue Orihime, no sabia que para mañana, ya estaría muerto.
que les parecio?
bueno solo quiero aclarar que este capi, es como para que sepan a lo que van los personajes, y mas o menos para que sepan a que se dedican y que hacen. Hay mas personajes aun, y si van a salir la mayoria!
DEJEN UN REVIEW PARA ESTA AMATEUR DE LA ESCRITURA!
DEJEN UN REVIEW Y YO A CAMBIO LES DOY TODO LO QUE ME PIDAN... JAJA XD
Cese-yopo.
