I DON'T EVEN KNOW YOUR NAME
Para Vnik Lord por su cumpleaños, felicidades.
Era idiota, se lo repetía una y otra vez, era idiota y el saberlo no ayudaba para nada. Pero los problemas en la vida "real" se estaban volviendo intolerables y no tenía otra manera de lidiar con ellos más que esta. No podía negar una cosa muy cierta, desde el día que comenzó a hablar con él había llorado menos, había contemplado menos la posibilidad de que su vida valiera nada y que fuera mejor simplemente, no estar vivo.
Se podía poner a meditar aquello sin encontrar una respuesta, es que con quien se suponía que iba a platicar, no podía simplemente voltear y decirle a su mejor amigo que se sentía atrapado, que su vida era una mentira, que quería escapar lo más lejos que se pudiera y empezar de cero, una nueva vida, una que fuera como debía ser.
Faltaban pocos días para terminar la escuela, lo cual era bueno, estaba harto de todos ellos. No era malos, eran chicos como todos los demás y los maestros no eran nada del otro mundo, pero no se sentía conectado con ellos, no le interesaban en lo más mínimo y jamás podría ser con ellos como de verdad quería ser. Tenía amigos, cierto, seguramente si alguien les preguntaba a ellos sobre él dirían que era estudioso aunque no de excelentes calificaciones, que le gustaba el fútbol, perder el tiempo en las plazas comerciales y las películas de terror.
Aquello sería todo. Lo peor es que si preguntaran a sus padres darían una respuesta similar, porque eran personas ausentes que lo único que querían eran que él no les diera los mismos problemas que su hermano les daba. Lo cual era una estupidez, porque su hermano no les había dado un solo problema en la vida, sólo que cuando les dijo que era homosexual e intentó presentarles a su novio, fue como si les hubiera dicho que había asesinado a una persona.
Eso había marcado su vida. Ver a sus padres borrar de su vida a su hermano le causó un daño que aun no terminaba de entender, todos los días tenía ganas de llorar porque no comprendía la razón por la cual un padre puede odiar de esa manera a su hijo.
Esa fue la razón por la cual se hizo la cuenta de Facebook, porque en la cuenta real, donde tenía agregados a sus amigos de la escuela, además de a sus padres, no podía expresar ninguna de sus opiniones sin ser criticado. Conoció a una chica en un café internet, cuando ella le mandó solicitud de amistad, se sorprendió de ver que era a nombre de Castiel Novak. La miró como si fuera un fenómeno y ella se echó a reír, le dijo que de esa manera podía expresarse sin necesidad de exponerse ante los demás. Se rió cuando le contó como una vez subió una imagen a su perfil real y su abuelita se ofendió.
Entonces hizo una cuenta de su personaje favorito de Harry Potter y mandó como cien solicitudes de amistad a mucha gente que hacía lo mismo, cuentas falsas para divertirse, para escribir historias y aunque él no se animaba a participar, por lo menos interactuaba en las páginas de las cosas que de verdad le gustaban. Una vez le dio like a una imagen muy hermosa entre dos hombres, un dibujo perfecto de dos hombres, personajes de una de sus series de televisión favoritas; cuando en la noche su padre llegó a su casa revisó su cuarto de arriba abajo, buscando alguna perversión que su hermano pudiera haberle dejado.
Pero en la otra cuenta podía dar todos los likes que quisiera y había personas que le hablaban gracias a eso, aunque fue una en especial la que hizo que todo cambiara. Había sido en una página de fans las películas de Thor y Avengers, le gustaba mucho ver esas películas y no entendía del todo la fascinación que le causaban. Hasta que comenzó a hablar con él.
Su cuenta sólo se identificaba como MH y no había nada en ella, ni fotografías ni algún tipo de información que pudiera identificarlo, lo cual no era sorprendente. Todos sus contactos eran cuentas de rol, lo cual tampoco le sorprendía, su cuenta era exactamente igual. Sólo que él se sentía mucho más real que la mayoría de sus amigos.
La única pregunta que le hizo a Greg fue "eres chico o chica". Se rió, aquello parecía muy importante y era una de las pocas cosas que la chica Castiel le explicó, la mayoría eran chicas y que eso era absolutamente normal, que de hecho, el que fuera un chico de verdad lo haría muy popular. Al principio no supo si debía responder la pregunta, pero el siguiente mensaje decía "eres un chico, lo sé por tu manera de escribir". Y eso fue todo, lo primero que hacía al despertarse era mandarle un mensaje y esperar a que lo respondiera.
Su madre sonreía, le decía que le agradaba verlo ilusionado con una chica. Greg simplemente le daba un beso, no tenía ningún caso, era cuestión de meses que se fuera de su casa. Había hablado con su hermano desde su cuenta falsa, le había pedido que lo dejara vivir con él y había estado de acuerdo. Su departamento era pequeñísimo y Greg tendría que dormir en el sofá, pero no le importaba, era lo menos importante.
Su hermano había insistido en que debía ir a la universidad y con sus calificaciones consiguió media beca en la University of the Highlands and Islands para estudiar una carrera nada tradicional pero que fue del total interés de Greg en cuanto recibió los folletos que su hermano le envió por correo electrónico. Sería entrenador, haría carrera en los deportes a nivel profesional y nada lo podría detener. Su padre por el contrario quería que estudiar leyes, lo cual no le hacía ninguna gracia.
Así que ahí estaba, esperando huir de su vida y empezar de cero y al mismo tiempo, en lo más cercano a una relación que había tenido en su vida. Él era una persona que sólo conocía a través de mensajes, una persona que lo hacía sonreír todo los días y que era el único que sabía lo que le pasaba. Porque le contaba todo, las cosas horribles que su hermano había pasado gracias a sus padres y que dejaría a su familia en cuanto la escuela terminara.
Fue en vista de que pronto se iría que una duda nació de repente, una que no lo dejaba sentirse tranquilo. Abrió la aplicación del Messenger de Facebook en su celular y vio que él estaba en línea, escribió un mensaje y dudó en mandarlo, pero sus dedos lo traicionaron y para cuando lo pensó dos veces, ya lo había hecho.
Draco Malfoy: Buenos días amor (Greg sonrió, un día le dijo así y desde esa vez se saludaban de esa manera, él siempre le respondía con las mismas palabras) sé que nunca pregunto estás cosas, pero esta vez de verdad quisiera saber algo de ti. ¿Dónde vives?
MH: Buenos días amor (cada que Greg leía esto sentía que su corazón latía con más fuerza) sabes que puedes preguntarme lo que sea, sólo que decides no hacerlo. La respuesta es Londres.
Draco Malfoy: Londres!
Saltó, literalmente, casi deja caer su celular, cuáles eran las posibilidades, aunque tenía que confesar que algunas veces los sospechaba, sin embargo, ahora lo sabía y eso era increíble.
MH: Si, Londres. Ahora me dirás que tu de igual manera vives en Londres, ¿verdad?
Draco Malfoy: Sí… eso te molesta?
Fue la primera vez que sintió que tal vez había sido mala idea preguntar algo así, tal vez no le interesaba conocerlo, tal vez no era adecuado, tal vez…
Había tantas posibilidades para esos tal vez que se comenzaba a marear.
MH: Por supuesto que no.
Greg respiró un poco más tranquilo, aunque el siguiente mensaje no tardó en llegar. Eran casi las siete de la mañana y debía apurarse para ir a la escuela, sin embargo lo vio, porque siempre lo hacía, siempre era más importante cualquier cosa que él le dijera.
MH: Aunque si tu siguiente pregunta es sobre a qué escuela acudo o si podemos vernos, temo que la respuesta no será positiva. Lo siento, no quiero que pienses que no me interesas y podemos seguir hablando de esta manera todo lo que quieras y me puedes preguntar lo que sea y te responderé, pero no algo que haga que me puedas identificar.
Draco Malfoy: Entiendo.
Aquel fue el último mensaje que le envío por tres días. Inaudito, llevaba meses platicando con él de sol a sol y ahora nada por tres días. De igual manera no había ninguna actividad en su cuenta y qué le quedaba más que esperar. Sin embargo, los niveles de frustración se volvieron intolerables y un día al salir de la escuela, aventó su mochila para estrellarla con un árbol, acción totalmente idiota e inútil.
-¡Lestrade!
Greg hubiera querido ignorarlo, pero ahí estaba el que se consideraba su mejor amigo, Michael Dimmock, una de las pocas personas que en realidad le agradaba. Recogió su mochila y dio media vuelta, esperando encontrar una expresión de burla en el rostro del otro chico, a cambio, encontró una de genuina preocupación.
-¿Estás bien?
Esa simple pregunta hizo que ambos se trasladaran a la única cafetería temática de los alrededores donde la dueña, atendía vestida como Bilbo Baggins. La clientela no era excesiva y el ambiente era muy tranquilo, por lo que cuando acabó contándole todo a Dimmock, lo hizo con la total seguridad de que nadie los estaba escuchando.
-Seguro me vas a considerar desde ahora un idiota –dijo y lo creía, eso de andar haciendo cuentas falsas de Facebook y hacerte pasar por un personaje y luego entablar una relación de meses con alguien de quien no sabes nada, seguro era idiota.
-Claro que no Lestrade, pero de verdad, debes aprender a hablar de tus problemas –le dijo su amigo antes de terminar su cuarto vaso grande de café.- Lo de tu hermano fue algo tremendo, deberías haber hablado con alguien, por ejemplo conmigo.
-Lo sé –respondió y clavó su mirada en la mesa, se sentía mal, porque conocía a Dimmock desde tres años antes y no le había dado la oportunidad de demostrarle su amistad, no había querido arriesgarse.
-Y ahora, sobre este chico misterioso, Martin Hill, creo que deberías insistir. Creo que deberías mandarle como mil mensajes exigiendo respuesta, digo, primero no le molesta que le preguntes cosas, pero luego al saber que vives en Londres, se cierra como ostra.
-¿Martin Hill? –pregunta Greg totalmente confundido, Dimmock lo único que hace es echarse a reír.
-Bueno, Milton Hurt, no sé, como sea, pero te aseguro que MH son sus iniciales. –Greg valoró sus palabras detenidamente, era probable que lo fuera, porque no era el personaje de ningún lado, de ninguna serie o libro, su foto de perfil era el avatar de cuando no pones ninguna foto y fuera de su inmensa participación en los grupos de discusión sobre series policíacas y sobre comics, su interacción era principalmente con él.
-Podrías tener razón.
-Oye, y sobre tu cuenta de rol ¿qué personaje eres? –la pregunta de Dimmock parecía lógica y después de todo, no tenía nada de malo haber escogido a uno de sus personajes favoritos de su saga favorita.
-Draco Malfoy –respondió como si no fuera nada del otro mundo.
-¿Me dejarías ver tu cuenta? –Greg no vio ningún problema en aquello y sacó su celular para conectarse al WiFi The Shire, servicio que ofrecía la cafetería. Dimmock lo tomó y comenzó a navegar en sus publicaciones. Fuera de los mensajes de MH, su interacción era sobretodo con una chica que roleaba a Harry Potter y ella le dejaba muchos posts en su muro que él respondía lo más pronto que podía.
-Son geniales, de verdad –dijo sin despegar la mirada de su celular- aunque no sabía que te gustara el Drarry.
-¿El qué? –preguntó un poco extrañado Greg.
-El Drarry, la relación entre Draco y Harry, porque los mensajes que le pones a Harry están a dos líneas de volverse otra cosa.
-¿Cómo? –Greg le arrebató su celular y se puso a leer los mensajes con calma, interpretando sus respuestas de otra manera y era posible que fueran no tan inocentes como había creído.- Demonios.
La risa de Dimmock se escuchó por todo el lugar y le costó minutos lograr tranquilizarse.
Draco Malfoy: Hola, el castigo ha sido demasiado, sé que no debí preguntar, pero me hacía un poco de falsas ilusiones, tal vez vivieras en Inverness.
Mandó el mensaje, como siempre, al despertar y continuo haciendo sus cosas como normalmente las haría, aunque a decir verdad no era un día normal, ninguno de los días previos lo habían sido. Su escuela parecía estar en efervescencia. Habían terminado todas sus evaluaciones y antes de recibir los resultados, se llevaría a cabo su baile de graduación, al que no tenía ninguna intención de acudir. Su madre había insistido y quería que invitara a su novia, a la chica con la que intercambiaba mensajes y no dejó de insistir hasta que le dijo que ella no iba en su misma escuela.
Su madre quiso saber a que escuela iba ella, fue un momento muy extraño, porque dijo lo primero que se le ocurrió y al encontrarse a punto de entrar al Tate Modern, museo que su madre adoraba, el nombre que apareció en sus labios fue el de la escuela City of London.
-Vaya –dijo ella- debe ser de una buena familia, dime que también sabe tocar el violín o canta como un ángel y querré conocerla de inmediato.
Greg sonrió, su madre de inmediato asumió que iba a la escuela para mujeres y no en la escuela para hombres que estaba justamente enfrente, pero del otro lado del Támesis. Se había librado de esa, por lo menos por ahora. El gusto no le duró demasiado, para cuando salieron del museo, después de dos horas de dar vueltas por dentro, su madre estaba lista para la siguiente pregunta lógica.
-Entonces, ¿por qué no vas tu a su baile? –dijo ella muy casualmente- Escuche que los chicos y las chicas de ambas escuelas se juntan para esas ocasiones.
-No sé si eso le agradaría –respondió con sinceridad. No imaginaba que si hubiera la posibilidad, le pudiera pedir a MH que fuera a un baile con él, después de todo lo que habían hablado suponía que el también iría a la universidad, pero aún así, no sería capaz de sugerir algo así cuando el sólo hecho de vivir en la misma ciudad había causado su alejamiento.
MH: Así que en cosa de semanas te irás, a Inverness, hecho que me has repetido una y otra vez y justo ahora, que tu partida es más que inminente, es cuando decides que tal vez vivamos en la misma ciudad.
Cuando finalmente su celular vibró y pudo leer ese mensaje entendió. Estaba a punto de salir de su realidad, se iría a otra ciudad y no había nada que pudiera hacerse.
Draco Malfoy: De verdad lo siento, jamás imaginé que te pudiera interesar algo así como conocerme.
La respuesta a ese mensaje tardó más de doce horas. Estaba con Dimmock sentado en la biblioteca, dejando pasar el tiempo para esperar a recibir una calificación de matemáticas, una que de verdad le preocupaba.
MH: Quise conocerte desde la primera conversación que tuvimos, sin embargo es algo difícil de concretar. En persona no te interesaría en lo más mínimo.
Volvió a meter su celular a su bolsillo, no sabía ni como responder a eso, ¿cómo no le iba a interesar la persona más maravillosa del mundo? Esa que le podía decir amor y que tenía tantas ganas de abrazar. Dimmock dudó antes de hablar pero al verlo desanimado trató de llevar una conversación ligera.
-¿Nada de baile de graduación para ti? –dijo y Greg suspiró- Es hoy ¿sabes?
-Y el lunes recibimos el resto de calificaciones –respondió porque de verdad no tenía ganas de que alguien más hablara de lo mismo.
-Tengo una prima en una escuela de esas muy caras, me dijo que sería genial que me colara a la fiesta, que todos sus compañeros de la escuela para "niños", ella le dice así, son muy aburridos.
Greg de repente se interesó en aquello, parecía una terrible idea, meterse a un baile con desconocidos, sin embargo era más entretenido que estar toda la noche en su casa con su madre sometiéndolo a interrogatorio.
-¿La City of London de pura casualidad? –dijo y los ojos de su amigo se abrieron como platos.
-¿Cómo supiste?
-Una simple coincidencia.
Draco Malfoy: Como sea que tú quieras yo querré, si es sólo a través de mensajes entonces así será, pero me habría encantado poderte ver a los ojos y abrazarte aunque fuera una sola vez.
Se habían metido sin ningún problema en el edificio de ladrillos rojos que era perfectamente obvio al mirarlo en la orilla del río. La música los guió sin ningún problema y en cosa de nada la prima de Dimmock, Amanda, los estaba recibiendo con los brazos abiertos.
-Hey Michael, trajiste amigos –le dijo y sonrió complacida, eran en total seis chicos que fueron acaparados por ella en cuestión de segundos y al dejarlos entrar al gimnasio, sus amigas escogieron uno para cada una de ellas. Greg se quedó de lado, esperando que ninguna de las chicas le hiciera mucho caso y se coló detrás de la mesa del buffet, eligiendo algo que comer.
-Oye, mi prima dice que si quieres te presenta algunos chicos –Dimmock estaba a su lado, poniendo en su plato tantos bocadillos de salmón como era físicamente posible.
-No es necesario, tal vez si alguna de sus amigas quiere bailar, será suficiente –respondió. La verdad es que la posibilidad de conocer a algún chico lo asustaba un poco, si le dijeran que ese chico era MH otra cosa habría sido, pero uno cualquiera, no le interesaba del todo.
-¿Te da lo mismo si es una chica? –preguntó su amigo con sincera curiosidad.
-Es sólo para bailar Dimmock.
Los chicos terminaron de comer y bailaron con las dos primeras chicas lindas que vieron, la pista estaba atascada y un grupo que tocaba covers preparaba la noche para que a las diez subiera al escenario los American Authors. De hecho había sido la manera en que Dimmock lo había convencido finalmente, y Greg era un terrible fan del grupo y un concierto gratis no se rechazaba pero por nada del mundo.
Se había cansado de bailar y eran casi las diez de la noche, salió corriendo a usar el baño y justo cuando regresaba se dio cuenta de que en una de las esquinas del gimnasio estaba sentado, sin prestar mucha atención a nada, un chico pelirrojo que parecía de lo más incómodo. Se sentaba muy derecho, su traje negro en perfectas condiciones y lo único que rompía la estampa era que tenía su celular en las manos y de vez en vez lo desbloqueaba y lo miraba por un rato, para volver a bloquearlo e ignorarlo.
¿Y si fuera él?
Greg se rió de su propia ilusión, el que vivieran en Londres no significaba nada, la ciudad era inmensa y eso sin contar las mil posibilidades sobre escuelas, no iba a venir a meterse a la suya por pura casualidad. Su celular vibró justo antes de llegar a la mesa de la prima de Dimmock y cuando lo sacó y vio que era un mensaje de él, lo abrió de inmediato.
MH: Seguramente no me dedicarías tu atención si es que me vieras en persona.
-¡Ay por favor! –dijo de inmediato y se metió el celular al bolsillo del saco. La verdad es que para sólo haber tenido unas horas, su madre le había ayudado a encontrar uno que le sentaba muy bien. Aun así no se acostumbraba a verse en un atuendo tan formal y en parte quería que terminara la noche, por eso cuando anunciaron que el grupo iniciaría su pequeño recital, como ellos lo llamaron, de inmediato corrió lo más cerca que pudo y escuchó las canciones que se sabía de memoria y cantó a todo pulmón cada una de las letras.
Fue cuando notó que a su izquierda estaba el chico de traje elegante y de cabello rojo, estaba moviendo la boca con las canciones y parecía tan perdido como él con la presentación del grupo. Después de diez canciones, a casi una hora de haber iniciado, el concierto terminó y el grupo se retiró, dejando que los chicos que tocaban los covers regresaran para que todos volvieran a bailar en la pista.
Pero a Greg no le interesaba volver a bailar, le interesaba el chico que con sólo ver dos veces, captaba su atención y despertaba su curiosidad. Y más por el simple hecho de que si pudiera pedir que MH se viera de cierta manera, hubiera querido que ser viera así. Era un poco más alto que él, tenía un porte extremadamente atrayente, se paraba, se movía, hacía cualquier cosa como si fuera un integrante de la familia real. Además su piel blanca hacía que sus ojos azules brillaran con una intensidad perfecta.
Greg se mordió el labio pensando en él, por lo que lo siguió fuera del gimnasio, parecía estarse yendo, lo cual era una gran tristeza. Lo vio sacar su celular y sus dedos elegantes se posaron en la pantalla, parecía estar escribiendo un mensaje. Estuvo a punto de gritar cuando su celular vibró y al tomarlo en su mano la notó temblorosa, es que no lo podía creer, ¿acaso significaba lo que estaba creyendo?
MH: Acabo de salir de mi baile de graduación, sólo una cosa valió la pena esta noche.
Sintió que se le cortaba la respiración, que todo le daba vueltas, aquello era increíble pero cierto, tan improbable que sucediera que ahora no sabía qué hacer.
Draco Malfoy: ¿Acaso eso que valió la pena fueron los American Authors?
El tono de un mensaje sonó en el corredor, el chico de pelo rojo estaba casi al final, a punto de empujar la puerta para salir de la escuela, pero se detuvo para sacar su celular y leer el mensaje. Sus dedos de inmediato escribieron la respuesta y Greg vio su celular iluminarse al instante.
MH: ¿Cómo supiste?
-¡Eres tú! ¡De verdad eres tú!
El chico volteó y estaba demasiado lejos para ver su rostro, pero sentía que estaba en estado de shock, creyó ver sus manos temblar y que se recargaba en la puerta para mantenerse en pie.
Pero tal vez en el más puro estilo de los cuentos de princesas, sin decir absolutamente nada y como si las campanadas estuvieran sonando marcando la media noche, el chico se escabulló fuera de su alcance y aunque Greg corrió detrás de él, cuando salió no pudo ver a nadie, todo estaba perfectamente quieto en las afueras de la escuela y la hermosa iluminación del Tate Modern no era suficiente para que pudiera ver en la oscuridad.
Era él y lo había perdido.
Aunque decir que lo había perdido era darse por vencido y no lo haría, aunque dentro de diez días su hermano iría a recogerlo para llevarlo a Inverness, a su nueva vida, para empezar de cero, como había deseado todo esos años.
Gracias por leer y por ahora puedo prometer un two-shot, depende de lo que mi mente loca imagine podría extenderlo, pero no estoy segura.
Vnik Lord, espero que te guste, espero que sea un poco lo que habías pensando, aunque claro que no era exactamente lo que pediste, la verdad es que la idea me eludió bastante y acabo siendo esto. Espero tu comentario, muero de nervios.
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