DISCLAIMER: No soy dueño de Naruto, el personaje y universo son propiedad de Masashi Kishimoto. Tampoco soy el autor original de este fanfic, esta es una traducción al español de la historia "Two Wives and Lots of Lovers" HECHA CON EL PERMISO del autor original EvilFuzzy9. Puedes encontrar un link que te lleva a la versión original en inglés en mi perfil.

ADVERTENCIA GENERAL: Esta es una historia erótica por lo que el enfoque siempre estará en la lujuria y los lemons más que en el romance. Claro, el fanfic tiene romance en el sentido de que el protagonista forma lazos y relaciones con las mujeres que conquista, pero si lo que esperas es una historia harem donde un Naruto perfecto y sin fallas se casa con veinte o más mujeres que viven bajo el mismo techo y están felices de compartirlo entonces esta historia no es para ti. Ahora bien, que si lo que buscas es una gran historia con una trama adictiva y VARIOS lemons en cada capitulo protagonizada por un Naruto atractivo, carismático, con gran habilidad como amante, que seduce y conserva a incontables mujeres como sus amantes pero que al final del día tiene defectos como cualquier ser humano, estás en el lugar correcto.

Esta historia se desarrolla en un UNIVERSO ALTERNO basado en el mundo real por lo que es inevitable que algunos personajes tengan diferentes características, actitudes y motivaciones que en el canon (Ejemplo: en esta historia Sasuke Uchiha es una mujer llamada Satsuki Uchiha; como consecuencia una Sakura heterosexual nunca se enamora ni se casa con ella), especialmente Naruto; en esta historia es un poco más oscuro, un poco más patán, algo adicto al sexo, mucho más dominante a la hora de relacionarse con mujeres y propenso a tomar actitudes y decisiones que se pueden considerar inmorales. Esto último es especialmente importante pues la infidelidad es un tema principal de la historia: si un personaje masculino que no sea nuestro protagonista hace aparición o es mencionado en esta historia, probablemente sea porque Naruto está a punto de seducir y tener sexo con su mejor amiga, novia, prometida, esposa, madre, hija... bueno ya se dieron una idea.

Bueno, basta de parloteo, ¡y que empiece la diversión!


Dos esposas no son suficientes

Capítulo 1: Las esposas y la colegiala

Mujeres: Hinata Uzumaki-Hyūga, Ino Yamanaka (lemon), Sakura Uzumaki-Haruno (lemon)


Se despertó con el sol en sus ojos, lo cual lo desconcertó por un momento pues no era normal que el astro brillara de tal manera, no a esta hora de la mañana.

Naruto Uzumaki parpadeó somnoliento. la desorientación provocada por despertar tras una noche de sueño profundo disipándose de su mente más rápido de lo normal. Levantándose a regañadientes, volvió la cabeza y miró el despertador.

Oh, mierda.

El reloj digital mostraba un mensaje de error, un brillante 12:00 rojo parpadeando ante sus ojos; su esposa le había mencionado que el aparato necesitaba un reemplazo de baterías y era obvio que el Uzumaki había olvidado reiniciarlo después de realizar el cambio la noche anterior.

El rubio estiró su mano hacia la mesita de noche, buscó a tientas su teléfono celular y, una vez lo tuvo en sus manos, dio una corta pulsación en el botón de encendido para iluminar la pantalla y poder checar la hora.

7:32 AM

"¡Mierda!" maldijo Naruto. "Debería haber despertado hace una hora"

Volvió la cabeza una vez más para ver a la mujer recostada a su lado; lo primero que notó fue su cabello azul oscuro, largo hasta la cintura durante su noviazgo y los primeros años de matrimonio, ahora corto a la altura de los hombros para mayor comodidad, pero lo que en verdad llamó la atención del hombre era la manera en que las cobijas cubrían y delineaban las deliciosas curvas que formaban el cuerpo suave, maduro y voluptuoso de su esposa.

Hinata Uzumaki despertó al mismo tiempo que su marido empezó a quitarse las cobijas de encima para poder sentarse en la cama. La atractiva mujer parpadeó, sintiendo el sol en sus bellos ojos color lavanda.

"¿Ah…?" dijo ella, todavía algo adormecida. "¿Qué hora es?"

"Tarde", respondió Naruto. "Voy a llegar tarde al trabajo."

Hinata miró el reloj e inmediatamente su voz se llenó de comprensión.

"Oh, querido."

"Lo sé"

Naruto abandonó la cama, y empezó a buscar su vestimenta del día. Ya no tenía tiempo para ducharse así que tendría que conformarse con cepillarse los dientes y ponerse un poco de desodorante. Si se apresuraba tal vez podría alcanzar a desayunar algo.

Corrió al baño e hizo lo que pudo para verse presentable: se enjuagó la cara, se cepilló los dientes y se roció un poco de colonia. No había tiempo para afeitarse, pero su vello facial era lo suficientemente claro como para que no se notara a menos que alguien se acercara demasiado. Acto seguido, se puso su traje de negocios. Finalmente, cogió su portafolio al mismo tiempo que terminaba de acomodarse la corbata y se dirigió a la cocina.

Su esposa ya se encontraba ahí, todavía vistiendo su bata de noche, en sus manos un par de rebanadas de pan tostado con mantequilla que servirían de desayuno exprés para su marido. Naruto tomó estas últimas, besó a su mujer y se despidió de su hijo Boruto y su pequeña Himawari, a quienes Hinata había despertado y preparado en tiempo récord para esperar la llegada del autobús escolar.

"Adiós, querida. Adiós, niños".

La puerta se cerró detrás de él antes de que pudiera oír a su familia devolverle la despedida.

Habría demasiado tráfico a esta hora como para darse el lujo de hacer el trayecto a su oficina en automóvil así que, sin dudarlo por un momento, Naruto decidió tomar el tren; si corría a la estación, alcanzaría la salida de las 8:30 y llegaría al trabajo a las 9:00.

Perfecto. Si se apresuraba, podría lograrlo.

/-/

Apenas lo logró. El tren estaba atestado, lleno de personas ansiosas por llegar a sus respectivos destinos. Naruto tuvo que abrirse paso entre estudiantes y oficinistas como él, metiéndose en la caja de metal que era su boleto para llegar al trabajo a tiempo. Pudo encontrar un lugar en el lado opuesto de la entrada al vagón del tren, cerca de otra puerta.

El Uzumaki fue arrastrado a través de la multitud de cuerpos, codos y hombros enterrándose en su cuerpo mientras sus dueños se balanceaban de un lado a otro. Encontró un lugar libre en un pasamanos colocado encima de él y se agarró con firmeza un momento antes de que el tren se pusiera en marcha. Su cuerpo se inclinó hacia la parte trasera del tren, sacudiéndose con la aceleración inicial del transporte. Entonces alguien detrás de él tropezó, chocó con su cuerpo y, en un efecto de dominó, hizo que el rubio a su vez se dirigiera hacia la persona delante de él.

Naruto se sacudió por el impacto, soltando brevemente el pasamanos, y chocó con una chica vestida de colegiala con cabello rubio recogido en una cola de caballo. El cuerpo del Uzumaki se pegó al de la joven de una manera no muy decente

Se sintió muy bien.

La muchacha era delgada, pero con curvas en todos los lugares correctos, y su trasero se sentía suave y firme. Naruto se sonrojó y trató de apartarse un poco al darse cuenta de que su ingle había chocado contra el culo de la estudiante, pero al final solo pudo alejarse un par de centímetros de ella; miró brevemente lo corta que era la falda de la adolescente y se preguntó cuándo exactamente los uniformes de colegiala se habían vuelto tan sexis.

La chica, que se había sobresaltado y soltado un pequeño grito en el momento del impacto, se volvió para mirar al desafortunado hombre; su rostro estaba lívido, sus ojos echaban chispas y sus fosas nasales se dilataban por el enojo. Naruto tragó saliva, pues era más que obvio que la colegiala estaba a punto de darle una buena reprimenda.

"Lo siento", dijo ella mordazmente. "Sí, estoy seguro de que lo sientes, viejo perver—"

Pero entonces la joven detuvo su regaño y parpadeó, observándolo detenidamente.

Naruto notó el tipo de mirada que la muchacha le lanzaba, y sintió una punzada de satisfacción al notar un leve enrojecimiento en las mejillas de la estudiante; ella miró fijamente su atractivo rostro y, acto seguido, devoró con sus ojos el cuerpo fornido y musculoso del rubio, una complexión fuerte que parecía haber sido esculpida a mano cuidadosamente, pues incluso con el traje puesto era evidente que el Uzumaki se mantenía en muy buena forma.

Era evidente que Ino Yamanaka, alumna actualmente cursando el segundo año de preparatoria, sintió una atracción inmediata por Naruto Uzumaki, oficinista, esposo y padre de familia a punto de cumplir los treinta años de edad pero que aún se conservaba en óptima condición física.

El hombre mayor le sonrió, tratando de proyectar una actitud amable y apologética.

"¿Estás bien? No te lastime, ¿verdad?"

Las mejillas de la adolescente aún seguían rosadas, y sus ojos—de un azul claro y llamativo—volvieron a clavarse en el rostro de Naruto. Entonces, de la nada, la expresión de la rubia se volvió traviesa y aquellos fascinantes ojos cristalinos centellearon maliciosamente. Ino arqueó una ceja y sonrió, antes de volverse una vez más, dándole la espalda al Uzumaki.

"Tal vez si me lastimo, señor," dijo ella en voz baja. "Pero tal vez me gustó~❤"

Fue entonces que la chica retrocedió, arqueando la espalda para levantar un poco más el trasero, y recortó totalmente la distancia entre sus cuerpos que una vez más chocaron el uno contra otro, solo que en esta ocasión el acto fue cien por ciento intencional; el culo de la colegiala golpeó la entrepierna del rubio y Naruto casi podía imaginar la sonrisita arrogante en el rostro de la joven mientras esta movía las caderas, recargándose cada vez más en él.

Naruto se puso rígido, y los ojos azules del hombre rápidamente escanearon sus alrededores, buscando cualquier indicio de que otro pasajero pudiera notar lo que estaba sucediendo. No encontró nada y nadie parecía estar consciente de las interacciones de la pareja.

Dejo escapar un suspiro de alivio...

...que la muchacha de inmediato se encargó de interrumpir al volver a sacudir sus caderas, frotando su trasero contra el cuerpo del hombre casado, y provocando que la prodigiosa erección de este último quedara atrapada entre sus nalgas cubiertas por la falda. La estudiante ronroneo en voz baja, gimiendo y restregando su culo de manera cada vez más brusca. Por su parte Naruto estaba en el cielo pues los glúteos de la adolescente eran suaves y firmes al mismo tiempo, la mezcla perfecta entre carne regordeta y musculo sólido.

La rubia le lanzó una mirada picara por encima del hombro.

"¿Qué estás haciendo?" Naruto susurró, su voz lo suficientemente baja como para que Ino lo escuchara sin llamar la atención de la gente que los rodeaba. Su rostro estaba rojo y reflejaba profundamente el conflicto en el que él se encontraba. ¡Y como no estar preocupado! En esta sociedad actual tan políticamente correcta si alguien se daba cuenta de lo que estaba ocurriendo lo más probable era que él, el hombre adulto, fuera tachado de pervertido aún si la chiquilla lujuriosa fuera la que dio inicio el acto público inmoral.

"No sé de qué está hablando, señor~❤" Ino mintió, murmurando suavemente mientras continuaba agitando las caderas, frotándose de arriba hacia abajo sobre el enorme bulto en el pantalón del Uzumaki, la erección palpitante moviéndose rápidamente entre las nalgas de la rubia quien no pudo evitar soltar unos cuantos suspiros de satisfacción. "Pero no es algo cotidiano que una chica sexy como yo sea manoseada por un semental como usted~❤, por lo general los pervertidos suelen ser viejos decrépitos o perdedores fuera de forma que no podrían seducir a una chica ni aunque su vida dependiera de ello."

La cara de Naruto enrojeció más al oír las palabras de la colegiala pues una parte de él quería protestar ante ese comentario que lo tachaba de pervertido (el choque inicial de sus cuerpos había sido un simple accidente después de todo), la otra parte estaba absorta en el movimiento de las caderas de la estudiante y la sensación de sus glúteos haciendo un emparedado con su verga. Sinceramente el rubio se la estaba pasando increíble; apenas y podía recordar la última vez que había tenido una experiencia como esta.

El Uzumaki no era viejo; a sus casi treinta años de edad estaba en su mejor momento, y se mantenía fuerte y viril, pero ya se encontraba en ese punto de la vida en el que un hombre comienza a darse cuenta de que ya no puede considerarse realmente joven. Para él ya había terminado esa etapa mágica del desarrollo masculino en la que uno podía dormir tan solo un par de horas y aun así tener la energía suficiente para aguantar el vaivén de la vida cotidiana o en la que uno podía devorar toda la comida chatarra que quisiera sin preocuparse por sentirse enfermo al día siguiente. El padre de familia ya estaba consciente de los dolores y molestias que en un adolescente eran inexistentes. Reitero, Naruto no era ningún vejete acabado, pero aun así añoraba esa energía y empuje de sus años de estudiante. Eso sí, si algo conservaba de esa época dorada era su libido y lujuria legendarias, incluso si estos rasgos solían traicionarlo y meterlo en situaciones como en la que se encontraba actualmente.

Naruto volvió a examinar sus alrededores para asegurarse de que la gente siguiera ignorante de su pequeña aventura. Vio a algunas personas con sus narices en revistas y periódicos, incluso a un par con libros, aunque la mayoría tenía sus caras pegadas a las pantallas de sus teléfonos celulares o sistemas portátiles de videojuego. El resto miraba el paisaje a través de las ventanas más cercanas. Nadie les estaba prestando ni un poco de atención, nadie miraba hacia la dirección de la pareja y sus movimientos indecentes.

El rubio se sintió envalentonado por este hecho. La adolescente seguía restregándose contra él, provocándolo descaradamente con su culo sexy y apretado, sonriéndole por encima del hombro y apartando tímidamente el cabello de su rostro. Mierda, la rubia en verdad que era hermosa y sentir su cuerpo femenino contra el suyo era una delicia. La decisión estaba tomada y las manos de Naruto se movieron antes de que su cerebro terminara de dar la orden: no iba a permitir que esta zorrita lo siguiera incitando y excitando mientras el permanecía inmóvil. Je, si la chica suponía que podía actuar como una perra en celo ante un hombre casado y sexualmente activo como él y que este no tendría el valor de darle una cucharada de su propia medicina, entonces era una tonta.

Pero el Uzumaki estaba bastante seguro de que la colegiala no era estúpida y sabía exactamente lo que estaba haciendo y las emociones que estaba despertando en él. Así que Naruto respiró hondo, puso una mano en la cintura de la joven y comenzó a mover y restregar su pelvis al mismo ritmo que el de las femeninas caderas. Acto seguido, el rubio enterró su erección en la hendidura entre las nalgas de la muchacha, posicionando su verga como una salchicha entre los bollos de un perro caliente, y empezó a frotarse sensualmente contra ella, el hombre liberando un gruñido por el placer que inmediatamente empezó a recorrer su cuerpo.

Levantó la mano que le quedó libre y agarró una de las tetas de la estudiante por encima de su blusa y la apretó con fuerza, masajeando el modesto montículo de carne con la palma de su mano. Naruto imaginó cómo se sentiría la piel de ese pecho si estuviera desnudo y trató de visualizar los pezones tiernos y sensibles de la adolescente, sin duda ya erectos gracias a los toques y pellizcos que el hombre le estaba administrando. Sus acciones causaron que Ino gimiera y soltara aire entre los dientes; parecía que a la rubia no le molestaba ni un poco la manera en que el Uzumaki la estaba tratando, todo lo contrario, era indudable que lo estaba disfrutando y se notaba que estaba agradecida de que el rubio por fin estuviera tomando la iniciativa.

Claramente era lo que ella había deseado desde un principio.

Los gruñidos de Naruto eran cada vez más profundos y roncos mientras seguía trabajando los senos de la chica con sus dedos. Cerró los ojos y se imaginó sosteniendo a la colegiala totalmente desnuda contra su cuerpo, totalmente solos y listos para hacer el amor. La frustración de haberse levantado tarde y tener que apresurarse para llegar al trabajo lo había dejado cachondo, lo había puesto caliente y deseoso de explotar, pues de haberse despertado temprano hubiera tenido tiempo de follarse a su bella esposa antes de irse a trabajar. El no haber tenido la oportunidad de hacerlo lo había decepcionado profundamente, pero la presencia de esta zorrita rubia y sensual que le coqueteaba y se le restregaba tan cínicamente le dio una oportunidad de saciar su lujuria.

"Esta chiquilla inició todo esto," Naruto dijo para sus adentros, tratando de calmar a su consciencia y cualquier sentimiento de culpa que sus acciones pudieran producirle. "Esta perrita estaba pidiendo ser manoseada a gritos."

El rubio movió sus caderas más rápido, acariciando el muslo de la joven con una mano que discretamente se introducía a su falda. Ella tembló, derritiéndose en sus brazos, y le lanzo una sonrisa descarada mientras contoneaba las caderas, sepultando el miembro del hombre cada vez más entre sus glúteos. De arriba a abajo, de lado a lado, Naruto embestía su entrepierna contra la joven, haciendo uso de años de experiencia acumulada gracias a una vida sexual plena y constante, sus manos alternando entre caricias y pellizcos de manera agresiva al mismo tiempo que exhalaba, su aliento cálido cosquilleando el cuello de su presa, e inhalaba, disfrutando de la dulce fragancia que emanaba de ella, un aroma floral producto del shampoo que la muchacha usaba cotidianamente para cuidar su rubia melena.

Los movimientos del hombre se aceleraron y su respiración se hizo más profunda. al sentir el cuerpo sinuoso de su compañera de juego retorciéndose agradablemente contra él, y sintió su trasero saltarín golpearse cada vez más fuerte contra su ingle, sus ropas sirviendo como la única barrera entre sus cuerpos.

Naruto presionó la cara de Ino contra el cristal de la ventana cuando el tren comenzó a disminuir la velocidad. Él aplastó sus mejillas sonrojadas y su boca sonriente contra el vidrio, dejando que su aliento empañara la ventana. Vio el reflejo de sus ojos poniéndose en blanco en el cristal, hecho que hizo que casi no se diera cuenta de cómo estaban a punto de llegar a la siguiente estación. El vidrio ya estaba completamente opaco con la respiración de la muchacha cuando el tren por fin se detuvo, rieles rechinando y frenos chirriando.

Naruto gruño, estremeciéndose, y se corrió, semen estallando dentro de sus pantalones. La sensación húmeda en su entrepierna era incómoda, pero en ese momento eso era lo último que le importaba. ¿Quién en su sano juicio preferiría preocuparse en lavar y secar los boxers, en enjuagar y limpiar la leche que empapaba sus partes íntimas, en lugar de disfrutar las últimas sensaciones de gozo que recorrían su cuerpo tras semejante orgasmo antes que estas se desvanecieran por completo? La idea de lo incomodo que sería trabajar con el desastre en sus pantalones no cruzó su mente ni por un momento; en el peor de los casos, si el asunto en verdad se tornaba molesto, bastaría con una rápida visita a un baño público donde se desharía de la ropa interior.

Todo lo que le importaba en este momento era el placer que sentía. Daba gracias a cualquier poder superior dispuesto a escucharlo por haberle dado la oportunidad de saciar sus necesidades sexuales, por haberle permitido sentir y acariciar a esta joven y guapa mujer, esta estudiante traviesa que le había sonreído y se le había insinuado en cuento se dio cuenta de lo atractivo que era. Naruto estaba jadeando, y gimió un poco débilmente, apoyándose un poco en la adolescente, sus manos lentamente abandonando su cuerpo femenino.

Estaba a punto de darle las gracias, pero de repente ella se dio la vuelta, se puso de puntillas y, con una sonrisa lujuriosa y un brillo en sus ojos, estiró el cuello para plantar un beso juguetón en la boca del Uzumaki. Sus labios se encontraron de manera presurosa, húmeda y suave.

Luego la rubia se escabulló y salió por la puerta, abandonándolo antes de que él pudiera decir una palabra. Naruto se le quedó mirando un poco estupefacto, viendo cómo se alejaba poco a poco, regalándole un último contoneo de sus caderas y su magnífico trasero, hasta que desapareció en un mar de personas.

El rubio se preguntó si alguna vez la volvería a ver. Con una punzada de algo como arrepentimiento, se dio cuenta de que ni siquiera le había preguntado su nombre.

Luego sintió un tipo diferente de arrepentimiento al pensar en lo que había sucedido.

No pudo evitar hacer una mueca.

Maldición, se había dejado llevar por el momento, había dejado que una muchachilla descarada lo enredara con su ritmo seductor y una vez más había permitido que lo que colgaba entre sus piernas tomara las decisiones en lugar de su cerebro. ¿No había jurado que mejoraría en ese aspecto? ¿No se había prometido a sí mismo ser una mejor persona, un mejor esposo, cuando se trataba de este tipo de cosas? Pero no había mejorado ni una jota y se había dejado hechizar una vez más por un cuerpo atractivo y una cara bonita.

No podía seguir cayendo en este tipo de situaciones. Lo mejor sería si nunca volviera a encontrarse con esa chica. Eso fue lo que le dijeron su consciencia y su corazón. Claro, su polla decía otra cosa. Je, a veces el Uzumaki realmente creía que su miembro tenía mente propia y que todo lo que le importaba era conseguir un coño húmedo donde enterrarse cada vez que podía.

Parecía ser que nunca podría controlar sus impulsos por completo.

Reflexionó sobre estos pensamientos mientras el tren una vez más se puso en movimiento, las puertas cerrándose frente a él. Contempló sus acciones, preguntándose cuándo, si acaso, aprendería a ser mejor persona.

El tren avanzó.

/-/

Su jornada laboral había terminado. Pensamientos sobre esa chica en el tren lo habían estado acosando durante las largas horas de reuniones, firma de documentos y más reuniones, distrayéndolo todo el día. Pero, finalmente, acabó el trabajo.

Terminó de teclear un mensaje en su celular y pulsó enviar, antes de apagar el dispositivo.

Luego abrió la puerta de su casa y entró.

"Ya llegué, cariño," el oficinista gritó a manera de saludo.

Su verga estaba dura, y tenía demasiadas ganas de fornicar. Al diablo con esa mocosa del tren. ¿Quién la necesitaba cuando tenía una hermosa esposa esperándolo en casa?

"Hola, querido," Sakura Uzumaki lo saludó mientras entraba a la sala. La mujer era esbelta, con cabello rosado y tan corto como el de Hinata (mera coincidencia, pues ninguna mujer conocía la existencia de la otra) y ojos de un verde espectacular. La sala era diferente a la que Naruto había dejado esa mañana: una sala diferente, una casa diferente y una esposa diferente. "¿Cómo estuvo tu viaje de negocios?"

Naruto gruñó en respuesta, se acercó a ella y, sin decir una palabra, rodeó a Sakura con sus brazos y la atrajo hacia su pecho. Con otro gruñido ronco, aplastó sus labios contra los de ella, metiendo su lengua en su boca, besándola profunda y apasionadamente.

Movió las caderas, presionando su gran erección entre las piernas de la pelirrosa, quien sonrió, rompiendo el beso.

"Eres tan salvaje, amor~❤ Supongo que la cena puede esperar, ¿no?" dijo ella mientras colocaba una mano sobre el bulto del pantalón de su esposo.

Naruto, en un estado tan apasionado y lujurioso, prácticamente la cargó al dormitorio. La puerta se cerró detrás de ellos, y él apenas se detuvo para encender la luz antes de arrojarla a la cama. Con una facilidad practicada, se desabotonó el saco del traje y la camisa, se quitó los pantalones y en cuestión de segundos quedó desnudo ante su esposa.

Su erección hizo acto de presencia, larga y gruesa, roja y palpitante, con las venas sobresaliendo de manera masculina y la gorda punta ya lubricada con su excitación.

"Oooh~❤" ronroneó Sakura. Sus ojos brillaron mientras se quitaba el vestido. "Estás caliente esta noche, ¿eh? Supongo que te has sentido solo lejos de mí~❤ ".

"Sí, me he sentido solo," mintió Naruto, brevemente recordando su pequeña aventura en el tren. "Así que ahora me voy a saciar contigo. Después de todo, ¿no dijiste que querías intentar tener otro hijo?"

"Dije que no me importaría si termináramos teniendo otro hijo," respondió Sakura, sonriendo. Ella arqueó una ceja, quitándose el sostén y las bragas. "Pero tampoco me importaría si solo quieres follar toda la noche~❤"

Naruto se lamió los labios, mirando el cuerpo desnudo de su esposa. Era más esbelta en comparación con Hinata, su cintura un poco más delgada y su abdomen un poco más apretado. Un poco de vello púbico color rosa coronaba un coño rojizo, humedecido ya con su excitación. La ojiverde suspiró suavemente y abrió las piernas, largas y suaves, cuidadosamente depiladas y afeitadas. Sus muslos eran gruesos, regordetes y flexibles. Su culo era suave, aunque también hacia ejercicio regularmente para mantenerlo en forma, y sus pechos eran modestos. Mechones de cabello rosas enmarcaban un rostro astuto, y sus lindos labios formaban una sonrisa cariñosa.

Naruto montó a su esposa, poniéndose encima de ella. Miró los ojos de Sakura por un momento, antes de que su mirada vagara una vez más por su cuerpo desnudo. Su virilidad palpitaba, y con una sonrisa se acercó a ella. Sus manos acariciaron su figura hasta que quedaron en su busto donde él apretó sus pechos. Agachó la cabeza para besarla, luego bajó la boca a sus tetas, las cuales lamió y chupó juguetonamente. Su verga y su lengua se estremecieron ante el sabor de la piel de Sakura. Sintió el calor en el pecho de su esposa, y hundió ligeramente sus dientes en uno de sus pezones, mordiéndolo y haciendo que ella arqueara su espalda y dejara escapar un fuerte gemido.

La cara de la mujer se puso roja, sus ojos en blanco y dio un suspiro tembloroso, un escalofrío placentero recorriendo su cuerpo. Ella sonrió felizmente, fundiéndose en las caricias de su marido, sintiendo sus manos y labios vagar sobre su cuerpo. Él le acarició las caderas y paso una mano por encima de sus muslos, con la otra agarró el trasero de la pelirrosa, atrapando sus dedos entre la cama y sus nalgas. Sakura gimió el nombre de Naruto en voz baja y sensual, insistiéndole casi sin aliento a continuar esta tortura tan deliciosa. Luego jadeó y movió las caderas, y él bajó la cabeza y presionó sus labios en la entrada de su concha, besándola y deslizando suavemente su lengua dentro de ella, lamiendo sus labios inferiores y sondeando delicadamente la abertura de su sexo, causando que ella llorara en voz alta en un tono orgásmico.

"¡Joder~❤!" gimió ella. "Mmm ... He echado de menos esto. No puedo soportar estar tanto tiempo sin ti, Naruto~❤"

Él sonrió y rompió el beso a las partes íntimas de la ojiverde, levantando los labios de su ranura, la cual ya estaba resbalosa y empapada, lista para que él la penetrara.

"No puedo evitarlo, Sakura-chan," le contestó su marido. "Conoces mi trabajo. Tengo que ir a esos viajes de negocios para darte a ti y a Yusuke la vida que se merecen."

"Lo sé," replicó ella. "Sabía en lo que me estaba metiendo cuando me casé contigo. Pero no puedo evitar sentirme sola a veces, cariño. No me culpes por ponerme caliente cuando estás lejos tan a menudo y durante tanto tiempo".

"No te culpo y sabes que jamás te lo echaría en cara, ¿verdad?"

"No, sé que nunca lo harías. Eso es lo que amo de ti. Eres tan devoto, querido. Estás dispuesto a aguantar y satisfacer las necesidades de tu pobre esposa~❤"

El rubio rió, levantó la cabeza y besó a Sakura en los labios de nuevo, ahogando uno de los gemidos de su esposa mientras el placer volvía a ponerle los ojos en blanco. Las caderas de la mujer se movieron, haciendo que su culo golpeara la cama, juntando las sábanas y las mantas alrededor de las nalgas rebotantes.

Naruto se posicionó encima de su mujer y empezó a alinear sus sexos, la punta gruesa de su polla rozando los labios vaginales, se apoyó un poco contra la pelirrosa y dejo escapar un suspiro al mismo tiempo en que su miembro empezó a deslizarse infinitesimalmente dentro de ella. El coño de Sakura se abrió para acomodarlo, dándole la bienvenida con una familiaridad amorosa, y sus paredes suaves y carnosas lo envolvieron rápidamente, la concha húmeda, cálida y apretada cubriendo y masajeando la extensa longitud de su erección.

El coño de la mujer comenzó a hacer presión sobre la verga de su marido, causando que este gruñera y rompiera el beso para mirar los ojos de su esposa; ella le regaló una mirada apasionada acompañada de una sonrisa y, acto seguido. movió la cintura, doblando el vientre para acomodar mejor el miembro invasor del Uzumaki, golpeando su trasero contra la cama.

Unas cuantas embestidas después permitieron a Naruto clavar completamente su polla hasta el fondo de la concha de su mujer, estrellándose contra sus entrañas y causando que sus caderas chocaran entre sí. La pelvis del rubio empezó a moverse de adelante hacia atrás, comenzando a bombear su miembro dentro del cuerpo de la pelirrosa. La cama empezó a crujir y rechinar por los movimientos de la pareja, sus pieles provocando los ruidos más indecentes cada vez que se encontraban en el medio. El rostro de Sakura se enrojeció por completo y su sonrisa se volvió delirante de placer pues Naruto se enterraba cada vez más profundo en su tierno coño, causando que su erección la escarbara de las maneras más suculentas e inundando la habitación con sus fuertes gemidos.

"Si, Naruto… ¡eso es~❤! ¡Ohhh, había extrañado esto~❤! Joder, ¡me encanta~❤! Mmmmn~❤"

"Así es," gruño Naruto. "Tómalo todo, cariño... sabes que te gusta... demonios... ngh… tu coño esta tan apretado..."

"¡Mierda… mierda… mierda~❤!" gimió Sakura eufóricamente. No paraba de jadear y agitar la cabeza. Sus ojos brillaban, y sus pechos se balanceaban de un lado a otro.

Naruto no podía dejar de mirarla pues verla transformase de dulce esposa a puta en celo solo para sus ojos le causaba una satisfacción inmensa. Recordó las innumerables ocasiones en que había provocado las mismas reacciones obscenas en Hinata y, casi sin quererlo, recordó a la chica del tren y la manera en que le había puesto los ojos en blanco mientras pegaba su rostro contra la ventana del vagón.

Él gruñó e inclinó su cabeza, aplastando sus labios contra los de Sakura. la besó furiosamente, ahogando sus gemidos en su boca y haciendo que sus ojos verdes se pusieran en blanco justo en el momento en que la verga del Uzumaki golpeó la entrada a su útero; el cuerpo de la ojiverde se retorció, su trasero golpeando las sabanas una y otra vez, lo que provoco que la cabecera de la cama chocara violenta y constantemente contra la pared y los postes se levantaran unas cuantas milésimas de centímetro antes de desplomarse contra suelo.

Segundos después, ella se chorreó, su coño apretándose alrededor de la polla del rubio, y él se corrió también, estremeciéndose, pintando su útero de blanco con su esperma; hizo erupción dentro de ella por un largo rato, llenándola hasta el tope con su leche.

Sakura se derrumbó debajo de él, jadeando y empapada de sudor. Tenía una expresión soñadora, sonriendo serenamente. Naruto se desplomó a su lado e inmediatamente la rodeo con sus brazos, la mujer acomodándose plácidamente contra su cuerpo y robándole un suspiro en el proceso.

"¿Estás listo para cenar?" preguntó la joven esposa. "Mmm~❤ si quieres puedo ir ya mismo a recalentarte la comida~❤"

"No te preocupes, puedo hacerlo yo mismo," él le respondió. "Pero estoy bien por ahora. No tengo tanta hambre."

"Si tú lo dices, cielo~❤" Sakura soltó una risita y lo besó. "¿Por cierto, cuando tienes que regresar al trabajo?"

Naruto se encogió de hombros.

"Me dieron algunos días de descanso, regresaré hasta que me llamen. Pero por ahora somos solo nosotros dos"

"Y Yusuke," agregó contenta la pelirrosa.

"Cierto. Y Yusuke."

Ambos cerraron los ojos, cada uno disfrutando del calor del otro.

/-/

Era medianoche. El microondas estaba zumbando mientras calentaba la comida en el plato. La cocina era la única habitación iluminada de la casa.

Naruto estaba en su ropa de dormir. Se había despertado hambriento.

Tocó la pantalla de su teléfono celular, desbloqueándolo con su huella digital. El fondo de pantalla, uno del tipo genérico con patrones y colores sin algún significado especial, apareció a la vista.

Abrió la aplicación de mensajería y vio el último mensaje que había enviado y el más nuevo que había recibido mientras vagaba distraídamente por el pasillo, serpenteando lejos de la cocina incluso cuando el microondas empezó a soltar una serie de pitidos que indicaban que su comida estaba lista.

Naruto: Me necesitan para ir a otro viaje de negocios. Regresaré cuando pueda.

Hinata: Está bien, amor. Abrazos y besos.

Naruto sintió una punzada en su pecho y una tensión en su garganta.

Abrió la puerta del dormitorio y miró a forma dormida de su hijo, su hijo y el de Sakura.

Yusuke estaba durmiendo pacíficamente, con una cara sonriente acurrucada contra la almohada.

Naruto tragó saliva, mirando al niño. Pensó en Hinata, en Boruto y Himawari. pensó en su otro hogar y en su otra familia, en estas dos vidas que vivía. Pensó en las mentiras y los engaños, en sus infidelidades y las vergonzosas maneras en que violaba ambos votos matrimoniales.

Se le ocurrió que era una persona terrible. Probablemente debería sentirse culpable por vivir así, más culpable de lo que ya se sentía, al menos. Pero no podía evitarlo, solo era humano después de todo.

Esto fue lo que se dijo a sí mismo, en todo caso.

Era la única forma en la que podía conciliar el sueño por las noches.

Entonces su mente vagó hacia esa chica en el tren, y recordó cómo ella le había sonreído, cómo le había coqueteado e invitado a divertirse con su cuerpo, frotándose tan desvergonzadamente contra él, antes de desaparecer de su vista, saltando por la puerta del tren con una sonrisa y un meneo seductor de las caderas.

Las chicas de ahora en verdad eran otra cosa. No habían sido así cuando era un adolescente, ¿verdad?

Naruto suspiró y sacudió la cabeza.

Era mejor dejar esos pensamientos atrás, donde no pudieran causarle más problemas. Se alejó de su hijo dormido y volvió a la cocina.

Estaba hambriento.


Nota del autor original, EvilFuzzy9: Un comienzo interesante, este será un fanfic más largo comparado a otras historias que he escrito en el pasado, jaja...

Nos vemos luego, ¡no se olviden de dejar un comentario!

Nota del traductor: Pobre Hinata, fue la única que no tuvo tiempo de echarse un polvo con nuestro héroe, pero no se preocupen ya que pronto tendrá su turno. Bueno, espero que mi traducción le haya hecho justicia a lo que en mi opinión es una de las mejores historias eróticas en el fandom de Naruto. No se te olvide dejar un comentario; estoy en contacto con el autor original de esta historia y él esta muy interesado en leer sus opiniones, por lo que me he comprometido a traducir para él CUALQUIER COMENTARIO, asi que no tengas miedo en decirnos que opinas de la historia, que te gustó, que no te gustó, que te gustaría ver en un futuro, que te pareció la traducción, etc.

Nos vemos en el siguiente capítulo: "La stripper y la nueva compañera de trabajo" ¡Gracias por leer!