Este fic fue inspirado en la canción (La bella y la bestia de Porta), es una adaptación.

*Los personajes no me pertenecen (solo la protagonista)*


Capítulo 1: No todo es color rosa

Vivo en Seattle desde hace cinco años, vine para tratar de cumplir el "sueño americano". Soy inmigrante latina, deje a mi familia y mi país, para poder surgir. Suena un poco cliché, pero así son las cosas.

Hace dos años que estoy casada con Paul. Lo conocí en una de las tantas fiestas de la Universidad. Todo era color rosa, como novios. Salíamos frecuentemente, me hacia reír, era muy atento, cariñoso, a pesar de su rudeza y terquedad. Y hasta en nuestra luna de miel era lo que había deseado. El primer año de casados fue asombroso, pero con el tiempo todo se fue hundiendo y dejo salir su lado más obscuro y vil. Un lado que jamás había conocido y tampoco daba indicios de ese comportamiento anteriormente.

- ¿Qué demonios haces?- preguntó impetuosamente y alzando un poco la voz.

-¿Qué crees que hago? -dije mordazmente, me coloque mi collar de mariposa- Vestirme para ir al trabajo- seguí arreglándome, me tomo el brazo y me giró rudamente.

- No vas a ir a trabajar, ya te lo he dicho mil veces. No me gusta que ahora vayas a trabajar. Cuando llegue quiero ver mi cena lista y la casa aseada- cuando soltó su agarré de mi brazo, sus dedos quedaron marcados en mi piel morena. Se había vuelto un energúmeno y machista. O ya lo era pero yo no me había dad cuenta hasta hace poco.

- No me voy a quedar aquí, necesito trabajar. Yo no soy tu criada- lo desafié y me dio una cachetada tan fuerte, haciendo que cayera al suelo.

- No me contra digas, respétame. Soy tu marido y tienes que hacer lo que te diga.- me grito y se marchó.

Aun seguía en el suelo frío, aturdida por el golpe. Mis lágrimas brotaban. Ya él había hecho esto conmigo. La primera vez fue cuando viajamos a Los Ángeles, el verano pasado. Estando en la playa un chico se me acerco, cuando iba a meterme al agua. Me halago y me coqueteo un poco, hasta toco mi brazo. Pero le dije rápidamente que estoy casada. Eso le cayó muy mal a Paul. Esa misma noche me golpeo.

Después de eso, casi que era una rutina, trataba de no hacerlo enfurecer. Pero no podía quedarme callada, no soy de esas personas sumisas. De esas que se dejan meter el dedo en la boca. Soy terca como una mula y defiendo lo que es correcto para mí.

Me levanté del suelo. Seque mis lágrimas. Me mire en el espejo, maquille mi rostro para tapar un poco el moretón. Tengo que ir a trabajar porque hoy tenemos una reunión importante. No le iba a dar el gusto de quedarme en casa. Ya resolvería después.

Me subí a mi auto y me dirigí a la empresa.


Espero les guste, me inspire mucho para hacer este fic. La canción me ayudo bastante.

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WolfWoman23