Disclaimer: Suyo suyo suyo suyo suyo suyo suyo suyo. Jotaká tiene todo el derecho sobre esto (y el dinero) y yo sólo tengo parte d ela imaginación.
Sí, yap. Sé que hace mas de un mes que no actualizo Smell it, pero es que...no he podido resistirme. Estaba yo surfeando por ahí cuando voy y me encuentro con la página de 3 vicios y, dios. Fue como PUF! y tuve que escribir aunque no esté inscrita ni tenga ningún personaje ni nada de eso.Un golpe de insipración, chicos. Y no me queda más que decir solo que, espero que os guste!
15# Leer
por Isilindill
OoOoOoOoOoO
Viernes por la tarde.
El entrenamiento de quidditch de Slytherin finaliza en ese momento y Theodore les observa acercarse. Leyendo desde la sombra de un árbol de ramas retorcidas. Todos se dirigen al castillo excepto dos soberbias figuras que no distingue muy bien debido a su creciente miopía. Pero reconoce los reflejos húmedos que el Sol arranca del pelo de Draco, intentando seducirle. Los mechones más largos, en la nuca, jugueteando con su cuello para darle envidia. Rozando la piel nívea y flexible. Probablemente conservando el olor del jabón de la alegría que preparan los elfos. Un poco a recién duchado, y mucho a Draco. A esa fragancia aristócrata, joven, misteriosa que guarda en el hueco de los hombros. Que se esconde ahí y unas pocas privilegiadas tienen ocasión de percibir.
Se queda sin saliva en la boca.
No ha sabido nunca expresarlo - y sabe que no va a empezar precisamente ahora - pero Draco tiene - aparte de todo eso que provoca suspiros y desmayos en la población femenina de Hogwarts - tiene algo voraz. Felino y delicado. No, no sabe cómo. Pero a veces tiene la sensación de que podría romperse si le miras demasiado, o desintegrarse con el más ínfimo golpe de aire. Y bajo la fragilidad a la que contribuyen su extrema palidez y el delgado cuerpo que mueve con elegancia, hierve la furia. Bulle el odio y la venganza y sólo puede verse después de mucho tiempo. Cuando ya le conoces y te sumerges a mucha profundidad en esos témpanos de hielo gris.
Profundidad.
Esa palabra tan sumamente correcta - como todo buen inglés - y que a Theodore le encanta usar. Que a veces se sale de contexto y sus mejillas adquieren un leve tono rojizo. Solo, en su habitación. Cuando une esa palabra y Blaise en la misma oración y el vapor cubre por un segundo todos sus pensamientos. Sólo un segundo.
Malditas hormonas.
Mira su libro. Se concentra y sigue leyendo. O eso es lo que haría si pudiera. Lleva veinte segundos leyendo la misma palabra y decide que mirar de nuevo no le hará daño a nadie.
Se equivoca.
La negra y alta silueta que avanza al lado de Draco es - quién sino - Blaise Zabbini. Saludando a un grupo de chicas y sonriendo ante su reacción. Encantado de haberse conocido. Fuerte, rápido. Guardián de manos grandes y duras. La absurda asociación que Theodore hace siempre que le ve es una palabra. Relámpago. Corre, suda, juega. Te toca un rato y se tumba otro, pero mueve los pies al son de una música que sólo él escucha. No sabe estarse quieto y vive cinco veces cada día. Veloz. Fulminante, oscuro. Un arrogante rayo que no se deja amilanar, en medio de la tormenta que le hace la competencia con sus ruidosos truenos.
Mientras piensa todo esto, hace rato que Nott ha bajado la vista hacia su libro de Aritmancia Avanzada y finge leer como si ni siquiera les hubiera visto. Otra vez. Cuando la sombra de una enorme mano que no deja de menearse cubre la hoja que está intentando leer sin éxito, mira hacia arriba. Les ve, ahora de cerca. Draco. Blaise. Zabbini y Malfoy. Alegres, eufóricos. Sonrientes y ahí, a su lado.
Blaise aparta la mano que tapaba la luz proyectada hacia su libro y se pone en cuclillas. Se lo arrebata de las manos y lee la portada con un mohín disgustado y burlón en los labios gruesos. Carnosos.
- Si vas a hacer como que lees, por lo menos que sea interesante, Theo.
Odia que le llame Theo pero le sonríe y lo único que puede hacer es visera con la mano para mirarle directamente a los ojos. Se aguanta una mueca irónica.
- Oye, Zabbini¿Te digo yo que las tías con las que finges estar deben ser interesantes? No. Pues ya está.
La carcajada de Draco hace enrojecer a una Hufflepuff que pasa a su lado semi corriendo.
- Vamos, Draco - le da la espalda. Y una buena panorámica - parece que el lechón se ha levantado hoy con ganas de guerra. - casi sin mirarle echa a andar y cuando ya está lejos añade - Ah, y,Theo. Que te jodan. Pero bien. - dice sin poder evitar el disgusto en la voz.
Esa noche Theodore siente agujetas en el estómago de contener las risotadas furiosas que aún pugnan por escapar al recordar su cara.
Reviewssss?
