MyDarkMoonlight
Bien esta es mi nueva historia que espero sea de su interés, realmente estoy inspirada porque siento que voy mejorando con la escritura y las ideas fluyen bastante. Estos personajes no me pertenecen son de JK Rowling y lo hago sin fines de lucro. ¡Lean y disfruten!
Capítulo 1 A veces algo de dolor
No había nada en esta vida que detestara más que al rubio y perfecto cabello peinado de Scorpius Malfoy, era como si en él dijera que todo debía ser rígido, brillante pero sobre todo sin igual, estaba cortado armoniosamente, con bordes bien definidos y sin que un solo cabello saliera de su posición habitual. Un aspecto demasiado pulcro. Eso sin contar la actitud calmada y serena con la que portaba su empatía natural en ayudar a los otros, en realidad a cualquier ser vivo, afffff era detestable.
Rose a sus 15 años deseaba golpearlo contra una pared y darle un fuerte puñetazo, ¡¡sí señor!!, uno muy fuerte sin duda y después de eso agarralo por el cuello de su camisa, apretarlo con fuerza, acercarlo a ella y, y, y... Besarlo, probar sus dulces labios que prometían ser la más perfecta y satisfactoria redención de todos los pecadores para ascender a los reinos celestiales, solo mirar sus labios la llevaba a un sueño de tierra prometida donde cualquier fruto podía crecer, donde cada planta podía florecer e incluso cualquier criatura podía renacer. Lo amaba con locura, con pasión. Y es por eso que en ese momento estaba tan angustiada de estar escuchando la presente conversación entre unas cuantas estúpidas niñas de Hufflepuff.
Por Dios santo, ni que Malfoy fuera la gran cosa, era un metiche que andaba siempre inmiscuyendose en los problemas de todos. Él y su primo Albus eran un par de serpientes venenosas, astutas que hipnotizaban y engañaban a sus pobres presas pero a Rose Weasley no la engañaban, ella era inteligente, era una predilecta Ravenclaw, el sombrero seleccionador se lo había dicho, para ella no había otra opción, cada rulo, cada peca, cada kilo demás solo indicaba que lo suyo eran los libros y el conocimiento.
Sin embargo, a veces, solo en algunas pocas ocasiones, sentía eso en su estómago, por lo general esas malvadas mariposas que revoloteaban sin cesar y a veces algo de dolor se instalaba en el centro de su pecho, y no porque tuviese alguna enfermedad, sino porque estaba enamorada, es solo que de la persona equivocada, por eso, cada segundo de su vida había sabido que jamás iba a ser correspondida por su gran y platónico amor, ella no era ciega, podía verse en el espejo.
A pesar de estar un poco cegata, usar lentes la había salvado para poder ver con detalle su perfecto rostro, así fuese a la distancia. Su vida era muy simple desde el día en que lo conoció: odiarlo y hacerle bullying hasta el fin de los tiempos en frente de todos, principalmente de su padre y secretamente amarlo sin medida, cosa que nadie sabía. Hasta ese día.
Todo empezó el día anterior cuando se despertó tarde y no alcanzó a desayunar a buena hora en el gran comedor. El detalle estuvo en que se había desvelado leyendo unas novelas muggles que la tenían obsesionada, el amor la emborrachaba de sueños y no podía dejar de embriagarse hasta llegar al final, para así saber si finalmente los amantes quedaban juntos en felicidad o separados en desdicha.
Alice Longbottom su mejor amiga y única simpatizante compañera de habitación, la había intentado despertar de todas las maneras que pudo, pero simplemente eso no sucedió, Rose era como un cadáver, imposible de mover, además de que Alice era pequeña, delgada y menuda, mientras que la pelirroja tenía un par de kilos más de los que debería, era alta, y básicamente cualquier antónimo de su amiga. Todavía no sabía por qué Alice se juntaba con ella, no había ningún beneficio para la descendiente del tío Neville, la chica era guapa a su manera, tenía cabello negro y corto, ojos de color azul claro con pequeños destellos de color violeta, su piel era tan blanca y delicada, pero sobre todo era supremamente inteligente. Por algo era la mejor estudiante que había asistido a Hogwarts después de Hermione Granger, su madre.
Rose era brillante pero siempre le decían sus padres y profesores "no explotas tus herramientas, a veces pareciera que te auto saboteas" "Weasley, podrías ser la mejor ¿Qué te detiene?". Muchas frases y preguntas sin respuesta por parte de la ojiazul.
Malhumorada llegó al gran comedor, y tuvo que conformarse con los restos de comida que habían quedado, ya pronto todo el fantástico buffet iba a desaparecer por el horario inadecuado. Lo peor no era comer restos, no señor, lo peor era comer sola, estaba totalmente acostumbrada a estar rodeada de gente, de primos, de amigos, o incluso de amigos de sus primos.
Ese desayuno le estaba cayendo por demás pesado, pero fue todo en picada cuando vió que por las puertas entraba el rubio que le robaba el aliento.
Su cabellera rubia brillante, sus pasos rápidos y ágiles pero sobre todo su determinación la tenían con esa cara y sonrisa bobalicona que tanto detestaba mostrar.
El rubio caminó a pasó firme y decidido hasta donde estaba ella. Un momento. ¿Hasta donde estaba ella? Oh por Dios... ¿Qué había pasado ahora para que él la mirara tan enojado?
-¿Se puede saber por qué siempre te metes en mi vida? Siempre me dices que te deje en paz pero curiosamente nunca recuerdo haberte hecho nada, en cambio tú_Señaló con dedo acusador apuntandola al pecho, y con cara de enojo, cosa que sorprendió a la pelirroja, pues nunca lo había visto así_-Es más, olvídalo, solo soluciona el lío en el que me metiste, ahora por tu culpa estoy castigado, y no podré audicionar para el puesto de buscador..._Respiró profundo y como si hubiese vuelto en sí le dijo_-Olvídalo, no hagas nada, simplemente aléjate de mí y sobre todas las cosas, déjame en paz_se giró y dejó a la Ravenclaw con la cara sorprendida y con un terremoto de palabras atascadas en la punta de su lengua_
Fue hasta un instante después que se percató que todos la veían, no habían profesores, gracias a Brahma (un Dios muggle). Se levantó con molestia de su asiento y les dijo a todos: ¿Qué miran idiotas? Busquense una vida o mejor todavía, busquen oficio y dejen de verme así...
Salió disparada caminando a toda prisa y todavía sin comprensión de lo que había sucedido. En los pasillos se encontró con Albus que la miró con desdén y molestia.
-¿Qué bicho les picó a ti y a tu amiguito Malfoy? Si es que se puede saber, claro está..._Se cruzó de brazos y lo miró con antipatía natural_
-Rose, el pergamino de Scorpius le explotó en la cara al profesor Slughorn cuando él se acercó a preguntarle algo acerca de las tareas de pociones. El profesor lo castigó todas las tardes de este mes, cuando finalicen las clases debe ir al salón de trofeos y pulirlos uno por uno sin magia. Debes estar contenta, el mejor buscador de Slytherin no puede audicionar. Gracias Rose, que honor ser tu primo_Terminó el azabache cruzandose de brazos y torciendole los ojos_
-Primero que nada, claro que debería ser un honor tener un vínculo conmigo_Albus bufó e hizo una mueca de desagrado_-Aunque tus neuronas no hagan sinapsis, es mi deber informarte que yo no le hice esa broma pesada y tonta a tu estúpido aniñado amiguito_El tono era insinuador, como si hubiese algo más que amistad entre los dos mejores amigos_
-Y si no fuiste tú, ¿Quién rayos pudo haber sido?_su voz era incrédula, pero parecía querer realmente una explicación convincente_
-No lo sé, ¿por qué debería saberlo yo?_extendió sus brazos con exasperación_
-Porque te la pasas acosandolo día y noche, te metes con él todo el tiempo y porque estoy empezando a creer que lo tuyo es una obsesión_Era como si se hubiese finalmente librado de todo aquello que tenía acumulado_-A Scorpius no le importas, Rose, déjalo ya, nada cambiará, él te seguirá ignorando_Esto último sonó con tanta lástima que la pelirroja quiso llorar_
-No fui yo Albus, ya a este punto ¿para que te mentiría?, nunca me ha importado reconocer todo de lo que puedo ser culpable, supongo que algún día lo sabrás con certeza, pero de eso en específico yo no soy la mente maestra_se dió media vuelta y caminó casi corriendo a su sala común, pues quería llorar pero no lo haría, eso estaba prohibido para una persona tan inteligente como ella_
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
Fue así como pasaron las horas y pronto llegó la noche, ese día habían sido las audiciones de quidditch para el equipo de Ravenclaw por lo que había fiesta en la sala común, para dar con un festejo, buen augurio a los nuevos integrantes del equipo.
Por eso allí estaba ella, sentada en un sofá con Alice, mientras ambas sostenían un vaso con lo que suponía era whisky de fuego. Había música en volumen ultra alto, todos parecían divertirse y estar pasando el mejor momento de sus vida pero Rose solo podía sentir ese dolor en su pecho que no la dejaba respirar tranquila, por lo que para ahogar sus penas, decidió beber y beber de ese líquido caliente que le quemaba la garganta. Era asqueroso. pero mientras más tomaba, más agradable se hacía y de repente solo tenía ganas de reír al ver como Christian Krum trataba de llamar la atención de Dominique, que a su vez bailaba con un Ravenclaw que no lograba reconocer pero que sin duda tenía una muy atractiva espalda. Pero si de espaldas atractivas iba a fantasear, sin duda alguna, ninguna se comparaba con la de Malfoy. Era fuerte, pero no demasiado ancha, provocaba pasar sus manos por sus hombros e ir descendiendo. Hormonas, nunca la abandonaban cuando pensaba en ese Slytherin que le quitaba el sueño. De repente se dió cuenta que ella jamás iba a poder acariciar la espalda del de ojos grises y empezó a llorar, mientras cantaba la canción que sonaba, que aunque era animada, tenía una letra despechada, como estaba y se sentía ella con su corazón desdichado en ese momento.
Alice la miraba y reía sin parar, parecía que el whisky de fuego había hecho efecto en ambas nerds. Tenían 15 años y nunca habían hecho algo así, siempre eran de las que se sentaban a ver como todos hacían el ridículo, mientras ellas se juraban que jamás llegarían a esos extremos.
De repente la pelirroja se percató de que en la sala habían personas de otras casas, pues vió el rostro seductor de Albus cazando a una pobre Hufflepuff que sin duda no tenía idea de que la sonrisa que había ganado esa noche, le sería arrebatada en la mañana cuando su primo obtuviese lo que quería.
Otra cosa más por la cual estaba enamorada de Scorpius Malfoy, pues a pesar de ser mejor amigo de su horrible primo, el rubio no era así. Él había tenido dos amores desde que Rose lo conocía. Primero había estado enamorado de Isabella Zabini cuando eran pequeños, pues ella era y seguía siendo su mejor amiga, cuando se dió cuenta de ese gran detalle decidió avanzar y superar a la brunette por lo que de segundo lugar se enamoró de Riley Krum, la chica de la cual actualmente decía que seguía colgando. El de ojos grises tenía altas expectativas, pues Isabella era por mucho una chica hermosa, su cabello negro y largo, sus ojos color café y esos rasgos finos que la hacían ser hermosa a los ojos de cualquiera. Por su parte Riley era castaña de cabello liso y largo, ojos de color verde esmeralda, hoyuelos que se marcaban en sus mejillas y pestañas que era tan largas y abundantes que parecían postizas, con la salvedad de que eran naturales. Era una muñeca y eso sin hablar de su figura, ambas chicas en realidad tenían perfectas figuras. Eso sin decir que eran mejores amigas... eran las más populares y guapas de toda la escuela.
La vida era algo injusta, ¿por qué el chico que ella amaba debía estar rodeado de tanta perfección? Así lógicamente no había nada, ni una pizca de optimismo para ella y sus desastrosos rulos, sus desordenadas pecas y su figura fatal. Además la pelirroja ni siquiera tenía la dicha de compartir sala común con Malfoy, mientras que esas dos eran las princesas de Slytherin. Nada salía bien para Rose desde tiempos memorables.
Albus desde pequeño había congeniado con Scorpius Malfoy, se habían hecho amigos de inmediato al intercambiar unos cuantos cromos, y Alexander Nott era casi un Malfoy más, por lo que siempre fueron como tres mosqueteros.
En tanta popularidad, belleza y perfección, la pobre Rose no encajaba y eso sin contar que la primera vez que vió al rubio siendo tan solo unos niños, su padre le había dicho "Ese que está allá es tu enemigo Rosie, debes destrozarlo en todo lo que puedas, gracias al cielo que heredaste la inteligencia de tu madre y mi fuerza, así que recuerda, si te casas con él, matarás de dolor a tu abuelo Arthur y a tu padre, nunca lo olvides"
A pesar de la severidad y seriedad de las palabras emitidas por su progenitor, era muy tarde, pues ella ya había intercambiado unas palabras con ese atractivo niño rubio, que le había dicho que le gustaba el color rojo de su cabello, y que el azul de sus ojos le recordaba el mar. Ella nunca había visto en persona el mar, pero ese niño le había dicho algo que a su corta edad le pareció bonito, como la poesía que le leían sus abuelos maternos. Ella igual nunca pudo responder, pues no sabía qué decir, creyó haber sonreído, pero así como él se acercó para hablarle, siguió de largo y empezó a jugar con su primo Albus. Rose no supo canalizar todo lo que sintió y como una niña que era, se fue por el camino más fácil.
Los primeros apodos fueron, 'pequeño hurón' 'mal intento de mortifago' 'desabrido sangre pura' pero su favorito y el que más usaba sin duda era 'Cabeza de snitch'
Lo curioso es que Malfoy jamás en todo lo que llevaban conociéndose le había respondido, siempre la ignoraba, siempre la trataba incluso con simpatía, toda la mínima que podía.
Albus ya hacía muchos años había dejado de perder su tiempo en tratar de entenderla, se lo había hecho saber las navidades pasadas, cuando ella le preguntó por qué ya no se hablaban tanto si seguían siendo primos y él le explicó que se había cansado de intentar llevar una relación normal con ella. La adolescencia los cambiaba a todos y aunque no quisiera reconocerlo, muchas veces deseaba dejar de ser tan mala con su primo y con su amado Scorpius. Pero respecto al rubio era inevitable... sobre todo cuando lo veía pulular para que Riley se diera cuenta de su existencia. Lo peor de todo es que eso pasaba con frecuencia, era así como la ira la invadia y pagaba los platos rotos con su amor platónico. Sin embargo, secretamente, pero muy muy bajo perfil, ella le hacía favores, que iban en escala de simples hasta llegar a hiper complejos. Una vez dejó marcado en el libro de la biblioteca con un hechizo, todo lo que se necesitaba para hacer un ensayo de quince mil palabras que por jugar quidditch el rubio no había hecho. Todavía recordaba lo que le había dicho a Albus 'Que suerte tuve, alguien debió marcarlo y olvidó borrarlo al final'. Podía ser tan noble e inocente.
Otra vez los elfos domésticos del colegio tenían una huelga y como él era un mediador natural, dijo que se encargaría, intentó por todos los medios hacer a los elfos desistir de su causa, y cuando ya no lograba ver luz al final del túnel, alguien casualmente dejó un libro de pasos a seguir en caso de huelga de elfos en su camino. De manera que la situación se resolvió en cuestión de horas posterior a eso. De algo tenía que servir ser hija de Hermione Granger, pues si de huelgas y elfos se trataba, siempre podía leer P.E.D.D.O que estaba oculto en la biblioteca de su casa y que Rose había estado husmeando unas vacaciones anteriores.
En eso pensaba inmersa en recuerdos y recuerdos, todos relacionados con su objeto de pasión cuando escuchó:
-Hey Weasley, ¿TIENES UN MINUTO?_¿Por qué le estaba gritando? estaba todo en silencio, justo la música se había detenido, todos los observaban... además ella no quería realmente hablar con él, estaba nerviosa y sentía cosquillas en todo su cuerpo. Nunca supo qué impulso la llevó a levantarse y asentir_
Caminaron hacia el pasillo con las miradas de todos sobre ellos, salieron de la sala común y se vieron a la cara, ambos con pensamientos muy distintos.
-Oye cabeza de snitch, tengo frío, ¿para qué me trajiste aquí?_dijo mientras soltaba una risa, ese apodo le sentaba tan bien, con la gomina su cabello de verdad parecía el objeto dorado que daba fin a los juegos de quidditch y en eso pensaba hasta que escuchó_
-Te pido disculpas, esta mañana te armé una escena innecesaria y por algo de lo cual no eras culpable. Lo siento._lucía arrepentido y Rose en cambio seguía sin poder parar de reír_
Pasó un rato y el rubio empezó a sentirse incómodo, pues siempre la chica que tenía en frente lo hacía sentirse mal de alguna manera. No fue hasta que se dió cuenta de algo, algo malo que hizo que mil dudas vinieran a su cabeza. La pelirroja tenía una pulsera que a su vez tenía esa marca, era un símbolo que parecía una 'R' encima de una 'S'.
Ese símbolo le había robado miles de horas de sueño a Scorpius pues el mismo estaba también en un diario que se había encontrado hace muchos años atrás donde habían cartas escritas para él, donde una niña le profesaba su amor...en ese momento cuando lo encontró la página que debía tener el nombre de la dueña estaba arrancada, y supo que cada palabra se trataba de él en los escritos de amor porque en la primera página decía su nombre 'Scorpius'. Él sintió en su corazón que esa R era de Riley y fue feliz, se emocionó, pero por más indirectas que le dió a su amiga no hubo señal de entendimiento por lo que había decidido olvidar el diario y dejarlo de lado para centrarse en conquistar a la castaña. Porque era tan guapa.
Pero para su gran y mayor sorpresa, al ver de nuevo la pulsera que portaba la Ravenclaw que tenía al frente supo que era la misma que usaba aquella chica que cuando tenían doce le había robado su primer beso en ese baile de máscaras. ¿Sería posible que ella fuese su chica enmascarada?
La Ravenclaw parecía haberse dado cuenta pues la vista gris del chico estaba fija en el símbolo de su pulsera. Por algún motivo se supo descubierta y dijo sin pensar:
-No es como que me gustes Scorpius, ni como que te siga por los pasillos para ver cuales son tus planes, tampoco es como si quisiera besarte cada vez que pasas por mi lado, no, yo solo quiero, quiero, este, ya sabes_no podía terminar con nada coherente_
-La verdad es que no sé_dijo con cara de preocupación_La pelirroja simplemente se abalanzó sobre él y lo besó como en aquel baile.
Ya a este punto no sabía donde estaba su lengua pues el alcohol la había puesto por demás torpe y sus manos temblaban al agarrar las mejillas del rubio. La descarga de electricidad la tenía descolocada. El rubio como pudo la separó y le dijo:
-Esto es demasiado Weasley, yo lo siento pero no puedo, es decir, me gusta otra persona, lo siento_Rose simplemente asintió y se sintió a desfallecer. Quería que un edificio le cayera encima, o que la hundieran en el fondo del mar. ¿En qué había pensado?_
No supo en qué momento fue, pero el rubio no estaba y ella se apoyó contra la pared donde como por arte de magia, al sentir el frío, sintió que su cuerpo despertaba un poco de los efectos del whisky de fuego que había ingerido. Suspiró. Solo pedía no ser el hazme reír de Hogwarts para la mañana siguiente.
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
Al día siguiente su cabeza retumbaba como si elefantes corrieran en estampida y faltara poco para que le explotara. Lily la miraba con pena pues fue quien la encontró en el pasillo con cara de muerta en vida.
Fueron a la habitación y decidió desahogarse con Alice, Dom y con ella. Pues eran sus personas de mayor confianza, ellas le aconsejaron que fuese a hablar con Malfoy y que le dijera que nada de lo que pasó era en serio, incluso su prima Lily le había dicho que fingiera estar enamorada de otro. Affff que rabia le daba, ella no era así de cobarde por lo general, pero con el amor era otra cosa, uno nunca sabía cómo reaccionar y mucho menos como evitar el apocalipsis, era como si todo simplemente se saliera de control.
Rose muy envalentonada salió de su habitación para hablar específicamente con su adorado rubio, ese domingo había decidido no desayunar, tenía la sensación de que vomitaría todo. Iba pensando que no entendía por qué los adolescentes tomaban alcohol si después se iban a sentir tan mal y sin llegar a ninguna lógica coherente vió al de ojos grises sentado en los jardines leyendo con tranquilidad un libro, tomó todo el aire que pudo y se aproximó con paso temeroso... pero cuando ya faltaba relativamente poco para llegar a su destino se acobardó y se escondió detrás de un árbol.
Fue allí parada entre las hojas caídas del arbol que escuchó a un grupo de chicas Hufflepuff hablar de Scorpius Malfoy y de lo bueno que seguramente era en la cama, una de ellas afirmaba haberlo besado el verano pasado y decía que sus labios eran muy suaves y dominantes. Ella sintió rabia, porque esos labios solo eran suaves, pero con ella no habían sido precisamente dominantes la noche de ayer; suponía que eso pasaba cuando el beso no era deseado por ambas partes. Antes de seguir echandole leña al fuego se enfocó en pensar primero que esas niñas eran unas depravadas por hablar así de él y segundo porque le gustaba imaginarse que solo ella en su locura era la única que fantaseaba con perder su virginidad con el Slytherin.
No es como si se sintiese preparada para tal cosa, pero a esa edad las hormonas ya difícilmente se controlaban y su mente viajaba a situaciones extremas donde se quedaban encerrados en un ascensor y antes de morir decidían entregarse al amor. Eso le pasaba por leer todas esas novelas de rosa que a veces tenían escenas subidas de tono y de todo.
Allí seguía viéndolo a su adorado cabeza de Snitch pero Scorpius no daba tregua en levantar la vista de su libro. La lectura debía estar por demás interesante, era uno de los motivos por los cuales le gustaba tanto el hijo de ex mortifago. No le importaba leer y parecer nerd. La cuestión es que era bueno en todo, como amigo, como hijo, en los estudios, en los deportes, no había nada malo con él.
Rose se exasperó, debía cumplir su misión en vez de estar pensando en tonterías, cansada ya de su escondite ignoró a toda lógica y se plantó en frente de él para verlo insistentemente sin importarle que muchos los veían al pasar.
-Ehhhh ¿todo bien Weasley? No sé si te das cuenta, pero me estas bloqueando un poco la luz _ miró a la chica con algo de temor y pena_
-Primero que nada, necesito decirte algo _su voz era molesta y determinada_
-No te preocupes, lo de ayer, sé que no fue nada_su mirada gris estaba oscurecida y casi suplicante de no escuchar otra extraña declaración_
-Exacto, la verdad es que yo pensaba que eras otra persona... es decir había tomado mucho y creí que eras el chico que realmente me gusta. Lo siento Malfoy, no volverá a pasar nada así_Y vaya que no, pues el alcohol estaba vetado de sus futuros planes para siempre_
-¿En serio? eso es genial, es decir, podemos seguir como siempre entonces_su tono era de alivio total. Rose quiso llorar, pues no era para tanto, ¿Así de fea era? Nadie nunca la había hecho sentir tan inferior, tan desagradable y tan mínima_
-Correcto, en fin, te dejo, ya tuviste suficiente de mi maravillosa presencia..._todavía no sabía con qué fuerza había dicho aquello, definitivamente el orgullo y el instinto de supervivencia no la habían abandonado_
-Adiós Rose_dijo un feliz y empático Scorpius_
-Adiós Malfoy_dijo una muy desdichada y triste Weasley_
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
Nota de Autora:
¡Hola! ¿Cómo están? por aquí dejo esto que espero les guste y así mismo espero sugerencias y/o comentarios. La historia surge de que recientemente ví un poco de Oye Arnold y recordé que en mi infancia yo a veces me sentía como Helga. Esta historia no está relacionada con la comiquita, solo la idea inicial de una acosadora personal que moría de amor por su amado. El resto saldrá de mi loca imaginación y claro está que los personajes son de JK Rowling.
Puse a Rose en Ravenclaw porque detesto que sea Gryffindor (sorry not sorry) y bueno, espero que no les molesten las modificaciones de casas que hice en algunos casos. Otro detalle, estoy de los nervios porque es en el mundo de Hogwarts de Magia y Hechicería. Temo cometer errores fatales y meter la pata, no sean tan duros en ese aspecto por favor. Daré lo mejor que pueda y eso sí, esta historia no la actualizaré tan rápido... no sé cuanto me tome en tiempo pero será lo que tenga que ser, dejaré el apuro de lado y que las cosas fluyan en su medida.
Ahora si me despido y les mando un gran abrazo,
¡Gracias por leer!
MyDarkMoonlight
