Shingeki no Kyojin no me pertenece, es propiedad intelectual de Hajime Isayama

POV EREN

Después de decirle que la odio, tomamos caminos diferentes.
Armin, Mikasa y yo nunca más volvimos a ser los mismos, cuando de manera esporádica me topaba con Mikasa, siempre utilizaba la marcante de esclava, sabía que eso de verdad le dolía, pero no me importó, estaba tan molesto, pensé que su afecto era sincero, pero no es más que un producto de sus instintos titanes, es mejor lastimarla con la verdad, que mantenerla feliz con una vil mentira que no durará.

Armin, me detesta rotundamente, jamás me perdonará.

Ahora nos volvemos a ver, estamos listos para enfrentarnos, utilicé mis poderes de titán fundador para confundir a Mikasa dándole órdenes, ella batallaba consigo misma, mientras que a los titanes comunes les indicaba que ataquen a la legión, pero no pensaba que en el proceso ella sería atacada por estos titanes, además por parte de la misma legión como medida de defensa, comencé a dar órdenes impredecibles, generando ataques sorpresa, pero un error en esto generó que ella termine volando por los aires y cayendo sobre el techo de una muralla, la chimenea impactó contra la zona lumbar de su columna, se veía agónica, lagrimeaba, se notaba un inmenso dolor en ella mientras un pequeño charco de sangre iba creciendo en el suelo.

Me acerqué con alta frialdad, dándole la orden de levantarse, pero su cuerpo no respondía, su mirada era opaca, sin brillo, solté de inmediato la orden, asustado, algo no estaba bien, dio un suave gemido, como una dulce damisela haciendo un esfuerzo y bajó la cabeza cerrando los ojos.

-Vamos Mikasa, continúa, no me digas que ya te vencieron…. ¿Mi-Mikasa?, responde, no es momento para una siesta, al mirar su cuerpo noté que su tórax no se movía.

-NOOOOO, grité con fuerzas y me dirigí a levantar su cabeza colocando mi mano bajo su nuca – No puede ser, ella es una mutación titánica, no puede morir así. – Pongo mi mano libre sobre mi cabeza, empiezo a enloquecer, no le pude haber hecho esto a ella. – MIKASAAA …AAAAAGH – De golpe mis gritos son interrumpidos por una patada que me impacta justo en el rostro, su fuerza me arrastra hasta el borde del techo, mi cara tenía varios cortes por el roce de las tejas sobre mi piel, pero no me importó, miro hacia dónde se encontraba mi antigua amiga, y ya Armin se encontraba sujetándola, alzándola en sus brazos.

-Dónde vas con ell… -Cuanto estaba por levantarme, los recuerdos de ella me invaden.

-Eren –Me ataja del brazo una pequeña Mikasa para que no vaya a pelearme con los matones, cuando teníamos 11 años – ¡EREN! – Me detiene para que no me autolesione por mis ataques de rabia al no poder transformarme en titán -¡Gracias por darme esta bufanda! – Me lo decía con una sonrisa en medio de lágrimas -Te la pondré las veces que quieras, le respondo.

-Noo –vuelvo a la realidad, estoy arrodillado sacudiendo mi cabeza, batallando con recuerdos mientras él se la lleva, para cuando me acerco al sitio del accidente en medio del tejado, Armin ya había saltado con lo que alguna vez fue Mikasa, miro abajo, la bufanda roja que le había dado una noche fría se encuentra ahí, la tomo y froto contra mi rostro. Doy la orden a los titanes de retirarse. No tengo fuerzas para pelear, no por el momento.