Disclaimer: Todos los personajes en el fan fic pertenecen a Jorge R. Gutierrez y a su película ''El libro de la vida''. Algunos de los personajes que aparecen son por algunos comentarios que ha dicho el director en su twitter, cualquier parecido a cualquier otro fan fic quiero pedir disculpas si tiene similitudes, pero me sentía inspirada.
Este fan fic se hace sin fines de lucro y sin ninguna intención de recibir criticas negativas sobre mi escritura, por que tal vez sea que la gramática de mi país es distinta a cualquier otro país. Escribo por mi mera diversión y entretenimiento de los lectores.
Prólogo
El mundo de los dioses es tan igual y distinto al nuestro. Todos los mundos están conectados, cada dios tiene su propio reino que gobernar, responsabilidades que hacer, ect. Sin embargo, al igual que los mortales, los dioses también pueden tener el mismo carácter de los mortales y sus defectos aunque muchos digan que son perfectos, eso no es cierto, incluso los dioses no pueden tener perfecciones; lo único que los diferenciaba de los mortales era el poder que tenían entre su mundo y el suyo.
Se había escrito que los dioses se reunirían en el gran ciudad de Aztlán cada cien ciclos lunares con motivo de encontrarse de nuevo o simplemente cuando deseaban celebrar una ocasión realmente especial. En esta ocasión fue para dar un gran anuncio que involucraba a los mortales luego de perecer en la tierra.
-Así como lo escribe el Libro de la Vida: aunque ya no exista en el mundo de los mortales, todo ser viviente seguirá viviendo en la Tierra de los Recordados, sólo podrán vivir aquellos que tengan personas que aún los recuerden en vida. Mientras que los que no tengan quien los recuerden serán llevados a la Tierra de los Olvidados- aquel prodigioso discurso lo hacía el dios que se encargaba del equilibrio entre esos mundos, un hombre hecho de cera y de barba hecha de nubes- Por eso he de anunciar que la Tierra de los Recordados se le ha elegido un gobernante ahora que los mortales jamás olvidarán a todos aquellos que perecieron con quienes hayan formado grandes lazos, ya sean familiares, amistad o incluso de amor. Y esto continuará por muchas generaciones-
Entre los dioses que estaban reunidos en el salón, estaba uno que escuchaba con atención aquel discurso, no le agradaba la idea de que alguien más gobernara aquella tierra. Intentó por varios años desde la creación poder gobernar ese reino, algo que nunca pudo conseguir, ya que Tonacatecuhtli nunca le pareció el indicado para el puesto, más que nada por haber causado problemas con los mortales hace varios siglos atrás. Se esperaba a alguien digno, un dios que fuera capaz de comprender la vida de los mortales, hasta ahora no existía ningún dios merecedor de aquello.
Y por fin alguien estaba listo para gobernar la Tierra de los Recordados, todos estaban ansiosos de saber quién sería menos el gobernante de la Tierra de los Olvidados.
-Jamás perdonaré esta ofenda, yo debería gobernar ese reino.
Pero el destino siempre depara sorpresas inesperada incluso en el mundo de los dioses.
