El agente Castiel Novack iba a participar en su primera redada en una zona de prostitución. Hoy no vestía su uniforme puesto que su labor era infiltrarse entre clientes, chulos y prostitutas con la intención de tener pruebas para las acusaciones de prostitución que el Alcalde Crowley necesitaba para acabar con la prostitución en la calle. La cual perjudicaba la buena imagen de la ciudad de Lawrence.
Los callejones posteriores de la zona de bares y clubs son la zona donde clientes y prostitutas realizaban sus negocios. Y hacia allí se dirige Castiel, vestido para la ocasión con vaqueros negros y una cazadora de cuero del mismo color. Algo macarra para su gusto personal pero que le permitiría no destacar en ese ambiente.
Habían recibido orden de no ir contra los clientes ni detenerlos. El objetivo eran las personas que ejercían la prostitución.
A Castiel esto no le parecía justo pero el era un policía que sabía seguir las órdenes y no pensaba cuestionar a sus superiores.
"Estoy entrando en la zona" comunicò a los compañeros que vigilaban ocultos y grababan las conversaciones que se iban a usar posteriormente. Pegado a su pecho llevaba el dispositivo que posibilitará que todas sus interacciones con las prostitutas fueran grabadas, y también recibir órdenes.
En el oscuro callejón distinguió a otros compañeros pero no hizo ninguna seña de reconocimiento. El trabajo le desagrada profundamente pero su sentido del deber le hizo superarlo y decidió dar lo mejor de sí mismo.
Se fue parando con unas y otros preguntándoles por lo que pedían por sus trabajos, Mientras soportaba estoico los avances y manoseos de las prostitutas deseosas de pillar un cliente,
"Muy bien Castiel, a estas ya las tenemos, Avance,"
Castiel vio que su compañero Garth estaba negociando con unos chicos y se dirigió a lo más profundo del callejón. Esa zona estaba aún peor iluminada que la otra, quedando prácticamente a oscuras. Cuando llegó al final e iba ya a dar la vuelta, escucha unos quejidos y súplicas "No más, cabrón, ¡Ay! Basta". La valla de madera que separaba el callejón de un descampado estaba desprovista de unos cuantos tablones y el agente se introdujo entre ellas y pudo observar como un hombre disfrutaba jodiendo a otro significativamente más pequeño al que golpea bruscamente la cabeza contra la pared y al que azotaba con su cinturón en la espalda.
Sus instintos de policía fueron más fuertes que las órdenes recibidas y con fuerza separó al hombre más grande que mantenía al otro de rodilla en el suelo y con la cara aplastada contra la pared.
"¿Qué se cree que esta haciendo?" Dijo entre dientes Castiel que gustosamente le hubiera dicho que era policía y le hubiera detenido. Pero no se lo permitían sus ordenes.
"¿A ti qué te parece? ¿Joder con una puta?"
"¿Y es necesaria tanta violencia?"
"Amigo, pago por ello y al chaval le gusta"
"No me dió esa impresión"
"Se ve que no conoces a los tipos como él, Dean ha sido una puta desde que nació" Dijo con una risotada,
"Eres despreciable. Largate de aqui si no quieres que…" dijo Castiel cerrando sus puños para contenerse y no golpear al hombre. El tipo era alto y musculoso, bien vestido y lucía una viciosa sonrisa.
·"Te atreves a amenazarme. Tu no sabes quien soy yo"
El otro hombre seguía de cara a la pared pero había conseguido subir sus pantalones y recolocar algo sus ropas,
"Deja que se vaya por favor. Es peligroso."
"Si, me voy pero no pienses que te voy a pagar nada por un trabajo a medias"
El hombre en el suelo se volvió, apoyando su espalda contra la pared y Castiel se dió cuenta de que su frente sangraba y ¡Qué demonios! el chaval no tendría más de 15 años, era un niño.
La indignación cubrió la faz del agente y se disponía a detenerlo cuando por su pinganillo recibió la orden:"deja ir al cliente, y pilla a la puta"
Castiel se dirigió al chico y le ayudó a levantarse.
"¿Estas bien?"
"Si todo es de color rosa, Gracias."
Castiel sacó un pañuelo y se lo ofreció al muchacho, Dean, creía que le había llamado el cliente.
"Toma Dean, límpiate la sangre. ¿Crees que necesitarás un médico? "
Castiel no pensaba pedirle al chico por sus servicios y así evitar que fuera encarcelado. Pensó que un chico tan joven merecía otra oportunidad.
"No es nada, solo rasguños,.. Por cierto ¿cual es tu nombre?"
"Me llamo Castiel." su nombre real se le escapó al agente.
"Ja, crei que te llamarías John" se rió sin alegría el chico mientras limpiaba lo mejor que podía la sangre de su cara.
"Gracias por el ofrecimiento pero lo que realmente necesito es darte una mamada"
Castiel se quedó con la boca abierta
"Son solo 40, mira te lo dejo a 30 dólares, pero el idiota ese se ha ido sin pagar y tengo que volver con algo a casa. Por favor ...Cas"
El pinganillo volvió a emitir órdenes "acepta la transacción y lo tenemos"
"De acuerdo te daré el dinero·" y empezó a buscar en su cartera , cuando noto unas manos en la cremallera de su pantalón y bajó la mirada para ver a Dean de rodillas sacando su pene libre de su ropa interior.
"Espera chico"
"disculpa las prisas Cas pero es muy tarde y mi hermano pequeño me espera, Soy muy bueno en esto ya verás."
De repente el agente Novack escuchó el aviso de que se procedía al cerco y detención de todos los sospechosos, Y en ese momento las sirenas de la policía empezaron a sonar mientras grupos de agentes iban dando el alto y deteniendo a todos los que estaban trabajando en esos callejones..
Dean soltó el pene de Castiel y con un "!Coño adios!" echo a correr
El agente Novack sabía que debía perseguirlo pero quería darle al chico una oportunidad de escapar así que echó a correr cuando vio acercarse a sus compañeros. Dean ya estaba cerca de la empalizada que daba al otro callejón y con gran agilidad trepó por ella. Castiel no pudo evitar respirar con alivio hasta que oyó gritos y disparos al otro lado de la valla
Apresuró la carrera y saltó la valla con algo de esfuerzo, temeroso de que una de esas balas hubiera dado al chico.
Cuando pudo ver la escena Dean estaba esposado con sus manos a la espalda y su hombro sangraba, El agente Gordon Walker le miró con desprecio y le arreó un par de patadas en el estómago que dejaron a Dean doblándose sobre sí mismo.
"Eso no era necesario Walker" Le recrimina Castiel.
"Este pequeño hijo de puta me empujo para intentar huir" le respondió el otro agente con rabia y levantando a Dean sin miramientos lo arrastró a la camioneta con el resto de detenidos.
Castiel los siguió cabizbajo, le daba pena el chico pero seguramente sería al final bueno para él, la justicia lo ayudaría a cambiar su vida.
