Hola a todos! Esta es una historia de amor entre mi pareja favorita, la de Jack Frost y Elsa de Arendelle, también conocida como Jelsa, espero que la disfruten

No soy dueña de ROTG o de Frozen.

POV de Jack:

Era el viento quien decidía mi rumbo. Así ha sido desde el comienzo y siempre me ha llevado en la dirección correcta. Después, fui elegido por Hombre de la Luna para ser el nuevo guardián y ayudar a los guardianes a derrotar a Pitch Black, también conocido como el Coco. Mi nombre es Jack Frost. Que como lo sé, la Luna me lo dijo, pero eso fue hace mucho, mucho tiempo. No me ha vuelto a decir nada más, pero yo aprendí que debes estar atento a las ocasiones en que intenta decirte algo, por pequeñas que sean.

Jack Frost estaba parado sobre el tejado de una casita en el pueblo al que acababa de hacerle llegar el invierno. Desde hace rato tenía una rara sensación, algo le decía que algo importante estaba por suceder. Se siguió preguntando que era esa rara sensación, hasta que noto que una fuerte corriente de viento lo llevaba en una dirección. Se resistió al principio.

-¡Esta bien viento, iré! Pero no tengo idea de adonde me llevas, ya lleve el invierno a todos los lugares que les correspondía.- Exclamo rindiéndose. El viento comenzó a empujarlo en dirección norte, de repente una luz azul comenzó a iluminarlo todo, y dejo a Jack segado por unos instantes. Cuando abrió los ojos, vio un castillo muy grande rodeado por un muro, en medio de un fiordo. Alrededor vio varios barcos. Se paró en la rama de un árbol y miro a la Luna.

-¿Por qué me has traído aquí, vieja amiga?- Pregunto, aun sabiendo que no obtendría ninguna respuesta. Voló en dirección hacia el castillo.

Al principio no noto nada especial, o al menos, algo lo bastante interesante como para que la Luna lo llevara hasta allá, hasta que vio algo en moverse en una ventana. Se acercó un poco más y vio que era lo que llamo su atención. Eran dos niñas pequeñas que corrían y miraban a los lados para que no las descubrieran. La primera, que parecía tener unos ocho años, tenía el cabello color rubio platino recogido en una trenza, tan claro, que casi era tan blanco como el suyo, ojos azules, piel muy blanca y mejillas sonrojadas, y vestía una bata azul celeste. La segunda parecía tener cinco años, tenía el cabello pelirrojo corto recogido en dos coletas que no le llegaban más allá de los hombros, ojos azules, piel mucho menos pálida que la primera, y un ejército de pecas en las mejillas y la nariz, y tenía puesta una bata de color verde claro. Llegaron hasta un enorme salón y cerraron la puerta. La pequeña exclamo:

-¡Haz un muñeco de nieve!

Jack, desconcertado, se preguntó de dónde sacarían las niñas nieve para hacer el muñeco. Hasta que vio a la mayor hacer una bola de nieve con las manos desnudas.

-¿Lista?- Dijo. La pequeña asintió. La niña lanzo la bola al aire y esta se convirtió en cientos de copos de nieve, que llenaron la sala de montones de nieve. La niña rubia se inclinó un poco frente a la pequeña y le dijo:

-mira esto-. Dicho esto, dio una fuerte patada y el suelo se cubrió con una capa de hielo. Las niñas comenzaron a construir un muñeco de nieve. La mayor se sentó detrás del muñeco, tomo sus brazos y dijo:

-¡hola! Soy Olaf, y adoro los abrazos.- la pequeña corrió hacia el muñeco.

-¡Te adoro Olaf!- Dijo abrazándolo. Comenzaron a patinar en el hielo riendo a carcajadas. Después, las dos niñas se sentaron en un monto de nieve particularmente grande y se deslizaron, antes de salir volando, Elsa se detuvo y Ana aterrizo en otro montón de nieve riendo a carcajadas. Jack se volteo y miro a la Luna.

-gracias por enseñarme que no estoy solo.

-¡Ana!- grita Elsa de repente. Jack se voltea y ve que Anna estaba inconsciente y un mechón de su cabello se había vuelto blanco. Elsa llamo a sus padres y ellos llegaron, cargaron a Ana en sus brazos, tomaron a Elsa y se marcharon al bosque a toda velocidad. Jack los siguió.

Llegaron hasta lo profundo de un bosque, lleno de rocas.

-¡por favor! ¡Ayúdenme! Es…mi hija.-grito el rey. Las rocas comenzaron a moverse y se convirtieron en trolls.

-Es el rey y la reina.-decían todos. Un troll, que se veía especialmente anciano le dijo unas cosas a los reyes, y curo a Ana, le hizo una advertencia a Elsa, y el rey dijo que cerrarían las puertas, limitarían su contacto con el exterior y ocultarían sus poderes de todo el mundo, incluyendo a Ana. A Jack le dolió mucho escuchar que Elsa seria aislada, aparte de obligada a esconder su don de todo el mundo, así que decidió que la ayudaría y cuidaría siempre. Cuando los reyes se fueron, el troll anciano se acercó y dijo:

-Jack Frost, no deberías escuchar a escondidas.- a Jack casi le da un infarto cuando escucho que el troll se dirigía a el.-si puedo verte, es parte de la magia de los trolls, ¿Por qué nos espiaste?- le pregunta.

-porque vi lo que paso con Ana y quise seguir a Elsa.-respondió sin faltar a la verdad.- ¿puedo hacerle una pregunta señor?

-es obvio que ya me hiciste una, pero puedes hacerme otra.

-¿Qué es un corazón congelado?

-es cuando el hielo entra en el corazón de alguien, y poco después este se convierte en hielo solido por siempre, y solo un acto de amor de verdad descongela un corazón.

-esta bien.- Jack volvió al castillo y cuando encontró la ventana de Elsa, la vio sentada en su cama llorando desconsoladamente. Se acerco a ella y le dijo:

-tranquila Elsa, ya no llores.- pero no se esperaba que ella ahogase un grito y se alejara de el.

-¿Quién eres tu?- le pregunto aterrada.

-soy…espera, ¿puedes verme?-pregunto asombrado. Ella asintió, sin salir de su asombro. Jack no pudo reprimir una risa, creía que tendría que hacer mil y un maniobras para lograr que ella creyese en el.- déjame presentarme, soy Jack Frost.

-Elsa de Arendelle, ¿Cómo entraste a mi cuarto?. -por la ventana.

-¿Cómo?

-volando.

-¡¿volando?!-exclamo Elsa.

-así es, déjame aclararte quien soy, mi nombre es Jack Frost, espíritu inmortal del invierno y guardián de la diversión. Tengo magia, igual a la tuya.- le hizo un pequeño copo de nieve para que ella le creyese, Elsa sonrió fascinada. Entonces su sonrisa se desvaneció.

-no, tu magia no es como la mía. La tuya es hermosa. La mía es peligrosa.-dijo a punto de llorar otra vez.

-no Elsa, no digas eso, solo tienes que aprender a controlarla, y yo te ayudare a hacerlo.- le dijo Jack.

-¿en serio?- pregunto Elsa, esperanzada.

-te prometo que nunca te dejare sola.- le dijo abrazándola.- te lo prometo.

¡Muy bien! ¡Esto estuvo bien para el primer capítulo! Aunque es solo el prólogo. Aún falta mucho mas.

Como sea, acepto comentarios, sugerencias, tomatazos, ¡de todo! Soy flexible.

Los veré pronto.

Sayonara!