Hola a todos, soy Zakuro Hatsune y después de experimentar varias ideas en One-Shots y de una gran aceptación –más de lo que esperaba- y acogida por los Fans KorrAsami, que es a lo que me he dedicado a escribir últimamente, he decidido proponerme escribir una especie de "continuación" pero que no considero una tal cual… Pero como sea, espero les guste.
NINGUNO DE LOS PEROSNAJES DE AVATAR ME PERTENCE.
Nuestra historia sigue.
Primer acto: Revelaciones.
Habían pasado tres meses desde que Asami y Korra regresaron de sus vacaciones en el mundo espiritual. Aquel viaje estuvo lleno de aventuras sin parar y de auto-cubrimientos, como lo que sentían ambas chicas. Fue un buen viaje donde la Avatar y la Ingeniero disfrutaron de la compañía de la otra, aquella odisea se quedaría en sus mentes por siempre. Pero eso había quedado atrás y ahora tenían mucha otras cosas que hacer. Por parte de Asami, tenía el deber junto con Varrick de reconstruir Ciudad República y ampliarla, además de ver nuevas formas de bríndale energía y un sistema de seguridad que pudiese repeler ataques tan potentes como los de Kuvira o, inclusive, un nuevo ataque de algún arma espiritual, en fin, mucho trabajo. Para Korra, bueno, ella ayudaba en la reconstrucción con su control y fuerza física y no solo eso, ya en varias ocasiones se les habían visto a amabas chica por la noche siguiendo construyendo. Asami reparando y verificando los cimientos de las nuevas estructuras y Korra ayudándole con materiales y cuidando que no se hiciera daño, la mecánica amaba su trabajo y a veces un cable mal sujetado había atentado contra su vida.
La joven pareja tenía tanto trabajo que cuando la reconstrucción se suspendió para celebrar las fiestas tradicionales de verano fue un alivio. Mientras los ciudadanos normales jugaban y lo pasaban de lo lindo en el festival, en el Templo Aire con la familia de Tenzin, los amigos de la Avatar festejaban las fiestas, la bebida y comida corría por todo el lugar, las risas y las bromas también. Se vivía una ambiente de algarabía por la estación y por el ritmo de la reconstrucción, tardarían menos de lo planeado y eso era algo para celebrar. La sala de fiestas de la familia de maestros aires estaba a reventar de personas pues todos estaban ahí: Bolin, Mako, Lin, Su y su familia -incluido Bataar Jr-, obviamente los maestros Aire, Iroh II, Zhu Li y Varrick. Pero, ¿dónde estaban la Avatar y la ingeniero? A pesar de que todo era risa, la ausencia de aquellas dos muchachas se sentía, habían acordado reunirse ahí hacia dos horas y no tenían noticias de la mecánica ni la maestra de los cuatro elementos.
Mientras todos celebraban, una chica vestidas con un pantalón ancho de trabajo, botas, una camisa roja con el logo de industrias futuro en el brazo esperaba apoyada contra la pared a su novia afuera de una celda de madera, ya estaba acostumbrada a ello, pero no podía evitar sentirse ligeramente enojada con eso. Desde que llegaron de su vieja, Korra iba visitar a Kuvira cuando tenía tiempo libre, al inicio no le tomó importancia, pero los celos no tardaron en aparecer e insistió en acompañarla cada vez que iba, a la morena no le importó en lo más mínimo, al contrario, se sentía feliz de que estuviese allí con ella. Suspiró al darse cuenta que su novia no salía de allí, ¿de qué tanto hablaba con la maestra tierra? Quería pegar su oreja y escuchar lo que decían, pero simplemente se quedó ahí cruzada de brazos, confiaba en Korra, pero la curiosidad la carcomía por dentro.
El avatar estaba sentada frente a los barrotes de madera observando a la que alguna vez llamaron "Gran Unificadora", había desarrollado cierta empatía por aquella maestra tierra que le provocaba un sentimiento amistoso para con ella, así que siempre que podía -y Asami estaba de humor- la iba a visitar. La morena estaba más que enterada de que aquellas visitas irritaban a su novia, y eso era algo que le gustaba hacer simplemente por le hecho de que le encantaba contemplar a la ingeniero así de posesiva para con ella pues era diferente a como normalmente la trataba. Asami no le plantaba caras o le exigía una explicación, sus celos eran elegantes y finos, para empezar, se negaba a admitir delante de ella que tenía aquella emoción a flor de piel y eso le encantaba porque podía reafirmarle cuanto la amaba, ella aceptaba su amistad con Kuvira, pero no de muy buena manera. La ex-gran unificadora se había convertido en una clase de amiga para la Avatar, pues ella fue la primera en enterarse de la relación -que hasta ese entonces nadie conocía- de ella con Asami, su reacción fue de sorpresa pero al final se alegró por ella. Kuvira era una buena persona que tomó las decisiones incorrectas y las empleó de mal modo.
— ¿Así que ya decidieron contárselo a todo, no? — Preguntó la maestra tierra con una leve sonrisa.
— Solo a nuestros amigos cercanos y a mis padres, no queremos que toda Ciudad República se entere de ello aún, lo nuestro es algo... complejo... — Explicó tranquilamente la avatar mientras se ponía de pie. — Bueno, me tengo que ir, fue un placer hablar contigo.
— Sabes que eres bienvenida aquí. Tus visitas siempre me son gratas. — Dijo Kuvira imitando la acción de la morena.
— Si, pero creo que a Asami no le gusta mucho. — Comentó Korra con una risita nerviosa.
— ¿A caso tu "ángel" sabe que a diferencia de ustedes, las chicas no van? — Interrogó la maestra con una sonrisa.
— Lo sabe, pero ella cree que soy demasiado linda y tierna y que cualquiera podría enamorase de mi. Y no le digas "ángel" a mi Asami. — Ante eso la ex-villana se echó a reír.
— Espíritus, te debe ver con ojos de amor. — Se burló la joven mujer.
— Oye, no te burles de mi novia. — Se quejó falsamente ofendida Korra.
— Vale. — Paró de reír Kuvira. — Entonces, nos vemos luego, avatar Korra.
— Ya, nos vemos, Kuvira. — Se despidió la chica de ojos azules y salió de la celda.
Cuando cruzó el umbral de salida lo primero que observó fue la figura de su novia con los brazos cruzados como siempre estaba y con el ceño fruncido. Amaba verla así de enojada, pero hasta ella sabía que tenía sus límites. Se acercó cuidadosamente hasta donde ella estaba y, apenas la ingeniero se percató de que su pareja estaba ahí, se separó de la pared y se puso delante de ella. Korra, hábilmente, se puso de puntitas y unió sus labios en un tierno beso de disculpas, había demorado demasiado y lo sabía.
— Perdón por hacerte esperar tanto. — Se disculpó la morena.
— No importa. Es tiempo de irnos, nos están esperando con Tenzin. — Dijo tajantemente la señorita Sato. Korra suspiró y le tomó de la mano con delicadeza.
— Hey... Gracias por siempre acompañarme aquí... Sé que Kuvira y tú no se llevan bien y todo eso, pero realmente me alegra que aceptes mi amistad con ella y que vegas conmigo. Te amo por eso.
Y ahí estaba otra vez esa maldita carita que Asami adoraba, Korra tenía el poder de hace que su corazón de derritiese con aquellas expresiones faciales tan tiernas e infantiles. Dios, ¿por qué era así? Quería estar irritada con ella, enojada y todo lo que se le ocurriera, pero apenas la veía y esos enorme ojos azules de cachorrito huérfano se posaban en los verdes zafiros de ella todo parecía esfumarse. Sin resistirse, la abrazó y besó aquello labios suaves y dulces que tanto amaba.
— Sabes que jamás puedo enojarme contigo. — Korra solo sonrió y le devolvió el beso.
— Jamás haría algo que te enojara. — Mintió. — Ahora, en marcha.
La avatar chifló y en cuestión de segundos su perro-oso polar ya estaba allí meneando lo cola. La morena ayudó a subir a su novia y después ella la acompañó, dio una orden y el animal empezó a correr en dirección al puerto donde los esperaba el barco que las llevaría a la Isla del Templo Aire. En el transcurso ambas aprovecharon el tiempo para darle una pequeña ojeada a su plan de cómo decirles a todos sus amigos que ellas dos sosteniendo una relación amorosa, no iba a ser fácil y no podían decirlo como si nada, así que prefirieron esperar a la mañana siguiente cuando todo el aire festivo estuviese más calmado porque si lo decían esa noche, de seguro se lo tomarían en broma y culparían a la bebida alcohólica al día siguiente. Se preguntaron el cómo reaccionarían sus amigos, ellas jamás habían escuchado sobre una relación del mismo sexo antes, ¿serían las primeras? No, no lo creían. Ahora que lo pensaban, en el mundo espiritual no se distinguía el género de los espíritus, quizá podrían usar eso como argumento después.
Al llegar al puerto, ambas chicas se bajaron del perro-oso polar y subieron con todo y el animal al barco. Tardarían un rato en llegar así que se sentaron y se recostaron arriba de Naga para contemplar la ciudad. Ciudad República era una sombra de lo que alguna vez fue, edificios destruidos y otros tantos en proceso de construcción se podían apreciar a la distancia un gran rayo de luz que emergía del centro de la ciudad dejando ver como espíritus entraban y salían de éste, las lianas se extendían por varios kilómetros acogiendo entre sus raíces y ramas las edificaciones que estaba a su paso. Sabían que la reconstrucción sería muy lenta, a Asami le costó tres años generar nuevas rutas que pasaran por la cuidad sin alterar a los espíritus, agradecía la ayuda de Varrick en ese instante, pues quizá en dos años ya Ciudad República estaría como nueva y contaría con un mejorado parque "avatar Korra" cortesía de Industrias Futuro.
Al llegar a la orilla ambas chicas bajaron, obviamente la morena ayudó a la ingeniero a bajar. Notaron un barco de guerra en el mismo puerto donde ellas estaban y entendieron que el general Iroh II estaba ahí, últimamente Korra lo veía muy seguido, eso estaba bien, era su amigo, pero lo que no le gustaba era la forma en la que veía a Asami. Siempre que Iroh estaba cerca de la mecánica notaba como trataba de acortar la distancia entre su novia y él, así que procuraba estar al lado de la ingeniero cuando el general estaba cerca. Quizá se estaba haciendo ideas equivocadas, pero prefería mantenerlo a raya por si algo pasaba. Cuando llegaron a la sala donde se celebraba al fiesta todos estaban riendo y contando chistes, Varrick narraba historias de su vida como granjero, Mako y Lin hablaban sobre el trabajo, Su trataba de hacer que su hermana mayor dejara su vida laboral por un segundo y a su vez que el pobre muchacho hiciera lo mismo, Iroh II hablaba con Bumi sobre sus aventuras y los demás tenían charlas triviales.
— ¡Oh, miren quienes ya llegaron! — Gritó Bolin corriendo a abrazar a sus amigas. — ¿Dónde estaban? Las hemos esperado por horas.
— Lo sentimos, tuvimos una pequeña distracción. — Se excusó Korra. — Pero ya estamos aquí.
— Señorita Asami, es un gusto encontrarla aquí. — Se escuchó la voz de Iroh II y al instante la ingeniero sintió un beso en su mano que la incomodó bastante y una mirada asesina por parte de Korra taladró al general.
— Eh... Hola general... — Saludó tensa con las cejas curvadas.
— ¿¡Qué están esperando!? ¡Siéntense! — Graznó el maestro tierra con su energía habitual.
La fiesta transcurrió normal, todos reían y jugaban. Mako y Lin decidieron tener una guerra de quien podía fruncir más el ceño. Obviamente Lin ganó dejando a Mako como el segundo más amargado y próximo Lin BeiFong. En una de las tantas bromas, a Su de le ocurrió la brillante idea de que su hermana mayor acogiera a Mako como su hijo o protegidos ya que Bolin se iría a casar con Opal tarde o temprano, así que para ampliar el apellido BeiFong, ¿por qué no meter igual al maestro fuego? El sonrojo de Lin y del chico policía fue gigantescos, era bien sabido que esos dos tenían una relación muy, pero muy, similar a la de una madre y su hijo y por la reacción que ambos tuvieron era más que evidente que se querían. Después de ese incomodo momento, llegó el turno de fastidiar a Jinora y a Kai con el simple objetivo de ver a Tenzin furioso, ambos tenían una relación, era obvio, pero ver al anciano maestro aire todavía incapaz de aceptar que su hija había crecido y estaba experimentando el amor por primera vez era más que cómico. Bolin y Opal pasaron todo el rato actuando como enamorados empalagosos, hasta Su llegó a separar a la pareja de tanta miel que escurrían.
En algún punto de la fiesta, Asami decidió ir a dar un paseo para relajarse de todo el alboroto, para ella era genial pasar tiempo así con sus amigos, pero cuando el ruido la sobrepasaba necesitaba un respiro. Se disculpó y salió de la habitación con los ojos de Korra sobre de ella, la morena entendía que a veces el escándalo muy fuerte llegaba a estresar a Asami muy fácilmente, una fiesta con sus compañeros era más escandalosa en comparación a las tranquilas y relajadas veladas a las cuales le líder de Industrias Futuro estaba acostumbrada, así que decidió darle su espacio, o eso pensó hasta que vio salir detrás de ella a Iroh. Algo en eso no le pareció muy correcto así que usando la excusa de que iba al baño salió para seguir al general. Todos en la fiesta notaron lo extraña que actuó Korra cuando salió detrás del general, muchos empezaron a murmurar que la Avatar al fin había encontrado a un nuevo amor y las bromas se dirigieron en dirección a Mako, las más pesadas fueron dichas por nada más y nada menos que su jefa, Lin.
La ingeniero al fin podía estar en paz, sin ruido ni escándalo, el aire fresco le golpeaba en el rostro y jugaba con su negro cabello. Todo era magnifico, solo le faltaba alguien que la abrazara y, como si alguien leyera su mente, sintió unas manos posarse en su cadera. Sonrío al inicio pensado que sería su novia, pero aquella expresión de felicidad no tardó demasiado al darse cuenta que aquellas manos eran demasiado robustas para ser de Korra, se alteró y enseguida dio una patada para alejar a la persona que osaba tocarle sin su permiso. Su vergüenza fue monumental al ver al general Iroh con ojos impresionados. Aquella mujer era increíble, jamás se esperó que diera una patada así y menos que estuviese a centímetros de su rostro, realmente Asami Sato era maravillosa, se enamoró de ella cuando la volvió a ver junto a Korra, estaba más hermosa y madura, sin duda el sueño de todo hombre y, al enterase de todo lo que podía hacer, sin duda la quería para él.
— ¡Lo siento tanto! — Se disculpó Asami cubriendo con sus manos sus labios.
— No, no, está bien, fue mi error. No debí agarrarla de ese modo. — Argumentó el joven de ojos dorados. — Dígame, señorita Sato, ¿qué hace tan sola por aquí?
— Quise despejar mi mente un rato, hay demasiado ruido allá adentro. — Respondió con sutileza la chica. — ¿Y usted, general?
— Vi que salió y me preocupé por usted. — Respondió con ese tono militarizado.
— No veo el motivo de su preocupación, pero de todas formas, se lo agradezco. Ya me siento mejor y creo prudente regresar con nuestros amigos. — Dicho esto, Asami empezó a caminar en dirección al Templo, pero su muñeca fue tomada por el general.
— Si me lo permite, me gustaría pasar más tiempo con usted. — El agarre de Iroh le dio una alerta a la ingeniero.
— No se lo tome a mal, pero creo que eso sería inapropiado. — Dijo la mecánica zafándose del chico de la nación del fuego.
— Me temo que no estoy en servicio, así que hacer actos inapropiados se me es permitido. Señorita Asami, tengo una gran atracción por usted y espero me permita llegar a ser su pareja. — Confesó el joven de tez pálida dejando a la chica boquiabierta.
— General, me halagan sus palabras, pero me temo que ya tengo una relación con alguien más. — Expresó la mecánica frunciendo el ceño.
— ¿En serio? En ese caso me disculpo de ante mano, aunque que yo sepa usted está soltera. — Habló audazmente el general.
— No, lo está. — Se escuchó una tercera voz.
— ¿Korra, qué haces aquí? — Preguntó Iroh confundido.
— Nada en especial, solo vine a ver que mi "novia" estuviese bien, ¿o no, amor? — Hizo énfasis la morena mientras tomaba a Asami de la cintura.
«¿Qué estás haciendo, Korra?», pensó alarmada la ingeniero. Jamás había visto a Korra celosa, pero ahorita que reflexionaba, se veía realmente tierna.
— Tranquila, cariño, estoy bien. — Contestó la joven de ojos verdes.
— No es por ser descortés, pero no puedo creer que ustedes dos sean pareja. — Comentó gentilmente el general.
— ¿En serio? — Interrogó Korra alzando una ceja.
Usando un poco de su aire control, se alzó lo suficiente para besar los delicados labios de Asami. El general quedó primero impactado, solo había visto aquello en muy pocas ocasiones y no sabía cómo reaccionar ante ello. Era un hecho que es esa época nadie sabría cómo actuar ante algo así, pues era realmente raro, pero estaban pasando cosas realmente raras en esas épocas.
— Eh... Yo... Ya, ya veo. Mis disculpas, señorita Sato, no sabía que salía con Korra. — Aquellas palabras a pesar de ser atropelladas, eran sinceras.
— Tranquilo, Iroh... ¿Todo bien? — Preguntó Korra algo nerviosa.
— Claro, somos amigos, ¿o no? — Sonrío el general.
— Si. — Contestó la morena igualmente sonriente.
— Bueno, me retiro. Felicidades, es bueno ver que encontraste a alguien que no te hace enojar tanto. — Bromeó el chico de ojos dorados antes de irse.
Ambas chicas quedaron solas, la luna era la única que las veía a la distancia y el sonido del festival podía apreciarse a muy poco volumen.
— Bueno, ya tenemos al primero. — Habló Korra sosteniendo la mano de su novia.
— Y no en las mejores condiciones... Pero pareció aceptarlo bien. — Concluyó la ingeniero.
— Si, eso creo. ¿Qué te parece si regresamos? Escuché que le están haciendo bromas a Mako y la líder es Lin. — La risita de Asami fue música en los oídos de la morena.
— Por supuesto. — Accedió la mecánica.
Iroh llegó a la fiesta aun sin entender muy bien que había pasado, se dirigió directo a Mako y dejó caer su mano en el hombro, lo miró a los ojos con expresión de "lo siento". Casi todos sabían que el maestro fuego seguía queriendo a la Avatar, se preocupaba demasiado por ella y sus ojos reflejaban el amor que le tenía, pero él sabía que no podía estar con ella ya que Korra jamás le dio una pauta sobre una reconciliación. El actuar del general alarmó al maestro fuego un poco, ¿habría establecido una relación con la morena? ¿Aquella chica ya tendría un nuevo compañero? No lo sabía pero estaba segura que lo averiguaría esa noche gracias a que su hermano preguntaría que pasó allá afuera ya que Iroh no le decía palabra alguna. El general era consiente que la información que acababa de recibir era confidencial y que no era correcto que él hiciera público la relación entre el Avatar la líder de Industrias Futuro.
Asami y Korra al fin llegaron donde estaban sus amigos, se sentaron en sus respectivos lugares y buscaron con la mirada al general Iroh II, para su suerte lo encontraron hablando pacíficamente con Bumi, aquel muchacho le tenía una gran admiración a aquel hombre y más ahora que era un maestro aire. No tardó mucho esa escena pues Bolin, quien era el más impaciente porque Korra llegara, se puso junto a ella y le tomó del hombro apegándolo a él. Asami simplemente observó divertida la escena, tenía conocimiento de lo emotivo que era el maestro tierra así que solo se limitó a burlarse de su novia al ver la cara que ponía por el contacto tan abrupto al que estaba siendo sometida. Todo marchaba normal hasta que Bolin hizo la pregunta que todos, y más Mako, esperaban escuchar, no por nada aquel chico de ojos verdes era la voz de la curiosidad de todos, si algo incómodo querían saber, se lo preguntaban a Bolin para que él diera con la respuesta.
— Dime, Korra, ¿cuándo sucedió? — Interrogó el maestro tierra.
— ¿Cuando sucedió qué? — Cuestionó la morena confundida.
— No te hagas, ¿desde cuando sales con Iroh? — Asami, quien se encontraba bebiendo un poco de té lo expulsó de su boca a tal velocidad que se pudo ver un arcoíris.
— ¿¡Qué!? — Gritaron ambas chicas a la vez.
— Hey, no es para enojarse, le pregunté a Iroh y no me quiso contestar. Me parece muy bien que ambos se den una oportunidad. — Trató de arreglar las cosas Bolin, pero fue en vano.
— ¡Yo no salgo con Iroh! — Chilló la Avatar.
— Yo no salgo con Korra, quería salir con la señorita Sato pero ella me rechazó. — Habló el general desde su lugar y con tono tranquilo.
— ¿Y entonces por qué saliste después de que él se fue? — Continuó Bolin.
— Porque... ha... — Asami extendió su mano y agarró la de Korra dándole un mensaje mudo. — Porque quería asegurarme de que nada le pasara a Asami... Sabía que Iroh sentía algo por ella y sentí celos de ello... Bueno, después de todo... la amo demasiado.
— ¡Que linda, siempre tan preocupada por su amiga! — Expresó el maestro tierra.
— Creo que no me di a entender. Asami y yo, las dos... pues... estamos saliendo... como una pareja. — Aclaró la avatar.
Todos en ese momento se quedaron en silencio, ahora que lo pensaban: Asami y Korra pasaban demasiado tiempo juntas, inclusive desde antes de que se fueran a su viaje. Tenzin dedujo que algo pasó en esa travesía a la cual solo ambas chicas fueron. Pema solo sonrió, había notado la forma en cómo se miraban y eso era obviamente amor. Mako se quedó en shock, sus dos ex juntas en una relación amorosa; miró a Asami y se dio cuenta que no tenía ninguna esperanza de competir con ella, la heredera había plantado, cuidado y visto crecer su relación con la Avatar al contrario de él quienes solo sintieron atracción y saltaron la parte de crecer su relación, cosa que la mecánica había hecho desde hace años.
— Claro, ustedes siempre están junta, son pareja en todo. — Mako gruñó por lo bajo y vio que era hora de aclararle las cosas a su hermano.
— Bolin, Asami y Korra son novias. — Dijo el maestro fuego. — Felicidades, chicas.
— Si, felicidades. — Dijeron todo en unísono menos el maestro tierra.
— Haber, no entiendo... ¿Eso significa que les que les gustan las chicas? — Cuestionó Bolin.
— No, significa que hemos encontrado el amor en una forma un tanto distinta. — Habló Asami sonriendo.
— El amor es algo misterioso y viene en muchas formas, eso fue lo que me dijo el general Iroh cuando fui por primera vez al mundo espiritual. — Comentó Korra mirando a Asami.
— Yo no veo el inconveniente, estamos en una época con muchos cambios y creo que este es uno de los que marcarán un futuro próspero. — Habló Tenzin.
— ¡Por las chicas! — Alzó su copa Pema.
— ¡Por las chicas! — Dijeron todos.
- o - o - o - o - o - o - o - o - o -
Después de un año Ciudad República estaba totalmente reconstruida gracias a Asami, Varrick y Bataar jr. Los tiempos de paz parecían más cerca que nunca y eso alegraba a todos, menos a Kuvira. La ciudad ya estaba lista y eso significaba que su juicio seria dictado ese mismo día. Los guardias llegaron junto con las esposas de platino que ya tenía bien conocida la maestra tierra, no opuso resistencia a su aprensión, sería bueno salir y respirar aire fresco. Cuando salió de la jaula de madera en la cual la habían enclaustrado por todo un año se sintió mejor que nunca, la sensación de los rayos del sol directo con su pálida y deteriorada piel fue lo mejor que sintió en toda su vida. Pero solo tardó unos cuantos segundos, porque de inmediato la metieron en un carro para transportarla a la nueva casa de justicia de Ciudad República para recibir su sentencia.
Todos estaban expectantes para saber cuál sería el castigo de la "Gran Unificadora", el equipo avatar estaba ahí junto con todos los líderes de las naciones. El lugar donde se ejercería el juicio era enorme y redondo, la mecánica lo había diseñado específicamente para darle una sensación de inferioridad al acusado, el lugar donde se ponía al criminal se encontraba en medio y a su alrededor en forma de circulo surgían los lugares de los que presenciaban la ejecución, todo estaba hecho de madera pues ese era el lugar de sentencia de los maestros tierra. Entre los primeros lugares, junto con loa líderes de naciones, estaba la Avatar y Asami, después estaban Mako, Bolin y Lin. En los lugares superiores, más específicamente en los últimos, estaba la familia BeiFong para evitar enfrentamientos verbales.
El juicio estaba a punto de acabar, los cargos de los que se acusaba a Kuvira eran serios: Homicidio en masa, ataque armado a Ciudad República, anarquía, insurrección, atentados contra la libertad y muchos más. El juez miró por última vez a la maestra tierra quien era apenas una sombra de lo que alguna vez fue, más delgada y el cabello crispado, piel pálida y mirada deplorable. Su no soportó más, a pesar de que se empeñaba en odiarla, cada vez que la veía solo podía observar a la pequeña que encontró hace tantos años. Al final, el juzgado habló y el juez recibió en un sobre la sentencia deliberada. Los ojos ancianos del señor leyeron las palabras impresas en el papel y después se fijó en la maestra tierra que mantenía su frente alto, cualquiera que fuera su sentencia, la aceptaría sin chistar. Iba a pagar por sus pecados y errores que cometió.
— Kuvira de Zaofu, el jurado ha tomado una decisión. Por tus crímenes contra la República Unida Tierra y por atentados contra la paz de las naciones. Tu sentencia será la máxima posible: Pena de muerte. — Korra se quedó estática, pero fue la única que pensó que aquella elección era demasiado. Estaba a punto de pararse cuando sintió como alguien lo hacía a su lado. Asami.
— Yo me opongo a la resolución del juicio. — Todos se quedaron plasmados ante la acción de la mecánica, inclusive su novia.
— Señorita Sato, le ruego tome asiento. — Ordenó el juez.
— Me rehúso a hacerlo hasta que el veredicto de esta sesión sea justa. — Todos los presentes miraron a la líder de industrias futuro, expectantes pues todos sabían que la acusada había asesinado a Hiroshi Sato, su padre.
— Por favor, señorita Sato, sabemos que usted es amiga del avatar y posee influencias muy grandes, pero le pido que se siente. — Demandó el anciano.
— Y yo le pido, por favor, que se le dé a la acusada un veredicto justo. — Reafirmó Asami.
— ¡Señorita Sato, siéntese antes de que llame a la policías y le imponga una demanda por abuso de autoridad! — Gritó el juez ya enojado.
— ¡No le permito hablarle así a Asami! — Se enfureció Korra. — Por favor, permítale a mi... amiga... argumentar su punto. Lo demanda el avatar.
— Está bien... — Gruñó el anciano.
— Escuchen todos. — La ingeniero se paró de su lugar y se dirigió hasta donde estaba Kuvira. — Sé que ustedes tienen emociones encontradas para con Kuvira, pero nadie merece quitarle la vida a otra persona. Eso me lo enseñó el Avatar y la historias de sus vidas pasadas. ¿Por qué nosotros, que somos menos que el ser que controla los cuatro elementos, debemos quitarle la vida a esta persona?
— ¡Pero ella mató a miles! — Se escuchó una voz al fondo.
— ¿Y matarla te hará mejor que ella? ¿Estarías dispuesto a cargar con la muerte de alguien en tu consciencia como ella lo está haciendo? Y no solo de una persona, sino de miles. — Las palabras de Asami enorgullecieron a Korra y calaron a los espectadores. — Levante la mano quien esté dispuesto a cargar en su conciencia la vida de una persona.
Todos en la sala miraron a la ingeniero y agacharon la cabeza, era fácil hace una condena cuando no sabían lo que aquello significaba. La Avatar miró a su novia y su sonrisa fue enorme al ver que solo dos o tres personas de toda la audiencia alzaron la mano.
— Juez, si mis matemáticas son correctas, y creo que lo son, la mayoría está en contra de que sentencien a Kuvira a muerte. Propongo que se dicte un nuevo veredicto. — Dicho eso, Asami volvió a su lugar pasando junto a la prisionera.
— Gracias... Sato... Ya veo porque Korra está loca por ti. — Susurró la maestra tierra para que solo la mecánica lo escuchara.
— Porque amo a Korra lo hice. No quería verla sufrir por tu muerte, me guste o no, ella te aprecia como su amiga. — Siseó la ingeniero siguiendo de largo.
— Ya entiendo porque Korra te llama ángel... — Comentó más para sí misma que para la joven Kuvira.
El juzgado pasó varias horas deliberando entorno a cuál sería el mejor castigo para la Gran Unificadora, después de dos horas hablando y discutiendo, decidieron que lo más adecuado era mantenerla encerrada de por vida en una prisión de alta seguridad que el Loto Blanco elegiría sin interacción con alguien. Korra estaba más tranquila con aquello, quizá ya no la podría visitar tanto, pero sabía que si lo hacia ella se negaría a recibirla por ser parte de su castigo. Dirigió su mirada a Asami quien se mantenía indiferente, sin duda alguna ella era una de las personas que más la impresionaba, pudo perdonar a su padre -quien alguna vez intentó matarla- y ahora intercedía para salvar la vida de Kuvira a pesar de que no se llevaban muy bien. Tomó su mano con delicadeza y le dedicó una sonrisa, al ver que ella igual le correspondía al gesto supo que lo había hecho por su cuenta a pesar de que había escuchado que lo hizo por ella, por eso era su ángel.
Al salir del tribunal la pareja hablaba sobre tomar unas nuevas vacaciones después de la fiesta de inauguración de la nueva Ciudad República, quizá por dos días en el Mundo Espiritual. Seguían charlado y planificando todo cuando una mano se posó en el hombro de Korra. Asami miró a su compañera y la vio nerviosa, sus ojos se habían abierto como platos y su cuerpo estaba tenso. La avatar volteó lentamente en dirección al sujeto que la agarraba, conocía esa sensación, jamás la olvidaría ni en un millón de años. Barba, músculos, cabello largo y vestimentas tradicionales de la Tribu agua del Sur. Su padre estaba ahí, y no solo él, sino que también Senna, su madre, lo acompañaba. ¿Qué estaban haciendo sus padres ahí? Y en ese instante se dio cuenta de cómo estaba, giró sobre sus talones para ver a sus padres directamente. Tenían una sonrisa en la cara y no de esas que ponen cuando se alegraban de verla, algo se traían entre manos y no le gustaba para nada a Korra.
Tonraq y Senna se habían enterado de una forma no muy práctica de que su hija y la líder de Industrias Futuro tenían una relación amorosa. No todos los días recibe en tu hogar a la madre -muerta- de aquella chica. Aun lo recordaban perfectamente: Era ya de noche y estaban a nada de cenar cuando la puerta de su hogar sonó, la madre de la Avatar decidió abrir y, en el umbral, encontró a una hermosa mujer que no pasaba los treinta años vestida como los colonos de la Nación del Fuego. Le preguntó que si podía pasar pues era la madre de Asami y quería hablar con ellos de un tema delicado. Senna, al escuchar el nombre de la amiga de su hija que tanto se repetía en sus cartas habituales, la dejó pasar sin chistar. La señora Sato compartió mesa con Senna y Tonraq, ya una vez los alimentos sucumbieron ante el apetito voraz de todos, el diálogo se dio. La madre de Asami, que se presentó como Yue Sato, les contó a los padres de Korra sobre lo que ella vio en el Mundo de los Espíritus y les pidió en favor que permitiesen a su hija estar con la de ella, ya que era ahora lo única familia que le quedaba después de la muerte de Hiroshi Sato, su padre.
El líder de la Tribu Agua del Sur miró a su esposa impresionado, su hija se había enamorado de una... ¿chica? Y no de cualquiera, sino de su mejor amiga. Al inicio obviamente se negó a creer eso, había conocido a Mako, el que fue alguna vez novio de su hija y, hasta donde él sabía, solo le habían atraído chicos. Yue, al ver la negativa de Tonraq, intentó con otro método: Para empezar le pidió que le diese un motivo por el cual ambas chicas no pudiesen estar juntas ya que, desde donde ella venía, los espíritus no poseían un género en específico y si lo tenían, no les importaba ya que cuando el amor llegaba se quedaba sin importarles nada. Luego le preguntó que si su esposa fuera un chico, ¿se hubiese enamorado de él? e hizo lo mismo para Senna con sus respectivos cambios. Ambos se miraron mutuamente y entendieron el punto al cual quería llegar la señora Sato. Si, ambos se amaban y si fueran del mismo sexo, seguirían amándose. Esa fue lo último que le dijeron a Yue antes de verla desvanecerse. Tenían que hablar con su hija y decirle que estaba de acuerdo con lo que estaba teniendo con Asami, a la mañana síguete tomaron el primer barco a Ciudad República y ahora estaban allí junto a su hija y su novia.
— ¡Papá, mamá! ¿¡Qué hacen aquí!? — Interrogó Korra realmente sorprendida.
— Yo esperaba un abrazo de parte de mi hija. — Se quejó Tonraq.
La avatar no tardó en cumplir el capricho de su padre, lo tomó entre sus brazos y dejó que acariciara su cabeza, desde que se fue de vacaciones al Mundo Espiritual con Asami no veía a sus padres. Luego llegó el turno de Senna, con ella Korra fue más cariñosa dándole un beso en la mejilla.
— Y veo que estás con Asami. — Comentó el líder de la Tribu Agua del Sur extendiendo su mano a la joven mecánica. — Aun no te puedo agradecer lo suficiente por todo lo que hiciste por Korra cuando estuvo mal.
— Es un placer verlo de nuevo, señor. — Saludó la chica con una sonrisa. — Y no me tiene que agradecer por nada, lo hice porque quise. Su hija es una persona muy especial para mí. — Aquel comentario sonrojó a Korra a más no poder.
— Vaya, Asami, estás mucho más linda que la última vez que te vimos. — Le halagó Senna abrazando a la chica.
— Gracias, ¿qué les trae de visita por aquí? — Preguntó interesada la ingeniero, no era normal que los padres de su novia dejaran su Tribu.
— De hecho... Nos gustaría hablar con las dos. A solas. — Aquellas palabras hicieron eco en la mente de ambas chicas.
— ¿Les parece adecuado ir a mi oficina? Les ofrecería mi mansión, pero la familia de Mako sigue ahí. — Propuso la ingeniero algo nerviosa.
— Por supuesto. — Accedió Tonraq con una sonrisa.
Así, los cuatros se encaminaron en dirección a Industrias Futuro con los nervios a más no poder y un enjambre de mariposas en el estómago de la joven pareja.
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
Tonraq y Senna estaban impresionados al ver tan gigantesco edifico, jamás habían visto un rascacielos así de grande. Apenas se adentraron a las instalaciones la ingeniero los guio hasta el ascensor, ahí pasaron los cinco minutos más incómodos de toda su vida. La joven mecánica de ojos verdes tenía a los padres de su novia y a ésta ahí mismo detrás de ella y nadie decía nada, el bochorno crecía con forme pasaba el tiempo que parecía eterno, se concentró en la puerta que tenía delante de ella y en mirar como los números pasaban tratando de conservar toda la calma posible. Korra solo paseaba la mirada entre Asami y sus padres, su pareja parecía tan formal y cómoda en esa situación que no sabía qué hacer, ¿debía hablar con sus padres? ¿Hablar con Asami? ¿Decir alguna broma? ¿A caso tenía algo en sus glúteos su novia? «¡No, Korra, no le veas el trasero a Asami mientras estén tus padres presentes!», se regañó a si misma la Avatar. Usualmente cuando amabas usaban ese ascensor la morena aprovechaba para hacerle ciertas "travesuras" a su compañera, como por ejemplo, palpar aquel lindo trasero suyo para "verificar" que su falda no tuviese arrugas.
Al salir del ascensor los padres de Korra se quedaron impresionados, había miles de máquinas por doquier, planos y herramientas regadas por el piso. Asami se disculpó por el tiradero que era su oficina -todo un piso del edificio-, pues también era su laboratorio y taller de trabajo, siguieron caminando hasta llegar a una puerta que la ingeniero abrió con su llave que tenía en el bolsillo de su falda, adentro todo era más organizado. Era su oficina. En el fondo se apreciaba un gran ventanal que daba la vista directo a la estatua de Korra que ella misma había mandado a construir, a lo lejos surgía la de Aang y una bella vista en panorámico de Ciudad República. El color predominante de su lugar de trabajo era el rojo, pero tenía pequeños toques azulinos. Tonraq se quedó embelesado con la vista al igual que Senna, pero a diferencia de ellos, Korra se había quedo mirando abobada a Asami, estaba parada junto en medio de la ventana y parecía que el sol la iluminaba como un ángel caído del cielo.
Todos estaban reunidos alrededor de una mesa de té que la ingeniera tenía en una pequeña terraza que conectaba con el umbral de la ventana, lugar más privado no podía haber, estaban a varios pies sobre el suelo y no había ni un alma a su alrededor. Asami había prohibido que le conectaran a cualquier cliente ese día, así que no serían interrumpidos. Los padres de Korra miraron a las chicas quienes estaban igual o más nerviosos que ellos, ¿cómo debían empezar? La última vez que tuvieron esa charla fue cuando aquel maestro fuego llegó al polo Sur, su hija parecía tan feliz que se los presentó como si nada, cosa que en ese momento no era igual. ¿Por qué Korra jamás les dijo nada acerca de Asami? Sabían quién era, sabían que cuando estuvo separada de ella esos tres años la llamaba a gritos cuando tenía pesadillas. No llamaba ni a su padre, ni a su madre o a Naga. No. Solo gritaba el nombre de la heredera Sato. La conocieron también cuando fue al polo sur con ella, pero no interactuaron tanto con la ingeniero a excepción de unas contadas ocasiones, no fue sino hasta que envenenaron a su hija que la conocieron más a fondo. Ella estuvo ahí cuando Korra la necesitaba, le cuidó, apoyó y veló por ella en toda su estadía en el Templo Aire.
— Bueno... ¿Y qué hacen aquí? Me hubieran escrito una carta por lo menos. — Decidió hablar la Avatar para romper el hielo.
— Queríamos verte a ti, mejor dicho, a ambas. — Empezó Tonraq hasta que Senna lo irrumpió.
— ¿Por qué no nos dijiste que tú y Asami salían juntas? — El sonrojo de ambas chicas fue abismal.
— ¿¡Qué!? ¿¡De qué hablan!? ¿¡Asami y yo!? No, no, no, no. — Contestó nerviosa Korra.
— Korra es una persona muy especial para mí, señora Senna, pero... no creo que sea para tanto... A lo mejor alguien se confundió y... — Pero ambas voces fueron acalladas.
— Korra, no nos mientas, sabemos la verdad. — Sentenció su madre y supo que no podía seguir mintiendo.
— Papá, mamá... No les contamos nada porque... No sabíamos cómo actuarían... queríamos que fuesen los primeros... pero pasaron tantas cosas y estábamos tan ocupadas que no nos dimos el tiempo para hablarles. — Explicó Korra apenada.
— Señor Tonraq, señora Senna, sé que no hemos convivido mucho... pero realmente amo a Korra. Ella es más que especial para mí, es mi novia y mi familia... No me separen de ella... por favor... — Pidió Asami con un tono melancólico.
— Nosotros no dijimos nada de sepáralas. — Se escuchó la voz de Tonraq con suavidad. — No vemos el impedimento. Estamos en una era donde los espíritus y los humanos estamos más cerca que nunca, volviendo a nuestras raíces donde el amor nos llega y en nosotros está en aceparlo o no.
— Asami, tú cuidaste a Korra cuando estaba mal y la ayudaste a que saliera a delante. Siempre le mandaste cartas todos los días y te preocupabas por ella más que los demás, siempre estabas ahí para ella y eso es algo que aprecio mucho. Sería un honor que fueras parte de nuestra familia siendo la compañera de mi hija. — Las palabras de Senna llegaron al corazón de la joven ingeniero.
— Además, nos negáramos o no, Korra encontraría una forma para estar contigo. Recuerdo que cuando estaba en el castillo de la Tribu Agua del Norte cada vez que tenía una pesadilla te llamaba con desesperación: "A-Asami... Asami". — Contó Tonraq imitando la voz de su hija.
— ¡Papá! — Le reprendió la morena.
— ¿Es eso cierto, Korra? — Le preguntó directamente Asami.
— No... Bueno... Quizá... Si. — Aceptó la Avatar.
— ¿Por qué no me dejaste ir contigo en ese caso? — Tonraq y Senna se miraron mutuamente, esas dos no parecían en una relación, sino casadas.
— Porque no quería que me vieras frustrada y en mis momentos de ira. — Korra miró avergonzada a su pareja. — Te extrañaba demasiado, y eso me daba el valor de pararme e ir por ti andando y no en una silla de recuerdas. El cincuenta por ciego de lo que hacía era por mí y por el mundo, el otro solo eras tú. No quería que me siguieras viendo deplorable. En mi mente: llegaba más fuerte que nunca a buscarte y así poner en orden las cosas contigo y el equipo avatar a mi lado. Cada vez que me escribías contándome como salías adelante, me sentía más frustrada que nunca porque no podía estar a tu lado viendo tus logros...
— No seas tonta. — Le reprendió la mecánica de ojos verdes. — Yo quería ir contigo para ayudarte en tu recuperación. Quería ver y celebrar tus primeros pasos, verte sonreír de nuevo, manejar los elementos como siempre lo hacías. No sabes que tan sola me sentí aquí, Ciudad República no era lo mismo. Me faltaba tu risa, tus bromas y que siempre te metieras en problemas para que todos fuéramos a la acción. Pero sobre todo, me faltó tu compañía.
— Chicas, estamos aquí. — Hizo notar Tonraq.
— ¡L-Lo sentimos! — Pidieron disculpas amabas jóvenes totalmente sonrojadas.
— Ay, Korra, ni con Mako te veía tan sumisa. Asami, has hecho un buen trabajo con mi hija. — Se burló el líder de la Tribu Agua del Sur.
— ¡Papá!
— Gracias, señor. — Dijo la ingeniero entre risas.
— ¿Planean hacer esto público? Quiero decir, el Avatar ya eligió una pareja. — Se interesó Senna.
— Sinceramente, no. Prefiero esperar un poco más, Asami y yo debemos planearlo muy fríamente. — Empezó la morena.
— El asunto es que la prensa puede ser algo... dura... Y viendo nuestra situación actual, preferimos mantener esto entre nuestros amigos, ustedes y nosotras, si no les importa. — Continuó la heredera.
— Lo hemos estado haciendo bien por un año, un poco más de tiempo no vendría mal. — Terminó Korra.
— Esta bien, cuentan con nuestro apoyo. — Habló Tonraq poniendo una mano en el hombro de su hija.
— Gracias, papá.
Los cuatro se vieron y compartieron un sincero abrazo, Tonraq y Senna estarían ahí para apoyar a su hija y a Asami desde ahora en adelante pues entendían que lo que ellas dos sentían iba más allá al simple acto reproductivo, algo mayor y más espiritual, una emoción que para alguien normal sería imposible de alcanzar.
- o - o - o - o - o - o - o - o - o -
La noche acogía entre sus lúgubres brazos Ciudad República, luces resplandecían y todos en la cuidad se preparaban para la gran inauguración oficial de la mejorada República de las Naciones Unidad. Satomoviles lujosos recorrían las calles recién pavimentadas, los faroles alumbraban la gala y el nuevo edificio del ayuntamiento resplandecía como nunca. La prensa ya estaba lista para tomar instantáneas de lo que sería el acontecimiento histórico más importante en la historia de la sociedad. Las personas más importantes estarían ahí al igual que los líderes de las naciones, era un evento realmente importante.
Asami y Korra iban en camino al evento, la ingeniero en su satomobil nuevo de lujo y la Avatar en su fiel Naga. La joven pareja decidió llegar por su propios medios ya que sería algo extraño que la morena llegase en un automóvil teniendo a su fiel perro-oso polar que era su usual medio de transporte, y a su vez, no sería muy bien visto que la presidenta de Industrias Futuro llegase en un animal enorme. La primera en llegar fue la joven Sato, apenas bajó del auto, le dio sus llaves al mozo para que lo estacionara y, apenas pisó la alfombra dorada que tenían para guiar a los invitados, los flashes de las cámaras empezaron a bombardearla. Asami sonreía como gracia antes las cámaras y saludaba a la prensa, ella ya estas acostumbrada a aquellos ajetreos así que se limitó a seguir de largo contestando las preguntas que alguno que otro reportero le hacía respecto a sus planes futuros en cuestión empresarial y sobre el motivo por el cual había hablado en nombre de Kuvira, la última pregunta logró irritarla un poco, pero no perdió su compostura habitual. Se limitó a contestar exactamente de la misma forma a como lo hizo en el juzgado y entró a las instalaciones donde sería el baile de inauguración.
Korra cabalgaba tranquilamente hacia el gran edificio donde sería la inauguración, cuando estuvo ya frente a éste, lo primero que vio la esbelta figura de su novia que era bombardeado por luces blancas. Jamás la había visto tan hermosa. Aquel vestido rojo que usaba le quedaba perfecto, tenía un tirante exclusivamente para su hombro izquierdo y, justo en la parte donde se unía con el pecho, una pequeña insignia dorada con una llama; el traje era largo y ceñido a su cuerpo enmarcando las curvas perfectas de su piel. No se dio cuenta cuando el mozo que tenía adelante le preguntó más de diez veces quede suponía que debía de hacer con Naga, cuando se percató de su presencia solo le musitó vagamente que le diera un premio y, sin perder tiempo, se encaminó hasta donde estaba Asami. Quería hablarle y decirle lo hermosa que estaba, pero los medios que estaban ahí le aprisionaron para preguntarle sobre la sentencia de Kuvira y ahora que todo estaba en paz, ¿qué haría el Avatar? Korra respondió lo más amablemente que pudo a todas las preguntas menos a la última, ni ella sabía que haría como "el Avatar" ahora, se disculpó con la prensa y se adentró al salón para buscar a la ingeniero, tan solo esperaba salir viva de ahí.
Adentro todo era lujoso y dorado, miró a todos lados buscando caras familiares, logró divisar a Mako, pero él estaba junto con Lin trabajando en la seguridad del evento, así que él estaba eliminado. Se concentró en encontrar a Asami, caminó un rato pero se sentía ajena a ese mundo de alta alcurnia. Todos hablando de cosas que ella no entendía, economía, política, administración de fondos, sociedad y demás temas que a ella no le parecían relevantes o del interés del Avatar. Suspiró cansada y decidió ir por una copa, en la mesa de comida se encontró Varrick y Zhu Li, ¡ellos dos debían saber dónde estaba Asami! Se dirigió a ellos corriendo pero antes de lograr hablarles, desaparecieron del lugar. Eso extraño a Korra, tomó una copa de jugo de pepino y absorbió un trago, era realmente aburrido estar ahí. La Avatar seguía tomando su bebida cuando de la nada las luces se apagaron y se enfocaron al centro, ahí, Raiko -el presiente- sostenía unas tijeras enormes y a su lado estaban Varrick, Zhu Li y Asami. Espíritus, se veía aún más linda con el reflector alumbrado su cuerpo.
— ¡Bienvenidos a nuestro baile de inauguración de Ciudad República! — Habló al presidente logrando captar la atención de todos. — ¡Hoy es un gran día porque, después de un año y con ayuda de estos grandes ingenieros, hemos reconstruido toda la ciudad! Quiero agradecerles a ustedes, señor y señora Black-Ston y a la joven señorita Sato por invertir tanto tiempo y esfuerzo en esta obra. También nos acompaña el Avatar, quien apoyó con todo lo que pudo en estos tiempos.
Los reflectores enfocaron a Korra quien solo alzó su mano y saludó con nerviosismo, ese aspecto de ella jamás cambiaría.
— Y claro está, a todos los voluntarios, sin ellos, esto seguiría siendo un sueño. ¡Ahora, le doy las tijeretas a estas tres personas para que al fin quede inaugurada la nueva Ciudad República! — Culminó Raiko su discurso.
— ¡Dame eso, adoro las tijeras grandes! — Dijo Varrick arrebatándole las tijeras al presidente. — ¡Zhu Li, hagamos la cosa!
La pareja de esposos tomó el lado derecho y Asami el mango izquierdo de la enorme tijera y, entre los tres, cortaron un hilo rojo representativo a la inauguración de toda la ciudad. En ese instante la fiesta empezó y Korra se sintió aún más excluida. La morena trató de alcanzar a su compañera, pero varias personas la interceptaron para hablar con ella, con "el Avatar". La joven siempre quiso portar ese nombre, antes para alimentar su ego, ahora lo adquiría por el bien de la humanidad y no para ir por la calle diciendo quien era y ver como se inclinaban ante ella. Antes, cuando era más joven le encantaba que la detuvieran por ser la maestra de los cuatro elementos, ahora le era más que incomodo porque la veían con ojos vacíos o como si fuera un ser supremo, cosa que no era y ella lo sabía bastante bien. La gente la empezó a rodear cada vez más y más, se sofocaba y no podía ante tantas preguntas. Con su paciencia agotada, hizo un poco de aire control para acallar a las personas, pidió una disculpa y salió del lugar.
La joven ingeniero que estaba dialogando con algunos socios comerciales sintió una fuerte ráfaga de aire en el ambiente. «Korra...», fue lo primero que pensó antes de desviar la mirada y ver como la morena era rodeada por personas que se le quedaban viendo estupefactos, sabía que su novia odiaba tener a demasiadas personas encima y si a parte de estos le estaban haciendo preguntas cada cinco segundos eso acabaría mal. Vio como parecía pedir disculpas y salir del salón, estaba hecha una furia y solo ella podía calmarla. Se disculpó con los hombres con los que estaba hablando y siguió a Korra al hermoso jardín que había construido en las afueras del ayuntamiento, según los planos originales, aquella porción de área verde sería la conexión que tendría con todos los demás departamentos público, así que lo construyó realmente grande y despejado, no sería difícil encontrar a la morena en ese lugar.
Korra se sentía irritada, hizo un berrinche murmurando que el Avatar no era una figura social con al cual solo acercándose adquirías un estatus mayor, ¡ella era quien mantenía la paz y el equilibro en el mundo! Su mal humor empeoró cuando notó que por salir realmente rápido se había olvidado por completo de seguir buscado a su novia, ¡genial! ¡Primero unos tipos la acorralaban preguntando tonterías que estarían al mismo nivel intelectual que Wu y ahora pasaría el resto de la velada sin su chica! ¡Las cosas no podían salir peor! Se sentó en el césped encogiéndose de piernas ya que el vestido que usaba se lo permitía y acomodó su mentón entre sus brazos que estaba apoyados arriba de sus rodillas. Suspiró exhausta, realmente quería pasar esa velada con Asami y decirle que aquel vestido que portaba le quedaba de maravilla.
La joven ingeniero logró divisar a su pareja sentada en el césped a una buena distancia del local donde se producía el evento, tan solo verla en ese estado en su rostro se dibujó una leve sonrisa, adoraba verla así, era simplemente adorable. Caminó por el jardín hasta llegar a su lado, extendió su mano y le tocó el desnudo hombro. Mar y zafiro se encontraron, sus corazones no latieron desesperados, no, al contrario, los invadió una paz inexpresable e incomprensible.
— ¿Qué haces aquí? La fiesta es allá adentro. — Preguntó Asami sentándose junto a Korra.
— No me sentía cómoda, eso es todo. — Contestó vagamente la Avatar.
— Me imagino, sentí como usaste el aire control, mucha gente te rodeó y empezó a decir tonterías, ¿o no? — La risita de la morena fue suficiente para comprobar lo que había dicho.
— Eran preguntas nivel príncipe Wu. "¿Tú eres el Avatar?", no idiota, lo que pasó es que el verdadero Avatar estaba detrás de mí cuando Raiko lo anunció. — Aquello hizo reír a la mecánica.
— Vaya, tu sentido del humor es bastante bueno. — Korra solo sonrió ante el cumplido y un cómodo silencio se hizo presente.
— Oye, te queda bastante bien ese vestido. — Le halagó la morena a su novia al fin.
— Yo... Eh... Gracias. — Comentó Asami algo sonrojada. — Tu igual te vez realmente bien con tu vestido de gala... casi no tengo la oportunidad de verte usándolo... y menos el nuevo... Está muy bella...
El sonrojo de Korra se hizo presente en el acto, su corazón se aceleró y tuvo que mirar a ver al cielo para ocultar el color de sus mejillas.
— No digas tonterías, Asami. — Se quejó falsamente el Avatar. — Ahora que lo recuerdo... ¿no nos conocimos en un evento similar a este?
— Sí, creo que me odiaste la primera vez que me viste. — Comentó la mecánica mirando al cielo igual que su compañera.
— Claro que no... Solo creí que eras una niña rica como las demás. — Asami iba a objetar eso cuando Korra la interrumpió. — Lo sé, lo sé, no me lo digas, te he visto en acción. Solo que el hecho de que fueses la novia del chico que me gustaba no te ayudaba mucho.
— Si, entiendo esa parte, me sentí igual cuando Mako te empezaba a hacer ojitos. — Admitió la ingeniero sin mucha pena.
— Pero mira ahora a quien le hago ojitos. — Dijo la Avatar moviendo sus cejas de arriba para abajo en dirección a la chica provocándole una risa escandalosa.
— Oh, vamos, desde cuando, según tú, me haces "ojitos". — Se interesó Asami.
— Creo que desde que superamos lo nuestro con Mako. Ya sabes. A partir de ahí creo que empecé a verte con otros ojos y cuando te vi sonreí esa vez que alcé a Mako por los aires pensé: "que linda sonrisa", ese fue el inicio de todo. Luego vino lo de Zaheer y estuviste a mi lado, pero creo que entendí que te amaba cuando nos volvimos a ver, estabas más hermosa que nunca... — Contó Korra con una sonrisa. — ¿Y tú? ¿Desde cuándo supiste que babeabas por mí?
— De hecho, creo que igual me pasó lo mismo. — Soltó la chica. — Siempre había querido acercarme a ti de manera más personal, entre más cerca estábamos, más quería ser parte de tu vida y, sin notarlo, me había enamorado de ti.
— ¿Quién lo diría? Antes éramos enemigas por el mismo chico y ahora estamos juntas gracia a él. — Korra tomó la mano de la mecánica y le dio un pequeño beso. — Pero me alegra de antemano... Te amo...
— Y yo a ti...
Todo pareció detenerse en ese instante, sus miradas eran intensas y sus labios pedían a gritos un contacto más intimido. Ambas fueron acortando la distancia cerrando sus párpados sabiendo de antemano que pasaría. Sus respiraciones se unieron en una sola generando un único y embriagante aroma solo para ellas, solo faltaban milímetros para que el ansiado contacto fue ejecutado. Y así pasó. Ambos labios femeninos empezaron con leves roces que, poco a poco, fueron adquiriendo una velocidad mayor. Korra tomó el rostro de Asami y empezó a darle caricias tiernas y dulces, amaba sentir el tacto de su piel. Estaban tan concentrada en lo que hacían que no notaron que uno de los reporteros se había perdido. Lo último que vieron fue un flash venir en su dirección y la promesa de ser la primera plana a la mañana siguiente.
Y así fue. Cuando el sol ya estaba reinando la comidilla de Ciudad República era aquella controversial foto de Asami y Korra compartiendo un casto y dulce beso a la luz de la luna. La morena apenas ver el periódico lo compró y se lo llevó a su novia en su oficina, estaba en primera plana y el artículo decía:
"¡El amor se siente cerca y no puede ser más extraño!
Anoche, mientras todos compartían un momento de unión y felicidad en la fiesta de inauguración de Ciudad República, el Avatar y la dueña de Industrias Futuro también compartían un momento en conjunto, ¡pero romántico en el jardín del ayuntamiento! ¿Será que la presidenta de Industrias Futuro, Asami Sato y el Avatar Korra tienen una relación más profunda a la simple amistad? ¿O será que alguna de nuestras dos chicas bebió demasiado?"
Al leer dicha entrega del diario y aquella foto en la portada ambas supieron una cosa: Tenían que revelar lo que tenían a menos que estuviesen dispuestas a soportar a la prensa día y noche. Y eso era algo que Korra no toleraría. Los primeros alarmados con la noticia fueron los padres de la Avatar quienes aún estaban en la ciudad, después fueron sus amigos. Tonraq quería ir directo a la imprenta de Ciudad República para estrangular al reportero que "violó" la privacidad de su hija y de su novia. Tenzin estaba escandalizado, ni con Mako habían hecho tanto escándalo los medios de comunicación. Mako y Lin solo se irritaron un poco pues sabían que con eso Asami iba a pedir más seguridad en torno a Korra y ella misma, principalmente para que los periodistas no salieran heridos. Después de deliberarlo un poco, la joven pareja decidió dar una rueda de prensa explicando la situación en la que estaban. La congregación seria en la tarde en las afueras del edificio de Industrias Futuro.
Llegó la hora acordada y aquel lugar que fue preparado exclusivamente para dar el anuncio estaba abarrotado de personas. Prensa, gente de alta alcurnia y curiosos todos juntos solo para lo que dirían ambas chicas que encontraron infraganti. Korra estaba nerviosa, ella sería la que hablaría pues de algún modo pensaba que debía ser ella quien diese el anuncio. Asami no se negó para nada, ella no era muy buena dando discursos fuera del contexto de su compañía, así que accedió con la condición de que ella igual estuviese ahí, pues estaba involucrada en ello y no pensaba dejar a Korra sola. Ya no. Enfrentarían eso como la pareja que eran. Apenas salieron, pudieron escuchar que las preguntas empezaron a brotar de todos los lados posibles.
— Primero que nada, si es que desean respuestas de nuestra parte, les pido noción de orden. — Exigió la Avatar con voz firme acallando a todo. — Vale, el de sombrero chistoso.
— ¿Es cierto que usted, Avatar Korra, se estaba besando con la líder de Industrias Futuro? — Preguntó el reportero.
— Así es. — Respondió la morena con tono serio. — Usted, la señora con gafas.
— ¿Por qué usted la estaba besando? ¿Fue por mucho consumo de alcohol?
— Para empezar, ni Korra ni yo bebemos alcohol. — Contestó Asami.
— Y la estaba besando porque, déjenme informales, la señorita Asami Sato, de industrias futuro, es mi pareja sentimental actual. — Aquella revelación dejó a todos los presentes boquiabiertos y a la prensa con ganas de saber más.
— ¿Cuando sucedió?
— Señorita Sato, ¿cómo afectará su romance a su compañía?
— ¿A caso es normal que dos mujeres compartan una vida romántica?
— ¿Esto es una consecuencia de algún episodios pos-traumático gracias a la pérdida de su padre, señorita Sato?
— ¿Qué pasó con su ex-novio?
— ¿Es esto una simple acción estratégica para que el Avatar tenga más poder?
— ¿Perdón? ¿A caso escuchan las tonterías que dicen? — Se quejó Korra ya enojada. — Miren, no espero que lo entiendan ahora mismo porque a nosotras nos tomó tres años entender que sentíamos. Y no tiene nada que ver con el poder o dominio mundial, ¡y si, lo digo por ti Shu! Escuchen, soy el avatar y mi conexión espiritual es mayor en comparación a la que ustedes apenas están desarrollando. En el Mundo Espiritual no existe género o sexo, simplemente individuos y esa es una de las reglas que debemos acatar ahora que estamos más cerca de ellos que antes. Además, díganme un solo motivo por el cual Asami y yo no debamos estar juntas y que no sea por ser del mismo sexo.
Dicen bien que el que calla otorga, y en esa ocasión se aplicó en general pues el Avatar tenía razón: Los cambios que se habían experimentado años atrás habían sido muchos y si bien nadie jamás pensó antes en la misma forma que pensaba ahora la maestra de los cuatro elementos, era una nueva primera piedra para alcanzar lo que alguna vez Wuan le prometió a Ravaa, traer paz, equilibro y que los humanos estuviesen más en contacto con su ser espiritual.
— Doy por concluida esta rueda de prensa y les pido que se abstengan de acosar a mi pareja o a mi a menos que quieran probar mi puño. — Korra sintió como una mano se ponía en su hombro y una mirada verdosa en su espalda.
— Cariño, por favor, para. — Pidió Asami con un tono dulce.
— Me retiro. — Dicho esto, la Avatar señaló sus ojos y después a la audiencia en un acto de despedida.
Ya con todo eso aclarado, la pareja pudo tomar un respiro. No serian acosadas y, ahora, no tendrían que ocultar más lo que pasaba entre ambas. Esa noche por primera vez Asami y Korra tuvieron su primer momento íntimo para "celebrar" que habían hecho pública su relación con una aceptación bastante buena. Las caricias y los besos predominaron esa noche, a pesar de ser inexpertas pues una de ellas era empresaria básicamente veinticuatro horas al día siete días a la semana y la otra pues, el avatar y entre pelear con locos, ser envenenada y ayudar a salir de la oscuridad a otro tanto, ni la morena ni la ingeniero se habían dado la oportunidad de experimentar los placeres de la vida en pareja. Jamás pensaron que tantas sensaciones se pudieses experimentar en una sola ocasión, ambas juraron llegar al Mundo Espiritual sin necesitar un portal.
Al terminar aquel acto carnal, la pareja cayó rendida en la cama que ahora compartirían. La experiencia fue sensacional y no podían esperar para repetirla, se tomarían unos días para descansar de todo e irían de nuevo al Mundo de los Espíritus, esta vez por un periodo un poco más corto de tiempo, pero les vendría bien pasar tiempo juntas. Korra abrazó a Asami mientras jugaba con su pelo que le caía graciosamente por la espalda, observó las marcas dejadas por sus labios y un pequeño lunar que estaba ubicado en la parte izquierda de su espalda, sin contenerse, lo besó provocando una pequeña risita somnolienta a la ingeniero. En ese instante en la cabeza de Korra apareció una idea un tanto demente pero digna de ella, apenas amaneciera y antes de irse tenía que ver a su madre, debía pedirle un favor muy, pero muy especial ya que, según ella, el bello cuello de su novia parecía demasiado desnudo y ella sabía con qué podría cubrirlo... Con esa nueva revelación en su mente, decidió acompañar a su pareja en el mundo del ensueño con la esperanza de encontrarla ahí también.
Continuará…
Vale, había querido que la "revelación" de la relación de Korra y Asami fuera más trágico, odiado, etc… Pero me di cuenta de algo: El mundo de Avatar carece de ese "odio" que nosotros posemos gracias a nuestras creencias que vienen desde hace años ya que en su mundo, como escribí en el Fic y según yo, todas sus creencias son los espíritus, por lo tanto, al poner el argumento de que los espíritus no poseen sexo y no les interesa nada de eso, a la sociedad no les queda más remedio que acatarlo ya que son sus guías los que le dicen eso.
En fin, espero les haya gustado este primer capítulo. Gracias por leer. Hasta la próxima.
Zakuro Hatsune.
