DISCLAIMER: Nada me pertenece, todo es de George R.R. Martin, solo fantaseo con sus personajes y lo que podría ser el final de mi querida y odiada Cersei.


Este fic participa en el Reto #42 "Oye mi rugido" del Foro "Alas Negras, Palabras Negras"


LA PROFECÍA

En la oscuridad de su tormento, en el rincón más en penumbra de la celda, la mujer que había sido la más hermosa de los Siete Reinos en algún tiempo, lloraba. Lloraba, sufría, estaba atormentada por la pérdida del último hijo que le quedaba vivo. Todo había acabado para ella, nada le quedaba en ese mundo, todo lo que amaba lo había tomado la joven dragona... Se ahogaba en su amargura. Un estruendoso sonido, una sombra moviéndose con agilidad en su elemento, un destino que Cersei sabía le llegaría tarde o temprano.

—Nada queda ya para ti aquí... —un murmullo en la sombra.

Al fin descubrió su rostro. Una joven loba que tiempo atrás no había sido tan hermosa como ahora resultaba... Entonces Cersei lo entendió. El valonqar, el hermano pequeño... Era Arya Stark. Los dedos de la loba, como zarpas, rodearon su pálido cuello, no dejando pasar el aire. La profecía se había cumplido.


Es difícil comprimir todo esto en solo 155 palabras, pero bueno, lo he intentado. Llevo un tiempo reflexionando sobre la profecía del valonqar, y llegué a la conclusión de que no tienen que ser necesariamente Jaime o Tyrion, porque Maggy dice: "el valonqar", literalmente, no: "tu valonqar", o "su valonqar", por lo que podría ser cualquier hermano pequeño o menor, y Arya es la hermana menor de Robb y Sansa, por lo que bien podría ser el valonqar de Cersei. Y me gustaría que lo fuera, la verdad, porque Arya se merece matar a Cersei, y Cersei se merece ser matada por Arya.