Hola a todas! Les presento mi primer fan fiction de Candy Candy, mi intención no es ser escritora, solo les deseo compartir la historia que yo misma me imaginé desde la primera vez que vi la serie. Espero mi historia sea de su total agrado, va dedicada especialmente a todas las chicas del grupo en facebook "candy: solo para obsesionadas" pues ustedes me animaron a escribir esta historia.
Espero sus reviews, saludos!
DESTINOS INESPERADOS
CAPITULO I
DECLARACION DE AMOR
Después de enfrentar las desagradables muestras de "amor" por parte de Neil Leagan, Candy estaba desesperada implorando por un milagro que le cayera del cielo, muy en su interior deseaba tanto la compañía de su entrañable amigo Albert.
Tenía tanta emoción de encontrarse de nuevo con él; y enterarse de que su querido amigo era el tan famoso y misterioso señor William Albert Andrew la dejó sin palabras, pero gustosa recibió tal noticia y más aún cuando ella misma sabía que no podría tener mejor aliado que él para impedir la tonta boda con Neal.
Salió corriendo disparada hacia la gran colina de Pony, su lugar secreto, su lugar íntimo y favorito, y allí, recordando a sus grandes seres amados (Anthony, Stear, Terry) comenzó a escuchar el sonido inconfundible de las gaitas que ella misma anteriormente pensaba que eran "caracoles arrastrándose".
En cuanto se giró lo vió, sí, era él, el príncipe de la colina! El inigualable e inolvidable príncipe de la colina que ella recordaba con tantísimo amor, y era nada más y nada menos que ¡Albert! Impecablemente vestido con su tartán escocés, su cabellera rubia y larga estaba suelta, se le veía más alto…
En ese momento no pudo evitar rememorar la primera vez que se encontró con ese guapo príncipe, pero ella misma reconocía que en estos momentos, se le veía mucho mas apuesto…
Albert! Oh Dios mío, acaso tu…. Tú eres….?
Así es pequeña.
Siguió tocando su melodía mientras Candy no dejaba de disfrutarla hasta que él, con paso lento pero decidido, en este orden se acercó a ella, hizo a un lado su gaita, se arrodilló y sacó de un bolsillo una pequeña caja, la abrió lentamente dejando a Candy completamente impresionada.
Candy, quiero que sepas que estoy perdidamente enamorado de ti, no me preguntes como pasó, simplemente puedo asegurarte que mi amor hacia ti es tan puro y fuerte que estoy decidido a pasar el resto de mis días a tu lado.
Esto mientras le mostraba un hermoso anillo de oro con un diamante incrustado que a simple vista se veía lo caro y sofisticado de tal objeto.
Albert yo…
FLASH BACK
Candy se levantó cierto día un poco más tarde de lo normal, al llegar al comedor de su pequeño apartamento descubrió el desayuno listo pensando en lo feliz que se sentía de tener a su lado a un amigo tan encantador y atento como Albert. Pero su cara de felicidad se esfumó cuando leyó una nota de el despidiéndose.
Sin probar ningún bocado se regreso a su recamara a llorar inconsolablemente, pues ella se sentía exactamente igual que cuando perdió a Anthony y rompió con Terry, no soportaba la idea de perder ahora a su ¿amigo?.
Días después se encontró con Annie, y no dudó en platicarle todo lo ocurrido.
¿Entonces Albert se fue sin decir más? - Preguntaba Annie sorprendida
Así es, me siento tan mal Annie! Estoy tan preocupada por el pues ni siquiera sé si recuperó su memoria, no me dijo nada! –Le dijo mientras se veía notablemente angustiada.
Mas que preocupada yo te veo muy… dolida, dime Candy, ¿hay algo que me quieras contar?
¡De que hablas Annie! – respondió Candy notablemente indignada – El era mi paciente y mi mejor amigo, es obvio que esté preocupada.
No, parece que no has entendido lo que te estoy preguntando.- insistió ella.
Creo que si lo sé Annie- suspiró un momento- prométeme no decirle a nadie lo que te voy a decir.
Sabes que puedes confiar en mí.
Hay Annie!- entre sollozos- Creo que siento algo por él, algo que… no se! Creo que…
Lo amas ¿verdad? – Interrumpió Annie muy segura mientras Candy solo asintió en silencio.
FIN DEL FLASH BACK
Albert yo… tampoco sé cómo pasó, pero creo que me he enamorado de ti, aunque considero que comprometernos es demasiado acelerado.
Mi niña! El escuchar decirte que también estas enamorada de mi es para mí el mejor regalo del mundo! Si no estás segura no hay problema- le dijo ignorando el "creo que me he enamorado de ti".
En eso él se levantó, le dio un beso en la mejilla que a la rubia le estremeció por completo y decidió por fin decirle:
Albert, si me quiero casar contigo!
Preciosa, quiero que estés segura, te amo tanto que no soportaría que te casaras conmigo sin estarlo.
Estoy muy segura Albert, de hecho, todo el tiempo que estuviste ausente no tienes idea de cómo te extrañé y… como desee que este momento llegara, si Albert, te amo! – Se lanzo y le dio un abrazo, abrazo que el aprovechó para tomar a su novia de la quijada y darle un dulce y delicado beso en los labios que ella recibió encantada.
Candy, desde hoy me prometo a mi mismo hacerte la mujer más feliz del mundo, yo mejor que nadie se cómo has sufrido y quiero que sepas que no permitiré que sufras más, te amo más que a nada mi pequeña… - le susurraba mientras acariciaba las mejillas sonrosadas de ella.
No necesitas prometer nada, te conozco muy bien y se cuan hombre maravilloso eres.- le depositó un corto beso en los labios.
Creo que todos nos esperan allá abajo.- dijo él mientras señalaba hacia el Hogar de Pony.
Se encaminaron todos hacia la gran reunión que organizaron con tanta alegría la señorita Pony y la hermana María, posteriormente estas mujeres le pidieron a Candy hacer un brindis y cuando la pecosa terminó, Albert pidió la palabra:
Hay algo muy importante que Candy y yo queremos compartirles.- dijo mientras todos prestaban mucha atención.- Señorita Pony, hermana María, con todo el respeto que ustedes merecen y por ser las madres de Candy… debo confesarles que me he enamorado de ella, y no me apena decirlo frente a todos ustedes… Archie, Annie… yo valoro mucho la opinión que ustedes tengan también al respecto, es por eso que estoy aquí para pedir formalmente la mano de Candy.
Todos estaban sorprendidos con la noticia, pero a la vez se alegraron al ver que la pareja parecía realmente enamorada.
Tío, muchas felicidades, no me esperaba esto… pero me da mucho gusto.- decía Archie mientras se ponía de pie para abrazar a su tío.
Estoy realmente feliz!.- Dijo Albert emocionado mientras abrazaba a su sobrino y recibía más felicitaciones por parte de los demás presentes.
La reunión transcurrió muy amenamente, llena de gritillos y juegos por parte de los más pequeños habitantes del hogar de pony, aunado eso con las palabras de cariño recibidas para Candy y Albert quienes fueron los que más disfrutaron de la tarde.
La señorita Pony se veía un tanto seria, y en cuanto todos terminaron de comer los invitó a su despacho:
Señor Andrew.- le dijo la monja- me gustaría que usted y yo platicáramos un momento, si no hay problema.
En absoluto.- respondió aquel.- encantado estaré de escuchar lo que usted tenga que decirme, le repito, le tengo un gran aprecio por ser la madre de Candy, al igual que a la hermana María.
Ya en la salita del despacho de la señorita Pony, se encontraban además su monja compañera y por supuesto, Candy.
Bien Sr. Andrew.- comenzó a decir la anciana.- estoy segura de que usted es un hombre maravilloso que ha sido muy gentil con nuestra Candy, y créame, estamos muy felices por ustedes, sin embargo, la hermana María y yo no podemos pasar por alto un detalle muy importante y usted ya se imaginará de que se trata.
Ustedes legalmente son padre e hija, Sr. Andrew.- interrumpió la hermana María- y sabiendo la clase social en la que usted se desenvuelve, nos preocupa mucho la reputación de Candy.
Comprendo perfectamente hermana.- respondió Albert- y sus preocupaciones son muy bien justificadas, sin embargo, es mi deber informarles que ese detalle ya lo tengo casi resuelto.
Y eso cómo?.- interrumpió Candy
Pequeña- le habló con dulzura su prometido- escucha con atención, mis abogados son los que se están encargando, la adopción quedara anulada en unos días, y para casarnos civilmente solo hay que esperar un tiempo prudente que la misma ley establece.- Comentó mientras también se dirigía hacia las monjas.
Entendemos eso Sr. Andrew.- volvió a hablar la señorita Pony- sin embargo eso no nos garantiza que Candy no será nuevamente victima de ofensas y humillaciones, y usted sabe muy bien a que me refiero.
Por supuesto, y sin que me lo tome a mal, ahora a Candy le sobrará protección, desde este momento la defenderé de quien sea, contra lo que sea, porque les aseguro - se giro a mirar a Candy y ofrecerle su mano- que ella es el ser que más amo.
Y así, las monjas quedaron muy satisfechas con esa plática, pues en el fondo sabían que el rubio prometido de Candy era una persona con un gran corazón.
Días después Albert convocó a una junta familiar en su mansión de Chicago, y entre los invitados también figuraban los Leagan.
La servidumbre atendió a la arrogante familia haciéndolos pasar al estudio. Eliza y su madre con los aires de superioridad que siempre las caracterizan, se sentaron en un sofá grande. El Sr. Leagan las imitó sentándose en un sofá individual, mientras que Neal prefirió quedarse de pie. Posteriormente llegaron Annie y Archie tomados de la mano y saludando muy secamente. Les siguió la tía abuela tomando su asiento habitual, mientras que las barberas de Sarah y Eliza la llenaban de halagos.
Pasaron 15 minutos cuando se apareció Albert, con su cabello suelto, vestido con un traje café claro impecablemente limpio, le siguió George y al final, el rubio ofreció su mano para que ingresara a aquel estudio su bella dama rubia que iba elegantemente vestida con un vestido verde esmeralda y su cabello recogido en una coleta adornado con una cinta de seda.
Las miradas envidiosas no se hicieron esperar, mientras otras miradas estaban completamente divertidas (las de Annie y su prometido) pues ellos ya sabían la razón de aquella reunión.
Buenas tardes a todos- habló Albert con su potente y sensual voz- seré muy breve, les convoqué para hacerles saber de una decisión que he tomado y espero sea respetada.
Adelante William, te escuchamos- dijo la tía abuela desesperada por saber.
He decidido anular la adopción de Candy- los sonidos de sorpresa no se hicieron esperar.
¡Tío! Mejor decisión no pudiste tomar, no sabes cómo me alegro de que al fin te dieras cuenta de que esta dama de establo no es digna de la familia- escupió Eliza, mientras Neal pensaba que esa era su oportunidad de oro de poseer a Candy al faltarle la protección del apellido Andrew.
¡Silencio Eliza!- Gritó Albert furioso- esta reunión también tiene el propósito de que tú y tu hermanito sepan algo!- haciendo que aquel hermanito saliera de sus pensamientos- es la última vez que insultas a Candy! Nunca te permitiré que te acerques a ella y más les vale a los dos hacerme caso porque si no, ¡se atienen a las consecuencias! Leagan…-se dirigió al padre de estos- disculpa mi reacción, se que son tus hijos pero ellos se han encargado de hacerle la vida miserable a Candy, si merecerlo.
El señor Leagan solo asintió en silencio agachando la cabeza, muy apenado, pues él sabía perfectamente la clase de hijos que tenía.
Entonces William, si ya no quieres ser padre adoptivo de… ésta ¿Por qué la sigues defendiendo tan fervientemente?- dijo la tía abuela
Querida tía, sabes que te quiero mucho y por eso te pido toda tu comprensión…Candy y yo estamos enamorados, y a aceptado casarse conmigo.
¡por Dios! Es indignante! No soporto mas humillaciones, querido, hijos, vámonos de aquí- les decía Sarah a su familia mientras la tía abuela simplemente se quedo sin palabras.
Por mi pueden largarse ya Sarah! Y ten muy vigilados a tus hijos, porque no los quiero cerca de Candy!-resopló Albert.
Albert, no seas tan rudo- habló por fin Candy
Amor mío, no soporto a estas personas pues han dañado a mi ser más preciado que eres tú.
Los Leagan salían de aquella mansión, Eliza y Neal lechos una furia, Sarah indignadísima y el Sr. Leagan simplemente en silencio y muy apenado.
Pero en el despacho:
Candy, Archie, Annie, háganme el favor de dejarme a solas con William.
Si tía! – Respondieron casi al unísono mientras salían.
Te escucho tía.
Te has vuelto loco William! Me quieres matar verdad!
En absoluto, como piensas eso? Yo te adoro, pero me fue inevitable enamorarme de Candy, y disculpa pero no hay nada de malo en ello, es más, gracias a ella estoy aquí con mi familia, tú ya sabes esa historia.
Esa chiquilla solo ha traído problemas! Pero considerando que arriesgó su reputación solo para ayudarte, decido aceptar tu voluntad, pero lo hago solo por ti porque te quiero mucho, mas no me pidas que la acepte a ella!
Tía, con el tiempo aprenderás a estimarla, ya lo veras, Candy es maravillosa.
Si tu lo dices- se levanto la anciana para dirigirse a su recamara.
Más tarde, en el jardín de la mansión, Candy admiraba el bello paisaje mientras unos brazos fuertes la abrazaban por detrás.
Que haces hermosa?
Solo observo el maravilloso jardín, ¡es realmente hermoso!
No más que tu- la giró para verla de frente, y lentamente acerco sus labios a los de ella y le dio un tierno beso pero a la vez muy profundo.
Cuando terminaron de besarse:
Albert, quiero pedirte un favor, es muy importante para mí.
Te escucho- le decía mientras no la soltaba de su abrazo.
Annie y Archie ya fijaron la fecha para su boda que será en tres meses… a mi me encantaría casarme el mismo día, somos como hermanas y no sabes cuan feliz me haría unirme a ti el mismo día que ella lo hará con el amor de su vida ¿si me entiendes?
Perfectamente pequeña, y si tu lo quieres, ese día nos casamos.-le dijo al mismo tiempo que le regalaba una hermosa sonrisa.
Gracias Albert! Gracias! Gracias!- y esta posó miles de besitos por todo el rostro de su prometido.
Y así, fijaron esa misma fecha y la organización de la gran fiesta no se hizo esperar.
