En lo personal me encantó la trama, la historia cómo se fue envolviendo en lo que fue Rachel y sus problemas así como los personajes. Decidí traducirlo tengo permiso autorizado por Doodle068 Espero sus opiniones, comentarios fav y follows! Hasta la próxima!


CAPITULO 1-PROBLEMAS

Rachel Berry… La personificación eterna del mundo del espectáculo. Su apariencia opacaba a todo el mundo. Su sonrisa, propia de una diva de Broadway, ocultó cada onza de inseguridad y dolor que pueda haber sentido alguna vez, pero mantener las apariencias puede ser agotador, y guardar todo en su interior era lo que aparentaba.

No había mucho que ella pudiera hacer para proyectar felicidad y perfección a un mundo que amaba recordarle sus defectos. Debajo de la imagen, sonrisa perfecta y chica de vestimenta, no había nada más que una chica normal luchando por encontrar su manera de lidiar con problemas de una manera no tan normal.

Allí estaba, el primer día del tercer año de secundaria, sólo mirando a su horrible reflejo en el espejo del casillero. No necesitó ver más de su lamentable ser, más de lo que ya había visto, aun así ella lo agrego de todas maneras.
Tal vez esto se volvió un recordatorio de lo que necesitaba hacer, porque lo hacía y porque se mantenía haciéndolo? No era asunto de nadie. Y allí se quedo, mirando los ojos muertos que le devolvían la mirada, lanzando insultos a su propio reflejo "Fea""Sin Talento" "Una vergüenza" "Manos de hombre" "Gorda" estos y más cruzaron su mente una y otra vez, ni una cosa buena se dijo a sí misma. No había nada bueno que decir. Sus auto-reproches y odio se vieron interrumpidos cuando sintió una mano en su hombro derecho que la hizo saltar de sus pensamientos.

-Oh woah sólo soy yo- Dijo Kurt levantando sus manos en forma de rendición juguetonamente. La diva echó un vistazo más al espejo antes de darse la vuelta y sonreír a lo grande, era tan falsa que nadie vería la diferencia, nadie se preocupaba lo suficiente para intentarlo.

- lo siento me sorprendiste- estaba escéptico, la excusa era creíble, y Kurt aceptó su respuesta, así que en lugar de presionarla, cerró su brazo en el suyo.

-Agarra tus libros, es hora de ir a clase- juntos se dirigieron a clase. Ni siquiera iban a la mitad del camino, cuando el problema se les acercó en forma de escuadra, eran los deportistas del McKinley High, Rachel liberó al chico de su agarre y comenzó a caminar más rápido, Kurt siguió su ejemplo yéndose detrás de ella. Ambos tenían la esperanza de que no fueran golpeados por el temido granizado. Las esperanzas y sueños se desvanecieron, el grupo los vio e instantáneamente hicieron su camino a ellos, antes de que la morena pudiera hacer algo para disminuir el impacto, los granizados parecían venir de todas las direcciones.

Después de la conmoción del golpe inicial, sus ojos comenzaron a picarles, se cepillo como fuera posible mientras escuchaba el desfile de risas que pasaban a su alrededor y los gemidos suaves de Kurt detrás. Finalmente el chico que era mucho mejor que ella la agarró de la mano y la arrastró hasta el baño de mujeres cercano, cerrando la puerta detrás de ellos. Por suerte eran los únicos allí.

Inmediatamente, ambos se fueron directo a los lavabos para lavarse la cara y tirar lo que pudieron tirar en su cabello. Rachel podía saborear el líquido artificial que iba por su garganta, las calorías se iban sumando, sabía que tenía que hacer algo al respecto, antes de que añadiera más grasa a su cuerpo ya gordo; cuando levanto la vista del lavabo, tenía la cara visible de nuevo, finalmente se volvió hacia Kurt. Estaba a punto de quedar limpia, sólo tenía que cambiar su camisa, necesitaba ropa, pero también tiempo a solas en el baño.

- Kurt-.

-Si Rachel?- miró por encima de ella, todavía retocando su cabello.

-¿puedes ir por la ropa a mi casillero, quiero decir si vas a ir por la tuya, tal vez también podrías ir por la mía?- el chico puso su mano sobre el hombro de la chica, como signo de consuelo, pero también limpiando parte del hielo multicolor de su camisa.

-Claro Rachel-

-Gracias- Con un movimiento de cabeza Kurt salió del baño, Rachel rápidamente cerró una vez más y se dirigió a una taza. No perdió el tiempo. Con cada segundo que pasaba podía sentir las partículas romperse añadiendo calorías a su cuerpo. Se agachó frente a la taza, metió su dedo en la garganta, dándole nauseas, hasta que todo fue sacado. Con el contenido de su estomago vacio, una sensación de calma la invadió quitando algo de ansiedad de su día. Se sintió mejor, pero la sensación seguía allí..

Todavía no, no era lo suficientemente buena, ni inteligente, ni tan bonita, tenía el talento, pero no era su suficiente. Ella merecía ser slushiada, merecía que le dijeran groserías. Sólo tenía que recordar cuando estaba ocurriendo la intimidación se lo merecía, se lo merecía todo…

La morena tomó un momento para serenarse, enjuagó las lágrimas que manaban por sus ojos, antes de ir al lavabo. Después de limpiar su cara, sacó una botella de enjuague bucal del bolso, había que mantener el secreto sólo eso, un secreto. Cuando estaba con el enjuague en la boca, alguien llamó desde la puerta. Una parte de ella temía abrirla ¿Quién sabia que tipo de tortura estaba al otro lado de la tabla de madera?

-Rachel desbloquea la puerta- su cuerpo se tensó, se relajó al oír su voz. Así que, después de escupir el enjuague y limpiarse la boca, se dirigió a la puerta para dejarlo entrar

- Lo siento Kurt, no quería que nadie entrara-

- está bien, toma- pasando a Rachel su bolso, entró y cerró la puerta. El también tuvo que cambiarse y mientas que él podría ser ridiculizado por ello, iba a cambiarse en el baño de las chicas. Afortunadamente la campana sonó, así que los pasillos estaban vacíos y nadie los vería

-Gracias Kurt- Rachel desapareció con su ropa recién cambiada, el chico hizo lo mismo. La segunda campana sonó, la clase había comenzado oficialmente. La chica se fue y Kurt aún se recuperaba del granizado. Con el pelo mojado e incomodo, la morena entró en su primer periodo de clases, la única clase que no tenía con cualquiera de los otros chicos del coro. Todos los ojos estaban puestos en ella, la maestra dejó de hablar y la miró de frente

- Llegas tarde- fue una frase basada en hechos sin una pizca de emociones o sentimientos. Al parecer, ella no se molestó lo suficiente para que le importara.

Lo sé, lo siento, prometo que no volverá a suceder- Rápidamente como si tratara de esconderse de las incesantes miradas estúpidas, se dirigió a la esquina del salón donde estaba la ventana abierta. Durante toda la clase, básicamente, sólo miraba la ventana, captó algunas palabras, pero no mucho las tareas y ejercicios deben de ser entregadas a tiempo, no es una excepción… las reglas escolares se aplican en el aula….bla bla bla. La única cosa que realmente oía era su propia voz en su cabeza. Había planeado exactamente lo que iba a tener para el almuerzo, la cantidad de tiempo que tendría que ejercitarse en la elíptica para quemar eso y más, y todos los demás aspectos del día. Seguía pensando en el día, acababa de empezar y ya apestaba. No fue una buena predicción tal para el año, y mucho menos para el día

Durante su planificación mental, se perdió lo que la profesora estaba diciendo. Ella sólo iba a estar aquí durante dos semanas, al parecer, la señora Jenson se mudaba y accedió a quedarse hasta que pudieran encontrar un remplazo. La escuela finalmente encontró un remplazo que llegaría dentro de las dos semanas. Diversión. Rachel no pensaba mucho en eso. Mientras que la maestra no fuera otra como Sue Sylvester todo estaría bien, poco sabía.

Las próximas clases fueron más o menos de la misma manera. Los maestros hablaban de las reglas y expectativas, algunos empezaron con las clases. Era un montón de tonterías el primer día de escuela que Rachel hizo lo posible por prestar atención. Pero estaba demasiado preocupada. Su sonrisa de espectáculo no se mantenía. Parecía estar temiendo a cada segundo más y más. Por el almuerzo, lo único que quería hacer era volver a casa. Lo contempló durante un rato, pero era el primer día ¿Que procedente habría?

-Hey Rach, te guardé un asiento, vamos a la mesa después de comprar el almuerzo.- el chico extravagante decía sin ningún entusiasmo. Su día debió haber sido mejor. Se alegró por él. Su día apestaba; al menos alguien debería estar feliz. Después de comprar el almuerzo que no pensaba comer, se dirigió a la mesa llena del Glee Club. Mercedes, Puck, Santana, Brittany... Toda la pandilla estaba allí incluso Finn.

- Hola Rachel- Finn hablo obviamente tratando de romper la tensión. No habían hablado desde su ruptura antes del verano. Este era su primer encuentro desde entonces. La incomodidad sería un eufemismo.

-Hola Finn.- las palabras salieron tímidamente, no en absoluto como la Rachel Berry. Durante unos momentos los dos se quedaron mirándose el uno al otro, sin saber exactamente que hacer a continuación. Todo el mundo los miraba en silencio. Hasta que Santana se hartó.

-Vamos manos de hombre, toma asiento, ya nadie quiere ver tu fea cara.- las palabras reforzaron lo que Rachel ya sabía. Así que, en vez de responder, sonrío un poco más farsante y se dirigió junto a Kurt.

- Primera reunión del Glee Club hoy después de la escuela. ¿Quién está emocionado?-

Al estilo de Berry, Rachel tenía que seguir hablando de canciones y números de baile. Era la única cosa en todo el día que le añadía un poco de chispa a su personalidad.

-definitivamente, necesitamos un gran numero este año, si creemos en alguna posibilidad de ganar, todo tiene que ser perfecto.

- No asumas que el solo pasara a ti Diva- interrumpió Mercedes.

-Por supuesto que no Mercedes, el solo debe de tenerlo la mejor vocalista, y aunque estoy segura de que soy yo, eres más que bienvenida para tratar de demostrar que estoy equivocada.-

acaba de decir que era mejor que yo?- Mercedes le preguntó a la mesa. Eso no era lo que estaba diciendo. Mercedes era buena, pero Rachel sabía tener a una multitud. Sin embargo la mesa, o al menos las Cherrios en la mesa, le hicieron una seña a Mercedes.

-Oh diablos no, no me importa si es el primer día, podemos hacer esto manos de hombre- se llevó las manos a una posición de boxeo, pero ella nunca dejó su asiento. El día de Rachel no iba a su manera.

Al final del almuerzo la diva se dio cuenta que la discusión y el hablar de todo la distrajo lo suficiente para que se comiera todo el plato. Planeaba comer un bocado aquí y allá, sin duda, NO todo el plato. Sintió kilos de grasa añadiéndole a su cuerpo. Quería gritar ¿Cómo pudo hacer es? Iba a tomar horas quemar todo. No había muchas horas en el día para compensar su error. El pánico se extendió y supo lo que tenía que hacer. No estaba pensando en realizarlo de nuevo hoy. Hacerlo en la escuela sería arriesgado, pero había que realizarlo.

-Te veré en clase- Rachel dijo bruscamente, interrumpiendo las conversaciones en curso

- A dónde vas?-

-Tengo que ir a mi casillero, creo que se me olvidó algo allí, pero te veré a ti y a Puck en clase ok?- sin esperar respuesta, y con una sonrisa aún plasmada en su rostro, rápidamente dejo la bandeja de comida y corrió al baño. Eligió uno que sabía que estaría vacío en ese momento del día, pero los pasos se hicieron continuamente ansiosos. Con cada paso más digerido, más calorías se absorbían y más grasa se añadía a su cuerpo. Simplemente se sentó en su estomago como un parásito listo para atacar. Necesitaba salir de eso. Todo tenía que ser sacado.

Casi se olvido de revisar si había otras personas… casi pero no... Siguió su rutina y se liberó a si misma de su glotonería. La comida era un beneficio que no merecía. Su cuerpo no lo necesitaba. Su cuerpo no lo quiera. Así que su diario de alimentos iba a tener más escritos esa noche de lo que tenía desde hace tiempo. Sabía que sus problemas estaban empeorando, pero no le importaba, todo lo que hacía era necesario y no había nada malo en ello.

Casi se olvido de revisar si había otras personas... casi, pero no...Siguió su rutina y se liberó a sí misma de su glotonería La comida era un beneficio que no se merecía Su cuerpo no lo quería. Su diario de alimentos iba a tener más mas escritos esa noche de lo que tenía desde hace tiempo, pero no le importaba sabía que sus problemas estaban empeorando, todo lo que hacía era necesario y no había absolutamente nada malo en ello.


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