Drabble que participa en la actividad el grupo de 'Zona Hero'. Segundo día, Idol.


Bakugo se pregunta realmente lo que está haciendo, el por qué carajos lo está haciendo y cómo demonios piensa salir de esto. ¿En qué momento cayó ante los encantos de ese faro con piernas? No lo entiende, realmente no logra entenderlo. Pero… ya es demasiado tarde. ¿Cuál era el problema? Que a pesar de que ambos estuvieran en el mismo mundo, el de la actuación, Aoyama era mucho más popular y reconocido que él. A duras penas podía hablarle.

De suerte han coincidido en la misma serie. En la cual, por fin, pudo conseguir un papel más importante que un simple extra. Era uno de los principales, ¡maldición, sí! Estaba orgulloso de sí mismo por llegar tan lejos en tan poco tiempo. Aunque, estaba más que sorprendido, de que esta vez fuera Aoyama el extra. De igual manera… de una u otra manera, en cada participación, destacaba a su manera. Era un actor increíble, increíblemente adorable. Encantador. Y cuando se acercaba a hablarle con esa sonrisa tan tierna debe controlarse para no darle un jodido beso frente a todos, dejando en claro que lo quería para él.

Debe de controlar sus impulsos.

Pero es algo complicado.

—Oh, tu actuación estuvo maravillosa, Bakugo. Realmente pensé que ibas a matar al pobre de Midoriya.

—Tsk, el apodo en la serie le queda bien. Deku es Deku. Aunque no iba a matarlo, joder, quiero ser actor, no criminal.

—¡Eso representa el increíble talento que tienes! Espero grandes cosas de ti.

—Sí, gracias. Tú también eres genial, y eso.

—Es encantador que hables así.

—¿En serio? —Lo ve pestañar de esa manera coqueta que tiene, maldición. ¿Le estaba provocando?

—En serio, ¿te apetece salir a comer? Hemos terminado la grabación de hoy. Yo pago.

—Bien, pero antes…

—¿Si?

—¿Qué estás planeando? —Deja salir la bomba. Él no era idiota. Sabe que hay algo detrás, y quiere descubrirlo, porque si es lo que está pensando… la mierda la salida, se lo llevaba a su departamento. —¿Qué quieres?

—A ti.

Ambos sonríen.

Bien, lo admite.

Ha perdido ante sus encantos.