EN NOMBRE DE LA JUSTICIA
Hola, estimado/a lector/a. Permiteme darte la bienvenida a En nombre de la justicia, fic que abre mi trilogía sobre el torneo Dragon Battlefield.
¿Qué debes saber de este fic?En primer lugar, que no guarda la más mínima relación con cualquiera de las series del anime. En segundo, que está basado en la saga de videojuegos Tekken, con el torneo Dragon Batlefield como una versión del torneo King of the Iron Fist. Incluso el malo final tiene el mismo nombre. En tercer lugar has de saber que este es un fic de ACCIÓN y las peleas priman por encima de cualquier otra cosa. Por último, pero no por ello menos importante, decir que al final del fic este universo creado por mí se verá involucrado en un crossover entre todas mis líneas (mira en mi perfil para saber cuáles son esas líneas).
Como anécdota curiosa, es también destacable que he extraído a tres personajes del anime Beyblade. Se trata del carismático DJ Jazzman y los inefables Brad Best y AJ Topper, comentando las peleas del torneo.
Antes de hablar del torneo, hablaré del mundo en que se desarrolla el fic. Se trata de un típico mundo steampunk, similar al bajo medievo europeo, dónde la tecnología de vanguardia está en posesión de una empresa, la UDF(United Dragons Federation), quién realmente controla en la sombra a todas las naciones. Está organizado en seis reinos periféricos a la céntrica Dragon City, sede de la UDF. Es la UDF quién organiza el torneo Dragon Battlefield.
El Dragon Battlefield enfrenta a los digimons compañeros de digiluchadores de todas partes del mundo, con la particularidad de que solo pueden participar digimons dragones. El vencedor podrá escoger entre un premio en metálico de un millón de denarios(dinero de curso legal en todo este mundo) o arriesgarlo todo y enfrentarse al presidente de la UDF por el control de dicha empresa.
Eso es todo(quitando lo de que digimon no me pertenece) espero que les guste el fic, y si encima dejasen un review les estaría sumamente agradecido.
WELCOME TO DRAGON CITY
Drake no estaba muy seguro de si había andando en la dirección correcta. Todo lo que había visto los últimos dos días era un inacabable desierto de roja arena. Ahora por fin hallaba algo diferente. Un gran macizo de impenetrables negras rocas de unos mil metros de altura. Según todos aquellos a los que había preguntado, debería haber un desfiladero tras el cuál se ubicaba la espectacular Dragon City, la ciudad creada de la nada por la UDF para ser sede del torneo Dragon Battlefield. Pero no había ni rastro de semejante desfiladero. Por ello había mandado a su compañero a explorar desde el aire. En circunstancias normales se habría ahorrado todo el esfuerzo yendo volando a lomos de su digimon. Pero según las normas del torneo, solo podrían entrar en Dragon City quienes llegaran hasta allí a pie. Y la UDF era muy capaz de averiguar y castigar a los tramposos.
Drake cerró los ojos. Era un chico de dieciséis años, pelo rojo alborotado, tez pálida, y ojos azules cristalinos que a primera vista parecían amables, pero un segundo vistazo revelaba una firme determinación. Vestía una sencilla camiseta blanca con llamas púrpuras dibujadas y pantalones rojos. Drake visualizó en su mente la razón de todo ello. Recordó aquellos momentos de niño junto a su padre, aprendiendo a cuidar a los digimons y tratarles con respeto. Una práctica que la UDF se había encargado de frustrar. De repente oyó ruido de pasos tras él. Se dio la vuelta y vio en la distancia como se acercaba alguien, directamente al lugar donde estaba él. Cuando estuvo más cerca, vio que eran un chico de su edad acompañado de un digimon, al que reconoció como VictoryGreymon. El chico era alto, moreno, musculoso, rubio y usaba gafas. Vestía una camisa sin mangas negra y pantalones blancos manchados por la arena de aquel desierto, y portaba un petate al hombro. Parecía una persona tranquila.
-Hey, hola. ¿Te has perdido, chico?-le dijo cuando estuvo a su altura. Drake sonrió. Le pasaba mucho. Al ser de baja estatura para su edad y tener la cara algo infantil a menudo era minusvalorado. Hacía tiempo que lo había asumido y no le molestaba.
-No sabría que decirte. Vine aquí con intención de participar en en el Dragon Battlefield, pero no sé como llegar a Dragon City y mandé a mi compañero a explorar.
-¿Qué?¿Vas a participar en el Dragon Battlefield?Perdona que te lo diga, pero no eres el tipo de digiluchador que esperaba encontrarme.-dijo el recién llegado.
-Mejor para ti, supongo. Imagino que tú también participarás, sino no estarías en este lugar.-dijo Drake.
-Jeje, por supuesto. Pero no me he presentado, mi nombre es Erik, y mi compañero es VictoryGreymon.-el digimon hizo un gesto con la cabeza por saludo.
-Encantado, mi nombre es Drake. ¿Por casualidad no sabrás donde está el famoso desfiladero que no he podido encontrar?
-Aquí mismo.-dijo Erik con una enigmática sonrisa.
-¿Qué quieres decir?-se extrañó Drake.
-Adelante VictoryGreymon, enseñáselo.
-De acuerdo.-el digimon se colocó enfrente de aquel macizo-¡Dramon Breaker!
VictoryGreymon acuchilló el suelo con fuerza. Durante unos breves segundos no ocurrió nada, pero de repente, de forma muy ruidosa, el oscuro zócalo se separó dejando al descubierto una senda de unos cuatro metros de ancho con escarpadas paredes franqueandolo.
-Impresionante.-reconoció Drake, aunque no parecía en absoluto sorprendido.
-Cierto. Todo ese macizo es artificial y se mueve por una increíble mecánica subtérranea, que solo el ataque de un poderoso digimon dragón puede activar. Es una de las formas que tiene la UDF de cribar a los digiluchadores más fuertes.-dijo Erik con admiración.
-Bueno, ahora que el camino está abierto, esperaré a mi compañero para cruzar.
-¿Cuánto crees que tardará?-preguntó Erik.
-Pues le mandé a recorrer la totalidad del macizo, así que no creo que le vea hasta mañana por la mañana.-dijo Drake despreocupadamente.
-¡¿Qué?-exclamó Erik-¡No puedes quedarte aquí solo tanto tiempo!
-¿Por qué no?El torneo no empieza hasta dentro de dos días.
-Las montañas mecánicas no son el único sistema de la UDF para disuadir a la gente de participar. También están los Eliminadores que merodean por esta zona. Son grupos de digiluchadores expertos que se enfrentan a los digiluchadores que encuentran, sean cuales sean sus circunstancias. Si te quedás aquí solo, habrás terminado en el torneo antes de empezar.
-Había oído rumores de ellos, pero tendré que correr el riesgo.
-Ah, no, de eso nada. Vente con VictoryGreymon y conmigo, y te aseguro que no te pasara nada.
-¿En serio?-se sorprendió Drake- Pensé que agradecerías la posibilidad de perder un rival por el camino.
-Oh, no te confundas. No pareces muy fuerte, así que si participas, no creo que me sea díficil derrotarte.-dijo Erik guiñando un ojo.
-Sea por la razón que sea te agradezco la oferta. Mi digimon no debería tardar mucho en encontrarnos tras ver que no estoy aquí.-aceptó Drake.
Los dos chicos y VictoryGreymon se adentraron en aquella ruta, charlando animosamente.
-De todas formas, me sorprende que hayas llegado hasta aquí sin llevar ningún tipo de equipaje, algo tendrás que comer.-dijo Erik.
-En realidad, a lo largo de mi vida he ido perfeccionado una técnica milenaria originaria del valle de Dergai consistente en la optimización del chi interior, lo que me permite pasar largos períodos de tiempo sin alimentarme.-explicó Drake.
-He oído hablar del valle de Dergai. Se dice que allí los digiluchadores entrenan a sus digimons para el combate únicamente con la meditación¿Es cierto?
-Realmente no te lo podría decir. Yo procedo de las verdes praderas del Reino Nororiental, y el valle de Dergai está en el casi inexplorado Gran Reino Austral. Fue mi difunto padre quién viajó allí en su juventud, aprendió esa técnica, y luego me la enseñó a mí.
-Nosotros procedemos del Reino Occidental, así que hemos entrenado con los digimons más peligrosos.-reveló VictoryGreymon.
No tardo mucho en anochecer. Erik explicó a Drake que aún tardarían varias horas en atravesar el desfiladero, y que sería mejor que acamparan para dormir.
-Decidme una cosa. ¿Por qué pensáis participar en el Dragon Batlefield?-preguntó Drake.
El rostro hasta entonces alegre de Erik mutó a una expresión de tristeza.
-Mi hermana pequeña padece una grave enfermedad. Si sigue así, perderá la vida. Solo la UDF dispone de medios para curarla, pero son demasiado caros, y mi familia no tiene mucho dinero. Pelear es lo que mejor sabemos hacer VictoryGreymon y yo, así que aquí estamos.-explicó Erik con pesar.
-Disculpa, no debería haber...
-No, no es culpa tuya. No es culpa de nadie. Pero por esa razón ganaremos. Nadie podrá derrotar a VictoryGreymon.
-Bueno, eso lo dudo.
-¿Qué sabrás tú?-dijo, amenazante, VictoryGreymon.
-Sé bastantes cosas, la verdad. Sé que tu espada, la Dramon Breaker, es excepcionalmente poderosa contra digimons dragón, lo que en principio te hace el digimon ideal para esta competición. Sin embargo, al margen de eso, no eres ni particularmente ágil, ni fuerte en ataque ni defensa. Si un adversario te arrebatase la Dramon Breaker, serías presa fácil.-explicó Drake.
-Pues entonces no dejaré que me la arrebaten.-anunció VictoryGreymon con decisión.
-Sabes mucho para ser el débil digiluchador que nos estás haciendo creer.-notó Erik.
-Eso es algo que también me enseñó mi padre.
Durmieron y a la mañana siguiente retomaron su camino. Al cabo de algunas horas discernieron el fin del desfiladero.
-Bueno, ya estamos llegando, y no nos hemos topado con los Eliminadores.-comentó Erik.
-¡Eso te crees tú!-dijo una voz desde lo alto de las rocas, que en ese punto no excedían los doce metros.
Miraron hacia arriba, y vieron a un quinteto de hombres encapuchados, y a un Megadramon y un Gigadramon que volaban en círculos a su alrededor. Eso dio confianza a Erik.
-Ja, necesitaréis mucho más que esos débiles digimons para derrotar a VictoryGreymon.
-¿Quién te dice que no lo tenemos, idiota?-dijo uno de los Eliminadores.
De repente, en cada pared apareció un poderoso digimon. A la izquierda surgió Boltmon, mientras que a la derecha quien apareció fue el pequeño pero letal PrinceMamemon.
-¡Esos no son digimons dragón!-protestó Erik.
-¿Y por qué tendrían que serlo?Esto no es el torneo.
-Lo sea o no vais a perder.¡Vamos, VictoryGreymon!
-¡Espera!¡Son cinco!¿Dónde está el quinto digimon?-alertó Drake en vano, pues VictoryGreymon ya saltaba hacia Boltmon. En ese momento escucharon un sonido tras ellos, y es que Spinomon corría velozmente hacia ellos dispuesto a aplastarlos. VictoryGreymon se percató de ello y descendió justo a tiempo de bloquear a Spinomon con su espada, dando la espalda al resto de sus rivales, que aprovecharon para atacarlo al unísono.
-¡Lluvia púrpura!
-¡Tomahawk Steiner!
-¡Ataque de MegaMisiles Oscuros!
-¡Ataque de GigaMisiles Oscuros!
Pese a recibir todos estos ataques de lleno por la espalda, VictoryGreymon se mantuvo firme, pues si permitía a Spinomon continuar su embestida en un lugar tan estrecho, sería el fin de todos ellos.
-¡Maldición!-exclamó Erik- No sé que hacer...
-¡La espada!-gritó Drake-¡VictoryGreymon, debes soltar la espada y defenderte!
VictoryGreymon no lo tenía tan claro. Si seguía así, los ataques combinados de Boltmon, PrinceMamemon, Megadramon y Gigadramon no tardarían demasiado en hacerle caer, y todos sucumbirían a la estampida de Spinomon. Podía soltar la espada, lo que le dejaría las manos libres para protegerse del ataque combinado con su Victory Shield, pero al hacerlo lo único que se interpondría entre Spinomon y Drake y Erik sería su propio cuerpo. ¡Claro!¡Ya entendía!
VictoryGreymon lanzo hacia arriba su Dramon Breker y, de un ágil salto, se subió a la cabeza de Spinomon.
-¡Victory Shield!
Con su escudo se cubrió de los ataques restantes, pero Spinomon fue blanco colateral de ellos y no se atrevió a moverse. Entonces cayó el Dramon Breaker y VictoryGreymon lo tomó sujetando su Victory Shield con la mano restante.
-¡Tridente Gaia!
Su espada se fusionó con su brazo derecho y se abrió en tres puntas que clavó en la cabeza de Spinomon, que se esfumó en una nube de datos. Uno menos, quedaban cuatro.
-¡Cambio de objetivo!-ordenaron tres de los Eliminadores.
-¡Boltmon, arrebátale su escudo!-ordenó el restante.
Megadramon, Gigadramon y PrinceMamemon reorientaron sus ataques hacia Drake y Erik, que fueron escudados por VictoryGreymon. Sin embargo, Boltmon había descendido al desfiladero y se acercaba amenazante a VictoryGreymon para despojarle de su único medio de defensa. En cuanto lo hiciera, sería su fin.
-¡Shouryū slash!
Los Eliminadores asistieron atónitos a como una llamarada con forma de dragón consumió a Megadramon y a Gigadramon.
-¿Pero quién...?
-He sido yo.
Quién habló era un Caballero Dragón con una gran espada. Al estar a contraluz del sol, no se distinguían sus facciones, pero aquella blanca armadura era claramente reconocible. Se trataba de Slayerdramon.
-Ya era hora.-dijo Drake.
-¿Ese...ese es tu compañero?-preguntó Erik estupefacto.
-¡Yo me ocuparé de él!-dijo PrinceMamemon dirigiéndose hacia él.
Pero para ello cesó su ataque contra VictoryGreymon, que quedo libre para enfrentarse a Boltmon.
-¡Tridente Gaia!
-¡Tomahawk Steiner!
Ambos contendientes corrieron uno contra el otro, uno con su espada fusionada al brazo y otro con su enorme hacha en alto. Pero al cruzarse, VictoryGreymon fue lo suficientemente astuto para en vez de cargar hacerse ágilmente a un lado, lo que provocó que Boltmon clavara su hacha en en el suelo y quedará como un blanco fácil para el Tridente Gaia del compañero de Erik, que le destruyó sin miramientos.
Mientras, PrinceMamemon propinaba puñetazos y explosiones a Slayerdramon, pero nada penetraba en su sólida armadura.
-Acábalo, Slayerdramon.-pidió Drake.
-De acuerdo.¡Koryū slash!
Con una agilidad impropia de un digimon de su tamaño, se colocó detras de PrinceMamemon, manteniendo aún por delante su espada gigante, Fragara, con la que destruyó a su pequeño oponente de un veloz tajo.
Los Eliminadores asistieron pasmados al fin de sus digimons. Drake les miró con gesto amenazante y les gritó:
-¡Iros!¡Iros y decidle a vuestro amo que esto os lo han hecho el hijo y el digimon de Nathaniel!
Los esbirros le hicieron caso y se largaron de allí rápidamente. Slayerdramon tomó tierra y le habló.
-¿Crees que ha sido prudente alertar a la UDF de nuestras identidades?
-Lo hubieran descubierto tarde o temprano durante el torneo. No quedan muchos Slayerdramons con vida y seguro que la UDF sabe cuáles son.
-Perdonad.-les interrumpió Erik-¿Tu compañero es un Slayerdramon?
-Ya ves que sí.-dijo Drake, divertido.
-Pero...si tu eres...y él es...
-Sí, nos lo dicen mucho.-admitió Slayerdramon. Poca gente creía capaz a un crío de dieciséis años capaz de manejar a un digimon tan imponente.
-Gracias por la ayuda.-dijo VictoryGreymon- Pensaba que mi Dramon Breaker era poderoso, pero tu espada es lo más increíble que he visto nunca.¡Parece obedecer a tu pensamiento más que a tus brazos!
-Bueno, realmente obedece a mi chi, mediante una técnica milenaria proveniente de...
-Sí, del valle de Dergai, ya nos contó Drake.-dijo Erik. Acto seguido se dirigió al pelirrojo y declaró-A partir de este momento tengo una deuda para contigo.
-No seas ridículo, no me debes nada. Sin ti jamás habría descubierto como atravesar estas montañas. ¿Amigos?-preguntó tendiendo la mano.
-Solo siendo los mejores.-contestó Erik estrechándosela, mientras VictoryGreymon y Slayerdramon discutían sobre espadas.
Salieron del desfiladero y contemplaron Dragon City. Realmente lo único que veían eran las inmensas murallas, hechas de la misma roca negra que el macizo que acababan de cruzar, y, por supuesto, la parte superior de una gigantesca cúpula rojiza, la Cúpula de Batallas donde tendría lugar la fase final del Dragon Battlefield. Al acercarse más aún, vieron junto a las puertas de acceso a una joven de su edad, de pelo rosa con un mechón blanco recogido en una coleta y con un traje negro con extraños símbolos blancos dibujados en él. Junto a ella había un digimon llamado ShineGreymon, que al instante atrajo la atención de VictoryGreymon. Cuando estuvieron a su lado, vieron que les miraba pícaramente con sus ojos azules, y que tenía un lunar del lado izquierdo de su boca.
-Vaya, vaya. Que curiosa pareja, y que curiosos digimons.-dijo.
-¿Tratás de insinuar algo?-preguntó Erik algo molesto por el tono que había empleado la chica.
-Nada, salvo que vuestros digimons parecen demasiado fuertes para digiluchadores como vosotros. Seguro que eso les lleva a la perdición.
-¿Ah, sí?¿Y quién va a ganarnos?¿Tú?-dijo Erik despectivamente.
-Puede ser. El hecho de que ShineGreymon y yo seamos chicas no significa que no vayamos a ganar este triste torneo ante tan tristes competidores.
-¿Triste yo?¡Nadie me ha hartado tanto en tan poco tiempo!¡Luchemos ahora!-exclamó Erik.
-Bueno, calentar nunca viene mal.-dijo la chica con diversión-¡Vamos, ShineGreymon!
-¡Tú también, VictoryGreymon!
Los dos digimons se posicionaron para el combate, pero mientras ShineGreymon lo hizo diligentemente, VictoryGreymon lo hizo con renuencia.
-¡ALTO!-exclamó Drake.
-¿Eh?¿Qué pasa?-se extrañó Erik.
-Esto no es buena idea.-le dijo Drake al oído- VictoryGreymon acaba de salir de una pelea casi imposible. Mejor descansad y guardad la hostilidad para el torneo.
-Mierda, tienes razón.-reconoció Erik- Dejaremos esto para más tarde, cuando todo el mundo pueda ver como te tragas tus palabras.
-Ya, ya. Vámonos ShineGreymon. Por cierto, mi nombre es Yvonne, y vengo del Reino Oriental.-se despidió la chica.
Cuando desapareció, Erik se puso a imitarla con voz de falsete.
-Me llamo Yvonne, y vengo del Reino Oriental. Díselo a quien le interese. Que chica y que digimon más creídos.
-Eh, que ShineGreymon no ha abierto la boca.-salió en su defensa VictoryGreymon.
-¿Pero de qué lado estás?-inquirió Erik.
-Será mejor que entremos.-interrumpió la inminente discusión Slayerdramon- Aún no conocemos la ciudad.
Le hicieron caso y entraron. La ciudad estaba claramente delineada en cuadrícula, con calles empedrados anchísimas, y a cada rato contemplaban extraordinarias maravillas tecnológicas.
-He de reconocer que los artefactos de la UDF son impresionantes.-se admiró Erik.
-Di mejor los artefactos de Locus.-dijo una voz tras ellos.
Se volvieron y contemplaron a un hombre de tan solo un metro treinta, de escaso pelo castaño claro y ojos saltones.
-¿Locus?-se preguntó Drake- Jamás oí hablar de alguien llamado así.
-¡Eso es porque la UDF me robó mis inventos y los declaró suyos!¡Incluso mi imparable digimon de batalla!Pero me vengaré, ya lo veréis¡Ya lo veréis todos!
Y tras decir esto, se marchó de allí.
-Un tipo extraño.-dijo Erik.
-Sí, me preguntó cuantos tipos extraños participan en el torneo.-dijo Drake.
-Y con que digimons.-añadió Slayerdramon.
Conforme se acercaban a la Cúpula de Batallas los edificios se hacían más grandes y las calles más estrechas. Finalmente, encontraron el lugar destinado a acoger a los digiluchadores durante el torneo. Tras entrar, les adjudicaron dos habitaciones dobles, una para Erik y Drake y otra para VictoryGreymon y Slayerdramon. Pero antes de nada fueron a comer. Sin embargo, lo único que recibieron fue un triste bocadillo para los cuatro.
-¡Qué se supone que es esto!-protestó Erik.
-Lo siento, señor, pero un, ejem, cliente, ha acaparado toda la comida y nadie se atreve a quitársela...
-¡¿Dónde está?-exclamó, furioso, Erik.
-A...Allí.
En el lugar que señalaba aquel hombre se encontraba un terrorífico Megidramon devorando comida suficiente para un ejército.
-¿Quién se ha creído que es?-preguntó Erik algo menos dispuesto al enfrentamiento.
-Un campeón. Y come como tal.
Miraron al que había dicho esas palabras, y ambos le reconocieron.
-Oh, Dios mío,¡Es Shiryu, el campeón de los Cinco Reinos del Norte!Soy un gran fan.-dijo Erik, olvidando todo su enfado.
-Sí, como todos.-Shiryu era un chico veinteañero de cabello negro de punta y ojos castaños que vestía con chaleco rojo y ropa gris oscura, originario del Reino Septentrional-Tú eres Drake¿Me equivoco?
-Así es.-admitió el pelirrojo-¿De qué me conoces?
-Siempre que enfrente a un rival del Reino Nororiental, decía que tú eras el mejor digiluchador del lugar, pero que pasabas los días entrenando con Slayerdramoon y casi nunca combatías.¿Por qué?
-No me he sentido atraído por el combate. Hasta ahora.
-Pues bien, mejor habrías hecho quedándote escondido en casa. Cuando te derrote, nadie podrá decir que no soy un campeón pleno. Megidramon, dale algo de comida a estos aficionados. Necesitarán algo de fuerza para tenerse en pie y que les tumbemos.
Más tarde, por la noche, mientras Drake se disponía a dormir, Erik le preguntó:
-¿Por qué lo haces?
-¿El qué?
-Participar. Si Slayerdramon y tú no tenéis experiencia en torneos puede ser un suicidio.
Drake suspiró.
-Por mi padre. Murió asesinado, porque quiso hacer de la UDF algo que el actual presidente no podía tolerar.
-Por eso dijiste a los Eliminadores que eras el hijo de Nathaniel.
-Exacto. Mi padre entrenó toda su vida a Slayerdramons, pero la UDF los eliminó a todos, excepto a unos pocos. Mi Slayerdramon es el heredero de esos digimons todopoderosos.
-Espero que seáis tan bueno como dicen, porque sino estáis prácticamente muertos.
Al día siguiente fueron a la inauguración del Dragon Battlefield en la Cúpula de Batallas. Estaba rebosante. Había más de doscientos participantes allí. Pero Drake solo pudo fijarse en uno de ellos especialmente inquietante. Tenía largos cabellos rojos como la sangre y vestía una túnica ritual negra, como sus ojos. No había ningún sentimiento en esos ojos más que el odio.
-Es Mephisto. Está chalado, pero acojona.-dijo la voz de Yvonne tras de él.
-¿Sigues aquí?-dijo Erik irónicamente.
-Harís bien en saber de tus rivales, Erik. Sí, sé tu nombre, y también el de Drake. Conozco las historias de todos los aquí presentes. Aquel que no deja de frotarse las manos y sudar es Ettore, el protegido del presidente de la UDF. Pero al que deberiais temer es al del pelo largo azul cielo.
-¿Quién es?-preguntó Drake.
-Es Shaka. Es una especie de ermitaño de las montañas del Reino Noroccidental. Se dice que es la única persona que ha ganado al presidente de la UDF.
Sí, Shaka. Su padre le había hablado varias veces de él con sumo respeto. No le cabía duda de que era un digiluchador fuera de lo corriente, y sobre él versaban muchos de los murmullos que recorrían el lugar.
Pero todo ruido cesó cuando apareció en el palco él. Drake le miró con odio. Heihachi. El hombre que asesinó a su padre.
