Los personajes aquí narrados no me pertenecen, pertenecen a la escritora LJ Smith y al canal CW.
Solo escribo para entretener, mi recompensa son sus comentarios.
Prólogo
Las calles de un humilde barrio, a las afueras de una gran ciudad, estaban pobladas de gente pobre, gente sin dinero que hacia de todo por tratar de sobrevivir un día mas, allí a lo lejos, olvidados por todos y queridos por nadie. Seguían siendo humanos, seguían teniendo derechos, (aunque no parecía) seguían existiendo pero eran ignorados. Sus casas no tenían techo, algunas ni siquiera paredes, y sin embargo ellos eran mejores que otros, mejores que los que se hacían llamar "clase alta". No tenían ropa, agua, ni incluso los niños juguetes con los que jugar. Y seguían allí, en casas destruidas, con escasos recursos, pero cuidándose unos a otros.
Tal vez antes mentí, si les importaban a alguien, los mafiosos eran sus dueños, ¿porque? solo porque así era, porque eran mas poderosos y tenían mas plata. Y mataban, no les importaba si tenían que hacerlo y no se preocupaban a quien o porque.
Una casa de alzaba a lo lejos, casi llegando al final donde una cerca sin reja cubría la parte delantera, dentro había un niño con ojos color celestes como el cielo y pelo negro como el carbón, que a pesar de no tener a su madre con el por causas de la naturaleza, aun sonreía, hoy era su cumpleaños e irradiaba felicidad porque su padre le había prometido jugar con él y enseñarle a lanzar una pelota. En esa época el tendría unos 7 años, tal vez 8 y trataba de aprender a leer por sus propios medios porque allí, en "el barrio" no había escuelas y nadie se animaba a enseñar. Su padre, un poco mas atrás, un buen hombre con un destino terrible, trataba de conseguir algo de alimento para su hijo. Su arduo trabajo lo había dejado exhausto y cuando entro a la casa y el pequeño lo abrazo no pudo evitar sonreír. Acaricio la cabeza de aquel niño de ojos celestiales, no tenían nada, solo el uno al otro, pero eso no duraría mucho, porque allí, la gente feliz no existía y solo había una manera en la que podían sobrevivir y esa era: matar.
