Os presento un poco la nueva historia, quiero darle otro enfoque diferente a la que les he dado a las anteriores. Espero que os guste y que me dejéis en los comentarios si queréis que siga con ella o que pase a otra cosa, últimamente estoy escribiendo bastante pero nada parece convencerme.
Disfrutad!
Emma llegó esa mañana a la universidad más nerviosa de lo que podía haber imaginado, después de casi tres años de haber dejado la carrera volver a retomarle le suponía un reto demasiado grande. Había decidido seguir luchando por sus sueños y eso pasaba por volver a estudiar y conseguir terminar el año de carrera que le quedaba. Nada más entrar al gran edificio central se encontró con una gran cantidad de jóvenes que iban y venían por todos sitios, no acaba de gustarle la idea de estar rodeada de niños que sólo buscaban fiesta y alcohol pero no le quedaba otro remedio, necesitaba dar ese último empujo.
-Buenos días.- Dijo Emma mirando a la recepcionista.
-Hola.- Contestó la otra mujer.- ¿Qué desea?
-Venía a pedir mi horario.- Dijo mirando fijamente a la mujer.
-¿Carrera?- Preguntó sin más.
-Artes. Cuarto curso.- Contestó sin más.
-Aquí tiene.- Dijo dándole una hoja con todo bien señalado.
-Muchas gracias.
Emma se marchó directamente a la clase asignada, por suerte tenía muchas de las asignatura ya aprobadas por lo que su horario era bastante flexible y le daría tiempo para todo. Tener que dejar la carrera años atrás le supuso un duro golpe.
Iba distraída mirando todas las clases buscando el número que le correspondía cuando choco con otra chica que corría por los pasillos. El maletín de Emma cayó al suelo de golpe pero con la gran suerte de que no se abrió en cambio a la otra chica que llevaba los libros en la mano se le cayeron todos al suelo.
-Disculpa, iba distraída.- Dijo Emma ayudando a la muchacha a recoger todas las cosas que se le habían caído.
-Es culpa mía, no debería ir corriendo.- Aseguró está terminando de recoger y saliendo corriendo de nuevo mirando a Emma con una sonrisa.
Emma se rió ante lo despistada que parecía esa chica, cuando iba a continuar su paso descubrió que se había dejado un blog tirado en el suelo. Se agachó para recogerlo y se abrió leyéndose en una pulcra caligrafía su nombre, "Ruby Lucas", Emma se giro para intentar encontrar a esa chica pero le fue imposible por lo que decidió guardar el blog y dejarlo en secretaría al salir de la primera clase.
Emma siguió andando hasta encontrar el aula que le había sido asignada, para su suerte ese día sólo tenía una clase y podría marchase a casa, no le gustaba ausentarse demasiado. Nada más entrar en la enorme aula se encontró que la mujer con la que se había tropezado estaba sentada en la segunda fila. Con una sonrisa se acercó a ella.
-Hola.- Dijo colocándose a su lado.
-¡Ei!- Dijo la despistada chica.- Lo siento de nuevo, pensé que llegaba tarde.- Se disculpo avergonzada la morena.
-Tranquila, te dejaste esto.- Emma sacó de su maletín el blog y se lo dejó sobre la mesa.
-¡Dios, gracias!- Casi gritó al verlo allí.- No me había dado cuenta de que lo había perdido, toda mi vida está entre esas páginas.- Aseguró mirándolo con cariño.
-Pensaba dejarlo en secretaría pero es una suerte haberte encontrado antes.- Dijo Emma sonriendo.
-¿Estudias Artes?- Preguntó Ruby muy interesada.
-Así es. ¿Es esta clase?- Dijo mirando a su alrededor.
-Así es. Soy Ruby Lucas.- Se presento tendiéndole la mano a la rubia que la acepto encantada.
-Emma Swan.- Le respondió.
-Entonces… ¿Estarás este año con nosotras?- Preguntó señalando a su compañera que no había intervenido en la conversación.
-Emma Swan.- Se presentó a la muchacha que la miró con una sonrisa.
-Bella.- Le dijo cogiendo su mano.
-En realidad sólo tengo asignaturas sueltas pero esta será una de las que tenga que hacer.- Dijo Emma mirando la poca gente que había en el aula.
-Te acompaño en el sentimiento.- Dijo en tono de broma Ruby.
-¿Por qué?-Preguntó curiosa.
-La teniente.- Dijo simplemente Bella que se había unido a ellos.
-¿La teniente?- Volvió a preguntar Emma que estaba muy perdida.
-Se nota que no eres de aquí.- Le dijo Ruby con una sonrisa.- Es un hueso, casi nadie aprueba su asignatura.- bajo la voz para decir eso último.
-¿Por eso hay tan poca gente?- Preguntó Emma mirando el relój y dándose cuenta de que sólo faltaban dos minutos para que diese la hora.
-Así es, poca gente elige esta asignatura.- Dijo Bella.- Al ser una optativa casi todo el mundo acaba huyendo de ella.
-¿Por qué la cogisteis vosotras?- Preguntó Emma con curiosidad.
-Es asignatura básica para los másteres y los doctorados, queríamos llevar buena base- Aseguró Ruby.
-Vaya… creo que me habéis asustado un poco.- Le dijo Emma con una sonrisa.
-Siéntate.- La invitó Ruby.- La teniente es la profesora con peor fama de toda la universidad pero es innegable que demuestra pasión por lo que hace.
-Tranquila, Emma. Seguro que la sacas, pareces una persona inteligente.- Le dijo Bella con una sonrisa.
-Seguro que sí.- Le dijo Emma acomodándose a su lado.
-¿Te quedan muchas asignaturas?- Preguntó Bella una vez que Emma se había acomodado.
-Sólo 4, por suerte en seis meses las habré sacado.- Dijo Emma que había comprobado su horario y sabía que así era.
-¡Qué suerte!- Soltó Ruby haciendo reír a las otras dos. -¿Puedo preguntar algo?
-Adelante.- Dijo Emma sonriendo.
-¿Por qué sólo te quedan 4?- Dijo sin pensarlo demasiado.
-Una larga historia, pero se resume a que tuve que dejar la universidad hace tres años y hasta ahora no he podido retomarlo.- Resumió sin querer entrar en detalles tan pronto.
-¿Qué edad tienes?- Preguntó Bella sorprendida por esas palabras.- Lo siento… un impulso.
-Tranquila.- Dijo Emma riendo.- Tengo 27 años.
-¡Guau!- Dijo Ruby con toda naturalidad.- No lo aparentas.- Aseguró mirando a Bella que asentía.
-Nosotras tenemos 23.- Dijo Bella para aliviar la tensión.
-¡Qué jovencitas!- Emma se rió mirando a las chichas tan contentas.
-Claro que sí, abuela.- Le dijo Ruby.
Las tres comenzaron a hablar sobre la asignatura, Ruby le contaba lo poco que sabía sobre la nueva profesora mientras que Bella asentía y se reía de vez en cuando. Emma tenía que reconocer que a pesar de ser bastante jóvenes parecía dos chicas con las ideas muy claras y con una madurez impresionante por lo que se alegró de poder compartir clases con ellas.
Emma estaba hablando con Ruby cuando escucho unos tacones sonar, al girar la mirada se encontró con una espectacular mujer enfundada en un vestido negro con una americana gris y un maletín en las manos. Por la descripción que Ruby le había hecho sabía que esa era la profesora que tantos dolores de cabeza les iba a dar. La mujer dejo el maletín sobre el escritorio, sus tacones le daban al menos 10 centímetros más. Emma tenía que reconocer que el apodo le venía como anillo al dedo pues su sola presencia ya hacía que todo el mundo se callase y se sintiese intimidado.
-Buenos días.- Dijo aquella mujer observando los 10 alumnos que tenía repartidos por la clase.- Soy Regina Mills, seré vuestra profesora de Arte durante este curso. Antes de nada, para la próxima clase me gustaría que todos estuvieseis en un mismo espacio, no quiero esos huecos en las mesas.- Dijo mirando principalmente a los alumnos que se habían colocado en las últimas filas.- Segundo, la mayoría me conoceréis o habéis oído hablar de mí.- Aseguró mirando hacia delante mientras se sentaba en la mesa cruzando sus torneadas piernas.- Todo lo que hayáis oído es poco, no permitiré tonterías, estáis en cuarto de carrera, se supone que el año que viene seréis graduados y que debéis estar preparados para enfrentaros al mundo laboral por lo que ese es mi objetivo. Mi exigencia es la que es y no pienso bajar el listón ni un solo centímetro.- Aseguró de nuevo revisando a las personas que formaban su nueva clase.- El temario de la asignatura lo tenéis colgado en la página que yo os daré ahora, os registrareis y podréis tener contacto directo conmigo desde ahí.- Regina se levantó y apuntó lo necesario en la pizarra con su perfecta caligrafía.- Todo el temario estará ahí colgado mañana por la mañana por lo que si a alguien no le interesa lo que aquí se explica no tiene que acudir a clase.- Regina se acercó a la tercera fila y se quedó mirando a un despistado alumno que no prestaba atención.
Emma, Ruby y Bella la miraba sin poder creérselo, esa mujer parecía de hielo. Era un robot narrando de memoria todo lo que tenía guardado en su disco duro. Emma se arrepintió en ese momento de haber elegido esa asignatura, no quería que por eso bajase su nota o peor se retrasase su graduación.
-El examen se realizará en dos partes.- Continuó Regina volviendo a sentarse sobre la mesa.- La primera será una parte teórica, donde pondré en valor vuestros conocimientos, y la segunda será práctica, donde valoraré vuestra facilidad o dificultad de análisis de una obra así como vuestra actitud crítica sobre la misma. Esto irá complementado con las clases prácticas de las que hablaré más adelante. – Dijo sin más.- Las tutorías serán los martes por la tarde, si alguna duda os surge antes de esa fecha a través del correo las solucionaré lo más rápido posible.- Regina seguía con su monologo viendo la cara de sus nuevos alumnos.
Ruby seguía estupefacta, le habían dicho que era dura pero eso superaba con mucho las expectativas que se había marcado. Por su parte Emma seguía alucinada, no podía creerse que una persona tuviese un carácter tan frío como el que su profesora estaba demostrando, no había cambiado el gesto, no se había molestado, ni sonreído, ni siquiera había cambiado un solo musculo de su cara desde que había entrado en clase.
-¿Alguna pregunta?- Dijo más por cortesía que porque esperase que alguien preguntase.
Toda la clase permaneció callada, nadie se atrevía a decir la más mínima palabra para evitar desatar esa furia que parecía estar conteniendo.
-Perfecto. Hasta mañana.- Dijo con educación. Cogió el maletín y salió de clase sin decir nada más.
Un profundo suspiro se escuchó en el aula cuando escucharon la puerta cerrarse tras ella. Nadie se movía ni decía nada, aun estaban demasiados impactados con lo sucedido para hacer algo. Ruby fue la primera en romper el silencio que se había instaurado entre ellas.
-¡Qué buena esta!- Soltó la morena sin pensarlo demasiado.
-¡Ruby!- La regañó Bella viendo como Emma sonreía.
-Es la verdad, tengo que reconocer que me ha puesto mucho.- Dijo Ruby recibiendo un fuerte golpe de Bella en el brazo.- Lo siento, amor. Tú eres la única.- Soltó haciendo que Emma se quedase con la boca abierta.- ¡Ah!, no te lo habíamos dicho. Somos pareja.- Soltó sin más.
-¿Muy traumatizada?- Preguntó Bella al ver que Emma no decía nada al respecto.
-No, para nada. Sólo que me ha sorprendido.- Dijo Emma sin darle más importancia.
-La verdad es que no me he dado cuenta, debería habértelo dicho antes.- Dijo Bella cogiendo la mano de Ruby.
-No tiene porque, es vuestra vida no tenéis que justificaros.- Aseguró Emma.- Mucho menos conmigo.
-¿También eres lesbiana?- Soltó Ruby sin pensarlo demasiado.
-Que yo sepa no, pero digamos que he renunciado a los hombres. – Dijo con simpleza pero viendo que Ruby deseaba preguntar.- Una larga historia que os contaré en otro momento ahora necesito ir a casa.
-Está bien. Nos vemos mañana, rubia.- Le dijo Ruby haciendo que Emma sonriese.
-Adiós.- Se despidió con la mano.
Emma recorrió el camino a su nueva casa andando, por suerte el nuevo apartamento estaba a tan solo unos minutos andado de la universidad por lo que le daba tiempo para pensar y tomar el aire fresco además de que le evitaba tener que coger el coche todos los días. Llevaba menos de un mes en la ciudad y no conocía casi nada pero se había conseguido adaptar mejor de lo que imaginaba.
Al llegar a la puerta del edificio se quedó durante unos segundos parada en la acera para mirar el lugar, estaba contenta con lo que había conseguido, a pesar de haber tenido que dejar Storybrooke se sentía feliz por la nueva vida que estaba construyendo. Dejar atrás el pasado era algo que necesitaba desde hacía un tiempo aunque hasta entonces no se había decidido a retomar la vida que tanto había deseado y que le habían arrebatado.
-Buenas, mama.- Dijo entrando en el apartamento dejando sus cosas encima del mueble del comedor.
-Hola, cariño. ¿Me ayudas?- Le preguntó desde la cocina donde estaba terminando de colocar los últimos platos.
-Sí.- Emma se acercó y le echo una mano.
-¿Cómo te ha ido?- Pregunto una vez que se había bajado de la silla.
-Bastante bien aunque la profesora parece un hueso duro de roer.- Dijo Emma bebiendo un poco de zumo.
-Eso nunca ha sido un problema para ti.- Le aseguró Mary Margaret dándole un cariñoso beso en la mejilla.
-Ya… bueno… voy a sacar algunas cosas que necesito para mañana, luego me marcho al trabajo.- Le dijo marchándose a su dormitorio donde había colocado su portátil.
Tras una hora sacando alguno de los apuntes que Regina Mills había subido a esa famosa página se marchó a trabajar. Aunque todo era agotador necesitaba el dinero para poder pagar el nuevo apartamento además de todos los gastos que tenía.
Emma había encontrado trabajo en una pequeña cafetería cercana a su apartamento, el horario era bastante buen y le dejaba tiempo para poder estudiar por la mañana y pasar algunos ratos con su familia por la tarde aunque sabía que ese ritmo acabaría agotándola estaba tan entusiasmada con los cambios que había hecho en su vida que estaba dispuesta a enfrentarse a lo que fuese.
