Acá con otra de mis historias. Les comento que este fic es la editación de mi primer fic, mi primer dramione. Como todo el mundo crecí en este ámbito de escritura, y entonces decidí reacerlo para darle un toque más interesante, real y más largo.

Saludos.

Sookie.

Dejen Reviews, me harán felices con ello.

PD: Pido disculpas si los capítulos son cortos, es que siendo desde el punto de vista de Hermione es difícil exlpicar con exactitud lo que pasa fuera de su mundo. Lo que haré en algún capítulo talvez es poner otro punto de vista, pero eso aún no lo sé.

(DMxHG) Esto quiere decir, cambio de escena.


1. El misterio de Harry

Aún recordaba el momento en que encontré a Ron revolcándose con otra en nuestra casa hace unos tres años atrás, recuerdo perfectamente como sus manos recorrían el cuerpo de Lavender con tanto placer, deseo y lujuria. Nunca había pasado algo tan íntimo entre nosotros, no por él, sino por mi, no deseaba que llegáramos a tal punto, yo me sentía perfecto con nuestra relación tan sana y amistosa… pero al parecer él, no. No pudo soportar el no tener sexo conmigo y fue en busca de la primera que se le cruzó.

Y por supuesto, Lavender nunca había olvidado lo que entre ellos había pasado en sexto año.

Lo que más asco me dio fue que hace unas pocas semanas acabábamos de mudarnos a esa casita tan preciosa en una ciudad muggle de Londres, y él había ensuciado nuestra cama con esa asquerosa perra.

Pero ahí no terminaría la historia, claramente, la vida no parece estar de mi lado. Lavender quedó embarazada a las pocas semanas, no sé si por esa vez que se revolcaron en mi cama, o de las quien sabe cuantas veces que lo hicieron. Sé que dio a luz a una niña pelirroja.

Poco he hablado con los Weasley desde entonces. Todo cambió. El trío de oro se rompió en pedazos desde su traición. Harry parece estar más de mi lado que el de Ron, no quiere admitir que odia que me haya traicionado de esa forma. Él esta saliendo con Ginny desde hace unos meses, pero dice que su relación esta cayéndose de a poco.

Me da lástima por él.

Harry es la única persona que tengo en estos momentos terribles, no por lo de Ron, eso ya lo he superado con el tiempo. No solo como problema principal es la poca atención que estoy dándole a mis estudios, por un lado estoy estudiando Leyes mágicas, y por otro Medimagia. He elegido las dos carreras más imposibles de lograr juntas, pero las estaba llevando bien, hasta los últimos meses.

Mis notas empezaron a bajar desconsideradamente. Mi éxito en el trabajo también. Sé que me están por echar. Sé que ya no les sirvo. Además, tampoco quiero trabajar toda la vida de camarera, realmente no es algo para lo que sirva. Hace unos meses atrás, Harry me ofreció trabajar con George, para ayudarlo en Sortilegios Weasley, desde la muerte de Fred que no podía llevar solo la tienda.

Pero no quise. Sabía que Ron aprovecharía todos los momentos para aparecerse e intentar que yo le disculpe. Claro que todavía no lo había hecho y no estaba segura de querer hacerlo.

- ¿Hermione? ¿Sigues aquí? – Fue la voz de mi mejor amigo, el único en esos momentos que me despertó de ese ensimamiento de malos pensamientos – Deberías haber vuelto a tu casa hace dos horas. ¿Por qué sigues aquí?

Estaba sentada en las escaleras de la escuela donde estudiaba. La noche ya había llegado e imaginaba que Harry había estado buscándome por esas dos horas en los lugares más insólitos.

- Yo… necesitaba un momento para despejar todo lo que tengo en la cabeza – le dije disculpándome por no haberle avisado. Aunque no me he despejado en lo absoluto.

- Vamos, creo que lo mejor es irnos de aquí – me ofreció su brazo para levantarme – Se está haciendo muy de noche.

Me levanté gracias a la ayuda de su brazo y me acurruqué en su cuerpo abrazándolo con cariño. Si no fuera por él… no sabría porque continuaba viviendo.

- ¿Quieres que me quede contigo? – preguntó consolándome cuando llegamos a la puerta de mi casa, asentí sin decirle más nada y ambos entramos a mi casa.

Completamente agotada me dirigí al baño para cambiarme. Cuando estaba lista le deje el paso hacia el baño a él y me acosté en la cama, con un suspiro.

- ¿Estás despierta? – preguntó la voz de Harry a los minutos, con un leve 'Umm' le di a entender que si – Hermione, algo tienes que hacer. No puedes continuar así por Ron…

- Es que… no es por Ron únicamente, es decir, si… ayer recibí la invitación a su boda con Lav-Lav – dije diciendo lo último con sarcasmo - Pero mi vida se ha ido al diablo. ¡Están por quitarme la casa!

- Sabes que eso es lo de menos – dijo mientras se acurrucaba a mi lado en la cama abrazándome – Podremos salir juntos de todo esto, y volverás a ser la misma Hermione de siempre, te lo prometo – besó mis bucles, mientras que ambos empezábamos a entregarnos a los brazos de Morfeo.

Desperté totalmente encima de Harry. Mi cuerpo se encontraba aplastando el de él, pero ninguno de los dos parecía darse cuenta de ello. Lo observé asustada por la situación, y al instante el dejo al descubierto sus ojos de un esmeralda tan llamativo, y me miró igual que yo.

- Yo… lo siento, Harry – me disculpé avergonzada mientras me levantaba de encima suyo para ir corriendo al baño.

Fue solo un instante de estupidez. Tu no te diste cuenta que habías caído encima de él. Me hice creer a mi misma al ver como mis mejillas estaban más coloreadas de lo habitual.

(DMxHG)

Suspiré nerviosa. Harry me había dicho que al finalizar el día tendría una sorpresa para mí. ¿De qué sorpresa se refería? No estaba del todo segura, pero temía. Temía que fuese lo que me "regalaría". ¿Por qué debía temer? Se suponía que Harry era mi mejor amigo.

Esperé impaciente pasar toda la tarde de ese domingo, dando vueltas por toda mi casa. Me puse a mirar algunos DVD's muggles que tenía de pequeña, películas animadas, y luego de los nervios a ver otro tipo de películas, dramáticas en su mayoría.

Así pasé toda la tarde, hasta escuchar el timbre resonar en mi casa.

Dí un brinco totalmente asustada por el chirrido del timbre. Me levanté suavemente del sillón y caminé hasta la puerta. La abrí, dejando pasar a Harry que traía una sonrisa de lado a lado. Mi mirada debe haberle causada gracia porque empezó a reírse. Es que con tan solo mirar mi cara cualquiera podría reírse: estaba totalmente desconcertada, nerviosa y ansiosa a la vez.

- Tranquilízate, Hermione – me dijo dando golpecitos en mi espalda – Te aseguro que mi sorpresa te agradara.

Noté que su voz no estaba del todo convincente ante la última frase dicha, y eso logró ponerme más los nervios de punta. ¿Qué escondía tanto?

- Harry… estás asustándome ya con tanto misterio – dije dudosa. Él me tomó de la mano y salimos de mi casa – Pero espera… mira mi facha – me miro con una ceja levantada y asintió.

- Entra rápido, cámbiate… ponte más linda que saldremos – me ordenó mientras me empujaba a la escalera, para subir al segundo piso.

Al llegar a mi habitación, busqué entre mi ropa algo adecuado para la ocasión. ¡Pero de que ocasión hablaba! Ni siquiera sabía a donde iríamos. Agarré una remera color perla de mangas tres cuartos, con un leve escote en V que no dejaba ver nada realmente emocionante. Ni que mi cuerpo fuera digno de llamar lindo. Era una simple muchacha de 25 años, con nada llamativo. Luego agarré unos jeans oscuros y me los calcé.

Bajé a las corridas, casi tropezándome con Crooshkans, que chilló molesto.

- Estoy lista. ¿A dónde iremos? – pregunté con bastante intriga. Su mirada llamaba mucho mi atención.

¿A dónde es que me llevaría Harry?