VACACIONES INESPERADAS

Capítulo 1

- ¿Que vas a hacer ahora? ¡Si ni tan siquiera te puedes tener en pie!- Dijo una sombra masculina a otra femenina.

- ¡Eres un cobarde!

- ¡Le has atacado por la espalda!

- Ya tendría que saber que siempre tiene que estar atenta. Si lo hubiese hecho se habría dado cuenta de mi ataque.- Dijo la sombra con desdén.

- ¡Maldito!

- Escuchad...- Dijo la sombra femenina.- Quiero que valláis a pedir ayuda y protejáis a mi familia.

- Pero... señora... nosotros no podemos...

- ¡Nunca antes os he dado una orden! ¡Cumplid esta!

- Pero...

- ¡Ni pero, ni nada! ¡Vamos!

- Sí.- Dijeron y se marcharon.

- ¿Acaso no quieres que te vean morir?

- ¿En serio crees que moriré?

- Solo mírate... no puedes ni con tu alma.

- Dime que quieres, Brona.

- ¿No te lo había dicho? Voy a matarte para ser el hechicero más poderos del mundo.

- Pues siento decirte que yo no soy la única hechicera poderosa.- sonrió la sombra... hay dos más... y no te dejaran hacer lo que te plazca.

- ¡Mentira!- Dijo mientras le lanzaba una bola de energía.

Ella estaba demasiado débil como para utilizar el escudo y esperó que el ataque le impactase. Justo en el momento en el que debía darle una gran luz la rodeó y dos segundos más tarde ella ya no estaba.

Brona miró con sorpresa donde antes había estado aquella jovencita y al asimilar que su presa había conseguido huir gritó:

- ¡MALDITA!

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Un hombre joven paseaba por los jardines de la casa, estaban llenos de árboles en flor... cerezos, ciruelos, melocotoneros, manzanos, perales, almendros... árboles que florecían en todas las épocas del año, todos florecidos en aquellos primeros días de primavera... La razón era muy sencilla, aunque para una persona normal algo increíble. Magia. Aquella casa estaba tan impregnada de magia que era posible hacer que todos los árboles que habían en el jardín floreciesen a la vez o diesen sus frutos todos al mismo tiempo.

Aquel hombre sonreía viendo las flores... en especial las de cerezo, siempre habían sido sus favoritas. Era un hombre alto, y de cabello largo negro-azulado. Sus ojos azules, rara vez podían verse bien ya que siempre parecían estar cerrados estaban enmarcados en unas gafas pequeñas y una sonrisa iluminaba siempre su rostro. ¿Cuantos años debía tener ese hombre? No más de veintisiete.

- ¿Que tanto observas, hermano?- Dijo una mujer de unos veinticinco años, muy parecida al hombre solo que sus ojos eran de una tonalidad casi violeta (y a ella sí se le podía ver el color)

- Las flores. Son hermosas ¿no te parece?

- Sí, lo son.- Su expresión se volvió un tanto más desconfiada.- ¿Qué planeas?

- ¡Vaya Riu! ¡Que desconfiada! ¿Por que crees que estoy planeando algo?

- Porque te conozco. Eres mayor que yo pero te comportas como un niño... eres tan infantil como mis propios hijos... ¡Y es esa actitud la que ha hecho que todavía no te hayas casado!

- ¡Oh! ¡Por favor otro de tus sermones no!

- Es cierto, no te voy a volver a hablar de matrimonio. Lo que te iba a decir es que siempre que vienes de visita acabas con una idea loca en mente. Y cuando regresas ya la has llevado a cabo.

- ¿A que te refieres?- Le dijo con una sonrisa, pues ya sabía la respuesta.

- ¡Lo sabes de sobra! ¡Las estúpidas apuestas con Mai y Pao! Lo entiendo de ellos... después de todo solo tienen siete años... ¿¡Pero tú!? ¡Buff! Hace dos veranos te retaron a que crearas cartas mágicas que fueran capaces de representar los cuatro elementos, y el verano pasado cuando regresaste las habías creado junto con otras seis: Vuelo, Salto, Bosque, Flor, Dulce y Canción; y ellos te retaron a crearles guardianes y este año regresas con un león alado: Kerberos y un ángel: Yue además de cinco cartas más: Luz, Oscuridad, Fuerza, Hielo y Nieve. ¿Que planeas esta vez?

- ¿Sabes? Todavía no lo había pensado pero... ¿Qué tal si creo diez cartas más?

- ¡Clow!

- Bueno... bueno... crearé solo siete.

- ¡ERES... ERES INCORREGIBLE!

- Ja, ja, ja.

Mientras fuera de aquella casa, dos niños de siete años, un niño y una niña, jugaban con un cachorro de león con ¿alas? Y un niño de aproximadamente diez años que también tenía alas, cerca de un río.

- Kerberos, Kerberos ¡A ver si me atrapas!- Dijo la pequeña.

- Sí, ¡Kerberos, Yue a ver si nos atrapaís!- Dijo el niño.- Pero no se vale usar las alas.

- Ya lo verás Mai, te pienso atrapar.- Dijo el cachorro.

- No te escaparás Pao.- Dijo el angelito.

Por todo el lugar se escuchaban las risas y gritos de los cuatro mientras corrían unos detrás de otros. Pero entonces los dos niños pararon y los seres mágicos los imitaron mirando los cuatro hacía el frente.

Enfrente de ellos una brillante luz cegadora hizo aparición, duró solo unos segundos, pero cuando se fue todavía necesitaron un par de minutos para recuperar la vista. Lo que vieron cuando la recuperaron les impresionó y sorprendió. Había una chica de unos quince o dieciséis años de largo cabello castaño claro, casi rubio y tez pálida, tirada en el suelo.

De un principio no se acercaron, pero pronto la curiosidad fue más fuerte que la prudencia y se aproximaron a ella. Al hacerlo se asustaron porque vieron que estaba muy malherida.

- ¡IRÉ A AVISAR AL AMO!- Dijo el cachorro y salió volando en dirección a la casa encontrando a su creador y a la hermana de este discutiendo o mejor dicho, la hermana de su señor riñéndolo.- ¡AMO! ¡AMO!

- ¿Que pasa Kerberos? ¿Por qué tanta prisa?

- De pronto... una luz.. y una chica... teníamos miedo... pero luego no... herida... no se sabe de donde... nos acercamos.

- Oye hermano, no entiendo nada.- Le susurró la mujer al hombre.

- Calma, calma. Explícamelo con calma.

- Estábamos jugando cerca del río y de pronto apareció una luz que nos hizo daño y no podíamos ver... y cuando ya pudimos había una chica tirada en el suelo.

- ¿Una chica?

- Sí, primero teníamos miedo y no nos acercamos, pero luego como no se movía y teníamos curiosidad nos acercamos y... ¡Está herida!

- ¿¡¡HERIDA!!?

- Sí, amo. He venido a buscarle.

- ¡Vamos!

El cachorro les guió hasta donde los niños y el angelito los esperaban con la chica. Nada más verla , se dieron cuenta que lo dicho por el leoncito era cierto, realmente estaba malherida y necesitaba atención médica. No se lo pensó dos veces la cogió en brazos y la llevó hasta la casa.

La llevaron hasta una habitación y comenzaron a revisarla. Tenía muchísimas heridas graves y cualquier persona entendida en magia podía darse cuenta que había sido atacada por un hechicero, y seguramente poderoso.

La mujer sacó a los niños, a su hermano y a los guardianes para poder cambiar a la chica, que llevaba un vestido extraño (una falda de color azul marino plisada que le llegaba un poco por encima de la rodilla, una camisa blanca y una chaqueta azul claro con un escudo en el bolsillo) en vez de llevar el típico traje chino femenino, y revisar un poco por encima sus heridas. Después de esto dejó entrar a los que estaban fuera para que su hermano pudiese aplicarle magia curativa.

- ¿Que crees que le debe haber pasado?- Dijo la mujer.

- No lo sé, pero debe haberla atacado alguien realmente poderoso. ¿Me pregunto quien será?

- ¿Ella o quien la atacó?

- Ella, ella...ya descubriremos quien la atacó.- Dijo girándose con una sonrisa en su cara, aunque su expresión cambió al ver las ropas de la chica.- ¿Y eso?

- Eran sus ropas. ¿No te habías fijado?

- Pues no...- Dijo cogiendo el uniforme.- Que ropas más extrañas.

Entonces un pequeño papel cayó de uno de los bolsillos y el pequeño Pao lo cogió. (O_O) Lo que vio fue un dibujo muy bien hecho (parecía que habían cortado un trozo de realidad) en el que había un chico de unos catorce años y la misma muchacha que habían recogido aparentando la misma edad, abrazados. Le dio la vuelta, había algo escrito pero no lo entendía.

- Tío Clow, tío Clow.

- ¿Que quieres, Pao?- Dijo este sin apartar la mirada de las ropas de la misteriosa muchacha.

- Mira, mira que dibujo más bien hecho. Parece real.

- A ver.- Dijo el hombre tomando el papel y viéndolo también con sorpresa.- Dudo mucho que esto sea un dibujo, Pao. yo diría que es otra cosa.

- Mira tío Clow, por detrás hay algo escrito.

- Déjame ver.- Giró el papel y vio una pequeña frase escrita en japonés y sonrió.- Bueno... al menos sabemos que no es china, sino japonesa.

- ¿Japonesa, hermano?- Dijo la mujer.

- Sí. Lee

- "S+S, siempre juntos". ¡Es verdad! ¡Es japonés! Pero... ¿S+S?

- Seguro que son las iniciales de ambos muchachos.

- Eso quiere decir que su nombre empieza por S

- Sí.

En ese momento, la joven hizo un gesto de dolor y pronunció una palabra con dificultad.

- Sha... Shao..rán.

- ¿Ha dicho Shaorán? ¡Pero si es un nombre chino!- Dijo la mujer.

- Lo sé, lo sé. Significa "pequeño lobo" ¿Y?- Respondió su hermano.

- Que si ella es japonesa. ¿Cómo...?

- ¿Cómo conoce ese nombre?- La mujer asintió.- Bueno se lo podrás preguntar cuando despierte... ¿Quien sabe? Tal vez sea su esposo.

- ¡CLOW! ¡ERES... ERES...!

- ¿Incorregible? ¿Insoportable? ¿Irresponsable?- Preguntó de forma burlona.

- ¡IDIOTA!

- No grites, Riu.- Dijo señalando a la muchacha.- Y mejor vámonos, debe descansar.

- Tío Clow.

- ¿Que quieres Mai?

- ¿Cuándo se despertará? ¿Luego?

- No Mai, tardará más. Tal vez no despierte en varios días.

- ¿Tanto? ¡Si que duerme!

- Debe recuperar fuerzas Mai, por eso tardará en despertar.- Dijo la mujer a su hija.

Ya habían salido todos de la habitación cuando Kerberos preguntó:

- Amo, ¿podría quedarme con ella y cuidarla?

- ¿Y eso por qué, Kerberos?

- Es que tengo la sensación de que... debo protegerla.

- ¿Protegerla? ¿A ella?

- Sí, amo. A mí también me pasa.- Le dijo Yue.

- Que extraño.- Murmuró.- Sí, podéis quedaos con ella.

Aquel día, la chica no despertó, ni tampoco al siguiente, ni al siguiente. No despertó ni en esa semana, sí tampoco en la siguiente. De forma que comenzó a preocupar a sus anfitriones. Ya debería haber despertado, y además cada día Clow aplicaba magia curativa para poder acelerar su recuperación.

- Que extraño.- Dijo un día después de aplicarle un poco de magia.

- ¿Que cosa, hermano?- Le respondió Riu.

- ya debería haber despertado... sus heridas eran graves pero... aún así, con mi magia al menos tendría que haber despertado hace casi tres días.

- Tal vez infravaloramos sus heridas. ¿No crees?

- Es la única explicación.

- ¿Que miras tanto?- Dijo Riu.

- Es muy bonita...

- ¡No me lo puedo creer! ¿Te estás interesando en alguien del sexo opuesto?

- No es eso.- Dijo con cierto enfado.

- ¿Entonces?

- Es que me recuerda algo... su físico, su presencia... su aura... no sé, es como si ya la hubiese visto.

- ¿La conoces?

- No. Pero tengo la sensación de haberla visto antes. Creo que en una visión.

- ¿Una visión?

- Sí... bueno... no me hagas mucho caso. Anda vamos que tu esposo nos espera.

Comenzaron a salir de la habitación, pero un leve ruido de movimiento los detuvo. Giraron hacía la muchacha y vieron que estaba despertando. Se acercaron a ella y vieron como poco a poco abría unos ojos color esmeralda. Ojos que dejaron ver su confusión, cuando débilmente preguntó.

- ¿Dón... dónde estoy?

- Con los vivos.- Respondió Clow.- Aunque por muy poco.

La muchacha parpadeó delatando su asombro al ver la persona que le había hablado, o mejor dicho que había escuchado, ya que su vista permanecía aun un tanto nublada y era incapaz de distinguir a la persona que tenía delante de ella... ¿o eran dos?

Nota Autora: Hola a todos!! Aquí va otro nuevo fic... espero que os guste y como en esta ocasión no tengo gran cosa que decir a todos vosotros solo os diré que si tenéis cualquier comentario, sugerencia (las agradecería muchísimo para este) o crítica enviádmelo a Khari18@hotmail.com o Mei_chan02@hotmail.com

Un besito muy grande para todos.

Khari