Buenas…ya saben.
Bienvenidos al nuevo fic de la gran, magnífica y genial serie Yu-Yu Hakusho, titulado a propósito, muy escalofriante, "Intriga en el Valle", lo que ya les deja esclarecer que es un fic un poco cayendo a lo misterioso, ¡y lo es!
Habrán muchas cosas que les harán decir, "¿A que juega esta?", pero les aseguro que todo tiene su explicación y su razón de ser.
Ahora; advertencias.
- Yu-Yu Hakusho no me pertenece y este fic está hecho sin fines de lucro (¿O no?), mi única recompensa son sus reviews.
- Esta historia presenta material un poco oscuro (a pesar de la clasificación T), ¡están avisados! No diré cuales son porque me haría spoiler propio.
- Existe lime, sí, entre los personajes de Hiei y Kurama, muy ligero, si no te gusta el género, vete ya.
- Se advierte la aparición de personajes nuevos, importantes para la trama. Igual, no les dará mucho dolor de cabeza recordarlos.
- Finalmente…Espero que les guste.
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Sinopsis: Para Yusuke, si un extraño te invita a participar de una competencia con otros demonios y monstruos, en un valle espantoso y sospechoso, solo para ganar un título y escapar de Keiko, ¡Por supuesto que dirá que sí! (Lime Hiei/Kurama)
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Intriga en el Valle de los Lamentos
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El amanecer fue silencioso y cálido. A medida que avanzaba el curso del nuevo día las personas se levantaban de sus camas para comenzarlo a su manera, mientras que otros lo disfrutaban descansando en el mundo de los sueños.
Los primeros rayos solares se asomaron a la ventana de una casa cualquiera, apenas filtrándose para los refugiados dentro de la habitación, pero las cortinas de color salmón creaban un entorno destellante y hermoso en su interior. Se trataba de otro día soleado y de excelente clima.
Dentro del cuarto, bajo las sabanas de una cama grande, estaban dos seres durmiendo junto al otro, en calma y relajados. Uno de ellos, de ojos rojos, se hallaba recostado, mirando al techo, con una mano sobre el pecho y la otra debajo de la blanca sabana, con el cuerpo completamente quieto a excepción de la obra de respirar. El color de la manta resaltaba el matiz de las hebras rojas de su compañero, como si de un arroyo de sangre se tratase, murmurando palabras de un sueño.
Las nubes estaban delineando figuras juguetonas cuando un objeto a gran velocidad atravesó el cielo e impacto contra la ventana del cuarto, haciéndola trizas, dirigiéndose a la pareja con mortal rapidez. Sin embargo, uno de ellos abrió los ojos dos microsegundos antes que todo ocurriera, extendiendo su palma para agarrar el delgado y fino proyectil que tenía por objetivo darle a su cabeza si no se hubiera movido de esa forma tan extraordinariamente ágil.
Y el día no se sentenció tan tranquilo como al principio.
- ¡Hiei!- exclamo el ocupante de la izquierda, dueño de la larga melena roja.
- ¿Estas bien?- le pregunto a su vez, haciendo caso omiso a su voz de alarma. El pelirrojo había reaccionado apenas oyó la ventana quebrarse por el impacto, mirándole preocupado- Eres lento. Esta cosa venia hace horas para acá.
- ¿De qué hablas, Hiei?
- De esto- Sin más, le enseño lo que tenía en mano. Una flecha desgastada y dura, acompañada de plumas brillantes y tinta negra en la punta, sumamente afilada- No me habían sorprendido con una de estas en mucho tiempo.
- ¿Te sorprendiste?- pregunto, con ligero tono irónico. Mirando la cara curiosa de Hiei para con la flecha homicida, nadie diría que estaba sorprendido- Déjame ver.
- Kurama- nombro seriamente- ¿Recuerdas cómo se usan?
- ¿"Como se usan"?- repitió, sin entender en un primer momento. Se quitó el peso de la sabana, descubriendo su pecho desnudo, para acercarse y examinar con cuidado el objeto. Irradiaba energía demoniaca, con seguridad eso había permitido su tremenda rapidez. Hiei abrió su palma y la flecha no ataco ni hizo movimiento alguno. Había llegado a su destino- No me digas... ¿Todavía existen?
- ¿Conoces a alguien que podría mandar algo como esto?
Kurama lo considero detenidamente.
- ... Youko conoció a algunos pero creería que todos están muertos, no he oído hablar de ellos otra vez y tampoco de este tipo de "mensajes de muerte"- Comento, observando la flecha que perdía lentamente el yoki que cargaba- Dudo mucho que pudieran rastrearme para que llegue hasta aquí- dijo al fin, mirando su ventana destrozada y los fragmentos de vidrio por el piso.
- Tu yoki tampoco es tan consistente como para que te persiga- opino Hiei, con valida teoría.
- Eso es cierto- susurro con dudas, pero no tardo en mirar los ojos rojos de él con nueva ansiedad- Es para ti.
En vez de corresponder a la expresión espantada de Kurama, mostro pocos ánimos y miro la flecha. El yoki que traía era temporal. Intercambio una mirada con el kitsune antes de darse vuelta en la cama e incrustar la punta de la flecha en la pared.
A los pocos segundos, la tinta negra en la cúspide se escurrió para dar lugar a letras japonesas, ordenándose para formar palabras y, finalmente, un texto. Una vez acabo el escrito en la pared pintada, leyeron el mágico mensaje con curiosidad.
"Jaganshi Hiei" se leía de destinatario, por supuesto, necesitaban el nombre para mandar la flecha como carta. Debajo, el mensaje continuaba: "Cordialmente lo invito al Valle de los Lamentos para participar del Duelo de la Victoria, una competencia entre los personajes más fuertes del Makai, donde el triunfador ganara la oportunidad de un deseo absoluto y se lo nombrara el nuevo Dios de la Guerra, entre otros títulos."
- ¿El Dios de la Guerra? El padre de Yusuke, Raizen, tenía ese apodo.
- Es solo un título- musito Hiei, con desprecio- Aprovecha con decir que puede nombrar a cualquiera de lo que sea porque sus verdaderos dueños ya están muertos.
- Aun así, ¿Quién es para conceder semejantes títulos? El Makai ha cambiado desde la sucesión de un único rey,... ¿Sera parte de una conspiración?- pregunto Kurama en voz alta, pensando en análisis.
"La razón de mi invitación es porque cumples con los requisitos de un ser superior, junto otra gama de potenciales rivales. Espero y ansió que aceptes esta oferta que te brindo, yo, su auspiciador; Al Shikon. Aguardare tu llegada en el lugar de encuentro. A parte de los títulos, daré premios y grandiosos servicios para su entera satisfacción."
- ¿Conoces a Al Shikon?
- Yo no recuerdo a debiluchos.
- Tampoco sé quién es- dijo Kurama, viendo el ceño despectivo de Hiei al leer la carta. Si no fuera por su curiosidad habría ignorado el mensaje.
"Como en cualquier duelo normal, las reglas son las mismas que en una competencia. Puedes llevar acompañante, las armas que quieras y sentirte libre una vez dentro del territorio. No pido más que deseos de lucha y victoria para este encuentro. Con impaciencia por verlo,...Al Shikon."
- Hiei...- Comenzó Kurama, con voz conciliadora- No hagas locuras.
- Me están desafiando, no sé si lo has olvidado pero ignorar una oferta de combate es humillante para un demonio.
- Sé lo que es- repuso el de ojos verdes- Y me parece sospechoso.
Hiei no le contesto, dejo de ver el resplandeciente mensaje de yoki en la pared y volvió a sentarse en la cama, frente suyo.
- ¿Porque me miras así? Te digo que no me parece.
- A mí tampoco me lo parecía- dijo el youkai de fuego. Kurama parpadeo, confundido- Mandaste a matar a un sujeto que tiempo después te pidió unirte a él y aceptaste, ¿eso no fue hipócrita?
- Aguarda- Kurama lo callo, imponiendo los dedos sobre sus labios, molesto de oírlo sacar ese tema- Eran circunstancias diferentes. Él no sabía que yo lo había mandado a matar. Tú no conoces a ese tal Shikon pero lo más seguro es que a todos y a cada uno del mundo de los demonios les encantaría tomar represalia sobre ti. ¿Y si, es una trampa?
Hiei no lo miro con el tedio de siempre por sus cuidados, tampoco parecía enojado, sino que le agarro de la muñeca.
- No me hables como humano.
- Te hablo como demonio con experiencia. En el pasado, Youko dejaba a sus hombres ir por terrenos peligrosos y tramposos para ganar tiempo y hacer lo suyo, quedándoselo todo para él, pero yo no te dejare. No soy Youko. Harás cualquier tipo de locuras...
- Acompáñame- susurro el mitad korrine- Maldito zorro desconfiado.
A pesar de su insulto final, Kurama se le quedo mirando, impresionado porque le dijera eso. Naturalmente, lo seguiría sin ni siquiera decírselo; así era su complicidad.
- Claro que te acompañare.
Fue el turno de Hiei para sorprenderse cuando el zorro se lanzó sobre él y lo encerró en sus brazos.
- En medio de la masacre, sería el momento propicio para ser más que tu "acompañante".
Al oír un despreciable gruñido supo que de nada le complacía la idea.
- No te atreverás.
- Entonces, deberás estar cerca para que no diga una palabra- susurro, inclinándose a su oreja. Era mitad amenaza y mitad desafío. Hiei preferiría comer comida cruda todo un mes a admitir que tenían una relación- No te separes de mí, ¿de acuerdo? Podría hablar...
Hiei lo empujo a la cama. No tardo en subírsele encima, mirándolo entre la advertencia y la provocación.
- No hay necesidad de decir lo que es cierto.
- Uh, ¿Y que es cierto?- Por un momento, tuvo una pizca de esperanza, creyendo que Hiei le diría lo que durante meses esperaba oír.
Pero eso hubiera sido demasiado bonito, casi un milagro.
- Tú me perteneces- Dicho esto, tomo posesión de sus labios.
Kurama envolvió su cuello con ambos brazos, cediendo al deseo de volver a amarle, de pertenecerle, solo a él.
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Esa tarde, Yusuke los reunió a todos en el Templo de la difunta Genkai.
Kurama sospechaba del motivo pero habría sido descortés demandarle respuestas por teléfono y supo que estaba en lo correcto cuando Botan y Keiko entraron al templo, una tan entusiasta como siempre y la otra con el ceño mal fruncido, delatando su mal humor para con la reunión. Se imaginó que temía que Yusuke se ausentase otra temporada. Aquello tenía de los nervios a la castaña, ya que ese mismo año planeaban casarse, por fin.
Por otra parte, Hiei fue solo para ver a Yukina, quien quedo al cuidado del templo, y de paso enfrentarse a insultos pesados con Kuwuabara, que hace unos días atrás declaro su amor por la doncella (Para nadie fue una novedad excepto para Yukina, quien se preguntó desde cuando sentía eso su amigo), a lo que ambos estaban tensos de como continuar, cosa que aprovechaba el hermano secreto para persuadir a la dama de hielo de dejar al "deforme imbécil".
Como sucedía cada vez que se reunían, se saludaron y actualizaron sus respectivas vidas (Hiei y Kuwuabara, sin titubeos, se enfrentaron desdeñosamente) hasta que el detective espiritual pidió tiempo para hablar del motivo de la reunión. Casi de inmediato, Keiko lo miro resentida.
- No se trata realmente de una misión encomendada por Koenma...
- ¿Y porque Botan está aquí?- pregunto Kuwuabara.
- Yo puedo estar con ustedes en cualquier situación, no importa cual- contesto la chica, valorando su amistad por encima del trabajo.
- Bien- Yusuke retomo la palabra- Lo que quiero decir es que...- Se atraganto al ver la enfurecida mirada de su prometida, al lado de Botan y Hiei, de lo que ambos se dieron cuenta- Acepte ir a un duelo. Debo ir al Mundo de los Fantasmas y las Apariciones. No sé cuánto durara y lo mejor sería dejarles a ustedes el trabajo que...
- ¿Aceptaste un duelo? ¿Contra quién?- Kuwuabara miro con envidia a su amigo.
- Con las fuerzas más reconocidas del Makai. Al menos, así lo decía la invitación.
- ¿Invitación?- Keiko se paró tan bruscamente que hasta Hiei se sorprendió de su arrebato- ¡¿Invitación?!- repitió la palabra con amarga ira. Yusuke se puso nervioso, mirando a cada esquina como buscando por donde escapar- ¡Dijiste que era un trabajo, mentiroso embustero!
- ¡Keiko, relájate!- El intento detenerla agitando sus manos, tratando que no se le acercara tanto como para abofetearlo y tirarlo lejos.
- ¿Te invitaron a pelear y tu decidiste aceptar, sin consultármelo? ¡Mi madre está confeccionando el vestido de novia con esfuerzo, mi padre va ciudad en ciudad diciéndoles a todos que me voy a casar! ¡¿Y te atreves a irte en semejante momento?!
Nadie esperaba ver a Keiko tan exaltada, por más razonable que fuera, así que todos hicieron silencio para que los novios discutieran sus problemas.
Botan intervino, conciliadora.
- Seguro que es por algo importante. ¿Verdad, Yusuke? Keiko puede entender.
- Yo...- Él no sabía que decir pero Botan estaba dispuesta a defenderlo aun a costa de la ira de la universitaria y debía hacerlo valer- Pienso que hay algo sospechoso detrás. Nunca oí que alguien pudiera llamarse Dios de la Guerra tan fácilmente. Lo consulte con Koenma y pensó lo mismo.
- ¿De verdad, Yusuke?- Keiko le hizo la pregunta entre la duda y la rabia- ¿Es verdad eso?
- Si, como no- contesto apresuradamente.
- ¿Solo por una sospecha te iras a pelear y dejarme?
- No te voy a dejar. Volveré...
- ¡No te esperare más!
- Vamos a hablar de esto- Kurama se interpuso entre ellos, pidiéndole a Keiko que se sentara y al detective que lo escuchara- Yo opino exactamente igual.
- ¿Kurama? Oye, sé que eres inteligente pero no puedes adivinar siempre lo que-
- A Hiei también lo invitaron- interrumpió al moreno, tajante- ¿Un Duelo por la Victoria en el Valle de los Lamentos? ¿Auspiciado por Al Shikon?
- Si- asintió Yusuke, tomado por sorpresa- Vaya...Entonces si es cierto que está reuniendo a los fuertes.
- A los más reconocidos, sí.
- ¡Ey! ¿Y porque a mí no me invitaron?- repuso Kuwuabara, enfadándose- ¡Soy el hombre más fuerte del mundo! Después del Torneo de Artes Oscuras, me declararon el humano más fuerte.
- Solo porque fuiste el único humano- comento Hiei- Hasta yo sé que existen humanos que saben luchar mejor que tú.
- Maldito enano...
- Basta- bufo Kurama, sin querer detener a otro par de escandalosos- La elección es lógica. Hiei ya era conocido por su habilidad con el Jagan y Yusuke tomo fama de sus primeros trabajos como detective. Su popularidad no ha hecho más que ascender.
- Pero aparte de eso- interrumpió el ultimo, dudoso- ¿No es muy raro organizar duelos ahora que el Makai está en paz? Entiendo que los monstruos quieran reunirse para sentirse verdaderos demonios de nuevo, pero el que manden ese tipo de invitaciones a los más fuertes suena algo exclusivo. Me da mala espina.
Un momento de silencio se originó tras esta opinión, que nadie espero que el chico expresara.
- Te has hecho más serio con tu trabajo- reconoció Botan, con una sonrisa- Hablas como todo un profesional.
Yusuke se habría ofendido de no ser porque la mirada de Keiko lo tenía muy al pendiente de protegerse la cara por si la impulsiva chica decidía lanzársele para abofetearle.
- Pienso lo mismo- coincidió Kurama, para su suerte- Y no son muchos los populares. Algunos se marcharon luego de la sucesión del rey, otros abandonaron la pelea y la mayoría viene al Ningenkai buscando paz y convivencia con los humanos.
- De modo que no hay muchos demonios que se respeten para aceptar un duelo.
- Yusuke, esto debería importarle al Rekai. Podría tratarse de un siniestro contra el nuevo sistema del Makai.
- ¡¿Ah, sí?!- Yusuke no sonó nada serio con la teoría, sino emocionado.
¡Al fin tenía la perfecta excusa para irse! ¿Y quién mejor que Kurama para poner serias las cosas? Ni Keiko podía decir que no. A decir verdad, habría querido quedarse y hacer los arreglos pertinentes para la boda pero, como solía suceder con los jóvenes a punto de entregarse a una vida de monogamia y compromiso, Yusuke no estaba con todos los ánimos. No sentía inseguridad, menos miedo. Estaba plenamente seguro de que caminaría al altar sin rasgo de duda, tomaría a su novia de la mano con cariño y estaría con ella por siempre, sin embargo... la idea se convertía en realidad minuto a minuto, y lo estaba sofocando. Cada vez que hablaban del tema se tragaba un lamento de queja.
- Es solo una sospecha- aclaro el kitsune, notando la emoción en los ojos marrones de Yusuke antes que nadie.
- ¿A ti también te invitaron, Kurama?
- Iré de acompañante- le respondió a Kuwuabara, quien todavía veía con rencor el que hubieran invitado a sus dos amigos (Hiei era su amigo/enemigo) y no a el- A menos que me llegue una flecha con invitación, no me han invitado.
- ¿Tú igual?- Yusuke amplio los ojos, divertido- No sabes cuánto tardamos con Botan en saber qué hacer con esa maldita flecha. Si no hubiera sido por ella, que grito como loca, me habría dado mientras dormía.
- Puedo imaginármelo…La invitación es real, así como su intención. No puedo evitar sentirme inquieto con esto.
- No hay de otra. Hay que ir y averiguar- Yusuke no tardo en ofrecerse.
- ¿Y si resulta ser como decía la invitación? ¿Solo un duelo?- Otra vez Botan hablaba de más, provocando que todos miraran a Yusuke, a ver si se atrevía a decir lo contrario para poner de buenas a su novia.
- Bueno...si lo es...si resulta ser solo eso...- El pobre se rasco tras el cuello, en un claro gesto que estaba acorralado. Keiko se irritaba cada vez más y el aura violenta que la envolvía era casi tan intimidante como Hiei cuando se transformaba- Acabaremos pronto y volveremos.
- ¿De verdad?- Ella volvió a hacer énfasis en sus palabras- ¿Dices que no dejaras el duelo por más que sea solo una competencia?
Todos quedaron callados para oír la respuesta de su líder y salirse del drama. Kurama y Kuwuabara rezaban porque su amigo dijera algo inteligente, un pretexto creíble, para evitarse otro episodio de cólera de la chica.
- Yo no puedo dejar nada a medias, Keiko, lo sabes. Escucha, volveré tan pronto como pueda. Kurama y Hiei irán también, así que basta con que me quede un rato y si todo resulta ser normal estaré en la tienda probándome el esmoquin que elegiste.
Yusuke si había cambiado. Había logrado mentir magníficamente, sonaba tan seguro que Keiko se sintió abochornada de pensar mal de él. Allí ocurrió el milagro.
- ¿Lo dices en serio? ¿Lo prometes?
- Claro que sí.
Botan tenía los ojos muy abiertos, mientras los demás suspiraban aliviados. Hiei bufo de aburrimiento, pues era el único que esperaba una reacción más violenta de la mujer.
- Esta decidido- Antes que hubieran más intervalos, Kurama decidió hablar para dejarlo en claro- Iremos al Valle de los Lamentos.
- Que nombre más escalofriante- opino Kuwuabara, secretamente rencoroso.
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He aquí el primer capítulo, a partir de ahora se irán acumulando intrigas y sorpresas, así como personajes nuevos y originales, espero me sigan para el siguiente.
Gracias por leer hasta aquí.