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Holas, la verdad no quede muy segura con el primer cap. Así que le hice pequeñísimas modificaciones, en realidad nada que altere mucho la trama de la historia pero si quieren leerlo está bien.
Espero que lo disfruten.
CAP 1: ...Y después de la guerra (re edición)
Han pasado algo más de dos años desde que terminó la guerra y ya han pasado algunos meses desde los eventos que involucraron a Mariemaia; todo ha vuelto a la tan ansiada paz.
Todos reconocen en los pilotos de los gundams a sus héroes, pues lucharon por conseguir tan anhelado objetivo y al mismo tiempo reconocen en Relena Peacecraft la figura que los guió por ese sendero oscuro, que era la guerra.
Ahora los pilotos han vuelto a las colonias, bueno al menos casi todos. Quatre regresó al espacio para encargarse de las empresas de su familia, pero regresaba con frecuencia a la Tierra al igual que Duo y Trowa. Mientras que Wufei al pertenecer a los Preventors no tenía un paradero muy estable porque paraba en constante movimiento. Por último, Heero por alguna razón se había quedado en la Tierra tal vez sea porque pensó que nadie lo esperaría en las colonias.
Relena Peacecraft era la Encargada de Relaciones Exteriores (como lo fue su padre, me refiero a Darlian) entre las colonias espaciales y la Tierra debido a su gran habilidad para unir a la gente. Relena era una persona muy respetada y queridísima por la gente, a pesar de su juventud – pues sólo cuenta con 17 años - ha llevado bajo sus hombros la responsabilidad de sostener un reino y después el peso de ser la Reina del Mundo.
- Señorita Relena – dijo una mujer luego de entrar en el despacho – Heero Yuy está aquí ¿lo hago pasar o le digo que está ocupada? – el rostro de Relena sufrió un leve cambio debido a la sorpresa que la visita de Heero le causaba.
- Ya te he dicho que cualquier piloto de gundam es bien recibido por mí – dijo en un leve tono de reproche – no necesitan de autorización para entrar.
- Esta bien – respondió la mujer.
Después de unos instantes Heero ya estaba dentro de la habitación, mirando fijamente a Relena que se encontraba sentada en su escritorio al parecer había estado revisando unos documentos. Ambos se quedaron mirando por un buen tiempo sin pronunciar palabra alguna, lo cual por lo menos no era demasiado raro que digamos en el joven piloto. Heero ya había venido varias veces a ver a Relena, pero no eran exactamente visitas sociales sino más bien eran para tratar algunos asuntos de defensa debido a los rumores que existían de que en cualquier momento surgieran rebeliones o cosas por el estilo ya que la paz aún era reciente y algunos ánimos no se habían calmado.
- ¿Cómo estás? – preguntó cordialmente la joven ministra, a lo cual el muchacho la miró simplemente y comenzó a hablar.
- Vengo para informarte que me he encargado de la seguridad, para que no haya problemas en la fiesta que habrá hoy ni en la Convención de mañana – dijo con la misma voz seca de siempre.
- Te lo agradezco – respondió Relena de manera amigable, pero sin percibir ninguna reacción de Heero – es un alivio saber que contamos contigo.
- Es mi obligación , yo lo prometí, prometí que te protegería y también a la esfera terrestre – respondió el muchacho seriamente haciendo memoria de lo sucedido en la nave Libra – respondió el muchacho seriamente – por otro lado, yo...- Relena sintió alegría al oír esas palabras de Heero porque recordó esos momentos en los que Heero había ido a verla a la nave Libra y la había protegido así esperó a que Heero dijera algo más, algo más, pero que no fuera de esa estúpida fiesta sino que hablara algo de él o cualquier otra cosa que no fuera sobre misiones o cosas por el estilo aunque sabía que era poco probable – yo...quería decirte que hoy llegan Quatre y Duo para ayudar a reforzar la seguridad. – culminó al decir, Relena estaba frustrada ya que Heero siempre seguiría siendo así, nunca comentaría algo con respecto a sí mismo a pesar de que Relena había estado intentándolo por largo tiempo.
- Esa es una buena noticia – comentó – después de todo se reunirán diversos jóvenes de la nobleza, entre otras personas quienes tienen numerosas posibilidades de ser futuros líderes del Mundo o del Espacio y es necesario ofrecer un ambiente de seguridad en esta fiesta y en la próxima Convención.
- Con respecto a Auza – dijo pausadamente – hay nueva información, tal parece que está llegando armamento clandestinamente.
- ¿Qué? – preguntó la joven un tanto preocupada.
- Sin embargo, no es seguro – comentó – en todo caso los Preventors se están encargando de informarme por si sucede algo en verdad – el joven piloto hizo una pausa – yo sólo vine para informarte de esto – desvió la mirada un rato y se dio la vuelta – y cerciorarme que estás bien – murmuró tímidamente - me retiro.
Y antes de que pudiera decir otra palabra, Heero ya se había retirado. Pero yo sigo parada y como por inercia me acerco a la ventana de la habitación, la abro y contemplo las afueras de Cinq desde mi oficina para ser más exactos observo unas colinas en especial, sé que ese es su lugar favorito porque varias veces lo he encontrado por ahí o me han dicho que se le ve frecuentemente.
"Recuerdo esa vez en que estábamos hablando y sorpresivamente me besó – sin darme cuenta empiezo a sonreír – Yo no sabía que hacer o decir y antes de que me convenciera que eso era verdad, él se fue corriendo...ha pasado casi un año y nunca ha mencionado el tema y yo tampoco lo hice al principio porque creí que él lo haría más adelante; sin embargo, me equivoqué. Paso tiempo y cuando me di cuenta ya era un poco tarde para hablar de ello...tal vez lo halla olvidado o...no sé, no le dio importancia...pero yo no voy a esperar que suceda algo entre nosotros, yo no me seguiré ilusionando con él – mi sonrisa desaparece y mi rostro muestra determinación – lo mejor para ambos es que me olvide de él." Miro brevemente aquellas hermosas colinas para luego apartar mi vista de ellas como afirmando mi decisión de sacármelo de la mente y el corazón..
Un joven de cabello marrón oscuro acababa de subir a una de las colinas de las afueras de la ciudad de Cinq y se recostó en uno de los árboles más grandes que habían. Bajo las inmensas ramas de aquel árbol, bajo aquella sombra y el refrescante viento que jugueteaba con su cabellera el muchacho observaba la ciudad, tan tranquila y apacible. El brillante sol iluminaba todo, pero nada resaltaba más que el majestuoso palacio de Cinq que a pesar de no tener un soberano ya que Relena había renunciado a ese título aún seguía siendo un símbolo de paz.
Heero se quedó observando aquel edificio, la verdad no sabía porqué pero lo llenaba de tranquilidad una tranquilidad que nunca había imaginado poder tener después de la atroz guerra en la que participó, por eso prefería ese lugar más que cualquier otro . Sin embargo, al ver el palacio le dio la sensación que también le faltaba algo, algo que no estaba seguro lo que era o por lo menos eso era lo que quería creer.
"A veces pienso en ¿por qué me quedé en La Tierra? Y a pesar de que me digo que fue porque en las colonias no tengo a nadie que espere mi regreso me vuelvo a preguntar ¿acaso acá tengo a alguien? ¿ por qué me quedé justamente en Cinq y no en otra parte? Creo saber la respuesta, pero no sé el porqué me cuesta admitirlo...todavía retumba en mi cabeza esa vez en que estúpidamente se me ocurrió besarla y prácticamente huí, lo cual no acostumbro a hacer...bueno después de todo yo sólo soy un soldado y como le dije una vez a su lado no soy nada...creo que lo mejor será dejar así las cosas o por lo menos por un tiempo ¿verdad..."
- ...Relena? – murmuró con una ligera sonrisa.
- ¿Con que aquí estabas? – preguntó una voz detrás del árbol – ¿de quién hablabas? – cuestionó Duo con una mirada pícara.
- ...- se quedó callado - ¿Cuándo llegaste? – volvió a preguntar de manera indiferente.
- Vaya entusiasmo para recibirme – comentó con sarcasmo – no me extraña de ti...Acabo de llegar y cuando iba ir al palacio para encontrarme con Relena o contigo te vi salir de allí, así que te seguí.
- ...
- Quatre también está en Cinq, vinimos juntos – el muchacho hizo una pausa – ¿Sabes? Me alegra poder volver y observar que la Tierra está en paz – murmuró mirando hacia el azul del cielo - ¿ quién diría que una jovencita tendría que ver con esto, no? – preguntó el muchacho de ojos azules refiriéndose a Relena – debes sentirte afortunado ¿verdad?
- ...no sé a qué te refieres – respondió Heero casi sin inmutarse.
- Vamos, no te hagas, bien sabes a que me refiero – dijo con naturalidad – de lo tuyo con Relena.
- Yo no tengo nada que ver con ella – respondió de manera cortante – es más no me interesa en lo absoluto – el muchacho se paró como si estuviera enojado "¡que se meta en sus asuntos!" pensó Heero por un momento.
- ¿Y entonces por qué te quedaste en la Tierra en vez de ir al espacio? – preguntó de manera inocente.
- Ese no es asunto tuyo, déjame en paz. – Heero se fue alejando de la colina mientras Duo lo seguía.
- Esta bien, está bien, no te molestes sólo era un comentario inofensivo – "creo que metí la pata"pensó el muchacho – ya me acordé que a veces no se puede hablar contigo, vaya no has cambiado.
Relena se estaba preparando para la fiesta que se llevaría a cabo en el palacio de Cinq; esta no era una fiesta cualquiera sino que era una forma de afianzar lazos de amistad entre las diferentes personalidades de la Tierra y el Espacio, y ella podríamos decir era una de las figuras más resaltantes del mundo y por supuesto no podía faltar.
Ella estaba siendo asistida por algunas sirvientas, quienes se encargaban de peinarla y arreglar los últimos detalles de su vestido, mientras Relena se quedaba pensativa mirando fijamente al espejo que tenía al frente.
En ese momento alguien llamó a la puerta a lo que Relena autorizó a que entrara. Seguidamente despachó a las sirvientas, ya que todo ya estaba bien y volteó su mirada hacia la persona que recién había entrado.
- Te ves preciosa – comentó el hombre.
- Gracias, hermano. – asintió Relena con una sonrisa - ¿Cómo has estado?
- Eso debería preguntarte yo – dijo acercándose – Me han contado que te esfuerzas mucho en el trabajo.
- Sólo lo necesario – aseguró la muchacha a lo cual su hermano sonrió por la muestra de humildad. – ¿Recién acabas de llegar? Espero que hayas tenido un buen viaje.
- Sí, gracias – respondió – la verdad, pensaba en verte en la misma fiesta, pero al parecer llegué antes de lo previsto...además quería pedirte algo.
- Tú dirás en que te puedo servir, Milliardo – respondió Relena con respeto hacia su hermano mayor.
- En esta fiesta y en la Convención estará presente la futura cabeza de la familia Valdeaubeard – Milliardo hizo una pausa – quisiera que hablaras con él ya que su familia es una de las más influyentes...
- ¿Qué es exactamente lo que quieres que hable con él? – preguntó muy interesada por la conversación.
- La verdad lo haría yo mismo si no fuera porque tengo unos asuntos que resolver en Milán y además considerando que eres la Ministra de Relaciones Exteriores supuse que lo mejor sería que tú lo hicieras... las familias Winner y Valdeaubeard eran una gran ayuda en el espacio antes de la guerra porque al tener muchas empresas proporcionaban trabajo a una gran cantidad de familias; sin embargo durante la guerra la situación se volvió caótica y la familia Valdeaubeard dejó de invertir en el espacio por la falta de seguridad y se concentró en la Tierra. Después de la guerra las colonias quedaron destrozadas si bien por los ataques aún más por la falta de inversiones y empleo. Lo que quiero que hagas es que comentes con él si es que tiene intenciones de volver a invertir en el espacio...estoy muy interesado en sus propuesta.
- Está bien, hermano – afirmó la joven – hablaré con él con respecto a ese tema.
- A ver si entendí bien – dijo Duo – mientras Quatre y yo nos encargamos del salón principal y los demás ambientes que se usarán para la fiesta...
- Yo me encargaré de los jardines; es decir, de los exteriores del palacio.
- ¿Estás seguro que podrás tú sólo? – preguntó Quatre un poco preocupado.
- Yo me encargaré de la parte exterior – reafirmó Heero.
- No hay nada que hacer con él – exclamó Duo – sólo nos queda confiar...aunque, bueno de todas maneras no creo que pase nada Por eso le dije a Hilde que no se preocupara ¿quién querría destruir esta paz atentando contra las principales cabezas de las Naciones?
Hubo un silencio en toda la habitación.
- ¿O no? – preguntó un dubitativo Duo.
- ¿Qué es lo que miras? – preguntó Quatre acercándose a Heero, quien miraba una foto - ¿Quién es él?
- Es el príncipe de Auza - exclamó Heero – Quatre, quiero que lo vigiles. Según la información que tengo hay rumores de alzamientos en su nación y tal parece que está siendo dirigida desde los altos mandos.
- ¿Crees que él tenga algo que ver? – preguntó Duo
- Como te dije no es seguro, pero quiero que estén pendientes de él.
- Claro, nosotros nos encargamos – Quatre miró la fotografía – parece que tiene nuestra edad...me hace record...no, no creo – murmuró el muchacho rubio.
- ¿Dijiste algo? – preguntó Duo.
- No, nada – respondió Quatre sin apartar la vista de la foto.
La fiesta ya había empezado hace unas horas y la gente bailaba, hablaba y se entretenía. Era cierto, habían varios jóvenes muchos de ellos aristócratas con grandes posibilidades de ser líderes algún día aunque también habían jóvenes cuyas familias tenían un poder económico considerable y por lo tanto influyentes en un futuro no muy lejano.
Muchos trajes de gala danzaban al son de la suave música entonada por la orquesta. Grandes sonrisas acompañaban los rostros de numerosas jovencitas. Pero, por ningún lado se podía ver a Relena.
- No me gusta usar traje, es incómodo. – exclamó un chico de cabello marrón
- ¿Tú crees? A mí no me molesta – respondió Quatre, ambos muchachos estaban vestidos con traje formal para esta fiesta.
- Además, no la veo por ninguna parte – exclamó algo preocupado
- Cálmate, ya aparecerá la señorita Relena. – dijo Quatre
- Seguro que si Heero se entera que no estamos vigilando a Relena, nos mata...y digo literalmente porque aunque no quiera admitirlo ella le importa...
- Mira, ya la encontré – en esos momentos Relena entraba al gran salón mientras algunas miradas volteaban a verla. Llevaba un vestido azul oscuro largo, por cierto muy elegante además en el cuello llevaba un collar de plata, muy hermoso pero no ostentoso, en sus muñecas llevaba unas pulseras del mismo material y un anillo con un zafiro cuyo color combinaba con el azul de sus ojos. Cuando ella alzó la mirada vio a Quatre y a Duo en una esquina y se dirigió hacia ellos.
- Buenas noches, señorita Relena – saludó Quatre.
- Eh...buenas noches – saludó también Duo un poco nervioso.
- Es un gusto poder verlos otra vez – comentó la joven – espero que no les cause mucha molestia el haberlos hecho venir.
- No se preocupe, es un placer volver a estar acá. – ante esas palabras Relena asintió con una sonrisa.
- ¿Heero...no está acá? – preguntó la joven mirando a su alrededor.
- Pues, él dijo que se encargaría de vigilar los jardines – comentó Duo
- Ya veo – dijo un poco entristecida.
- Señorita Relena, tal parece que la están esperando – comentó Quatre mirando hacia los otros invitados. – Relena asintió.
- Espero que puedan disfrutar en algo esta fiesta, con su permiso – Relena se retiró y los pilotos gundam pasaron unas cuantas horas tranquilas.
- Tal parece que no sucederá nada malo – exclamó Duo – pero no hay que descuidarnos. – Quatre asintió ante tal comentario.
- "Oye, ¿ese chico rubio, que esta allí, no es Quatre Raverba Winner?" – Duo alcanzó a escuchar de una de las jovencitas que estaban cerca de ellos.
- "¿Winner? ¿Te refieres a los Winner de las colonias?"
- "Sí, pero también tienen propiedades aquí en la Tierra. Por otro lado, creo que él fue un piloto gumdam" comentó otra jovencita.
- "¿Estás segura? A mí me parece demasiado lindo e inofensivo como para haber piloteado esa cosa" – opinó la primera chica.
- "¿y saben quien es el otro muchacho que está a su costado?" – volvió a preguntar una de ellas
- "Pues...no sé, no lo conozco. Tal vez sea un criado o un guardaespaldas"
- "¿Pueden venir criados a esta fiesta?"
- "No lo creo...¿y tú?"
- ...
- ¿Sucede algo? – preguntó Quatre, quien no se había dado por enterado de lo que pasaba.
- Sólo pensaba cuán superfluas pueden ser algunas charlas – comentó Duo un poco enfadado, Quatre por cierto no entendió a qué se refería.
- Señorita Relena, ya conoció al joven sucesor de la familia Whitemore – comentaba una chica rubia mientras guiaba a Relena– pero uno de los jóvenes más interesantes en esta fiesta es el príncipe de Auza. - dijo con una sonrisa.
- Dorothy... – Dorothy Catalonia era una jovencita muy perturbadora, no se podía saber que era lo que pensaba y siempre paraba con una sonrisa indescifrable aunque se podría decir que en los últimos años había adquirido un aire diferente, había cambiado - yo quisiera hablar con el joven Valdeaubeard.
- Hágame caso, señorita Relena – pidió Dorothy – créame que el príncipe de Auza es una persona muy interesante a quien conocer, aparte de pertenecer a una de las mejores familias aristocráticas es un joven muy versado y además es muy atractivo...tal vez le convendría conocerlo – sonrió de esa manera tan enigmática, como ella sabía hacerlo – después de todo usted no tiene compromiso alguno ...no creo que a Heero Yuy le interese.
- Yo...- se detuvo Relena un poco pensativa.
- ¿O a Heero Yuy le interesa, señorita Relena? – preguntó Dorothy como dando en el clavo del asunto.
- Eso no importa, él puede hacer lo que quiera a mí no me interesa. Vamos Dorothy quiero conocer a ese joven – dijo esta vez con firmeza, acordándose de la promesa que se había hecho así misma de olvidarse de Heero.
Dorothy guió a Relena hacia el futuro soberano del Reino de Auza que en esos momentos estaba en una de las terrazas mirando la noche y extrañamente estaba solo. Cuando se dio cuenta de la presencia de ambas damas se reincorporó e hizo una venia. Efectivamente, Dorothy había dicho la verdad, era un joven muy bien parecido de cabellos castaños, ojos azules oscuros y la piel un tanto atezada seguramente por la cantidad de deportes al aire libre que realizaba.
- Buenas noches, joven Adrien – saludó Dorothy – venga, de seguro ya la debe conocer, pero de todas maneras le presento a la señorita Relena Peacecraft. – dijo la joven viendo a Relena – señorita Relena, le presento al príncipe Adrien.
- Es un placer poder conocerla finalmente – exclamó el muchacho.
- El placer es mío – respondió Relena.
- ¡ohh...pero que descuidada! – exclamó Dorothy – lo siento mucho, me tendrán que disculpar pero recordé algo importante que dejé pendiente.
- No se preocupe, Dorothy – excusó el joven. La muchacha sonrió, pero esa sonrisa parecía esconder algo más como un indicio de complicidad en algo. Dorothy se retiró del lugar dejando a ambos jóvenes solos en aquella terraza frente al oscuro firmamento iluminado por radiantes estrellas.
- El cielo me hace recordar el espacio, ¿acaso no es hermoso? – preguntó Adrien volviendo a ver el firmamento.
- ¿Ha estado usted en el espacio? – preguntó Relena con cierto interés.
- Claro, yo pasé mi niñez prácticamente allí...pero no me trates de usted – dijo esto un poco dubitativo – me gustaría que fuéramos amigos y los amigos usualmente se tutean ¿no crees?
- Bueno – sonrió la joven - ¿entonces has estado en el espacio? – Adrien sonrió también y prosiguió con su comentario.
- Sí, como ya te dije crecí allí pero con los problemas que hubo debido a la guerra tuve que regresar a la Tierra...gracias a quienes lucharon por la paz pude regresar hace unos años y pude ver otra vez las colonias y el Espacio eso se lo debo a varias personas, pero creo que en especial a ti.
Y bien? Tal vez estuvo un poco largo y como les dije fueron pequeños cambios los que he hecho así que no me maten si pensaron que iba a ser algo radical.
Ah, please manden reviewssssssss, entre más review envíen más pronto actualizaré los cap..
