Disclaimer: Digimon no me pertenece; hago esto sin ningún fin lucrativo.


Para mi amiga Frey por el apoyo estos días (si queres más angst escucha Try, Try, Try de The Smashing Pumpkins).


Serendipia

Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando está buscando otra cosa distinta.


A veces se preguntaba por qué. Y su mente automáticamente viajaba.

Había sido algunos meses atrás. Algunas veces, generalmente cuando estaba enfadada, Miyako fingía que no recordaba con exactitud la fecha exacta. Repetía una y otra vez hasta el cansancio que no había sido el 30 de mayo a las 20:40, y si era necesario se ponía frente al espejo y lo decía en voz alta muchas veces para que el mensaje quedase claro.

Otras veces le escribía a Hikari, que solía responderle con audios repletos de risas suaves y palabras llenas de condescendencia, solamente para terminar en una larga charla que la hacía recordar que había sido el 30 de mayo a las 20:40.

En una ocasión ella le había mencionado una palabra rara, que seguramente se la había dicho Takeru (después de todo su vocabulario estaba lleno de palabras raras) para definir su situación. Miyako no podía recordarla ahora, mientras se ajustaba la bufanda en medio de un bufido, pero sí se acordaba que la definición no concordaba.

No del todo. No cuando él se iría en poco tiempo.

Ese día las cosas iban extrañamente bien. Había llegado temprano a clases, había aprobado el último examen de física y el helado de chocolate de su heladería preferida le había parecido más delicioso de lo habitual.

Así que cuando escuchó el sonido del tren mientras ella iba bajando las escaleras para llegar al andén simplemente suspiró y se resignó a correr, porque si perdía ese tren probablemente estaría al menos veinte minutos esperando el siguiente.

Llegó al andén cuando las puertas se estaban cerrando y alguien tuvo el buen gesto de trabar la puerta con el brazo para que no cerrara, así que pudo subir sin más complicaciones que alguna que otra mirada molesta por demorar unos segundos la partida del transporte.

Ni siquiera tuvo tiempo de levantar la vista para agradecer a la persona que había permitido que ella subiera. Ni siquiera lo vio.

Pero él si a ella.

Y ahí fue cuando todo comenzó.

A veces Miyako se preguntaba por qué. A veces incluso se lo preguntaba a Daisuke, generalmente con tono quejoso mientras se sentaban uno al lado del otro en el tren. Él simplemente respondía con algún comentario que a Miyako se le antojaría ingenioso, pero insistiría en responderle que estaba hablando idioteces de nuevo, solamente para terminar riéndose en su cara y contagiándole la risa, provocando que la gente del tren los mirara con molestia.

A veces Miyako creía que había sido una suerte conocer a Daisuke Motomiya en ese tren el 30 de mayo a las 20:40.

Y, cuando su mente le jugaba malas pasadas recordándole que dentro de poco tiempo no lo encontraría más en el tren, su tren, ella siempre se repetía lo mismo.

Había cosas mucho peores.


Capaz esta historia siga. Mientras tanto son cosas sueltas sin sentido.