Disclaimer: Los personajes de Fire Emblem Awakening/Fate no son de mi pertenencia.


Allí se encontraba nuevamente, con una encantadora sonrisa en los labios que demostraban una calma y felicidad contagiosa, y a su vez, con los ojos cerrados, mostrando una concentración digna de admirar. No lo negaría, bailaba realmente bien, incluso, fuera del coqueteo, había logrado presenciar una escena de él en conjunto con Azura.

Laslow era un guerrero capaz, por algo estaba con Xander como su vasallo, pero encima de eso, se encontraba un coqueto sin remedio que no revelaba su historia…

*"Finalmente encontré a una persona en quien confiar. Es un pequeño secreto para ti… Mi verdadero nombre es Inigo… Sshh, no le digas a nadie".

Hasta ahora...

La práctica cesó y llegó su oportunidad.

- ¡Hey, Laslow!

El joven mercenario saltó en su lugar, llevándose las manos al pecho, avergonzado de ser descubierto y por la penosa escena de haberse asustado.

La verdad era es que avergonzaba con facilidad.

- ¡Lady Corrin! ¡No me haga eso!

Antes de seguir, observó a su alrededor.

- Tranquilo, nadie me siguió - Sonrió - No quise interrumpir.

Entonces se dignó a suspirar con claro alivio.

- Está bien...

- ¿Listo para nuestra tarde de té?

Era cierto que al principio prefería mantenerse al margen del chico gracias a las malas lenguas que rondaban sobre él, pero también, admitía que las tardes de té se habían vuelto costumbre y que derivaba a una agradable charla.

Así era como Laslow le confesó su secreto.

- ¿Está bien para usted? - Laslow cuestionó - Ahora es la Reina de Valla y...

- ¿Eso desde cuándo te ha detenido? - Rió

- ¿Qué hay de Lord Leo?

- ¿Qué pasa con él? Sabe sobre nuestras tardes, así que no hay de qué preocuparse.

Corrin ahora era la nueva Reina de Valla y había escogido a su Rey, su hermano menor, Leo. A Laslow no le sorprendía realmente. Había oído que eran muy cercanos, y le bastó con ver la reacción del Príncipe, de aquella vez que salieron del fuerte y Corrin se habían perdido, para confirmar que esa hermandad era más que ello y que concluiría en otra cosa.

Lo bello que era el amor. Sus padres eran unos románticos, tan contrarios, pero tan complementarios.

- ¿Vamos? - Incitó.

- En realidad... Quisiera hablar de otra cosa, más bien, quiero quedarme aquí.

Corrin le vio sentarse en el pasto y ella le imitó.

- ¿Laslow...?

- ¿Usted cree que podría, llamarme por mi nombre?

¿Acaso no lo había hecho ya? Tras segundos de confusión, entendió y se sentó a su lado.

- ¿Qué sucede, Inigo?

El joven soltó un suspiro con una tenue sonrisa.

- Ese nombre, hace mucho que no lo oía.

Tenía una historia detrás.

- ¿Crees que podrías hablarme de tu tierra? – Preguntó la Reina - Soy de confianza, ya lo has dicho, y bueno, me interesa. Sólo si tú quieres...

Inigo le miró con sorpresa varios segundos, finalmente sus pupilas se dilataron y emitieron un brillo especial, sus mejillas se colorearon y asintió.

- ¡Será un placer!

"Tal vez sólo quería eso", Corrin pensó al verlo feliz.

- Antes de venir aquí, no sabía bailar. - Comenzó

- ¡No es cierto! - Admitía sorprenderle

- Sí, lo es. No tenía las habilidades de mi madre, ella era una increíble bailarina. Siempre levantando el espíritu del ejército con una bella y tierna sonrisa.

- Ya veo... ¿Por eso sonríes siempre?

- Oh, ¿Lo ha notado? - Rió - Mi padre también apoyó en eso; Era un hombre espeluznante, pero jamás dejaba de sonreír. A pesar de dar miedo, fue un excelente padre... Ambos lo fueron.

Verle sonreír de verdad, le contagió.

- Se conocieron en la guerra y aunque todos veían a mi padre como un loco, mi madre siempre vio en su profundidad, a un buen hombre...

Ella sospechaba que habían tenido una bonita historia de amor.

- Tuve muchos amigos, recuerdo que uno de ellos tocaba muy bien el violín

- Apuesto a que él tocando y tú bailando, habrían dado un espectáculo grandioso – Sonrió imaginando aquella escena.

Inigo se rió más avergonzado, rascándose la mejilla derecha buscando con qué continuar.

- ¡Ah sí, siempre terminaba peleando con un chico y su obsesión por esconder su rostro!

- ¡Así como tú con tu nombre!

- B-Bueno... - Le atrapó - Esas son otras razones...

Ahora se preguntaba si esas razones seguían siendo importantes.

- En mi reino, la nobleza tiene una marca que los destacan - Siguió.

- ¿Marca?

- Sí, el Rey la tenía en el brazo, la antigua Reina la tenía en la frente y una buena amiga... La tenía en un ojo.

- ¡Increíble! ¡En el ojo! - Corrin suspiró - Debió ser un detalle hermoso

- Ella era hermosa.

Inigo se cubrió la boca y Corrin le miró de reojo.

- Oh... Así que tenías un amor escondido.

- ¡N-No es eso! - Se apresuró a decir - ¡Ella sólo era mi amiga!

- Y esa... "amiga"... ¿Será la razón del por qué has rechazado a todas las chicas que se te han confesado?

Lady Corrin era bastante lista aunque a él también se le había escapado un detalle importante. También sabía que algunas bellas doncellas habían caído a sus encantos, aún así, él las había rechazado.

- Ella... - Habló rindiéndose - Es increíble...

- ¿Cuál es su nombre?

- Lucina...

Corrin asintió entendiendo.

- ¿Hace cuánto la quieres?

Inigo soltó un suspiro de dolor.

- Desde que nos presentaron... - Explicó - Pero, ella es de la realeza, y... Bueno

- ¿Al menos lo intentaste?

Él asintió y Corrin no pudo evitar emitir su alegría.

- En realidad, ella se confesó primero - Rió avergonzado - Y debo admitir que, siendo inmaduro, las cosas no llevaron a nada bueno.

- Pero ahora eres diferente. ¡Apuesto a que podrás corresponderle cuando se vean!

- Lo hice, le correspondí... Pero... Luego vine aquí - Bajó la mirada - Le dije que regresaría a casa un tiempo. Ahora debe odiarme por marcharme así.

Verle deprimido, le causaba profunda tristeza.

- Inigo...

- ¡Hey, Corrin!

Inigo se tensó y levantó del pasto con un serio temor de haber sido escuchado. Corrin le imitó, sacudiéndose la ropa del pasto seco impregnado.

Xander se acercó, mirando sospechosa la escena.

- ¡Laslow!

- ¡D-Diga, Lord Xander!

- ¿Qué están haciendo?

Comenzó a sudar frío.

- Me encontré con Laslow entrenando, así que cuando le vi descansar, decidí hacerle un poco de compañía - Explicó Corrin - ¿Pasa algo, Xander?

El Rey de Nohr miró con recelo al mercenario, y finalmente soltó el aire retenido.

- Nada. Quería hablar contigo sobre unos documentos, ¿Puedes?

- ¡Por supuesto! - Se giró hacia el joven - ¿Podemos seguir con nuestra plática después?

- C-Claro...

- Bueno, nos vemos.

Xander le envió otra mirada de sospecha antes de macharse con su hermana menor. Inigo suspiró aliviado, acostándose en el pasto, mirando las pequeñas islas que flotaban encima.

A palabras de su Rey, volverían a Nohr en un par de días más, y como ya no existía ninguna guerra, podía descansar. Disfrutaría del paisaje de Valla antes de volver al oscuro cielo de su nación. Claro que... Nohr no era su país.

- ¿Cómo estará el resto? - Suspiró

Le dolía pensar en Lucina sabiendo a que no la tenía cerca, o saber que ahora le odiaba. Pero no tenía remedio... Nuevamente... Soñaba con ella.


*Al llegar a cierto grado de apoyo en lo cuartos privados, Selena, Odin y Laslow revelan sus verdaderos nombres (Esto no lo hacen en caso de tener apoyo S con alguno)

Hice este fic basándome en la historia de Severa, Owain e Inigo, estando en la línea de Fates. Siento que, con respecto a su viaje entre Awakening y Fates (Siendo los dos DLC respectivos), les dieron una historia (Incluso mejor que la original de Corrin, claro, a mi punto de vista), o se esforzaron en darles una explicación. Sus sentimientos respecto a sus dos vidas y que algún día, volverían, (En algunos finales, no) y en cómo afectaría esto en Awakening. Además, en cómo afectaría a mi OTP (Porque, por más que lo intente, no puedo dejar de shippear a Inigo con Lucina). Como no encontraba algo con respecto a este tema, decidí escribirlo yo. Así que, ¿Qué les parece? ¿Merece tener más de una continuación?

Gracias por haberme leído hasta aquí, y espero contar con su apoyo.