Quedé prendada del título mientras hacía una búsqueda en una librería, tuve un brote de inspiración y tada~... fic instantáneo xD.

Advertencia: Spoilers del final.


Irás y no volverás

Un lunes por la noche habían tenido la primera discusión, Shion alegaba querer encontrar una cura, investigar y salvar No. 6; salvar, restaurar. Nezumi había dicho que no, que no lo ayudaría y que se convertirían en enemigos si acaso se oponía a sus planes y seguía con toda aquella inocente solución.

Un mes más tarde, luego de la cena, Shion insistió.

Días después Nezumi comenzó una rutina que incluía evitar llegar a la hora de siempre y regresar cuando las luces estuvieran apagadas, cuando Shion dormía y sólo se removía entre sueños. Él trataba de evitarle pero, prácticamente seguía escuchando la vocecita insistente de Shion diciendo que merecían una segunda oportunidad, que la gente podía cambiar y que todos eran iguales sin importar el que vivieran fuera o dentro de las paredes de aquel enorme muro.

El chico quería una utopía, algo así como en el libro de Tomás Moro, pero moderna.

Shion era bueno, confiado, pero no toda la gente era así; la gente era mala por naturaleza y Shion resultaba una de esas excepciones que se extinguían al ser disfuncionales.

Sin el muro, habría caos.

Era el orden natural del mundo...

Gente asustada peleando para protegerse de lo desconocido, gente volviéndose violenta cuando luchaba por sobrevivir; gente egoísta, con planes propios, como él. Gente que cometía errores estúpidos y que, aún sin darse cuenta, comenzaba a cambiar...

Yo creo en ti.

Shion era un ingenuo, entre muchas otras razones, por creer en él; eso había pensado en aquel momento en donde todo se veía tan lejano e imposible, en donde era más fácil destruir y morir, que sanar y sobrevivir.

oOoOo

Pero, con el tiempo...

Nezumi curvó los labios cuando, más allá de los escombros, observó el panorama y las tierras verdes que se extendía ante ellos; el muro ya no estaba y tampoco ese sentimiento que le empujaba a destruir la ciudad y a toda la gente que consideraba contaminada.

Ese momento marcaba un antes y un después.

Por eso, tuvo que darle la espalda a Shion.

–Nezumi...

El roce de los labios ajenos, acalló las palabras.

–Estarás bien –agregó.

Fue entonces, meses después de la primera discusión, cuando Nezumi comprendió la razón de su enfado y el porqué evadía al menor cada que volvía a tocar el tema de salvar la ciudad y regresar a ella. No era porque fueran enemigos ni porque él creyera tener la razón, esas opciones eran letra muerta prácticamente desde el inicio.

Pudo sonreír, por su propia torpeza, mientras se alejaba de Shion.

–Te irás y no volverás –murmuró, consciente de que no podría correr para detenerle.

De la misma forma, no podía contener la naturaleza del chico ni evitar lo que éste deseaba hacer. Pero ahora era él, quién quería creer en Shion.

"Seguramente, nos reuniremos de nuevo..."

Un nuevo mundo, algo más utópico, esperaba por todos.

Era, un nuevo comienzo.

oOo