POV Nami
Era de noche. Era una muy fría noche, y yo estaba en lo alto del mástil de vigilancia sentada en el suelo, mientras veía como los copos de nieve caían lentamente pintando de un hermoso color blanco la cubierta del Sunny.
Tenía frio, mucho frio…pero aun así no me movía del sitio. Necesitaba que aquel aire de invierno me aireara los pensamientos.
Habían pasado dos meses desde que nos habíamos vuelto a reencontrar de nuevo.
Todos eran los mismos de siempre. Salvo por su físico, no habían cambiado nada.
Desde nuestro encuentro no he podido dejar de pensar en una sola cosa…en una sola persona…en el.
De repente sentí como algo cálido se posaba en mis hombros calentándome el cuerpo entero.
Mire hacia arriba observando a aquella persona que siempre habitaba en mi mente, para después volver a bajar la vista al mismo tiempo que él se sentaba junto a mí.
El silencio se apodero del lugar.
Dos largos años esperando a poder verle y contarle tantas cosas…y ahora no se me ocurría que decirle.
Ese silencio me estaba matando.
-Te he echado de menos… -me dijo sorprendiéndome haciendo que le mirara. –Os he echado de menos a todos, pero a ti sobre todo.
- Yo también te he echado de menos…Luffy…
Otro silencio.
-Lo siento… -volvió a sorprenderme. –Debiste sentir mucho miedo cuando Kuma fue a por ti, ¿verdad? Si hubiera sido más rápido… -dijo apretando los puños.
Me acerque a él, le abrace por la cintura y apoye mi cabeza sobre su hombro, mientras él me rodeaba el cuello con su brazo y apoyaba su cabeza sobre la mía.
-Hiciste lo que pudiste, Luffy. No tienes por qué culparte. Y si, sentí miedo, pero no por lo que me pudiera pasar, sino por el hecho de separarme de ti. No quiero estar lejos de ti. –le dije.
-Hueles muy bien… -dijo pasando su nariz por mi pelo para después bajar hacia mi cuello. –Cuantas veces desee poder aspirar tu aroma de nuevo…
-Ahora podrás hacerlo las veces que quieras. Nadie volverá a separarnos.
-Eso no lo dudes ni un momento, Nami. –dijo para después cogerme de la cintura mientras su rostro se acercaba al mío. –Desde hace tiempo he querido hacer esto… -y después me beso.
Sin dudarlo le correspondí.
Nos quedamos así un rato, pero por falta de aire nos tuvimos que separar.
-Te quiero, Nami. –dijo abrazándome suavemente. –No pienso dejar que nadie, nunca más os aleje de mi. Ni a ti ni a la tripulación. Pienso pelear para que eso no suceda.
-Y nosotros te ayudaremos, Luffy. No nos alejaran de ti…de mi rey.
-Te quiero, mi reina. –volvió a besarme.
-Te quiero, mi rey.
Sabíamos que nos enfrentábamos a grandes peligros ahora que habíamos vuelto; que nos herirán varias veces, unas más fuertes que otras; pero sobretodo sabíamos, que aun al pasar todo eso seguiríamos estando juntos, y que nadie más, ni siquiera el rey marino podría volver a hacernos sentir ese dolor que tuvimos que soportar durante los dos largos años de separación.
