Crónicas: Sociedad de las Almas

Entrega 1: La Huída del zorro.

Advertencias: Contiene Yaoi. Si no te gusta este género, por favor no entres. Gracias

Disclaimer: El universo en que sitúa este fanfic no me pertenece, ni sus personajes tampoco. Son creación única de Tite Kubo. No obtengo ganacias por este medio.

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Árboles desnudos postrados a sus pies pequeños, lirios bañados con el rocío de un tormento, delicados paisajes al capitán del Sexto Escuadrón, mariposas entrometidas y pomposas. Enormes fortalezas dibujadas a su alrededor en perfecta armonía, como si buscaran la atención de ambos espíritus detenidos en un reloj que avanzaba más aprisa con cada aliento.

Una tímida línea imaginaria detiene sus cuerpos con delicadeza, temiendo desatar una peligrosa electricidad cuando fuese a caer la tarde rojiza y sucumbiera ante el manto nocturno, dueño de cualquier engaño, cómplice de lo retorcido y amante de lo prohibido. Una fricción se atreve a propasar la barrera temerosa, escurriéndose lenta en los mechones blanquecinos de Hitsugaya Toushiro, causando una cosquillosa sensación de mareo en su garganta. La manzana de Adán danzaba temblorosa, mostrando la intención de sollozo destronada por su orgullo descomunal.

Muerde su labio. No está acostumbrado aún a ser así. Ni siquiera con él soportaba la sensación de vulnerabilidad que le embarga ahora.

¿Por qué le extrañas? Ni siquiera un adiós te dio.

No le molesta el adiós, hay ocasiones en las que es mejor no despedirse, para no extrañar desde un tiempo temprano. Incluso la muerte, busca mejor ser silenciosa cuando irrumpe en una habitación cualquiera. Las cosas duelen menos cuando se desconocen.

Tal vez lo que arde, es la simple explicación que al parecer, dudó en los labios de Ichimaru Gin. El esperó paciente por una insinuación de complicidad desde que le viera perderse con el Capitán Aizen en ciertas noches de luna; soportó unas largas muestras de satisfacción a la muerte del líder del Escuadrón Quinto. E incluso, oró por alguna simple palabra estando bañado en su sangre, desplomado en el suelo, hundido con su orgullo en lo más profundo de la vergüenza y el rencor. Fue quizás en ese momento, en el que por primera vez en su vida, deseó con todo el corazón que lento palpitaba, que llegara algún milagro de esos que tanto suelen hablar los humanos soñadores que viven en un mundo normal y no en girones fantasmales como el resto de los muertos.

Esperanza sería la palabra, ¿no? Curioso, cuándo más la quiso comprender, se negó a darle una visita. Y con mil demonios, se sintió asqueroso.

No está del todo seguro, pero tiene el extraño presentimiento que es aquella palabrita, la que le ha impulsado días seguidos a el mismo pasillo donde sabe que pulula Kuchiki Byakuya cuando se despide el sol. Sus pies se han desplazado solos desde la primera ocasión en la que lo vio, buscando algo perdido entre los árboles sin hojas, entre las flores gastadas por la vida; entre el límite de este mundo con los otros.

Puede ver en sus esferas negras, aquel coraje oculto en los más profundo de las pupilas; esperando que colisionen y se pierdan en la neblina pesada de su ser.

Hitsugaya no se equivoca. Él también espera por una explicación.

Siempre lo supiste, no era de fiar. Más seguiste con su jueguito. Eres patético Kuchiki.

Aunque no convivió con la ingenuidad del pequeño Capitán, Byakuya pecó por presenciar la sorna en sus labios delgados y fríos, por callar cuando sabía que algo andaba rayando en lo bizarro; pecó por dejarse engañar por la cercanía de Ichimaru Gin.

Y se regaña. Se regaña por sentir nostalgia en las tardes solitarias en su oficina, cuando el atrevimiento del Capitán del Tercer Escuadrón de adentrarse en su oficina, buscando algo más que una simple plática. Solía cerrar sus ojos, apretar sus labios, ansioso porque terminara de acercarse aquel rostro detestable. Aún sentía aquel vació en su estómago al recordar cuándo por simple curiosidad, aquellas manos se juntaban; fuera violento, agresivo, sensual o casual el roce, valía la pena arriesgar parte de su arrogancia para caer en un vicio que nunca supo detener con eficacia.

¿Y ahora?

Ahora ambos lo saben. Se ha marchado para claramente no volver jamás. Muy bien saben que el sabor del poder máximo es insaciable, grandioso y sublime. ¿Por qué habría de abandonar tal proeza por un simple y mero juego de amor? Era ridículo que soñaran con esa premisa.

Poderosa, la noche llegó, bañando a los dos capitanes con su perfecta oscuridad. Ahora bien, podrían culpar a la ciega aura que les rodea, que mencionar siquiera la necesidad de calor presente desde que se marchara aquel con aspecto de zorro, que haciendo gala de su astucia, dejara a ambos tan descolocados como simples humanos. Absurda situación para perfectos ejemplos de Shinigamis.

Tan exacto como la caída del sol, tan efímero como gotas de lluvia resbalando en porcelana, tan inexplicable como la vida misma, ambas siluetas colisionan en un soneto apasionante.

No hubo amor, ni tampoco cariño. Tan sólo hubo necesidad, fogosa y violenta.

Labios hambrientos calan en las memorias, tratando de rastrear algún rasgo semejante a aquel par perdido en algún lugar ahora. Manos ansiosas y harto vehementes, explorando las anatomías que fueran tocadas en ocasiones múltiples por sus dedos huesudos; miradas anhelantes, buscando cualquier retazo que quedara olvidado en el iris contrario. En un baile semejante a la agonía de un animal preso en fauces de algún predador experimentado, estaban sumidos los dos, abandonando cordura cualquiera.

¿Acaso importaba ahora eso?

Lo único que valía era encontrar ese pedazo faltante en sus pechos, esa respiración en sus cuellos, ese frío en sus labios desnudos. Fue todo por la huída del zorro… Fue todo por su plan de destrucción, su idea frívola, su manjar de amor.

Hechizados quedarían por una eternidad. Y una eternidad, es demasiado cuando uno la vive sin el otro.

Notas: Wao, mi primer fanfic de Bleach. Me siento contenta por el resultado la verdad, y más aún de que se trate de esta pareja tan Crack que me fascina tanto. Al principio me costó ver conexión alguna para poder escribir esto, pero luego llegó a mí el trato de ambos con Ichimaru y por fin todo terminó aquí. Esto será una serie de escritos cortos, únicamente para los que involucran la Sociedad de las Almas. Se pueden esperar mucho yaoi, ¿qué puedo decir? Amo el género. Saludos y muchas gracias a quiénes leen. Espero que la molestia de leer esto sea gratificada.

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