DISCLAIMER: Los personajes no son míos. Son de la grandísima J.K. Rowling que tan buena es al prestárnoslo. Los drabbles si son míos y mi ejercito de inferis atacará a cualquiera que se atreva a robarlos.
GENERO: Romance/Friendship.
PAREJA: Lily y James Potter.
RATING: K
N/A: Cuando escribí este drabble estaba escuchando la canción "When You Look Me In The Eyes", de Jonas Brothers. A mí me sirvió para crear, quizás os sirva a vosotros para imaginar.
¡HEY, POTTER!
Un aullido salió del Bosque Prohibido. Me estremecí por lo angustioso del sonido y supliqué una vez más que Remus estuviera bien. La luna llena estaba hermosa en lo alto del cielo y quizás hubiera podido disfrutar de ella si no estuviera tan preocupada por mi mejor amigo. Suspiré hondo para tranquilizarme y me acomodé en el sofá frente a la chimenea. Mientras me servía una taza de café, pensaba en como lo estarían pasando esa noche. Hace unos meses que Remus me había contado su "problema" y yo me había acostumbrado a pasar las noches en vela, preocupándome y bebiéndome mi peso en café. El simple hecho de pensar que les podría pasar algo me aterraba. Me dije a mí misma que todo iba a estar bien, como cada mes. Apuré mi taza de café y, sin querer, me quedé dormida.
Desperté a las dos horas. Se estaba haciendo de día y el retrato de la Dama Gorda se había abierto. Mientras bostezaba, Potter, Black y Pettigrew entraron por él. Me puse de pie y me acerqué a ellos.
- ¿Qué tal estáis, chicos?
- Bien, Lily, gracias. James y Sirius tienen unos arañazos superficiales y yo solo me hice un morado en la pierna.
- ¿Os vio ya la Señora Pomfrey?
- Sí, ahora está con Lunático. Lily, nos vamos a la cama, estamos muy cansados –Dijo Sirius.
- Oh, claro. Que descanséis bien, os lo habéis merecido –Sonreí.
- Gracias, Lily. Hasta dentro de unas horas –Me devolvió la sonrisa Sirius.
Vi como subían las escaleras. Los merodeadores se habían convertido en mis mejores amigos, unos chicos que valían su peso en oro, a pesar de lo traviesos que eran. Remus era muy inteligente, mi pequeña mente maravillosa. Peter era tan tierno y tan tímido que a veces me recordaba a un osito de peluche. Sirius era el más divertido, con él te reirías hasta en un funeral. Y James... James era...
Desvié la mirada al suelo sin quererlo, sin ser consciente de lo que hacía. Desde hacía unos meses, había empezado a sentir algo por James que no había sentido nunca. Era tan especial, tan único. James era un cosquilleo en el estómago cada vez que sonreía, un rubor que se extendía por mis mejillas cuando decía mi nombre, un frío intenso y doloroso que me hacía llorar cada vez que no estaba con él. Y entonces, al verlo subir las escaleras, sano y salvo una vez mas, supe que estaba perdidamente enamorada de él.
- ¡Potter! –Dije sin pensar.
- ¿Sí, Evans? –Respondió él, sorprendido.
- ¿Podemos hablar un momento?
- Claro –Dijo, bajando los escalones hasta colocarse frente a mí-. ¿Qué ocurre?
- ¿Qué... Qué tal esos arañazos? –Balbuceé nerviosa, improvisando.
- Casi no duelen. No son más que tres rasguños. Pero... ¿Desde cuando te preocupas por mí? –Inquirió, con un atisbo de su más seductora sonrisa.
- Yo... Bueno, somos amigos, ¿no? -Bajé la mirada, avergonzada. "Lily, ¡eres idiota", me dije.
- Por supuesto. Amigos –Musitó.
Nos miramos unos segundos a los ojos. Abrí la boca para hablar pero no salió nada. Estábamos tan cerca el uno del otro, que dando un solo paso podría besarlo. James se revolvió el pelo nervioso y suspiró.
- Me voy a dormir –Susurró frustrado.
- Bien... –Musité, sin prestar atención a sus palabras.
Cuando caí en la cuenta de lo que el moreno había dicho, este ya estaba subiendo el primer peldaño de la escalera. Yo había sido tan inútil en mi intento de declaración, que la única opción que me quedaba era actuar. Caminé apresuradamente hacia el chico, le cogí la mano y le obligué a darse media vuelta. Me miró estupefacto y confuso, pero antes de que le diera tiempo a reaccionar, me puse de puntillas y presioné mis labios contra los suyos. Me separé lo suficiente de él como para coger aire y calibrar su reacción. Nos miramos a los ojos, negro y verde, y sonreímos. James bajo el escalón para quedar a mi altura (aunque estando los dos al mismo nivel, seguía siendo más alto) y me tomó fuertemente por la cintura. Volvimos a besarnos, y esta vez el pidió permiso suavemente para introducirse en mi boca. Se lo di de buena gana y enredé mis manos en su cabello. El beso se iba volviendo más pasional por momentos y yo pensé que iba a volverme loca. Cuando faltó el aire, nos separamos lo justo. James sonreía y paseaba sus manos por mi espalda.
- ¿Querías decirme algo más, Evans? –Preguntó, burlón.
- Creo que no, Potter, eso era todo –Dije, mirándolo divertida.
- Supongo que ya si que accederás a salir conmigo.
- ¡Eso ni lo sueñes! –Exclamé lo más seria que pude, pero no pude evitar reír ante su cara de asombro. Deposité un beso corto en sus labios y susurré contra ellos-. Te quiero, James.
- Yo también te quiero, Lily –Me respondió suspirando y abrazándome tan fuerte que pude elevarme del suelo.
N/A: Flores, tomatazos... ¡Dale al Go!
