Card Captor Sakura y sus personajes no me pertenecen.
No air
—Basta.
Murmuras en contra, formulando mil veces excusas entre dientes, la noche muriendo y el frío reflejo de la luna repasando la nueva discusión y las múltiples acusaciones que él ya no desea repetir. Tratas de tocarlo y arrepentirte, de hacerle entender tus razones y que parezcan creíbles; sin embargo, sus cansados ojos almendra evitan mirarte, mientras sus labios rosa pálido sueltan un imperceptible sonido.
No hay gritos, esta noche es diferente. ¿Qué ha cambiado en los astros hoy? Justo ahora, unas horas atrás habrían caído en la impotencia de una ira extraña y el asunto terminado en arrumacos rencorosos. El silencio pretende enloquecerte y su rostro se tuerce en un vago gesto de resignación que no eres capaz de interpretar; mas, lo esperabas. Molesta, muerde, pero es lo más predecible.
Va a dejarte, simplemente no puede soportarlo. Los rumores llegan a sus oídos cada día y –claro –ya se ha cansado de desmentirlos aunque los sepa certeros, y a pesar que su propio corazón se rompa por ellos. Se levanta, sin regalarte un veloz vistazo, y procede a vaciar el amplio closet con pertenencias que no necesitará. Te preguntas el motivo de no detenerlo y la respuesta no quiere ser procesada.
Eres fuerte, lo suficiente como para atarlo a tu lecho e impedir que lo mire cualquiera, excepto tú. Eres sabio, puedes manipular su mente para que olvide los últimos meses de amargura y todo sea distinto, como en sus tiernos días de inicio; pero, su alma libre y el resplandor cándido de aquellos preciosos ojos café te lo impiden. Piensa marcharse y no lo detendrás, ya le has hecho bastante año.
Escuchas algo acerca de la comida, las tareas hogareñas y las pequeñas cosas de las que él se hacía cargo. Te comunica que está todo dispuesto, desvelando que pensaba terminar con esto tarde o temprano; y presientes la pena compartida, pues sus lágrimas retenidas afectan la templanza de su voz y la posición de sus manos. Él odia ser débil, detesta mostrarse vulnerable frente a ti, por lo que optará por marcharse en cualquier momento.
—Syaoran —.pronuncias, asombrado de oírte hablar. El trayecto a la salida ruge por tu amante, y ninguna palabra podrá cambiarlo. —Te amo —.repites. Predecible, él atraviesa el umbral de la puerta en una fracción de segundo sin molestarse en responderte. Suspiras, buscando a tientas un cigarrillo en el bolsillo derecho de tu chaqueta.
Una vida más; otra existencia sin probar que no le pertenece a Kinomoto Sakura.
N/A. También para Pami, por el intercambio de boyeurism.
