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PRÓLOGO

Las calles eran repletas de todo tipos de adornos festivos, desde calabazas gigantes por los pasos a gigantes globos colgando de majestuosos edificios hasta personas disfrazadas bailando como si no hubiera mañana, así era Halloween Event en Akihabara. Con tres días de diversiones para disfrutar de tan maravillosa fiesta en la que muchos lograban desinhibirse de todo el estrés que les causaba el trabajo, sabiendo que tres alegres días libres les eran otorgados sin consecuencias. Bajo el cálido sol resplandeciente acompañado de un cielo despejado teñido de un hermoso azul cielo, multitudes de masa recorrían a cada hora las carreteras cortadas en un entretenido desfile repleto de diversiones, en especial, para los más pequeños de la casa. Tres mágicos días en los que la única preocupación estaba en pasarlo bien. O eso era lo que muchos hacían.

Sin embargo para cierto grupo de universitarias, tiradas en la moqueta del salón de la mayor, aquello solo era un dolor de cabeza más en sus vidas, ¿el por qué? Muy sencillo, habían metido la pata hasta en fondo.

—Que levante la mano quien desea que la tierra se la trague ahora mismo.— dijo Eri alzando la mano con cansancio mientras la otra la mantenía sobre sus párpados.

—De acuerdo.— respondieron Maki y Umi con el mismo tono agotado que la rusa.

—¿Como pudimos llegar a eso?— las tres amigas suspiraron al unísono dejando caer al mismo tiempo el brazo levantado.

~4 horas antes~

—¿Están seguras de esto?— dijo Umi en tono inseguro mientras se ocultaba tras uno de los muchos coches en el aparcamiento.

—Por supuesto.— contestó la rubia con convencimiento, apoyada en la puerta del coche y en cuclillas con Maki al frente.— Cuéntaselo Maki.

—Ya te dije que solo son rumores.— espetó la menor de espaldas al auto, sin embargo nunca aparto la vista de su objetivo.

—¿Eh, rumores?— Umi pestañeo una, dos, tres veces realmente confundida mientras miraba a sus amigas en busca de respuestas.

—Verás, según dicen los rumores Nishigaki-sensei le teme a los gatos por eso mientras te esperábamos conseguimos meterle un pequeño garito en el asiento del copiloto. Y ahora estamos esperando el resultado.

—Oh, ya ve-... ¡¿Que habéis hecho QUÉÉÉÉ?!— apresurada Eri tomo a la peliazul y le tapó la boca al sentir el codazo de Maki en sus costillas.

Lo siguiente se pudo resumir en: maullidos, gritos y arañazos. Para cuando el profesor pudo salir de su coche y toparse con las culpables el grito de irritación del hombre no se hizo esperar.

—¡Ayase-san, Nishikino-san, Sonoda-san!¡A dirección AHORA!

~Actualidad~

—Todo esto paso porque no tienen disciplina.— exclamó la oji miel reincorporándose en la moqueta. Por otro lado tanto Eri como Maki desviaron la mirada a lados opuestos.

—De todas formas no ganaremos mucho aquí sentadas y sin hacer nada.— comenzó la mayor levantándose del suelo.— ¿Que, salimos?

—Recuerda, tenemos una redacción de 200 páginas.— dijo Maki aun en el suelo. Eri y Umi se miraron para luego compartir otro de los muchos suspiros con la pelirroja.

Luego de levantar a Maki, Eri despejo la mesa de la sala y la arreglo con todo el materia necesario para acabar cuanto antes con aquella endemoniada redacción. Pasaron las horas y tres montañas de papeles tintados eran amontonados por igual en aquella mesa. Eri sentía las manos que le dolían y los hombros le pesaban, así que agotada recargó todo el peso al respaldo de la silla que no tardo en crujir por el peso extra.

—¿Cuánto lleváis?

—150.— respondió la ojo miel que había dejado de escribir y había imitado la postura de la rubia, con la cabeza levemente para atrás.

—147, ¿Eri?— Maki volteo a ver a la oji azul.

—Aun me falta mucho, apenas llevo 139 paginas.— bufo cansada.— ¿Les parece acabarlo mañana?

—Por supuesto.— Umi abandono su posición anterior y se dedicó a ir metiendo de poco a poco ciertas cantidades de hojas en distintos apartados, llenando así unos cinco o seis portafolios.

Una vez tuvieron todo recogido Eri prendió las luces del comedor y se echó de espaldas a la butaca mientras Umi tomaba el sofá derecho y Maki el izquierdo. No pasaron ni dos segundos cuando el timbre resonó en los tímpanos de las jóvenes.

—Eri.— la llamó la peli azul sin energías.

Un segundo timbres sonó, insistente.

—Ya voooy...

Eri se cogió la cabeza sintiendo que le daba vueltas todo y abrió la puerta topándose con su hermana menor.

—¿Onee-chan te encuentras bien?— una mirada llena de preocupación se instauro en el rostro de la Ayase menor.

—Sí no te preocupes Alisa.— Eri le mando una débil sonrisa invitándola a entrar.— ¿Quieres algo de beber?— mencionó acercándose a la cocina.

—Está bien. Acabo de venir de casa de Yukiho.— En eso Alisa dejo el abrigo y la maleta en la silla en la que había estado Eri y se acercó a saludar a las dos amigas de su hermana.— ¿Seguro que se encuentran bien, las noto pálidas?

—Tranquila.— la calmó la rubia en cuanto salió con tres tazas de té y una plato de galletas que dejo encima de la mesa.— ¿Por cuánto te quedaras esta vez?

—Dos semanas más o menos.

—Ya veo.— murmuro tomando una galleta del bol.— Umi. Maki.

Tras el llamado de la mayor ambas se reunieron en la mesa muy al estilo zombie y agarraron las tazas pertenecientes para gracia de las dos rusas.

—¿Onee-chan irán mañana al baile de disfraces?

—No. Ni sabia de ello.— contestó apenada.

—Eh~ pero si lo anunciaron por todas las calles de Akihabara.— comentó algo sorprendida recibiendo una tierna caricia de su hermana en la cabeza.

—Digamos que estuvimos acabando cierto trabajo durante toda la tarde.— le sonrió.— En todo caso no tengo nada que ponerme.

—Dime ¿Es ese el único problema?— pregunto Alisa entretenida con acariciar la taza de Eri.

La oji azul pareció meditarlo un rato hasta que paseo la mirada por sus amigas.

—Yo diría que sí.— Maki y Umi asintieron de acuerdo.

—¡Harasho! Mama tenía razón.— exclamo la rubia tomando tres tickets del monedero de dentro de su maleta/bolso, los cuales entrego de forma específica.— Hace poco que a mama le dio por diseñar algunos disfraces así que os hizo unos trajes a medida.

—¡Harasho!— fue el turno de la mayor para sorprenderse.— Gracias Alisa.

—No hay de que.— sonrió satisfactoriamente la rubia menor.


La mirada ámbar se clavó en el ancho mar extendiéndose bajo sus pies hasta perderse en el horizonte. La joven cerró los párpados queriendo sentir más el sonido de las olas y los graznidos a compás de las gaviotas.

—¡Kotori-chaaan!— la animada voz tan reconocida hizo voltear a la mencionada.

—Honoka-chan.— llamó pasándose una mano por sus mechones grisáceos mientras la otra sostenía el sombrero en su cabeza.

Rápidamente Honoka acorto la distancia entre ellas importándole poco que la tierra le entrara en los zapatos o que el viento la despeinara por completo.

—Mira, mira.— con emoción la pelinaranja le extendió un folleto a pocos centímetros de su rostro por lo que tuvo que retroceder.

—Es la fiesta ¿no?— dijo dubitativa.— Ya hice los trajes para...— antes de poder acabar se vio interrumpida por su mejor amiga.

—No es eso.— la oji azul señalo una esquina del folleto.— ¡Habrá comida!— exclamó entusiasmada.— ¡Y gratis!

Kotori retrocedió en cuanto la pelinaranja se le echó encima en un abrazo, tanteando la estabilidad en la arena.

—Honoka-chan. Me asfixias.— soltó en un tono lastimero.

—Ah, perdón.— fueron las prontas palabras de la oji azul al darse cuenta.— Tsubasa-chan vino a buscarnos ¿vamos?

Kotori asintió en cuanto noto la mano de Honoka tirando de su muñeca y la siguió hasta el parking de la playa donde les esperaba la joven castaña recargada en su Bugatti Veyron blanco.

—Tsubasa-chan.— sin previo aviso la pelinaranja salto al cuello de su novia que tuvo que agarrarse a su cintura para no caer de morros contra el piso.— Te extrañe~

Tanto Kotori como la mencionada sonrieron enternecidas por las ocurrencias de la oji azul.

—Yo también.— acarició suavemente la cabeza naranja sintiendo su mejilla ser frotada insistentemente.— ¿Dónde las llevo?— Tsubasa alzó la mirada hacía Kotori y Honoka se separó apenas unos centímetros.

—Akihabara.— respondió de inmediato la oji azul.

Tras las indicaciones de Kotori y Honoka la joven aparcó en el parking privado de la preparatoria UTX, donde Tsubasa trabajaba como ingeniera en prácticas además de haber estudiado ahí, y se pusieron a andar por las divertidas calles bajo el cielo nocturno.


Notas Autor: Para empezar con algo. Primeramente me presento como Kazuki G.S Ingvalt, pero podéis llamarme Kai. Está solo es una subcuenta de mi verdadera cuenta bajo el alias: BarkhornKS, en la que escribo NanoFate. He de decir que hace varios meses atrás empecé a frecuentar por los Fics de Love Live! y me anime a escribir mi primer fic de Love Live!, inspirándome en un FanArt que al verlo sentí un 'no sé qué' que me atrajo.

El fic principalmente se centrara en el NozoEri secundado por KotoUmi y NicoMaki. En cuanto a las actitudes de las chicas, intentare ser lo más fiel posible a ellas, sin embargo dependiendo de qué escenas tomaran una actitud u otra.

Bueno diría que esto es todo hasta el momento ya saben, cualquier comentario, duda, sugerencia y/o aclaración es bienvenida.

Sayonara y nos vemos en la próxima actualización.