Buenas tardes, días noches, nochesbuenas tengan, esta cosa que están a punto de leer es un fiction Pones muy a lo nutella con miel, así que si son alérgicos al azúcar, denle clik a la x allá arriba. Serán unas 5, 6 partes a lo mucho, colgaré cuando pueda y me gustaría saber que le siguen leyendo, sería lindo un review… o dos.
Sin más, espero que tengan la insulina preparada, y al fondo a la derecha está el baño.
Los ángeles regalan sonrisas
Parte 1.
El chiquillo rubiecito recibió el dinero con una sonrisa perruna totalmente agradecida, asintiendo con entusiasmo mientras recibía la bendición de aquella viejecita de cabello blanqueado de experiencia.
El ojiazul volvió a asentir una vez más antes de que la mujer asintiera con aprobación y le regalara un beso en la mejilla antes de alejarse.
Del otro lado de la calle Tom le saludo con la mano, y Dougie por un momento deseo estar a su lado compartiendo la manta grisacea que envolvía a su amigo, pero se olvido de esto cuando tubo que volver a ofrecer rosas para ganar el dinero que tanto necesitaban.
Dougie tenía unos escasos 17 años, mientras que Tom apenas tenía los 19, pero eso no era ningún problema para ellos, pues dicen que los jóvenes tienen más energía que las personas adultas, así que era indispensable esa energía si querían pagar la renta.
El sol no estaba pegando esa tarde, por lo que Dougie tenía entumidos los músculos y estaba adolorido hasta los huesos, aunque su nuevo gorrito de lana que le había traído la señora Lambert esta mañana era realmente tibio y le provocaba una sensación calientita recorriéndole todo el cuerpo, y no es porque fueran muy térmicos los hilos de lana, más bien era como si estuviera tomando una tasa de chocolate tibio, a un lado de la chimenea mientras mamá le sonreía al mismo tiempo que un malvavisco especialmente para el era asado en las brazas.
Si, a esa clase de calor me refiero.
El viento le llevo el frió a la punta de la nariz, donde puso los ojos viscos y arrugo la nariz mientras veía el pequeño copo de nieve acurrucado en su piel. Cosa del destino fue que en ese preciso momento estornudo haciendo una escena muy graciosa para una pareja que le dejo algunas monedas.
-¡He, esperen! ¡Les doy su rosa!. -gritó Dougie extendiendo la flor hacía la chica y el chico que lo miraron con una sonrisa agradecida y negaron.
Dougie exhalo y sonrió, y aunque la parejita ya se había dado la vuelta y era obvio que no lo estaban mirando, el movió su mano despidiéndose, sin borrar esa sonrisa de su cara.
Del otro lado Tom cantaba una canción y sus dedos recorrían las cuerdas de una vieja guitarra que el amaba demasiado. El rubiecito miro como algunas personas le pasaban de largo a su amigo y otras pocas se detenían a regalarle una sonrisa, que Tom agradecía cantando con más entusiasmo.
A veces las sonrisas valían mil veces más que el oro.
Pero eso no es algo que le puedas explicar al casero.
Dougie siguió ofreciendo las rosas y una cajita de chocolates, mientras movía su cabeza al ritmo de la canción de su compañero.
Era una escena muy tierna de ver, en especial para el joven ojiazul del cigarrillo en la mano, quien extendió un billete al hombre del puesto de revistas sin apartarle la vista al rubiecito del gorrito de lana.
Soltó el humo y sostuvo el cigarrillo entre sus dedos, antes de tirarlo al suelo y aplastarlo con la suela de su zapato. Se guardo la pitillera en el bolsillo de sus jeans y la revista bajo el brazo, recibiendo el cambio y embozando una sonrisa de grandes dientes y se acerco a pazo firma a Dougie.
-Hola.- sonrió el pequeñajo entrecerrando los ojos a causa de la forma de su cara.- ¿Gustas comprarme algo?
Danny le miró detenidamente unos instantes, hasta que descubrió que Dougie bajaba la mirada tímido y un tiernicimo color rojo le inundaba las mejillas.
La sonrisa de Danny se extendió aun más.
-Te compro otra sonrisa.- hablo el ruloso haciendo que Dougie volviera a alzar los ojos por la sorpresa.
-¿Perdón que?.
-Que vuelvas a sonreír tienes una sonrisa muy mona. -Dicho esto Dougie sonrió apenado y giró su vista al suelo, haciendo que las borlitas de su gorro le rozasen los pómulos de las mejillas.
Danny sonrió orgulloso, aunque se sentía un completo acosador pero que más da, si quieres decir algo en esta vida, hazlo, además, era la verdad.
-Ya va, dime, ¿Qué otra cosa vendes aparte de chocolates y flores?, soy alérgico a ambos.
Dougie volvió a alzar la mirada.
-Ah, solo eso...
Danny arrugo la nariz y se llevo una mano a la barbilla, de forma pensativa.
Su sonrisa dientona volvió a aparecer de repente, tanto que hizo que Dougie hiciera la cabeza para atras sin pensarlo.
-Damelos todos. -el rubio lo miro extrañado.- se las regalare a mi amigo Harry, a el le encantan estas cosas.
Vale, eso si era mentira... mas o menos, pero Danny había visto las condiciones en las que se encontraba el pobre chico y no había resistido a abrir su bocota y ayudarlo, aunque esto le costase gastar lo ultimo que le quedaba de la quincena.
-¿Todas? ¿Estas seguro?. -preguntó aún con más sorpresa mientras una gran sonrisa se extendía por su cara.
-Si, si. -Respondió con un gesto con las manos como restandole importancia, aunque en su interior su corazón daba un viaje directo a la luna por la felicidad del chiquillo parado frente a el. -Ten toma. -Danny le paso el dinero y Dougie emocionado tomo la cantidad, devolviendole apenas unas monedillas a Danny, quien arrugo la nariz un poco preocupado pensando que tendría que vivir a base de sopas Maruchan por los próximos días.
-¡No sabes cuanto te lo agradezco . -Dijó Dougie mientras le pasaba un ramo con las flores y dos cajitas casi repletas de chocolatinas.- ¡De verdad, hablo en cerio!
-Si, si, no tienes que agradecerme por na... -El estrepitoso estornudo de Dougie evito que Danny terminara la horación.
-¡Hay por Dios! ¡ Perdóname, te he estornudado en la cara!, ¡De veras que no fue mi...! ¡achú! -Danny parpadeo un par de veces más mientras se limpiaba la cara con la manga de su abrigo. Cuando dio cuentas de ello, Dougie lo estaba mirando horrorizado mientras se cubría con ambas manos la boca.
Y de nuevo el bombardeo de disculpas.
-¡Lo siento! ¡Perdona no era mi intención! y si quieres yo...
Danny puso su mano al frente para que se detuviera, tomo aire y comenzó a reír.
Dougie alzo una ceja y se giro para ver a su amigo Tom con la misma expresión que el.
-Lo... lamento -dijo entre carcajadas el castaño.- ¡Te las haz pasado! -dijó aún riendo, casi sin parar a respirar.- Lo siento es que... -Y de nuevo, volvió a las carcajadas.
Dougie se cruzó de brazos frente a el.
-Con un "No hay problema" me hubiera conformado.- hizo un mohin en su rostro parando las risotadas de Danny.
-Lo siento, es que me haz hecho el día, chiquitín -Metió sus manos a sus bolsillos.- Hace frió aquí, creo que deberías volver a casa si no quieres coger un gran graaan resfriado.
Dougie se sonrojo y se maldijo por dentro.
¿Es que ese dientes de caballo podía ponerle aún más atomatado?
-Bueno, por hoy creo que tendremos que dormir en algún parque cerca.
La sonrisa de Danny se borro de su rostro.
-¿Qué dices?. -Saco su cabeza a un lado para ver por primera vez al chico castaño en la otra calle.
-El casero esta enfurruñado de que no le hemos pagado la renta, y no es conveniente que nos presentemos por allí esta noche. -una de la punta de los pies de Dougie se movía en el suelo sin darse cuenta y joder, a Danny le provocaba una ternura infinita.
-Bueno, chiquitín, dime como se llama tu amigo. -Pregunto el castaño y embozo una pequeña sonrisa.
-¿Tom? -se giró a verlo. - a si, Tom. -Sonrió afirmándose a sí mismo.
-Genial, yo soy Danny, que te parece si tu amigo y tu pasan la noche en mi casa, chiquitín?.
-Soy Dougie. -Se presento el rubio a falta de que le pidiera su nombre.- y no te preocupes por nosotros, estaremos bien.
-Insisto -volvió a hablar el castaño, y volvió a tomar la postura pensadora de momentos antes.- y creo que pareces más un chiquitín que un Dougie, chiquitín.
El rubio frunció el ceño y estaba a punto de contestar cuando Danny volvió a hablar.
-Ya, no te enfurruñes y dile a tu amigo que venga.
-¿Como se que no eres un violador?.
-Bueno si tantas ganas tienes te violo aquí y ya, de eso no hay problema. -Giro los ojos ante la mandíbula casi tocante de pisos que hizo Dougie.- vale, no soy violador, soy un simple chico que solo intenta ser amigable.- Dougie volvió a estornudar y Danny le paso un pañuelo.- y que no cojas un gran graaaan resfriado.
-Si ya entendí, gracias. -Dougie se limpio para dar paso a un gran bostezo, que de nuevo, solo hizo que se viera aún más tierno, como una cría de león rugiendo ferozmente cuando en realidad tiene más pinta de gatito.- solo haz lo que te dije, vamos. -le sonrió.
Una cálida sonrisa que hizo que a Dougie le diera un vuelco el corazón y sintiera de nuevo, por segunda vez en el día, aquel sentimiento de amor con gusto a chocolate y malvaviscos recién asados.
Asintió y siguió al mayor para cruzar la calle.
-Gracias, Danny... -dijo tímido.
Danny solo pudo embozar una sonrisa cariñosa.
-No hay problema, chiquitín.
