Capítulo 1 – Sin sentido.
Pensé en morir, pero me di cuenta que la mejor forma de olvidarlo era segur adelante, iniciar en otro lugar, ser alguien diferente, quizás.
El amor había logrado quebrarme, había perdido a mi primer amor, Sebastian había sido mi novio desde la secundaria, pasamos la preparatoria juntos, la universidad ¡oh!, ese lugar había sido nuestro mejor tiempo juntos.
Ahora me encuentro triste y desolado después de su muerte en un hospital de Nueva York y el cuerpo de Sebastian descansa del otro lado de la puerta por que había recibido un balazo sin tener la culpa, sin entender como, ahora yo solo quería huir, nunca volver a enamorarme. Dejar de creer en el amor que una vez el supuesto destino me había dado, ahora solo sería una cruel coincidencia.
Los siguientes días habían sido un infierno, un funeral sobrio y envuelto en tristeza que solo me dejaba mostrar mi ahora desconsolada postura. Cuando me despedí de Sebastian mientras enterraban el ataúd me sentía liberado pero a la vez frustrado, de no haber podido hacer nada, no me quedaba nada más que lamentarme y culparme por esta perdida.
Camine a mi auto, entre y acelere, sin rumbo, solo quería irme de aquí, había preparado todas mis cosas desde días antes, tomar solo cualquier carretera y ver a donde me llevaba, había conducido ya por 7 horas con pequeñas paradas hasta que vi el letrero bienvenidos a 'Lima, Ohio'.
Me detuve un rato en la ciudad en un hotel, no podía seguir conduciendo por la noche. Mientras pretendía poder dormir mi mente no dejaba de meterme pensamientos, muchos de ellos el que la hermana de Sebastian me odiaba por que el me había dejado su inmensa fortuna que para nada estaba al tanto, sabía que tenía algo de dinero pero no creía en eso hasta que el abogado me había dicho que era acreedor a una fortuna de 20 millones de dólares, 3 casas y un departamento, el mismo en el que había estado viviendo con Sebastian por 7 años. No me importaba el dinero, ¡Dios! ni siquiera sabía que el me dejaría algo a mí, pero lo que decía el testamento es que nunca me dejaría sin sustento.
Toda la noche pase en vela, no había podido dormir muy bien en los demás días, sentía que me faltaba algo o más bien alguien, el vacio del otro lado de la cama era horrible, nunca había estado más solo como lo estaba ahora.
Me levante muy temprano para dar un paseo por la ciudad, encontré un parque no muy lejano al hotel en donde me hospedaba me senté en una banca y cerré mis ojos, las lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas, en todo este tiempo no había podido llorar, había estado tan ocupado en planear el funeral, tramites y todas esas cosas no me había permitido dejar mi tristeza.
-Oye, sé que no es de mi incumbencia pero no me gusta ver a nadie llorar y tu bueno…¿estás bien?
-Estoy todo, menos bien.
-Valla, seguro fue una mala ruptura, ¿no?
-No fue una ruptura.
-¿Entonces?
-No te conozco.
-Blaine Devon Anderson, 20 años soy Acuario y me gusta el café.
-Eso es patético, ¿haces esto muy seguido?
-¿Hacer qué?
-Esto, molestar a la gente en los parques, no tienes una enfermedad mental o ¿si?
-No, eres mi primera víctima y claro que no tengo una enfermedad mental además yo debería de desconfiar en ti porque ya sabes cosas de mí.
-Saber tu nombre, tu edad, tu signo del zodiaco y que te gusta el café en realidad no es mucha información.
-Pero es algo, en cambio yo no sé nada de ti, bueno solo que estas muy triste por algo.
-No, no te diré nada sobre mí.
-Está bien.
-Entonces ya te irás o me miraras todo el tiempo.
-Me iré.
-Adiós
Solo eso me había faltado, alguien que me molestara en este momento. Seguí llorando, poco a poco eran menos lágrimas hasta que ya no pude más y me quede mirando a los niños que jugaban en los juegos.
-Ten, sé que no es lo mejor pero te endulzara el día.- el chico Blaine me tendía un helado en la mano.
-¿Por qué haces esto?
-Ya te dije, no me gusta a ver a las personas llorar o tristes.
-Pero no tenías por que comprarme un helado.
-Bueno, no sabía qué hacer, pero quería por lo menos quitarte un poco la tristeza.
-La tristeza que tengo no es algo que se quita con un helado, es una tristeza que llega al alma y es imposible de quitar.
-¿Qué fue lo que te paso para que contestaras de esas forma?
-El amor de mi vida… murió.
-¡Oh!...yo… bueno yo nunca he perdido a alguien tan importante pero perdí a un perro y me dolió mucho… así que puedo enfocarme a esa clase de dolor.
-No, en serio, me gustaría que me dejaras solo.
-Pero estar solo te va a hacer estar más triste así que no, me niego a dejarte solo. Come tu helado está muy rico es de fresa.
-Está bien.- por alguna razón este chico tenía algo que me hacia sentir bien.
-Entonces, ¿me vas a decir tu nombre?
-Kurt, Kurt Elizabeth Hummel.
-Bien, Kurt ¿Qué edad tienes?
-25 años
-¡Woh! , no los luces, pareces como de 22
-Mmm… gracias.
-Kurt… no eres de por aquí, verdad.
-No, vivía en Nueva York.
Un silencio incomodo nos envolvió, el era la segunda persona que me hacía una platica después de la muerte de Sebastian, la primera había sido Rachel tratando de persuadirme para no irme de Nueva York, después de eso los días habían sido un desastre, tramites y tramites, deje mi despacho de abogados en manos de mi mejor amigo Finn, que era el esposo de Rachel quería irme de ahí y dejar todo bien, necesitaba un descanso de todo y claro dejar de estar en lugares que me recordarán a Sebastian.
-Yo… debo de irme, pero me gustaría volver a verte, creo que no es bueno que estes solo, además necesitas a alguien que te guie en esta ciudad.
-Claro… Blaine un día de estos nos veremos.
-No solo digas eso, dame tu numero y en donde te estás quedando hoy te invitare a cenar.
-Oye, sabes no tienes que hacer esto, ni siquiera me conoces.
-Lo sé, pero quiero conocerte, creo que eres alguien especial.
-Yo… no sé.
-Anda Kurt, confía en mí .
-Solo te daré mi numero y el hotel.
-Bien, eso es algo.
-Ten, este es mi nuero y me estoy quedando en el hotel "Lima's Way"
-Bien, te veré esta noche.
-¿Qué?, no, yo nunca dije que…-Hasta en la noche Kurt.
Ese hijo de puta había logrado sacarme de quicio, como se le ocurría pero yo, el idiota ¿Por qué accedí en darle mi numero?. Regrese al hotel y me avente en la cama, hundiéndome en un profundo sueño.
"-Kurt ¿estas bien amor?, te veo muy triste.
-Si, solo estoy algo cansado
-Debería descansa, yo iré por tu medicina
-Gracias, amor."
"Sebastian, ¿amor?, ¿donde estas?"
"Come el helado, es de fresa"
"Creo que eres especial"
"Sebastian murió, la bala estaba en su pecho, se desangro mientras tratábamos de sacarla"
Desperte de golpe, todas esas palabras surgían en mi sueño, comencé a llorar, quería morirme no había forma de volver a la vida sin el, sin Sebastian nada tenía sentido, incluso la vida.
