KUNG FU SPARROW
Un curioso despertar. Un mareado can finalmente abre los ojos, después de casi un día y medio de juerga; más aún continúa borracho. Sus parpados le pesan, y todo le parece borroso, hasta que se aclara la vista con el antebrazo.
JACK: -¿Qué es esto?-
A su alrededor, observa nada más que una vasta área montañosa. Confundido, intenta levantarse del suelo, pero el mareo lo vence, y cae sentado.
JACK: -Maestre Gibbs ¿En dónde estamos?- Pregunta ruidosamente, pero no hay respuesta. -¡Maestre Gibbs, responda!-
Entonces se vuelve hacia atrás, solo para darse cuenta de que se encuentra a espaldas de un abismo. Una larga y vertical caída desde la montaña hasta una espesa niebla al fondo; imagen que parece dejarlo sorprendido, mas solo un poco, ya que únicamente levanta una ceja. Pero de pronto, un extraño sonido emerge en su pecho y sube por su garganta. Es el sonido de un inminente vomito; pero el Perro aprieta la quijada y los labios, y logra tragarlo con un gesto amargo. Después de esto, pasa varios segundos sentado en el suelo, entonces se rasca la cabeza y nota algo extraño. Se trata de algo tirado que yace en la tierra a su lado. Él toma este extraño objeto, que parece un plumero sucio y maltratado, y tira de él, solo para sentir un tirón por detrás. Entonces, con algo de dificultad, logra voltear a ver su espalda baja, y aquél plumero resultó estar conectado a él. Y al darse cuenta de esto, él solo se queda observándolo con detenimiento por varios segundos, sin expresión alguna en su rostro.
JACK: -Tengo cola…- Dice él sin mucho sobresalto.
Entonces mira su propio brazo, el cual está mucho más peludo que de costumbre, y enseguida se da cuenta de que se encuentra cubierto de pelo, de pies a cabeza. Lentamente se pone de pie, tambaleándose un poco hasta casi tropezar, para finalmente contemplarse a sí mismo por unos segundos. Finalmente se encoge de hombros, emite un pequeño gemido de conformidad, y comienza a caminar por la montaña.
Mientras camina por una estrecha vereda que rodea a la montaña, casi cayendo por el borde, a lo lejos logra ver un pequeño pueblo en medio de un Valle. Él continúa por este camino, hasta toparse con un ganso. Jack entonces se detiene por completo con una expresión es de total extrañeza, observando al ganso que se aproxima, mismo que tira de una carreta llena de manzanas. El ganso se detiene al ver a este extraño ser que lo mira fijamente, y ambos se miran con extrañeza por un momento.
GANSO: -¿Hola?-
Jack salta un poco del susto, y lo mismo hace el ganso. JACK: -¿Puedes hablar?- Preguntó entonces el perro. Y el ganso, solo se mostró extrañado de este comentario, asintiendo con la cabeza en respuesta a la pregunta. Pero en ese momento, Jack dirige su mirada hacia la carreta con manzanas que el ganso tiene detrás.
Más tarde, Jack se encuentra a la entrada de aquél pueblo que había observado desde la distancia, mordiendo una manzana en su mano. Y mientras avanza por la entrada del lugar, él mira a todas partes; más sin embargo, no hay una sola persona alrededor. Solo animales. Cerdos, conejos, gansos, y otros más. Todos ellos visten y realizan actividades de humanos.
JACK: -Esto sí que es extraño- Se dijo a sí mismo. Entonces él desvió la mirada hacia un lado. Junto a él se encontraba un vendedor ambulante de joyería, y en su carro se encontraba un espejo. Jack entonces se acercó al espejo, y se miró detenidamente. Primero se vio a los ojos, luego al rostro, y finalmente dio un paso atrás para verse de cuerpo entero.
JACK: -Ah… soy un perro- Dijo entonces, no realmente exaltado.
CERDO VENDEDOR: -Señor ¿Le interesaría comprar algo de joyería?-. Jack volteó a ver al cerdo en ese momento, y luego volvió su mirada hacia la mercancía. Pulseras, collares y pendientes de jade, amatista, y otros materiales valiosos. Tras algunos segundos de observar esto, Jack respondió:
JACK: -No tengo dinero-
CERDO VENDEDOR: -Oh, entonces que tenga un buen día señor- Dijo cortésmente. Pero entonces, Jack se volvió hacia el cerdo.
JACK: -Momento…- Dijo él súbitamente, extrañando al cerdo. –Dije que no tengo dinero, ¿sí?… mas no dije que no planeaba llevarme algo de mercancía… ¿savvy?-. Y en ese momento, el cerdo comenzó mostrarse muy asustado.
Minutos más tarde, Jack se encuentra caminando por la calle, portando collares al cuello, y pulseras en las muñecas. Entonces se detiene frente a un establecimiento. Aparentemente un bar, o tal vez una cantina, pero sin dudarlo, el perro se adentra en el lugar, caminando como quien entra a su propia casa.
Dentro del restaurante, el Sr. Ping se encuentra entregando una orden de fideos a un cliente, desde la ventana de la cocina. Entonces ve entrar a un perro muy andrajoso, pero que porta joyería fina, mismo quien se acerca hasta la ventana de la cocina, para entonces dirigirse al ganso.
SR. PING: -¿En qué le puedo servir… señor?- Saludó con cierta desconfianza.
El perro lo observó por un momento, y luego se reclinó hacia adelante.
JACK: -¿Qué clase de bebidas tienen aquí?-. Ante esto, el Sr. Ping se muestra confundido.
SR. PING: -¿Bebidas?-
JACK: -Sí. ¿Tal vez algo de ron?-
SR. PING: -¿Ron?-
JACK: -Mire, cualquier clase de licor está bien-. Entonces el Sr. Ping finalmente comprende.
SR. PING: -¡Oh! Lo lamento señor, pero aquí no vendemos licor. Si quiere algo así, tendrá que irse a una cantina-. Jack se muestra algo desilusionado por esto. Entonces se reclina sobre la barra, y se aproxima un poco hacia el ganso detrás de ella.
JACK: -¿Y sabe donde hay una cantina por aquí?-. Ping se muestra confundido por este comentario, pero antes de emitir palabra alguna, algo llama su atención, y entonces dirige su mirada hacia algo que sucede detrás del Perro. Jack se confunde un poco, y voltea a ver también. Afuera del restaurante, un grupo de cabras se encuentran asaltando a punta de espada a un pequeño conejo. El Sr. Ping se muestra alterado al ver esto.
SR. PING: -Tengo que llamar a mi hijo-. Exclamó al tiempo que salió corriendo por la puerta trasera. Pero por otra parte, a la vista de Jack, nada de esto tiene sentido, así que sin pensarlo, él se levantó de la barra donde se reclinaba, y comenzó a caminar hacia el exterior del restaurante, directo hacia los maleantes que se encontraban allí.
Afuera, las cabras amenazan al pequeño conejo, quien no para de temblar de miedo, mientras contempla el filo de las espadas a escasos centímetros de su rostro.
CABRA #1: -¡Entréganos el dinero!- Exclama ruidosamente, a lo que el conejo, con una mano tambaleante, saca de su bolsillo un pequeño saco con monedas, y lo extiende lentamente hacia la mano del criminal. Pero justo antes de que llegara, alguien coloca la hoja de su espada encima de la pesuña de la Cabra, lo que toma tanto los criminales como al conejo por sorpresa. En ese momento, todos se vuelven hacia el portador de la espada, quien resulta ser un perro, algo tambaleante, quien simplemente se encuentra parado detrás de los asaltantes. Él dirige su mirada sobre todos ellos, con una ceja arqueada, mientras analiza la situación, y nadie dice una sola palabra. Entonces él envaina de nuevo su espada, y finalmente comienza a hablar:
JACK: -Asaltar a una dama indefensa no es propio de caballeros… o… cabras…- Él comienza a divagar. –…caballeros Cabras…-. Los asaltantes se miran unos a otros con extrañeza al escuchar esto. -En fin… creo que deberían conseguirse a alguien más a quién robar… señores-
CABRA #2: -¡¿Y tú quién te crees?!-
CABRA #3: -Oye, mira nada más lo que tiene en el cuello-. Le dice a sus compañeros, y ellos entonces comienzan a contemplar los collares que Jack trae puestos en ese momento.
CABRA #1: -Sí, y mira esas pulseras-. También aprecian sus pulseras.
CABRA #2: -Esto no era asunto tuyo, ¡Perro! Pero ahora tendrás que entregarnos todas tus cosas- Exclama la cabra con una perversa sonrisa. Más sin embargo, Jack simplemente observa a los tres maleantes por unos segundos, con una expresión digna de un idiota.
JACK: -Sí… pues…-. Entonces Jack desenvaina su espada. –No lo creo-. Entonces las cabras se preparan para el combate con sus espadas en mano. Jack los observa a cada uno de ellos por un momento, adoptando su curiosa postura de esgrima.
CABRA #3: -¡AAHHH…!-. En ese momento, una de las Cabras se lanza al ataque, seguida por las otras dos. Jack recibe la primera arremetida, deteniendo a la cabra con su espada. Rápidamente mira a los otros dos acercarse, y empuja al sujeto frente a él, haciéndolo chocar contra el que se aproxima corriendo. Distraído con esto, el tercer maleante sujeta a Jack por detrás.
CABRA #1: -¡Ya lo tengo!- Dice mientras inmoviliza al Perro de los brazos.
JACK: -¿Ah sí?- Entonces, Jack da una patada justo a la entrepierna de la cabra detrás suyo. La expresión del criminal refleja el tremendo dolor en ese instante, y entonces lo libera de su agarre. Las otras dos cabras observan esto con gran enojo, e intentan atacar, pero entonces Jack se coloca rápidamente detrás del sujeto al que acaba de patear, usándolo de escudo. Los otros dos maleantes observan esto y detienen su embestida. Ahora intentan atacar a Jack, pero a cada movimiento de ellos, Jack se escuda detrás de su compañero inmovilizado de dolor.
CABRA #2: -¡Eres un tramposo!-
JACK: -Es curioso que lo diga, señor ladrón-. Los maleantes se muestran enfurecidos, hasta que entonces uno de ellos finalmente gruñe en resignación.
CABRA #3: -¡Bien! ¡Quédense con su estúpido dinero!-
JACK: -Y ustedes pueden quedarse con su amigo-. Tras decir esto, él les arroja encima a la cabra, aún adolorido por la patada, a los otros dos criminales, quienes comienzan a alejarse, llevándose a su compañero que agoniza de dolor.
CABRA #2: -¡Volveremos por ti, Perro!-. Exclama uno de ellos desde la distancia, y finalmente, los criminales se alejan de ahí. Y es en ese momento, que el conejo por fin respira aliviado, mientras Jack envaina su espada de nuevo.
CONEJO: -Le agradezco enormemente por su ayuda señor, pero… no soy una dama-. Jack voltea a verlo con sorpresa al oír esto. –Soy hombre-.
Pero tras algunos segundos de estupefacción, Jack logra reaccionar.
JACK: -Oh, en ese caso…-. Él desenvaina de nuevo su espada. –Entrégame a mí tu dinero- Dice él, apuntando su espada al rostro del conejo, quien sorprendido, entra en pánico nuevamente.
Mientras tanto, en el Palacio de Jade.
El Sr. Ping vuela con desesperación hasta la cima de las escaleras, y aterriza frente a las puertas, y comienza a golpearlas desesperadamente, hasta que estas se abren, dejando al Sr. Ping confundido, ya que no hay nadie ahí.
MANTIS: -¿Qué se le ofrece Sr. Ping?- Se escucha su voz, más no se ve de donde proviene, hasta que el ganso voltea a ver al suelo, y encuentra al maestro Mantis frente a él, sujetando una pequeñísima taza de té entre sus pinzas.
SR. PING: -¡Hay bandidos frente a mi restaurante! ¡Tienen que hacer algo!-
MANTIS: -Descuide, llamaré a los otros- Y rápidamente, Mantis corre al interior del Palacio, dejando al Sr. Ping de pie en la entrada. Segundos más tarde, Los Cinco Furiosos y Po, saltan sobre el muro, varios metros en el aire hacia las escaleras que llevan al Valle.
SR. PING: -¡Apresúrense! ¡Antes de que decidan robarme a mí!-
En ese momento, en el Valle.
Jack guarda en su bolsillo el pequeño saco con monedas que acaba de extraerle al conejo. Entonces levanta la mirada, y como si estuviera buscando algo, mira en todas direcciones. Luego toma la brújula que cuelga de su cinturón, y la sujeta con ambas manos. Pero antes de abrirla, cierra los ojos como pidiendo un deseo.
JACK: -Quiero una cantina, quiero una cantina-. Entonces él abre la brújula, y ésta comienza a apuntar en una dirección fija. Jack sonríe al ver esto, y entonces comienza a encaminarse hacia ese mismo sentido, adentrándose en una calle, hasta perderse de la vista de la avenida principal del Valle. Y unos segundos más tarde, Los Cinco Furiosos arriban al mismo lugar. Todos ellos permanecen de pie en medio de la calle, todos ellos en posición de combate, mirando en todas direcciones. Pero tras algunos segundos de no observar nada sospechoso, todos ellos se muestran confundidos.
MONO: -¿Qué sucede aquí?-
En ese momento, los aldeanos caminan tranquilamente por las calles, como si nada hubiera pasado.
VÍBORA: -Mantis, dijiste que había bandidos en el pueblo- Ella le reclama al insecto.
MANTIS: -Es cierto. El Sr. Ping me lo dijo- Se excusa él. Y en ese momento Po suspira, llevándose una mano a la frente.
PO: -Lo siento chicos, a veces mi papá exagera las cosas-. Entonces todos relajan sus posturas, exhalando un quejido al unísono. Y tras un momento de decepción, Po se vuelve hacia sus amigos. -Bueno, ya que estamos aquí, ¿qué quieren hacer amigos?-
MONO: -Me caerían bien unos fideos-
VÍBORA: -Mm… a mí me gustaría…-. Pero antes de que pudiera terminar la frase, Tigresa interrumpe.
TIGRESA: -Tenemos que buscar a los bandidos-. Todos dejan de sonreír en ese momento, y voltean a ver a Tigresa. –Deben seguir en alguna parte-
PO: -Tigresa, por favor. Ya sabes que mi papá…-
TIGRESA: -No importa si no confías en la palabra de tu padre, Po. Esto sigue siendo una amenaza potencial-
En ese momento, todos exhalan un suspiro de decepción.
MONO: -Bien… ¿qué hacemos ahora?-
TIGRESA: -Sepárense, y encuentren a los bandidos-. Entonces, todos acatan la orden, y salen corriendo en distintas direcciones, a excepción de Po, quien simplemente camina con una enorme pereza.
Del otro lado del Valle. Jack sigue a su brújula hasta detenerse frente a una pequeña casa, una muy maltratada, y con la puerta caída. El Perro la observa por un momento, y entonces se encoje de hombros, en un gesto de conformidad.
JACK: -Las he visto peores-. Y tras decir esto, él camina a su interior.
Dentro del lugar, solo hay un par de jabalíes, bebiendo sentados en una mesa, y estos se vuelven hacia el perro tan pronto como él ingresa al lugar, y lo siguen con la mirada mientras camina hacia la barra. Jack toma asiento frente ésta, y entonces voltea a ver a los jabalíes, a quienes entonces saluda, levantándose el sombrero, y con una sonrisa.
JACK: -¿Qué tal?-. Y ante la alegre expresión del perro, los jabalíes se extrañan un poco.
Finalmente una cerdo se acerca hacia él desde el otro extremo de la barra, y apoyando un brazo sobre la tabla, le pregunta:
CANTINERA CERDO: -¿Qué vas a querer?-
Jack la observa detenidamente por un momento, con la mirada llena de extrañeza, y con voz dudosa le dirige la palabra a la cantinera:
JACK: -Quisiera una botella de… lo que sea que tengan de beber por aquí-. La cerdo lo contempla por un momento, a lo que Jack solo reacciona con una sonrisa. Entonces se da la vuelta y le trae una botella, y un pequeño cuenco para usar como vaso. Jack contempla muy de cerca aquél diminuto vaso, que es muy diferente a lo que está acostumbrado. Luego mira la botella que le acaban de traer, la cual es algo pequeña para su gusto. Y ante toda aquella situación, Jack solo formula una pregunta: -¿Esto es lo que beben por aquí?-
CANTINERA CERDO: -Sí, ¿algún problema?-
JACK: -No, no, para nada. Es solo que… de ser así, ¿podría traerme un par de botellas más… por favor?-. La cantinera simplemente resopla por la nariz, y se dirige a la parte trasera para traerle lo que pidió.
JACK: -Y un plato más grande para beber, por favor-. Le dice a la cantinera, mostrándole el pequeño cuenco en su mano. Momentos más tarde, la cantinera le trae lo que pidió, además de un gran tazón para usar como vaso. -Muchas gracias señor-. Jack agradece, colocando sobre la barra el pequeño saco con monedas que acaba de robar. Pero en ese momento, la cantinera lo mira fijamente con desagrado.
CANTINERA CERDO: -Soy mujer-
Jack entonces abre los ojos de par en par, mostrándose muy sorprendido.
JACK: -Oh… mis disculpas-. Le dice con una sonrisa. La cantinera entonces toma la bolsa con monedas y se aleja refunfuñando. Mientras tanto, Jack abre una de las botellas, y vacía su contenido en el enorme tazón que tiene frente a él. Entre tanto, los jabalíes al fondo del lugar continúan mirándolo con extrañeza.
Un par de botellas más tarde, Jack se encuentra charlando con la cantinera:
JACK: -Yo soy un capitán ¿sabes? Yo navego por los siete mares, conquistando tesoros con mi fiera tripulación, en mi preciosa nave-
CANTINERA CERDO: -¿En serio…? ¿Y dónde está tu barco?-
JACK: -Es que, lo perdí… pero es un hermoso navío, créeme-. Tras decir esto, Jack da un trago a su bebida, mientras la cantinera lo mira con incredulidad.
CANTINERA CERDO: -Creo que ya has bebido suficiente por hoy-. Al decir esto, le retira las botellas que le restan al perro, a lo que él se muestra algo exaltado.
JACK: -¡Espera!-. La Cerdo se detiene y se vuelve hacia él. -¿Y si te doy esta, bonita joyería… me dejarías esas botellas?-. Él le dice a la cantinera, mostrándole los collares y pulseras que lleva puestos. Ella admira el resplandor de estos objetos por un momento, y finalmente asiente.
CANTINERA CERDO: -Está bien, perro… pero si sigues bebiendo, será bajo tu propio riesgo-. Entonces, Jack hace entrega de la joyería con una reverencia.
JACK: -Se lo agradezco mucho, damisela-. Entonces Jack finalmente toma sus botellas con una gran alegría.
CANTINERA CERDO: -¡Hey!-. Jack se sorprende con este grito. -¡Dije, bajo tu propio riesgo! ¡Eso es, afuera de mi cantina!-. Confundido, Jack la observa fijamente por un momento, ya algo tambaleante por la bebida.
Un momento más tarde, afuera de la cantina.
Jack es echado de una patada hacia la calle, y cae al suelo de espaldas, abrazando sus dos botellas de licor, y teniendo mucho cuidado de no romperlas. Entonces, la cantinera lo mira desde la entrada de la puerta.
CANTINERA CERDO: -Si sobrevives hasta mañana, puedes volver-
Entonces ella vuelve al lugar y cierra la puerta, dejando a Jack tirado en el suelo. Pero luego de unos segundos, él se levanta, con notoria dificultad.
JACK: -De pronto me siento en casa- Se dice a sí mismo.
Y sin ninguna aparente preocupación, y con dos botellas en sus manos, Jack comienza a deambular por las calles; más solo avanza unos cuantos metros, hasta que es abruptamente detenido por una extraña figura que se estrella a toda velocidad contra él, cayendo ambos al suelo.
JACK: -¡Fíjate por donde corres…!-. Mientras dice esto, levanta la mirada, quedando estupefacto con lo que ve frente a él. Se trata de un tigre, quien también se levanta del suelo tras el impacto. Nervioso, Jack trata de recomponer lo que acaba de decirle: -Tenga más cuidado a la próxima… señor-. Entonces, Tigresa se levanta del suelo, bastante molesta por el comentario.
TIGRESA: -¡Señorita!-
Jack se exalta al oír esto.
JACK: -Oh… lo lamento tanto, hermosa dama. Es que, aún me cuesta reconocer entre hombres y mujeres… en este… mundo tan extraño-. Tigresa se muestra completamente extrañada de la incoherencia del comentario de este sujeto. Pero decide restarle importancia, y rápidamente continúa con su recorrido. Jack entonces la observa alejarse, mientras se empina una de las botellas directamente en la boca, como si de agua se tratara.
Ahora está atardeciendo, y ninguno de Los Cinco Furiosos, ni Po, tiene una pista de esos supuestos bandidos. Finalmente, todos se reúnen de nuevo frente al restaurante de Ping.
VÍVORA: -¿Encontraron algo?-
GRULLA: -No, nada-
MONO: -En este tiempo pudimos haber disfrutado del almuerzo-
MANTIS: -Estoy contigo-
GRULLA: -Sí-
PO: -Totalmente-
Ante estos comentarios, Tigresa comienza a mostrarse molesta.
PO: -¿Lo ves Tigresa? Te dije que no era nada-. Pero apenas él hace éste comentario, ella le lanza una mirada asesina a Po, poniéndolo tan nervioso, que se ve en la necesidad de retroceder un paso en ese momento. Cuando de pronto, se escucha un grito de desesperación.
CONEJO: -¡Cinco Furiosos! ¡Guerrero Dragón!-
Entonces todos voltean a ver. Un conejo se aproxima corriendo desde la distancia, y al llegar, comienza a hablar agitadamente.
CONEJO: -¡Guerreros! ¡Ese sujeto de allá!-. El conejo comienza a señalar hacia el curioso perro que se pasea por las calles a la distancia, tambaleándose mientras camina.
MANTIS: -¿Qué hay con él?-
CONEJO: -¡Ese sujeto me salvó de unos bandidos esta tarde!-. Al escuchar esto, todos se miran unos a otros con extrañeza, y luego al pequeño conejo.
PO: -¿Y eso qué tiene de malo?-
CONEJO: -Es que… luego de eso, él mismo me robó-. Esto confunde aún más a todos en ese momento.
VÍBORA: -¿Estás seguro de eso?-
CONEJO: -¡Sí, completamente!-
GRULLA: -¿No les parece algo extraño?-
MONO: -Bueno, de cualquier manera es un criminal ¿No?- Pregunta él, confundido. Y en ese momento, Tigresa voltea a ver a Po, arqueando una ceja, y él se da cuenta de esto.
PO: -¡Está bien, me equivoqué! ¿Podríamos no perder el tiempo echándomelo en cara e ir tras él?-. Se queja con Tigresa, con lo cual ella esboza una ligera sonrisa y se prepara para correr al igual que los demás.
TIGRESA: -Andando-. Y enseguida, todos corren velozmente hacia el extraño can.
Mientras tanto, Jack camina alegremente en estado de ebriedad por en medio la calle. Se empina una de las botellas que le quedan, solo para darse cuenta de que ya está vacía. Entonces la tira al suelo, y sujeta la otra con ambas manos, como quien sujeta un tesoro.
En ese momento, Los Cinco Furiosos y Po aparecen de la nada a su alrededor. Mas sin embargo, Jack no se da cuenta de su presencia, ya que él tiene problemas para abrir la botella en sus manos. Confundidos, los seis comienzan a mirarse unos a otros, hasta que Po decide llamar su atención, aclarándose la garganta. Jack entonces los voltea a ver finalmente, dándose cuenta de que se encuentra rodeado por un grupo de extraños sujetos.
JACK: -¿Se les ofrece algo?-. Les pregunta sin mostrar sorpresa alguna, aún mientras los Cinco y Po se encuentran en postura de combate.
MONO: -¡Sabes por qué estamos aquí!-. Entonces Jack pregunta confundido:
JACK: -¿En serio?-.
VÍBORA: -¡Devuelve lo que robaste, ladrón!-. Jack dirige su mirada hacia la serpiente, y levantando el dedo índice, corrige el comentario.
JACK: -Prefiero el término "pirata"-. En ese momento, todos observan a Jack fijamente. El extraño Perro que no aparenta ser ningún desafío, ya que se ve descoordinado, mareado, incluso en su forma de hablar: -Pero si me lo permiten… hay un problema respecto a eso de… "devolver lo que robé"-. Jack entonces levanta la botella en su mano, lo que llama la atención de los seis.
JACK: –…porque yo tengo un dicho, en el que baso la mayoría de mis creencias…-. Tigresa mira fijamente cómo el perro acerca su otra mano a su cinturón, y de una funda saca un extraño artefacto. Jack toma su arma y apunta el cañón directo hacia la botella que sostiene en el aire. La sospechosa escena hace que los Seis guerreros tomen mucha precaución de cada movimiento del perro.
JACK: -¡…Hurta lo que quieras…!-. Con el pulgar jala el percutor de su arma. -¡…Y nada devuelvas!-
Al pronunciar estas palabras, los Seis guerreros se lanzan al ataque contra él, y en ese instante, Jack tira del gatillo. El disparo impacta contra la botella de licor, haciéndola estallar en llamas, y la repentina explosión, acompañada por la bola de fuego, hace detener a los Cinco Furiosos y a Po en ese instante. Todos se cubren de las llamas y cierran los ojos. Y un par de segundos más tarde, voltean a ver nuevamente… y el perro ya no está. Todos se muestran muy confundidos, hasta que Víbora lo señala.
VÍBORA: -¡Por allá!-
Jack se aleja corriendo por mitad de la calle. Una curiosa forma de correr para un bandido. Él mira hacia atrás mientras corre, a los seis sujetos que lo tenían rodeado, y que siguen de pie en el mismo lugar, aún sorprendidos de su escape.
TIGRESA: -¡Tras él!-. Entonces los Seis guerreros salen corriendo tras el perro.
Jack mira sobre su hombro con una sonrisa en su rostro, pues nadie parece estar persiguiéndolo. Pero su sonrisa desaparece en cuanto vuelve la mirada al frente, y ve a Grulla, que aterriza frente a él en posición de combate. Jack reacciona con una expresión de susto, y rápidamente cambia su trayectoria.
GRULLA: -¡De ninguna manera!-
El Maestro da un salto, y batiendo sus alas se lanza en picada contra el extraño perro. Jack se vuelve un poco, y apenas lograr ver al ave, quien en ese instante lo impacta a toda velocidad con una embestida voladora.
GRULLA: -¡¿Qué?!-. Se pregunta el maestro, al notar que el perro se quedó adherido a él después de la embestida. Entonces se alza en vuelo, y rápidamente se da cuenta. Uno de los cinturones de Jack quedó enredado alrededor de su cuello; y de esta manera ambos se elevan por el aire sin poder liberarse uno del otro.
GRULLA: -¡Suéltame!-. Jack continúa un poco aturdido por el golpe, pero al reaccionar, él mira hacia abajo; se encuentran a varios metros sobre el suelo, y continúan elevándose. Entonces voltea a ver su cinturón, mientras el ave intenta desenredarlo de su cuello. Pero entonces Jack se da cuenta de algo más importante.
JACK: -¡Mi sombrero!-
Entonces Grulla mira hacia arriba. Al parecer, el choque intercambió los sombreros de ambos.
GRULLA: -¡¿Qué?! ¡Quítate de encima!-. Sin mucho esfuerzo, Jack desenreda su cinturón del cuello de Grulla, y con tranquilidad comienza a desplazarse sobre la espalda del ave, cosa que lo irrita aún más.
JACK: -No sin mi sombrero-. Y diciendo esto, remueve el sombrero de su cabeza al tiempo que remueve el de Grulla, intercambiándolos de vuelta a su sitio, pero al hacer esto, coloca el sombrero del Maestro encima de sus ojos.
GRULLA: -¡¿Qué haces…?! ¡No veo!-
JACK: -Es culpa de tu sombrero-
GRULLA: -¡AAHHH…!-. Entonces Grulla comienza a precipitarse hacia el suelo, y Jack simplemente contempla la escena, mientras ambos caen a toda velocidad.
GRULLA: -¡ESTÁS DEMENTE!-.
Y en ese instante, ambos se estrellan contra una casa. Grulla impacta contra el muro, y queda tendido en la calle, mientras que Jack entra por una ventana.
Dentro de la casa, Jack abre sus ojos, y logra distinguir a una vieja cabra, que lo observa desde el otro lado de la cocina. Entonces se levanta de en medio de una pila de sartenes en el suelo, y se tambalea un poco. Pero entonces escucha varias voces provenientes de afuera.
MONO: -¡Grulla! ¿Estás bien?-
GRULLA: -Sí…-. Dice, sonando notoriamente adolorido. –Él entró por la ventana-
MANTIS: -Nosotros nos encargamos-
Esto alerta a Jack, quien rápidamente mira a su alrededor. Un horno encendido llama su atención, y dentro de éste se encuentran unos pasteles horneándose. Jack se acerca al horno y toma un par de ellos.
JACK: -¿Le importa si los pruebo?- Le dice a la anciana cabra, quien se queda sin palabras y sin reacción. En ese momento, Mono entra por la ventana y mira a Jack directamente.
MONO: -¡Quieto!-. Y entonces observa al Perro, quien lo amenaza con dos pasteles sus manos; esto lo deja confundido, cuando de pronto Jack le arroja uno de los pasteles a Mono, quien logra esquivarlo fácilmente, para luego volverse hacia el Perro.
MONO: -¿Es en serio…? ¿Pasteles? ¡Já! Adelante… lánzame uno, "chico malo"-. Reta a Jack, mostrándose muy confiado y cruzándose de brazos.
JACK: -Tú lo pediste- Entonces él prepara su brazo para un buen lanzamiento, y lo arroja fuertemente directo a la cara del Mono, quien al ver el tipo de proyectil, él simplemente sonríe y acepta el pastelazo. Tras esto, la base el pastel resbala de su rostro.
MONO: -Tendrás que hacer algo mejor para… Esto… ¡QUEMA!-. Grita de inmediato el maestro, llevándose ambas manos a la cara, en una reacción de tremendo dolor.
JACK: -Cuidado… está caliente-. Le dice en forma burlona, y entonces se dispone a abandonar la cocina, cuando repentinamente algo lo empuja contra la pared, y lo mantiene sometido contra ésta; sin embargo, no logra ver de qué se trata, hasta que escucha una voz.
MANTIS: -¡Hasta aquí llegaste!-. La mirada del perro refleja una gran sorpresa al ver al pequeño insecto que lo tiene sometido contra la pared, sujetándolo con sus pequeñas tenazas, y parado sobre su pecho. Y de esta manera lo contempla por un momento.
MANTIS: -Se te acabaron los trucos, ¿no es así?-
Entonces Jack abre el hocico y sopla desde la garganta, justo encima del insecto. Mantis recibe directamente el aliento del Perro, y en ese momento, sus ojos quedan desorbitados, y su cuerpo se contrae al tiempo que suelta a Jack, y cae al suelo patas arriba, convulsionándose como un insecto recién aplastado. Jack entonces camina tranquilamente hasta la puerta, y se detiene un momento, volviendo la mirada hacia los dos maestros, y luego de esto, él sale caminando tranquilamente de la casa.
JACK: -Gracias por el pastel- Le dice a la anciana Cabra mientras se marcha, y ésta se queda inmóvil, contemplando a los dos maestros de kung fu, que yacen derrotados en el suelo de su cocina. Después de todo, aquél perro no peleó en lo absoluto.
Jack sale caminando por la puerta principal de la casa, pero tras dar un solo paso hacia afuera, Tigresa aterriza directamente frente a él, en posición de combate, a lo que Jack se muestra sorprendido; pero rápidamente él logra reconocerla.
JACK: -¡Ah, es usted…! La señorita de esta tarde- Dice alegremente.
Tigresa lo mira cautelosamente, y con un ligero enojo expresado claramente en su rostro. Entonces Jack permanece de pie frente a ella por unos instantes, aparentemente confundido.
JACK: -Bueno… que tenga buen día, señorita-. Al decir esto, se quita el sombrero y le hace una reverencia cordial, para luego intentar alejarse caminando, pero ella rápidamente le bloquea el paso, colocándose justo frente a él. Jack queda sorprendido al ver su velocidad.
TIGRESA: -Tú no eres ningún criminal… eres solo otro ebrio lunático-
Jack permanece en silencio por un momento. Entonces echa un rápido vistazo a su alrededor, y enseguida de esto, su expresión repentinamente cambia a una sonrisa.
JACK: -Pero qué hermosa dama es la que tengo frente a mí- Dice de manera espontánea.
Tras decir esto, Jack coloca un brazo alrededor de la cintura de Tigresa, y en un atrevido movimiento, él la aproxima hasta la más íntima cercanía. Un movimiento con el que ella queda… perpleja. Claramente, la maestra no sabe cómo reaccionar ante esto. Jack sin embargo, se acerca un poco más hacia ella, y la mira directo a los ojos, con una característica expresión, sumamente curiosa. Y con una voz seductora le dice:
JACK: -Eres más peluda que las mujeres en "Tortuga"-
Entonces Jack baja la mirada, observando detenidamente al cuerpo de la Tigresa.
JACK: –Aunque… no por mucho-
Este comentario finalmente saca de quicio a Tigresa, y ella gruñe con gran rabia, mostrando los colmillos, cuando en ese momento, Víbora se aproxima por la calle, al ver la confusa escena más adelante… a Tigresa en brazos de aquél perro a quien persiguen. Víbora se detiene en seco, completamente anonadada.
Al mismo tiempo, del otro extremo de la calle, Po se aproxima corriendo a toda velocidad. Pero él apenas puede distinguir lo que sucede a la distancia. Entonces observa a Tigresa.
PO: -No puede ser… atrapó a Tigresa en una llave- Pensó el Panda. -¡Resiste Tigresa! ¡Allá voy!-
Esto llama la atención de ella, de Jack y de Víbora, quienes voltean a ver a Po, justo en el momento en que se eleva por los aires en un poderoso salto, y comienza a caer en picada directamente hacia donde se encuentran Jack y Tigresa. Y entonces, ella reacciona finalmente.
TIGRESA: -¡Quítame las manos de encima!-
Le grita al Perro, alejándolo de ella con un movimiento violento. Jack retrocede un paso debido a esto, y entonces vuelve su mirada hacia arriba, hacia el enorme panda que cae a toda velocidad, y entonces él sonríe.
JACK: -Como gustes-
Diciendo esto, da un pequeño salto hacia atrás, cayendo de pie sobre una carretilla que se encontraba tirada justo detrás de ellos. Entonces Tigresa da un paso al frente.
TIGRESA: -No dejaré que escapes-. Pero tras decir estas palabras, ella nota la confiada sonrisa del perro, y es entonces se da cuenta de lo que sucede. Ella voltea hacia arriba… un Po a punto de caer sobre ella.
PO: -¡Cuidado!-
Le grita a Tigresa, un instante justo antes del choque. Y entonces el panda impacta fuertemente sobre la Maestra, y sobre la carretilla debajo de ella. Esto lanza por los aires al Perro, que se encontraba en el otro extremo, como si fuera una catapulta.
Mientras tanto, Víbora únicamente levanta la mirada, y observa al bandido volando como un proyectil. Y su trayectoria… directo al Palacio de Jade.
Jack sobrevuela las extensas escaleras. El impulso de la carretilla lo lleva varios metros más allá de éstas, hasta que finalmente cae, justo en el borde del techo del Salón de los Guerreros. Un precario equilibrio, que acompañado por su ebriedad, lo lleva a caminar de puntillas un momento, hasta recobrar la postura. Entonces vuelve su mirada hacia abajo, hacia el pueblo.
JACK: -¡Me deben una botella de licor!- Les reclama, antes de darse la vuelta y comenzar a alejarse caminando sobre el techo.
Mientras tanto, en el Valle. Tigresa empuja bruscamente a Po, quien la está aplastando. El Panda aturdido, rueda un poco por el suelo, mientras que Víbora se acerca a Tigresa.
VÍBORA: -¿Estás bien?-. Le pregunta a la maestra, mientras ella se levanta del suelo. Pero ella no responde, a lo que Víbora reformula su pregunta: -¿Qué fue lo que pasó?-
Esta pregunta pone furiosa a Tigresa. Aunque ciertamente, ella no sabe cómo explicárselo. Entonces Po se levanta del suelo, frotándose la cabeza.
PO: -¿No es obvio? Él la tenía en una especie de llave ¡Y vaya! Debió ser muy poderoso para atrapar así a Tigresa-. Explica el panda; más sin embargo, la maestra continúa sin habla. Pero aún así, Víbora está segura de haber visto algo completamente diferente.
VÍBORA: -¿Estás seguro? Porque a mí más bien me pareció…-
MONO: -¡Oigan!-. Mono, Mantis y Grulla se acercan en ese momento.
MONO: -¿Atraparon a ese tipo?-
PO: -Lo siento, creo que calculé mal mi salto, y…-
TIGRESA: -Se escapó- Ella declara súbitamente.
GRULLA: -¡¿Qué?! ¡¿Cómo es posible?!-
MANTIS: -¡No puede ser!-. Entonces Po mira la cara de Mono, que se encuentra de un intenso color rojo.
PO: -¡¿Pero qué te pasó?!-
MANTIS: -Ese tipo lo venció con un pastel- Dice de manera irónica, a lo que Mono se muestra molesto.
MONO: -¡¿Ah, sí?! Pues al menos a mí no me venció su aliento-
VÍBORA: -¿De qué están hablando?-. Pero en ese momento Tigresa los interrumpe a todos.
TIGRESA: -No hay tiempo para esto, debemos ir tras él. Se encuentra en el Palacio ahora mismo-
GRULLA: -¡¿Y cómo llegó tan rápido?!-
Mientras tanto, sobre el Palacio de Jade.
Jack recorre el techo del lugar, buscando una forma de bajar. Cuando repentinamente, un ser extraño y pequeño salta frente a él, bloqueándole el paso. Jack entonces lo mira con sorpresa.
SHIFU: -¿Quién eres tú?- Pregunta en un tono frío y serio.
Ante esto, Jack solo reacciona con un gesto de extrañeza.
JACK: -¿Qué eres tú?- Este pequeño comentario hace enojar a Shifu, quien se coloca en posición de combate.
SHIFU: -No puedes estar aquí. Este lugar está prohibido para los extraños-
JACK: -Oh… entiendo… Si veo a uno, se lo avisaré de inmediato-
Entonces Jack camina, intentando rodear al Maestro, pero él rápidamente le bloquea el paso. La mirada de Shifu es penetrante y desafiante, pero a Jack esto no parece importarle en lo más mínimo.
JACK: -¿Usaste alguna escalera para subir aquí? Porque… estoy buscando la forma de bajar-
Este comentario toma por sorpresa a Shifu. Su osadía y completa falta de interés le provocan un ligero tic en el ojo. Segundos más tarde, sus seis estudiantes aterrizan sobre el techo del lugar.
VÍBORA: -¡Maestro, cuidado! ¡Ese tipo es un bandido!-. Al escuchar esto, Shifu se muestra sorprendido, y rápidamente vuelve su mirada hacia el can.
JACK: -Ya les dije, que prefiero el término Pirata- Agrega Jack.
Y de pronto Jack se encuentra nuevamente rodeado por los seis sujetos, y por el pequeño anciano frente a él.
MANTIS: -Ya no tienes a dónde ir-
Jack permanece en silencio por un momento, mirando a los seis curiosos y diversos personajes a su alrededor. Él entonces se da la vuelta, y mirando nuevamente al Maestro Shifu, dice de manera osada:
JACK: -¡Una ardilla…! ¿No?-
Esto deja boquiabierto a Shifu, al igual que a sus estudiantes. Y justo en ese momento de distracción, Jack comienza a correr, pasando justo al lado del Maestro Shifu. Al ver esto, todos reaccionan inmediatamente y comienzan a perseguirlo. Pero todos se detienen de repente, al darse cuenta de que el perro se dirige hacia el borde del techo, justo hacia el precipicio de la montaña del Palacio. Jack se detiene en seco en ese momento, con las puntas de sus botas sobresaliendo del borde hacia el acantilado.
MANTIS: -¡¿Pero qué está haciendo?!-
Los maestros se encuentran completamente pasmados, observando al perro sin decir una palabra. Entonces Jack se da la vuelta, mirando de frente a todos ellos.
JACK: -Este ha sido un sueño interesante… o… una alucinación…-. Todos los guerreros se quedan atónitos ante sus palabras. -Pero creo ya es tiempo de despertarme… porque prefiero beber ron de la vida real ¿Savvy?-
MONO: -¿Acaso…?-
JACK: -Y una cosa más…- Jack le interrumpe, al tiempo que levanta un pie hacia atrás, quedando parado en un solo pie, de espaldas al precipicio.
JACK: -Recordaré este sueño, como aquél en que casi atrapan… al Capitán…-
Y sin concluir aquella frase, el perro simplemente se deja caer hacia atrás, ante la mirada atónita de todos, incluso del Maestro Shifu, quien no puede dar crédito de lo que ve, hasta que finalmente reacciona.
SHIFU: -¡Grulla! ¡Ve por él!- Le grita a su alumno, y casi al instante, Grulla salta hacia el acantilado, lanzándose en picada hacia el perro, quien se precipita hacia abajo, en una larga caída hacia su muerte.
El maestro bate sus alas con mayor fuerza, y acelera, alcanzando al extraño ser, quien al ver al ave volando cerca de él, lo saluda alzando la mano y con una sonrisa. La expresión de Grulla es de total estupefacción al ver esto. Pero tras ignorarlo, rápidamente sujeta al perro por una de sus patas, y comienza a elevarse. La cabeza de Jack apenas rosa las copas de los árboles al pie del acantilado, mientras que con una mano sujeta su sombrero para evitar perderlo.
GRULLA: -¡Estás loco! ¡¿Lo sabes?!- Le reclama al Perro mientras lo lleva por los aires.
JACK: -Mira quién habla… mi propia alucinación- Jack responde.
Cada comentario de parte del Perro es más incoherente que el anterior, y Grulla simplemente suspira, mientras lleva al Perro de vuelta al Palacio de Jade.
